En busca de su sueño

Al decidir abandonar a Cuba, el lanzador José Contreras está intentando ganarse su propio sueño americano en las Grandes Ligas

Por TOM FARREY

JOSE CONTRERAS decidió desertar y buscar el sueño americano en las Grandes Ligas ( )
Puede ser la voz de los aficionados estadounidenses que siente que su equipo favorito lo tratan como una máquina de hacer dinero o del jugador que siente que es tratado como mercancía cuando es cambiado de equipo a equipo.

Aunque la política de Fidel Castro es completamente opuesta a la mayoría de los estadounidenses, muy pocos líderes mundiales han tocado el tema del deporte más que el dictador cubano. Para el líder cubano, el deporte debe ser del pueblo.

"El profesionalismo va encontra del deporte, es un instrumento para arruinar el deporte y nuestros conceptos revolucionarios del deporte son para educar y mejorar nuestra cultura", afirmó Castro en 1966, siete años después de asumir poder de Cuba. Castro vio el valor del deporte y lo usó como uno de los pilares de comunismo cubano, junto a la educación y el sistema de salud.

Y por eso hay equipos en Pinar del Río, en el oeste del país que están llenos de jugadores locales como el lanzador José Contreras.

Contreras, es hijo de un tabacero y revolucionario. Contreras, quien trajo honor a la Revolución, y a Castro a sus pies, terminó doblegado al dictador hace unas semanas.

Más de 50 jugadores cubanos han desertado desde que Rene Arocha lo logró hace ya más de diez años. Sin embargo, ninguna de las deserciones han tenido un impacto sobre el béisbol cubano como el de Contreras, quien dejó a la selección cubana en octubre mientras que se disputaba la Serie de las Américas en Saltillo, México.

"Yo lo comparo con los mejores lanzadores que tienen en las Grandes Ligas, con Randy Johnson o Curt Schilling", comentó Miguel Valdes, el ex entrenador cubano quien desertó junto a Contreras en octubre.

Desde el punto de vista de talento, los buscatalentos de las Grandes Ligas afirman que Contreras es el mejor jugador que ha desertado de Cuba.

Orlando "El Duque" Hernández ganó más de 70 por ciento de sus partidos en las Ligas Cubanas, pero Contreras ha sido mejor para la selección. Tira más duro que El Duque y cumple 31 años en diciembre, ventaja que no tuvo Hernández, quien llegó cuando ya estaba cerca de los 35 años.

Liván Hernández era un jugador de la selección juveníl cubana cuando desertó, mientras que Rolando Arrojo era considerado uno de los mejores lanzadores en la historia cubana, pero ya habìa tenido problemas en su brazo. Contreras, como dicen los que han seguido su carrera, nunca ha tenido una lesión en el brazo.

"Tiene la inteligencia que se necesita para ser un buen lanzador", comentó Tommy Lasorda, ex piloto de los Dodgers de Los Angeles. "El puede lanzar en las Grandes Ligas en estos momentos y tener mucho éxito".

Miguel Valdes ha ayudado a Cuba a 13 títulos mundiales y dos medallas de oro en los Juegos Olímpicos como entrenador y director técnico de la selección. Valdes fue preguntado el mes pasado de comparar a Danys Baez, el lanzador de los Indios de Cleveland, también del Pinar de Río quien firmó un contrato de 14.5 millones en 1999 con Contreras.

"Yo no quiero compararlos con los otros lanzadores cubanos", indicó Valdes. "Yo prefiero compararlo con Randy Johnson y Curt Schilling. Contreras está en esos niveles".

Por su parte, Baez dijo que "Contreras puede ser el as de muchos equipos en las Grandes Ligas".

No hay muchas personas que vieron a Contreras dominar a los Orioles de Baltimore durante un partido de exhibición en Cuba hace tres años que pueden dudar de su talento. En el primer partido ante jugadores profesionales desde que Castro llegó al poder, Contreras cedió sólo dos hits en ocho entradas de relevo. Cuba perdió 3-2, pero no fue culpa de Contreras. Entró en la segunda entrada y ponchó a diez bateadores.

