El derecho Jake Arrieta ganó el premio Cy Young de la Liga Nacional y completó un triplete para los Chicago Cubs, que ya habían conseguido los galardones de Novato y Manager del Año para Kris Bryant y Joe Maddon, respectivamente.

Arrieta (22-6 y efectividad de 1.77 en toda la campaña) tuvo una de las mejores segundas mitades de temporada de pitcher alguno.

Después de la pausa por el Juego de las Estrellas, el diestro de raíces puertorriqueñas tuvo récord de 12-1 y efectividad de 0.77, con 11 triunfos consecutivos entre agosto, septiembre y principios de octubre.

Arrieta se convierte en el primer ganador del Cy Young para los Cachorros desde que lo hiciera Greg Maddux en 1992.

Asimismo, es la primera vez que un equipo acumula tres de los cuatro premios mayores (Novato, Manager, Cy Young o MVP) desde que lo lograran los Seattle Mariners en el 2001.

El último equipo en conseguirlo en la Liga Nacional fue Atlanta Braves en 1991.

Arrieta consiguió17 votos de primer lugar, para 169 puntos, por delante de Zack Greinke, de Los Angeles Dodgers, quien logró diez votos y 147 unidades.

El zurdo Clayton Kershaw, también de los Dodgers, se llevó los otros tres votos de primer lugar y sumó 101 puntos.

Más fácil fue el triunfo de Dallas Keuchel en la Liga Americana.

El zurdo de los Houston Astros recibió 22 de los 30 votos de primer lugar, para sobrepasar al también lanzador del brazo equivocado David Price, que obtuvo los ocho restantes.

Keuchel (20-8 y efectividad de 2.48) es el tercer pitcher de los Astros en ganar un premio Cy Young. Los anteriores fueron Mike Scott en 1986 y Roger Clemens en el 2004.

Ahora sólo resta el anuncio de los Jugadores Más Valiosos en ambas ligas.

En la Nacional parte de favorito Bryce Harper, de los Washington Nationals, quien compite con Paul Goldschmidt, de los Arizona Diamondbacks, y Joey Votto, de los Cincinnati Reds.

En la Americana, el gran favorito es Josh Donaldson, de los Toronto Blue Jays, junto al ganador del 2014 Mike Trout, de Los Angeles Angels, y Lorenzo Cain, de los campeones Kansas City Royals.

Si lo ganaran Harper y Trout se daría una curiosidad, pues sería la segunda ocasión en que comparten un galardón, ya que ambos fueron Novatos del Año en el 2012.

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Saquen de las oraciones del premio Cy Young a Clayton Kershaw y a Sonny Gray, no porque les falten méritos, pero sus números del 2015 no deberían alcanzarles para competir por el galardón.

Y eso que el zurdo de Dodgers de Los Angeles tuvo otra campaña extraordinaria, con 301 ponches en 232.2 innings lanzados, líder en ambos departamentos en todas las Grandes Ligas.

Además, su WHIP (bateadores embasados por hits o boletos por cada episodio) fue el tercero mejor de todo el béisbol, con 0.88, pero quedó detrás de su compañero de equipo Zack Greinke (0.84) y del derecho de los Cachorros de Chicago, Jake Arrieta (0.86). Cuestión de centésimas.

Su efectividad de 2.13 fue también la tercera mejor del año, pero volvió a quedar detrás de Greinke (1.66) y Arrieta (1.77), quienes además lo superaron en victorias, con 19 para el de los Dodgers y 22 para el de Chicago.

En la Liga Nacional, el duelo será entre los dos derechos, mientras que en la Americana, los dos zurdos, Dallas Keuchel, de los Astros de Houston, y David Price (Tigres de Detroit/Azulejos de Toronto) se disputarán el galardón sobre el diestro Gray, de los Oakland Athletics.

En el viejo circuito podría darse un triplete para los Cachorros, que ya lograron coronar a a Kris Bryant y a Joe Maddon como Novato y Manager del Año, respectivamente.

Arrieta aventajó a Greinke por tres triunfos, 22 a 19, pero tuvo también tres derrotas más, seis contra tres.

También lanzó más innings, 229 por 223.2 y propinó más ponches, 236 por 200.

