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Es bueno que los Celtics se escapen por un tiempo

CANTON, Massachusetts – Al momento en el cual los Boston Celtics pusieron punto final a sus responsabilidades del día de medios de la NBA en la tarde del lunes, sus jugadores abordaron dos autobuses amarillos extra grandes (piensen en autobuses de escuela en esteroides con Wi-Fi y asientos cómodos) para dirigirse hacia el sur, con el fin de acudir al primer día de clases en la Universidad Salve Regina en Newport, Rhode Island.

El objetivo de esta peculiar excursión de tres días en pleno campo de entrenamiento: Conseguir el Ubuntu, o bueno, algo similar.

Han pasado 10 años desde la última ocasión en la cual los Celtics adquirieron dos All-Stars en una temporada muerta. Durante el verano de 2007, el presidente de operaciones de baloncesto Danny Ainge consiguió lo imposible, convirtiendo a un cuarteto de impetuosas pelotas de pingpong para ajustarse a Ray Allen y Kevin Garnett. Los Celtics y ese Gran Trío (Garnett y Allen unieron fuerzas con Paul Pierce) viajaron a Roma ese octubre, y el equipo acogió para sí la filosofía Ubuntu (en la cual el éxito colectivo del equipo es proridad sobre lo individual) luego que el entrenador Doc Rivers predicara sus poderes.

Los jugadores de Boston utilizaron esa aventura europea a fin de estrechar lazos. El quinteto titular de los Celtics, el cual incluyó a Rajon Rondo y a Kendrick Perkins, se afeitaron sus cabezas en el viaje, y se creó una hermandad. Posiblemente recuerden lo que pasó después: Los Celtics ganaron 66 partidos y navegaron a través de una fascinante carrera en la postemporada, la cual culminó alzando el título 17 de la franquicia tras imponerse a los rivales Los Angeles Lakers en seis cotejos.

El entrenador de los Celtics, Brad Stevens, no necesitó empacar tijeras en su viaje a Newport (nadie se atreverá a acercarse a los rizos perfectos de Gordon Hayward). Es improbable que 72 horas en un viaje a 72 millas al sur de la sede del equipo tengan el mismo impacto que ese viaje fuera de Estados Unidos en 2007.

Sin embargo, para un Stevens conocido por tener fuertes entrañas en casa, el hecho que los Celtics estén alejándose por pocos días indica mucho con respecto al deseo de obligar a su nómina, ahora con nueva cara, se involucre en situaciones en las cuales los jugadores deban interactuar y crear los lazos tan vitales para el éxito de un equipo en la NBA.

Lo hecho por los Celtics este verano no tiene precedentes. Ningún equipo que haya liderado su conferencia en triunfos la campaña previa ha contado con no menos de cuatro jugadores de regreso en la historia de la liga, según la investigación de ESPN Datos. El cuarteto que está de regreso en Boston incluye solamente los nombres de Al Horford, Marcus Smart, Jaylen Brown y Terry Rozier.

Smart, sexto seleccionado en el draft 2014, es el jugador con mayor tiempo en los Celtics tras la radical reconstrucción del roster.

“Sigue siendo un shock para mí”, indicó Smart. “Tengo 23 años y me están llamando el Celtic de mayor tiempo de servicio. Jamás en un millón de años lo hubiese pensado”.

O como bien dijo Terry Rozier III (con estos números romanos ahora en su camiseta tras la temporada muerta), de manera muy franca: “Es una locura seguir con los Celtics tras el tornado que pasó por aquí”.

A fin de firmar a Hayward con un contrato al máximo, varios cambios se hicieron necesarios. Rostros familiares como los de Avery Bradley y Kelly Olynyk se sacrificaron a fin de hacer impacto en la agencia libre. Y esto fue sólo un adelanto: Ainge asombró a todos en la NBA al despachar a Isaiah Thomas, Jae Crowder, Ante Zizic, el puesto de selección de primera ronda en el draft 2018 de los Brooklyn Nets y el puesto de selección en segunda ronda del draft 2020 del Miami Heat, todo a Cleveland a cambio de Kyrie Irving.

Los Celtics tienen la bicoca de 12 caras nuevas, incluyendo seis jugadores que nunca han disputado un partido en la NBA, si incluimos sus dos novatos en contratos de G League (el nuevo nombre del circuito instruccional). Si bien las caras preponderantes de la nómina son de alta taquilla, la banca está llena de nombres sin experiencia y por lo menos, con incertidumbre a cuestas.