Contreras justificó las declaraciones de Castro que los jugadores cubanos podían competir con los mejores profesionales de las Grandes Ligas. Castro observó ese partido en el Estadio Latinoamericano y parecía como cualquier otro aficionado enloquecido por los ponches de Harold Baines, Will Clark, Mike Bordick y Albert Belle (dos veces).

"En vez de tirar solo rectas, él estaba mezclado sus lanzamientos y sabía lo que quería hacer en el montículo", indicó Bordick.

Después de ese día en marzo del 1999, todos los equipos de las Grandes Ligas estaban interesados en Contreras, considerado el mejor lanzador en el mundo sin un contrato de Grandes Ligas.

Pero para los agentes que seguian al equipo cubano, Contreras era el jugador menos interesados en desertar.

Más de media docena de agentes recorren el mundo con la selección cubana en busca del próximo desertor. Los agentes tratan de hacer contacto con los jugadores en los hoteles y en los baños, lejos de los ojos de la seguridad cubana.

Hasta el agente que finalmente ayudó a Contreras a abandonar Cuba había perdido la esperanza de conseguir su deserción.

"Es un tipo muy callado", comentó Jaime Torres, abogado de Miami quien está tratado de asegurar que Contreras sea un agente libre. "José no era una persona que estaba contento con su situación - no creo que ninguno de los jugadores están contentos - pero no parecía que estaba interesado en desertar. Me parecía alguien que había aceptado su futuro en Cuba y con la selección cubana".

Y Torres tenía razón.

"Hasta ese momento en México", le dijo Contreras a ESPN. "No había pensando ni una vez en dejar el equipo".

'Lo voy a hacer'
Hace un año Contreras habló con ESPN.com desde su casa en Pinar del Río, a dos horas de La Habana. Ese día iba a lanzar para el equipo de Pinar en las finales de la Serie Nacional, la versión cubana de la Serie Mundial.

"Creo que tengo muchas razones por quedarme en Cuba", dijo Contreras antes de ese partido.

Cuando dijo esto, Contreras me miró directamente a los ojos y no bajó su visto. No dio muestras de estar diciendo una mentira. Y por eso, las autoridades cubanas le habían dado más libertad a Contreras que a otros jugadores.

"Vengo de una familia humilde", dijo Contreras. "Creo que le debo a la Revolución. Me ha ayudado a ser un campeón mundial, un campeón olímpico, y un campeón centroamericano. Y por eso sigo en Cuba".

Pero un año después ya se había ido.

Lo que sucedió fue que Contreras se vio sólo en la habitación de un hotel. Solo con sus sueños.

En la mañana del partido ante Guatemala el mes pasado, Contreras dijo que se despertó y sentía un dolor en su cadera. Los entrenadores cubanos no iban a necesitar los servicios de Contreras y le permitieron quedarse en su hotel. Con la delegación cubana al otro lado del a ciudad, las Grandes Ligas nunca estaba más cerca. A sólo 125 millas a la frontera con los Estados Unidos.

Contreras admitió que no estaba diciendo la verdad cuando habló con ESPN el año pasado. "Tienes que entender que en Cuba hay cosas que no se pueden decir o terminas en problemas. Yo siempre he querido jugar al nivel profesional. Pero tenía mi familia y creo que la familia es lo número uno.

Contreras tiene una esposa y dos hijas, de diez y dos años. Sus padres ya se han retirado. El sabía que si lograba desertar, que existía la posibilidad de nunca verlos otra vez. Del otro lado sabía que si era encontrado por las autoridades cubanas o mexicanas antes de desertor que iba a tener que regresar a Cuba con su carrera en ruinas.

No obstante, llamó a Torres, quien que se encontraba en Saltillo.

"Lo voy a hacer", le dijo al agente.

Torres, completamente sorprendido por lo que estaba escuchando, le preguntó si estaba seguro.

"Lo voy a hacer."

