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Las grandes preguntas del 2018 que serán respondidas en 2019

Bryce Harper y Manny Machado son los principales agentes libres en las Grandes Ligas. Getty Images

Mientras contamos las horas para la llegada del Año Nuevo, el béisbol sigue en mi mente. Siempre está presente. Pienso en algunas de las interrogantes aún sin responder de 2018 a medida que nos acercamos al 2019…

¿Con qué equipos firmarán Bryce Harper y Manny Machado?

Esta es la gran interrogante, la madre de todas. La novena de Los Angeles Dodgers liberaron espacios en los jardines y pudieron respirar un poco dentro de su nómina cuando despacharon a Yasiel Puig y Matt Kemp a los Cincinnati Reds. Y Harper siguió alimentando la especulación de que se dirige a Los Ángeles (o gustaría ir allá) cuando en vísperas de Navidad dio un “me gusta” a una publicación de Major League Baseball en Instagram en la cual preguntaban si los Dodgers eran los grandes favoritos para hacerse con los servicios de Harper.

A pesar de ello, los Dodgers deben poner la plata. Eso podría darle oportunidad a otro equipo (Philadelphia Phillies, los Washington Nationals) de asegurar a Harper. También están los Chicago Cubs, que comienzan a figurar como outsiders. El diario Chicago Sun-Times informó que los ejecutivos de los Cachorros se reunieron con Scott Boras durante las reuniones invernales y que Theo Epstein pidió a Boras que volviera a hablar con los Cachorros antes de que Harper decida firmar con otro equipo. Es probable que los Cachorros necesiten liberar algo de nómina primero (o, mejor dicho, desearán liberar parte de su nómina).

Mientras tanto, Machado dijo que esperará hasta el año nuevo para tomar una decisión. El contrato más lucrativo de la historia de las Grandes Ligas es el firmado por Giancarlo Stanton por $325 millones con los Miami Marlins (luego negociado con los New York Yankees) y la creencia general es que Boras y Dan Lozano se asemejan a Amundsen y Scott corriendo hacia el Polo Sur para romper ese récord. La mejor posibilidad de que ello ocurra es que los Filis no consigan a Harper y ofrezcan a Machado ese contrato sin precedentes para mantenerlo así lejos de los Yankees.

¿Llegó el “Opener” para quedarse?

Uno de los tópicos candentes en las reuniones invernales era la viabilidad futura de la estrategia del “opener”, impuesta de forma muy exitosa por los Tampa Bay Rays durante la temporada regular y que otros equipos, eventualmente, emularon en menor medida. La opinión consensuada por parte de los managers: El “opener” no es una moda. “Creo que lo veremos ocurrir”, dijo el manager de los Rays, Kevin Cash. “Sé que lo vamos a hacer”.

Los Oakland Athletics fueron uno de los equipos que lo intentaron sobre la marcha, incluso llegado a colocar como abridor al relevista Liam Hendricks en el partido para definir el comodín de la Liga Americana. “Ves que otros equipos lo están haciendo también”, dijo el manager de los Atléticos, Bob Melvin. “Y pienso que lo veremos mucho más el año que viene… Sí, creo que llegó para quedarse”.

Se puede argumentar que el uso del “opener” de forma regular fue el acontecimiento más significativo de la temporada 2018. Piensen al respecto: Se trata de una estrategia totalmente nueva para jugar este deporte, un desarrollo muy destacable, considerando el largo historial y tradición del béisbol.


Aunque ello no implica la muerte del pitcher abridor. Tal como lo indicó Cash, fue más sencillo para los Rays intentar esta estrategia debido a la juventud de su staff de lanzadores. “Cada equipo valora a su rotación o cuerpo de pitcheo de forma diferente”, afirmó. “Creo que es justo decir que si se mira a los Houston Astros, los Medias Rojas, que tuvieron un grupo muy veterano de pitchers entre el primer y quinto puesto de sus rotaciones, se puede decir que para ellos es un poco más retador (intentar usar un “opener”).

Craig Counsell, manager de los Milwaukee Brewers, hizo otro argumento que sugiere que la presencia del “opener” no será tan amplia como algunos predicen. “Creo que la estrategia es diferente en la Liga Nacional, en la cual el pitcher batea”, indicó. “Creo que eso cambia el cálculo sobre el cual hay que analizar y cómo estructurar las cosas. Porque, una vez que se utiliza un “opener” y se coloca a un abridor en un partido, si dicho abridor ingresa en el cuarto o quinto inning y tienes un turno al bate que necesitas en ese partido… tendrás que disponer de tus lanzadores muy rápidamente. Y eso terminará pasándote factura”.

Incluso, los Rays firmaron al abridor Charlie Morton como agente libre para complementar al ganador del Cy Young de la Americana Blake Snell y a Tyler Glasnow y así contar con tres abridores regulares. Su estrategia también funcionó porque contaban con pitchers “abridores” listos como relevistas largos para respaldar a sus openers; a saber, los novatos Ryan Yarbrough, Yonny Chirinos y Jalen Beeks, quien cumplió el rol de relevista largo. Todos ellos fueron desarrollados en Ligas Menores como abridores. De hecho, Yarbrough lanzó por espacio de 147 1/3 innings, a pesar de haber abierto seis encuentros. La estrategia del “opener” solo funciona si cuentas con pitchers “abridores” dentro del bullpen, dispuestos a aportar actuaciones solventes de larga duración.