El de los Dodgers fue mejor en efectividad y en WHIP, además de tener un mejor WAR, de 9.3 por 8.6, para aquellos amantes de las polémicas y cuestionables estadísticas sabermétricas. En todas esas categorías, Greinke y Arrieta fueron uno o dos en todas las Mayores. La decisión será lucha entre las estadísticas tradicionales como victorias, entradas lanzadas, ponches y efectividad contra números sabermétricos como WHIP y WAR.

En la Americana, Keuchel fue el único ganador de 20 partidos, dos más que Price, quien a su vez aventajó por tres centésimas al de Houston en efectividad, 2.45 por 2.48.

Price, quien compartió el año entre Detroit y Toronto, ponchó a 225 bateadores en 220.1 episodios, mientras que Keuchel abanicó a 216 en 232 capítulos.

El barbudo de los Astros tuvo un WHIP de 1.02 y un WAR de 7.2, por 1.08 y 6.0, respectivamente, de Price, quien ahora es uno de los agentes libres más codiciados en el mercado.

Si gana Keuchel, como debería ser, Houston sumaría su segundo premio, tras el Novato del Año de Carlos Correa.

De conseguirlo Price, sería el primero de dos para Toronto, si, como se espera, su antesalista Josh Donaldson se lleva el galardón como Jugador Más Valioso, que será anunciado el jueves 20 de noviembre.

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Cuando le preguntaron a Joe Maddon cómo había planificado el uso de los relevistas para el partido de comodines ante los Piratas de Pittsburgh, el manager de los Cachorros de Chicago fue categórico: empiezo con Jake Arrieta y termino con Jake Arrieta.

Y como lo anunció, sucedió. El derecho de raíces boricuas caminó toda la ruta en blanco, con 11 ponches propinados, para meter a los Cachorros en la serie divisional ante los Cardenales de San Luis.

En su primera apertura en postemporada, el favorito a ganar el premio Cy Young de la Liga Nacional extendió a 31 los innings consecutivos sin permitir carreras.

Fueron precisamente los Piratas los últimos que consiguieron anotarle, hace casi un mes, el 16 de septiembre.

Desde entonces, en sus tres salidas finales del calendario regular y la apertura del juego de comodines, se ha cansado de llenar de ceros las pizarras de cuanto estadio se presentó.

Junto a Arrieta, tuvieron los Cachorros dos héroes quizás inesperados en Dexter Fowler y el novato Kyle Schwarber, primero y segundo en la alineación que presentó Maddon ante Gerrit Cole, abridor de Pittsburgh.

Ellos solos se encargaron de fabricar las cuatro carreras de su equipo.

Fowler se fue de 4-3, con tres anotadas, una remolcada y un jonrón.

Schwarber bateó de 3-2, impulsó tres con sencillo y cuadrangular, además de pisar la goma en una ocasión.

El bambinazo que el debutante le pegó a Cole en el tercer episodio con Fowler en base literalmente salió de los límites del PNC Park, por encima de los graderíos del jardín derecho.

Los Piratas, en tanto, se fueron eliminados por segundo año consecutivo en el juego de muerte súbita y esta vez lo hicieron de la peor manera, al brindar un espectáculo penoso, bochornoso, ante la frustración de no poder descifrar los envíos de Arrieta.

En el séptimo, luego de dos outs, el relevista Tony Watson le pegó la pelota en la cadera a Arrieta cuando vino a batear, lo que provocó que se vaciaran las bancas.

El derecho de Chicago había anteriormente golpeado al venezolano Francisco Cervelli y a Josh Harrison, el primero con una recta pegada que le rozó una mano y al segundo con una curva que no desarrolló.

El envío de Watson, por su parte, pareció a todas luces intencional, hecho por un pitcher que se aprovechó del saber que nunca llegaría a enfrentar a Arrieta como bateador.

Y lamentable el show de Sean Rodriguez, frustrado por ser sustituido por el manager Clint Hurdle sin haber consumido siquiera un turno al bate y que luego quiso ser el más agresivo en la pelea y trató los bidones de agua como bolsa de golpeo de boxeo.

Los Piratas demostraron ser malos perdedores, pues hasta en la derrota hay que saber mostrar clase.