El pasado lunes, en un estudio dentro de una gigantesca facilidad de televisión y cine en los suburbios de Boston, el nuevo gran trío de Boston, conformado por Irving, Hayward y Horford jugaron graciosamente para fotografías en grupo. Las preguntas alrededor de ellos son obvias. ¿Podrá Irving ser líder, lejos de la sombra de LeBron James? ¿Podrá Hayward seguir evolucionando como lo hizo durante su época en Utah?

Y la gran pregunta, mientras los Celtics se preparan para abrir su campamento de entrenamientos con su primer día de dos entrenamientos este martes: ¿Cuánto tiempo requerirá Boston a fin de desarrollar la química necesaria en el tablero?

“Tenemos que ser muy pacientes con ello, y yo hablo sobre el tema bastante seguido”, dijo Irving. “No se trata de entender una o dos cosas en un día o después de un partido, eso vendrá solo. Los altibajos que deberemos enfrentar como equipo y como colectividad, serán muy interesantes. Resonará en lo que será nuestra identidad y la forma en la cual respondamos a ellos”.

Es increíble la forma en la cual la identidad de estos Celtics ha cambiado en los cuatro meses que han pasado desde el fin de su temporada, mediante una derrota ante el ex equipo de Irving en las finales de la Conferencia del Este. Boston fue un grupo inquieto y que sobrepasó las expectativas, lleno de hombres con mentalidad obrera, encabezados por ex seleccionados en segunda ronda, como lo son Crowder y Thomas.

Ahora, los Celtics están repletos de seleccionados en altos puestos de lotería, y existe la expectativa del éxito. El Basketball Power Index de ESPN proyecta que Boston ganará 54 partidos, mejor cifra en la Conferencia del Este, terminando por delante de los Cleveland Cavaliers; además, le otorga actualmente a los Celtics las mayores probabilidades de verse las caras con los Golden State Warriors en las finales de la NBA.

Es fácil comprender el por qué se esperan grandes cosas en Boston. Y no hay algoritmo informático alguno que pueda computar los problemas naturales que acoplar este grupo ciertamente conllevará.

Esta es la situación en la cual la excursión a Newport podría ayudar, al menos de cierta forma. Y también harán su aporte las incontables prácticas y entrenamientos en la sede del equipo. Estos Celtics no tienen que encontrar el Ubuntu durante los próximos tres días; sin embargo, si pueden conseguir que una o dos amistades se forjen, al menos no tendrán que estar usando etiquetas con los nombres de cada quien este fin de semana.

Ainge indicó la forma en la cual, incluso tras la adquisición de Thomas a mitad de la campaña 2014-15, los Celtics pudieron acoplarse rápidamente y hacer una carrera hacia los playoffs en parte debido a la forma en la cual los jugadores en ese equipo querían ganar. Siente una vibración similar con este grupo.

“Obviamente, había jugadores de talento, sin embargo, existía dentro de cada uno de ellos un hambre de ganar que a veces, creo que es subestimada”, dijo Ainge. “Ciertamente, Brad necesitará cierto tiempo a fin de comprender quién juega mejor con quién y cosas así, pero considero que ese entusiasmo, esa emoción que cada uno de nuestros jugadores tiene en este momento es única y especial, y contamos con jugadores muy especiales y talentosos. Creo que eso puede compensar la falta de continuidad”.

“Aunque, diré que mientras más tiempo pasen jugando juntos, mejores serán”.

Stevens, siempre paciente en su mentalidad, reconoce que no tendrá el “conocimiento de la institución” en el cual podría confiar a principios de temporada.

“Pienso que uno de los mayores retos para cualquiera de nosotros en esto, bien sea como entrenadores o jugadores, es que uno desea que todo se produzca mañana mismo”, dice Stevens. “Vamos a tratar de entendernos mutuamente. Y debemos tener la inteligencia suficiente para no apresurarlo”.

“Mientras estudio video de nuestro equipo el año pasado, entiendo que hubo muchas jugadas que se hicieron por mero instinto, por el conocimiento que había entre ellos. Tendremos que construir y crecer. Y eso requiere algo de tiempo. Sin embargo, todos parecen entenderlo y aceptarlo, emocionados y listos para hacer las cosas lo mejor posible lo más rápido que se pueda”.