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Miguel Montero no ve la hora de irse de Chicago

MIAMI - Cuando el venezolano Miguel Montero llegó a Chicago esperaba ser el receptor titular de los Cachorros.

Venía de Arizona, tras nueve temporadas con los Diamondbacks de Arizona, donde se había establecido como uno de los mejores cátchers de la Liga Nacional, con dos participaciones en Juegos de Estrellas.

Sin embargo, la realidad fue otra y el cuestionable sistema del manager Joe Maddon de no presentar una misma alineación dos días seguidos cayó como un jarro de agua fría sobre Montero, quien de pronto vio limitado su tiempo de juego e incluso llegó a ser relegado a tercer receptor, por detrás de su compatriota Willson Contreras y de David Ross.

"Ha sido difícil para mí. Llegué en un buen momento y sí, pensaba que sería el regular de todos los días. Pero desde el primer momento nunca fue así y no he tenido muchas oportunidades de jugar y de demostrar de lo que soy capaz", dijo el venezolano de 33 años.

Montero jugó en 113 partidos en el 2015, su primer año con los Cachorros, pero esa cifra se redujo a 86 en el 2016. En 71 encuentros de lo que va esta temporada, sólo ha visto acción en 41.

"Muchas personas dicen que me acostumbré, que acepté este rol. Pero no, no lo he aceptado, todavía no lo he aceptado, ni me he acostumbrado. Simplemente no puedo hacer nada, esto es lo que hay y si me pongo a pensar mucho en eso terminaría volviéndome loco", enfatizó.

"El lado positivo es haber tenido la posibilidad de ganar una Serie Mundial, histórica por demás. Obviamente esa es una de las metas de todo pelotero y aunque no tuve mucha acción en la Serie, pero tuve un turno importante en el décimo inning del juego siete con las bases llenas e impulsé la carrera que al final resultó decisiva", agregó el enmascarado.

Montero no ve la hora de que termine la actual campaña para buscar nuevos horizontes en la agencia libre.

"Este es mi último año de contrato. Me siento fuerte y saludable y creo que todavía puedo jugar mucho béisbol. Ya veremos dónde".