Por segundo año seguido, su postemporada duró nueve innings, mientras que los Cachorros siguen adelante en su empeño de romper la maldición del chivo que los ha mantenido siete décadas fuera de la Serie Mundial, la que no ganan desde hace 107 años.

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Quizás fue la frustración de jugar en el partido entre comodines por segunda temporada consecutiva y ver otro cero en el pizarrón junto a su nombre. O quizás fue el efecto secundario de un deslizamiento que bordeó en lo ilegal hace varias semanas de parte de Chris Coghlan que terminó la temporada de Jung Ho Kang. O quizás fue solo béisbol.

Los Piratas de Pittsburgh estaban en desventaja ante los Cachorros de Chicago 4-0 en la parte alta de la séptima entrada cuando el lanzador relevista Tony Watson lanzó una recta pegada que golpeó al as de los Cachorros Jake Arrieta en el muslo, lo que desencadenó un incidente que vació las bancas, pero que no pasó a mayores, más allá de algunos gritos y que terminó con la expulsión del jugador del cuadro de los Piratas Sean Rodríguez (quien ya había sido sacado del juego de todos modos) y entonces desquitándose con una hielera de Gatorade en el dugout. Arrieta ya había golpeado a dos bateadores en el partido y había estado cerca de golpear a otros dos.

Los Piratas se habían quedado sin suerte en la entrada anterior. Luego que Arrieta dominara por cinco entradas, Travis Snider abrió la sexta con sencillo duro hacia el derecho. Grégory Polanco entonces conectó un lineazo hacia la tercera base, pero un adelantado Kris Bryant hizo una jugada tremenda, metiendo el guante para parar la pelota en el aire y haciendo la atrapada antes de que la bola tocada el suelo. Luego que Arrieta golpeara a Josh Harrison, Addison Russell falló el rodado conectado por Andrew McCutchen para llenar las bases. Con la fanaticada enloquecida - en lo que era percibida como una situación en la que debían anotar -- Starling Marte conectó otro rodado duro, pero directo hacia Russell, quien inició la doble matanza 6-4-3. Cuatro pelotas bateadas duro en la entrada y sin carreras.

Algo de esa mala sangre entre ambas novenas se remonta a septiembre, cuando el jardinero de los Cachorros Coghlan golpeó a Kang, desgarrándole la rodilla en la jugada mientras se deslizaba en la base para romper una doble matanza. Kang tenía en ese momento el segundo mayor OPS de los Piratas, y ciertamente habría sido colocado en la alineación para este partido.

Los Piratas sufrieron en par de ocasiones en la quinta entrada gracias al oficial del plato Jeff Nelson en lanzamientos rompientes fuera de la zona. Es difícil de por sí el vencer a Arrieta y encima de eso que reciba una ayudita del árbitro.

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Jake Arrieta and Jon LesterGetty Images
La salida de Jon Lester el jueves, en la que consiguió 10 ponches, fue su cuarta de ese tipo en la temporada, la mayor cantidad en una campaña para un zurdo en la historia de los Cachorros de Chicago, y su recta cortada lució dominante ante los Cerveceros de Milwaukee en seis entradas el jueves. Kyle Schwarber conectó un par de cuadrangulares, impulsando su leyenda, según escribe Jesse Rogers.

Para los Cachorros, fue un día de muchos éxitos y gran repertorio, en lo que podría ser una temporada prometedora.

Pero algunos de los comentarios luego del partido se desviaron apropiadamente a los continuos problemas de Lester de lanzar a las bases, porque Milwaukee corrió silvestre por las bases. Los Cerveceros se robaron cinco bases ante él luego de su primer intento de sacar a un corredor en base desde abril, el que terminó de forma horrible (y que pueden ver aquí).

De la historia de Gordon Wittenmyer:

Jon Lester ni siquiera necesitaba escuchar la pregunta directa luego del partido.

"Todos sabemos lo que está pasando aquí", dijo el estelar lanzador de los Cachorros el jueves luego de sobrevivir una gran cantidad de corredores en base de los Cerveceros para lanzar seis entradas y agenciarse su cuarta victoria en fila.