¿Se produjo otra evolución en el uso del bullpen?

El énfasis dentro de las Grandes Ligas en el pitcheo de relevo (y, en consecuencia, dejar de insistir en que los lanzadores abridores actúen por largos espacios en los partidos) implica que se requiere una mayor cantidad de innings por parte de los bullpen. Los relevistas lanzaron en 2018 2.238 innings más que en 2015, y 3,178 más en comparación con 2010. Sin embargo, adivinen cuál ha sido una consecuencia de dicho cambio: La brecha de calidad entre abridores y relevistas se ha acortado.

Los abridores y relevistas tuvieron prácticamente las mismas cifras de efectividad y OPS permitido en 2018, luego de las diferencias notorias evidenciadas en las cinco campañas anteriores. Quizás esto termine siendo algo pasajero y que sólo dure una temporada. O quizás no existan suficientes innings de calidad en el relevo: los relevistas lanzaron en 2018 aproximadamente 1,000 innings más que en 2017 (los Rays fueron responsables por 279 de dichos innings, aunque prácticamente ostentaron la misma efectividad por parte de su bullpen en 2018 que en 2017: 3.80, en comparación con 3.83).


Por ende, sí, la idea general de limitar a los abridores a dos enfrentamientos contra el orden de bateo tiene sentido; sin embargo, 2018 nos demostró que algunos equipos están confrontando problemas a la hora de conformar las segundas mitades de sus bullpens. Esta es una forma de entenderlo: 281 pitchers lanzaron al menos 25 entradas como relevo y 52 de éstos sumaron efectividad superior a 5.00, o lo que es lo mismo, aproximadamente el 20 por ciento. Esto no incluye a todos los malos relevistas que ni siquiera llegaron a sumar 25 entradas de labor.

Una idea empleada por algunos equipos en las menores es juntar “parejas de abridores”: dos pitchers que lanzan el mismo día y cada uno se encarga de tres innings. Puedo ver a algunos equipos intentarlo en el cuarto y quinto puesto de sus respectivas rotaciones, pero esto implica la necesidad de tres abridores regulares junto a otros cuatro pitchers que serían algo más que el relevista convencional de una entrada. Esto significa que más allá de los tres abridores a tiempo completo que trabajen por más de 175 innings, se requiere de cuatro hombres capaces de pitchear aproximadamente 100 innings cada uno. Además, hay que ligar que ninguno de ellos se lesione.

Es un concepto interesante: sin duda alguna, existen abridores que confrontan dificultades cuando acumulan la carga de trabajo de un abridor regular, pudiendo ser más efectivos al limitarse a 100 entradas. También es una buena forma de preservar la carga de trabajo de un pitcher joven sin tener que moverlo entre la rotación y el bullpen. Por supuesto que esto implica la necesidad de un bullpen con mayor profundidad, porque se están utilizando dos (o cuatro) relevistas en dicho rol. A pesar de lo anterior, se puede percibir que ésta será la próxima tendencia en el pitcheo de relevo. Hay un elemento obvio: No existe nada que sugiera que los abridores volverán a lanzar una mayor cantidad de innings.

¿Prohibirán el shift defensivo?

El comisionado Rob Manfred parece ver al cambio especial a la defensiva o “shift” como algo más que un elemento de molestias menores. Jayson Stark, en la web The Athletic, informó recientemente que el comisionado ha recibido “fuerte” apoyo por parte del comité de competición para crear una serie de reglas que limiten el “shift” defensivo, que posiblemente entrarían en vigor para el Día Inaugural de la temporada 2019.

Les ahorraremos todo el análisis e implicaciones de un potencial cambio de reglas para otro día; sin embargo, durante las reuniones invernales no escuché a un solo manager decir que estaba a favor de una prohibición. Casi todos fueron vehementes al expresar su oposición a una posible prohibición del “shift”.

“Puedes decir que estuve equivocado, pero es que no puedo ver que ocurra algo así”, sugirió Counsell, enfático. “Solo diré lo siguiente: no veo sentido alguno en prohibir el shift'. No veo la forma en la cual pueda mejorar este deporte. Pienso que es una parte estratégica del juego, que es una de las cosas que hace a nuestro deporte divertido: encontremos estrategias para así ganar partidos de béisbol. He ahí el por qué amamos este deporte… He ahí la razón por la cual ustedes (en los medios de comunicación) tienen empleo, porque discutimos estrategias todo el tiempo. Entonces, si quieren eliminar todas las estrategias, pues no sé, es mejor que ustedes piensen (qué podría pasar)”.

El manager de los Cleveland Indians, Terry Francona, también se mostró fuertemente opuesto a una prohibición: “No creo que se pueda dictar normas a los equipos sobre aspectos de la competencia. ¿Saben a qué me refiero? Pueden oírme hablar al respecto de vez en cuando, sobre las consecuencias indirectas”.

Joe Maddon dijo lo siguiente: “Mi respuesta es ‘no’, no implementaría legislación en contra del ‘shift’. El ‘shift’ debe ser utilizado de forma orgánica”.

Y así como ellos, hay otras opiniones similares. El tema es el siguiente: ¿Al comisionado le importa lo que piensan sus managers sobre el deporte en el cual fungen como técnicos?