Torres llegó al hotel y comenzaron a formular un plan para la deserción. Para no ser detectados, los dos quedaron en reunirse en el aeropuerto de Monterrey, una hora en coche de Saltillo.

Cuando llegó al aeropuerto, Contreras se asustó al ver quien estaba parado junto a Torres: Miguel Valdes, el hombro que había estado al frente del béisbol cubano durante más de una década.

"Pensé que me había capturado", comentó Contreras.

Pero Valdes no era uno de los espias de las seguridad cubana. El, también, tenía planes de desertar, pero no sabía que su lanzador estrella también lo iba a acompañar. Torres no le había dicho lo que el otro estaba pensando por si acaso algo no funcionaba con sus planes.

Una vez que Contreras y Valdes se tranquilizaron, los tres viajaron a Tijuana donde cruzaron la frontera con Estados Unidos.

Las noticias de la deseración de Contreras llegaron a los equipos de las Grandes Ligas de forma inmediata. Los aficionados cubanos tardaron un poco más en enterarse de las noticias tras darse a conocer a través de un comunicado del gobiero cubano.

Un aficionado en La Habana consultado por un corresponsal representando a ESPN indicó que no entendía las razones de Contreras. Contreras, dijo el aficionado, tenía todo lo que quería en Cuba, donde los atletas reciben ventajas que el cuidadando común y corriente no tiene aceso.

"Olvidese del béisbol cubano", dijo Joe Kehoski, otro agente que recorre el mundo con el equipo cubano. "Cuba está completamente sorprendido por la deseración, desde el más alto oficial del gobierno hasta el aficionado en la calle".

La reacción cubana no tardó en llegar, aunque debido a la falta de una prensa libre, muchas veces se tiene que adivinar lo que está pensando el gobierno comunista.

A finales de octubre, la federación cubana anunció que no iba a enviar un equipo a los Juegos Centroamericanos y del Caribe en El Salvador, que iban a comenzar en noviembre. Granma, el diario oficial del gobiero cubano, dio las razones como problemas con la seguidad en El Salvador, país donde, según ellos, la "mafia cubanamericana" estaba muy activa.

Pero la decisión de no enviar a un equipo a El Salvador llega a sólo semanas de la deseración de Contreras y la mayoría de los agentes consultados creen que la deserción tuvo algo que ver con la decisión cubana.

"Creo que el temor a más deserciones es la única razón por no enviar un equipo a los Juegos"; comentó Kehoskie. "Las deseraciones vienen en olas y si uno de los mejores deportistas cubanos y un que siempre a sido fiel al gobierno ha decidido desertar, quien sabe cuantos más tenían planes de quedarse en El Salvador".

No importa la razón por la decisión de no ir a los juegos, el futuro no es prometedor para el deporte cubano. En una era cuando una potencia comunista como china ha dejado a sus jugadores entrar al profesionalimso, Cuba cada vez más se ve aislada del resto del mundo.

Por el momento los 50 jugadores que han desertado sólo representan un porcentaje pequeño de los jóvenes valores que pueden un día llegar a jugar en las Grandes Ligas.

"Mientras que la situación económica siga empeorando en Cuba, vamos a ver más deseraciones", comentó Peter Bjarkman, escritor de un libre sobre el béisbol cubano. "Habrá más interés en desertar si Conrteras tiene éxito en las Grandes Ligas. Tiene la posibilidad de ser mejor que Liván y El Duque. Si eso pasa, entonces se verá más jugadores saliendo de Cuba".

Contreras sabe que toda la isla y quizás hasta Castro estará observando su carrera en las Grandes Ligas.

"Mis amigos y mis compañeros, quizas piensen que lo he traicionados", afirmó Contreras. "Pero ellos me conocen y ellos deben saber que no soy un traidor, simplemente soy una persona que estaba buscando mi sueño de jugar en otro nivel",

"Cada vez que salga al campo, lo haré por mis amigos, para mi y para el pueblo cubano".

-ESPN.com

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miércoles, 13 de noviembre
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