Lester (8-8) ha estado en una buan racha que lo ha hecho lucir como uno de los mejores abridores de la Liga Nacional desde el inicio de julio (1.92 ERA) - subrayando la razón por la que los Cachorros invirtieron $155 millones en él por seis temporadas.

Pero entonces llegó ese momento en el partido del jueves cuando los Cerveceros comenzaron a utilizar su juego de la carrera, y Lester hizo su primer intento de sacar un corredor en base desde el 13 de abril cuando cometió un error en televisión nacional - y cometió dos errores en fila, al enviar la pelota por el lado derecho del primera base Anthony Rizzo y permitiendo que Jean Segura llegara a la intermedia con un out.

"Solo tengo que hacer un mejor trabajo", dijo Lester. "Intenté sacar un corredor en base hoy. Me sentí bien por ello. No fue un tiro tan malo. Por lo menos fue mejor que el anterior".

El hecho de que Lester hable sobre un problema y reconozca que necesita resolverlo solo puede ser algo bueno. Ignorarlo, o pretender que no es un problema, sería un gran motivo de preocupación para los Cachorros, quienes posiblemente tomen esto en cuenta si tienen que seleccionar un abridor para el juego entre comodines de la Liga Nacional - que para ellos es una fuerte posibilidad, dada su ventaja en la contienda por la postemporada.

Chicago lidera ahora la contienda por el segundo puesto de comodín por 4 ½ juegos, y están logrando mayor impulso. Y en algún momento en el mes que viene, el cuerpo técnico y la oficina central de los Cachorros tendrán que sentarse a diseñar un plan de rotación para octubre.

Lester tiene más experiencia en postemporada que cualquier otro lanzador que tengan los Cachorros, con 12 aperturas, 84 entradas, y efectividad de 2.57. Pero este tipo de problemas lanzando a las bases lo hace vulnerable al tipo de juego que se desarrolla en octubre, como lo demostraron los Reales en el juego de comodines de la Liga Americana el año pasado.

Los Cachorros tienen una excelente alternativa para abrir el juego de comodines en Jake Arrieta, quien ha sido el mejor abridor del equipo esta temporada; rayos, ha sido uno de los mejores lanzadores esta temporada en las mayores, con efectividad de 2.38, la sexta mejor entre todos los abridores.

Lester ha estado lanzando muy bien, y en su más reciente salida ante los Piratas - quienes al día de hoy serían los contrarios de los Cachorros en el juego de comodines - él y el receptor David Ross trabajaron con los intentos de Pittsburgh de usar el juego de la carrera. Los corredores de los Piratas nunca se sintieron realmente cómodos tomando las ventajas en las bases que los Cerveceros tuvieron el jueves.

Pero en un juego de vida o muerte, podría ser mejor que los Cachorros usaran a Arrieta, para quitarle presión a Lester y su problema de lanzar a las bases, y para no permitir que eso sea un factor determinante al final de su temporada, como lo fue para los Atléticos en su pasada postemporada. Podría ser mejor para los Cachorros dejar que sea Lester el que lance el Juego 1 de la Serie Divisional, cuando se trepe al montículo con mayor margen de error.

A los Cachorros le quedan 49 partidos en calendario, y los Nacionales y los Yankees han demostrado que incluso las ventajas considerables pueden desaparecer rapidamente. Joe Maddon, Lester y su equipo de trabajo tienen mucho trabajo por hacer. Pero si continúan jugando bien y acercándose a asegurar un puesto de comodín, ese será un tema que el manager y el lanzador zurdo tendrán que abordar.

Por ahora, Maddon dice que está bien con él lo que quiera hacer Lester con sus lances a las bases, según escribe Rogers.

Desde el departamento de Estadísticas e Información de ESPN: Lester ha permitido un total de 35 bases robadas en 23 juegos esta temporada, la mayor cifra en las mayores.

La mayor cantidad de bases robadas permitidas por un lanzador zurdo en una temporada en los últimos 50 años es de 42, hecho que ocurrió en dos ocasiones anteriores por Randy Johnson (1992, 1999) y una vez por Steve Avery (1992). Lester lleva ritmo para aplastar esa marca y permitir 50 robos esta temporada.

Desde Elias: los Cachorros tuvieron marca de 7-0 en su estancia en casa, empatando su tercera mejor marca en una estancia en casa desde 1900.

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