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El tiempo extra agota y perjudica a Warriors

HOUSTON – Durante el verano pasado, mientras el mundo del baloncesto reaccionaba con sorpresa, asombro y frustración cuando los Golden State Warriors firmaron a DeMarcus Cousins, era fácil no entender la clase de apuesta que estaban haciendo.

No era sólo apostar a que Cousins recuperase su forma física y se mantuviera sano (algo que al final no pudo hacer) sino que contratarle implicaba que los Warriors había invertido prácticamente la totalidad de su dinero destinado a agentes libres en un solo movimiento.

Golden State tenía visiones de remodelar su banca con el retiro de David West y la partida de varios jugadores, entre ellos Nick Young, JaVale McGee y Patrick McCaw. Aunque tras quedarse sin nada que ofrecer distinto a salarios mínimos, eso realmente no ocurrió. Ahora que están metidos en la carrera de los playoffs de la NBA, esas decisiones los han dejado de manera incómoda con una nómina corta.

Steve Kerr, entrenador de los Warriors, nunca había dependido de su línea frontal como lo ha hecho hasta ahora en esta intensa serie contra los Houston Rockets, llevando el esfuerzo de sus estrellas hasta el límite. Sus titulares tienen todos promedios superiores a los 35 minutos de juego, con Kevin Durant, Klay Thompson y Draymond Green con un promedio mayor a 40 minutos para cada uno.

Es probable que Stephen Curry también se encontraría a ese nivel, pero los problemas causados por las faltas durante la totalidad de los tres partidos lo han relegado frecuentemente en el banco.

Hay que admitir que el tiempo extra en el Juego 3 exigió demasiado de todos y ha distorsionado un poco los promedios. A pesar de ello, Durant ha pasado apenas un total de 12 minutos en la banca en los primeros tres partidos, con un sorprendente promedio de juego de 45.6 minutos hasta ahora.

Andre Iguodala, promovido al quinteto titular para esta serie por propósitos de los enfrentamientos, tiene un promedio aproximado de 36 minutos. Iguodala jugó más de 30 minutos en apenas tres ocasiones durante la totalidad de la temporada regular. Durante el Juego 3, el tiempo extra lo llevó a totalizar 40 minutos en la cancha, primera vez que esto ha ocurrido desde diciembre de 2016.

Esos minutos extra son agotadores. Frecuentemente, Iguodala ha sido el defensor principal que marca a James Harden y sus jugadas de aislamiento capaces de restar energía a cualquiera.

“(La fatiga) no importa, hay que jugar”, expresó Kerr el pasado domingo. “Tu tienes que hacer lo que haya que hacer con el objetivo de ganar el partido. Nuestros chicos están en excelente forma física y tenemos apenas un día de descanso (antes del Juego 4 del lunes)”.

Esa opinión probablemente sea una fachada; Kerr ciertamente debe estar preocupado por la acumulación de tiempo de juego. Sin embargo, no le quedó poca opción durante la segunda mitad del Juego 3 a medida que sus reservistas fueron arrollados en la primera mitad, especialmente cuando dependió más de Jonas Jerebko y de Andrew Bogut.

Cousins se encuentra fuera de acción debido a una lesión en uno de sus muslos. Y con Iguodala (quien se ha acostumbrado tanto a ser jugador suplente que su libro de memorias, a ser publicado en pocas semanas, es titulado “Sexto Hombre”) dentro del quinteto abridor, se ha terminado dependiendo de Shaun Livingston y Kevon Looney como primeros jugadores a salir de la banca. Looney tiene rating de menos-10 en la serie y Livingston suma menos-15 en los dos partidos más recientes.

Entonces, no es difícil entender por qué Kerr ha debido depender de forma tan sustancial de sus inicialistas.

“No vamos a jugar con muchos chicos”, indicó Kerr. “Esta es una serie muy complicada como para depender demasiado de la banca, porque cuentan con tres escoltas que pueden llegar hasta el aro e imponer mucha presión sobre ti”.

Los Rockets sienten la misma presión. Por ejemplo: incluso a pesar de las constantes preocupaciones generadas en la búsqueda de proteger a Chris Paul y evitar que sufra de exceso de trabajo porque éste tiende a ser propenso a sufrir lesiones de corva, el entrenador Mike D’Antoni está utilizando a Paul durante un promedio de 40 minutos por noche durante la serie. Eso representa un incremento sustancial de su promedio en la temporada regular de 32 minutos.

Sin embargo, en lo que respecta a profundidad, los Warriors se ubican por debajo de los Rockets y eso es evidente en la producción por parte de la banca. Es cierto que los suplentes tienden a desempeñarse mejor como locales que en la carretera; sin embargo, los reservistas de los Rockets superaron a los Warriors 21-7 en el Juego 3.

Y las cosas sólo se tornan más difíciles. No habrá más recesos extensos durante el resto de la serie: los equipos jugarán cada dos días hasta que alguno alcance los cuatro triunfos por lado. Y el kilometraje de viaje se intensificará, a medida que ambos clubes viajen tras la conclusión de cada encuentro.

Golden State había aspirado poder sumar a su roster mediante el mercado de adquisiciones durante la temporada, algo que lograron hacer efectivamente los Rockets con la incorporación de Austin Rivers y Kenneth Faried. Pero esto no llegó a concretarse para los Warriors porque varios jugadores disponibles, ante el temor de un rol limitado, firmaron con otros equipos. Otros jamás estuvieron disponibles.

Por ejemplo, los Warriors tenían su mirada puesta en el pívot de los Chicago Bulls Robin Lopez durante meses, pero Lopez no fue adquirido. Terminaron firmando con Bogut, quien solo ha sido capaz de aportar durante cortos periodos.

Los Rockets ya están consiguiendo formas de sumar a la carga de trabajo de los Warriors. Después que Green fuera tan efectivo en los Juegos 1 y 2 defendiendo como pívot, Houston hizo mayor uso de su juego de pick-and-roll en el Juego 3 a fin de obligar a Green a gastar mayor energía y cubrir más terreno. Con el tiempo, ajustes de este tipo podrían tener un efecto agotador.

Green ostenta promedio de 10 minutos más por partido en esta serie, en comparación con la campaña regular, jugando casi la totalidad de esos minutos como pívot.

“Gracias a Dios que Shaq (O’Neal) no juega esta serie”, bromeó Green el pasado domingo.

Manteniendo ventaja 2-1 y sintiéndose bien con respecto a sus posibilidades, los Warriors mantienen buena cara con respecto a la situación. Sin embargo, si hay una forma en la cual los bicampeones defensores muestran vulnerabilidad, es con estos minutos que cada vez se acumulan más. Puede que esto no afecte sus resultados y terminen imponiéndose en la serie; no obstante, los riesgos de lesiones y efectos a largo plazo por jugar semejante cantidad de minutos son innegables.

Para un equipo que frecuentemente aparenta ser invencible, este es un punto débil.

“En los playoffs, la mentalidad es completamente diferente”, expresó Green. “Tenemos más que suficiente para ganarlo todo”.