MÉXICO -- Es la nueva joya del Real Madrid y del futbol español. Marco Asensio está en boca de todos después de arrancar la temporada con goles en las dos Supercopas, con lo cual ha marcado ya en su debut en cinco competencias distintas (también lo hizo en La Liga, Copa del Rey y Champions). Hoy por hoy, aunque suene paradójico, es más suplente que titular en el Real Madrid, pero eso podría cambiar a lo largo de la temporada.
En la vida hay decisiones propias y ajenas que cambian el camino y la historia de un futbolista, la de Asensio podría ser hoy muy distinta. El que hoy es el nuevo fetiche de la afición madridista no estuvo muy lejos de ser jugador del Barcelona que por ahorrarse un par de millones perdió la oportunidad de ficharlo. Según el agente del jugador, el Barça ofreció al Mallorca cerca de €2.5 millones más otros dos diferidos por Asensio en 2013, pero el club exigía la cantidad entera para hacer la negociación. El Barça se retiró y unos meses después el Madrid lo fichó pagando €3.5 millones al Mallorca y permitiéndole quedárselo a préstamo.
Hoy por hoy, teniendo en cuenta el nivel de Asensio, no sería descabellado pensar que el jugador podría ser titular de la selección Española. Cierto, solo ha disputado tres partidos con La Roja y apenas dos como titular (ambos amistosos), pero el equipo de Lopetegui no vive una época de grandes delanteros o extremos. En la eliminatoria a Rusia 2018 han jugado en esas posiciones Diego Costa y Vitolo mientras que en el fracaso de la Euro hace apenas un año, Del Bosque apostó por Morata, Nolito y Pedro. ¿Está alguno de ellos muy por encima de Asensio en este momento?, hoy no parece el caso.
Pero Marco Asensio pudo haber vestido la camiseta de Holanda en lugar de la de España. El segundo apellido del jugador del Madrid es Willemsen y proviene de su madre, que es holandesa. En 2015 la Federación Holandesa estuvo en contacto con Asensio para convencerle de jugar para el país de su madre, pero el futbolista, que ya había vestido la camiseta de España en las categorías Sub-17 y Sub-21, prefirió esperar su oportunidad en La Roja. Incluso en redes sociales surgió una campaña para invitar al jugador con la etiqueta #AsensioWillemsenInOranje. No funcionó y hoy parece que el futuro de Marco Asensio le aguarda grandes cosas vestido de rojo y también de blanco.
MÉXICO - La Ligue 1, que define año a año al campeón de Francia, se acaba de hacer un poco más atractiva y también un poco menos. No, la llegada de Neymar no hará el torneo más competitivo, por el contrario, abre el camino para que el PSG vuelva al título que conquistó cuatro años seguidos hasta que el Mónaco se atravesó la temporada pasada.
El campeón es el Mónaco, por primera vez en 18 años consiguió el título de liga apoyado no solo en la resurrección de Radamel Falcao o en la irrupción del sensacional Kylian Mbappé sino en un núcleo de futbolistas jóvenes y talentosos del que partieron varios. El mediocampista defensivo Timoué Bakayoko se fue vendido al Chelsea y, Bernardo Silva y el fantástico lateral de 22 años Benjamin Mendye recalaron en el Manchester City a cambio de más de €100 millones. Llegaron al club: la promesa belga de 20 años, Youri Tielemans (13 goles con el Anderlcht) y el central de 23 años del Feyenoord, Terrence Kongolo. Poco más.
Detrás del Mónaco quizás el Olympique Marsella (máximo ganador con 10 títulos) tenga algo que decir. Con Rudi García en el banquillo, el club se reforzó con piezas interesantes como el central Adil Rami, el veterano portero Steve Mandanda y el medio brasileño Luiz Gustavo. Más atrás tratarán de competir el Niza, tercero la campaña pasada y el Olympique de Lyon. Marcelo Bielsa regresa a dirigir en Francia con el Lille pero no parece tener club plantilla para ser protagonista.
Neymar... la mesa está servida.
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Tres años después de anotar el único gol de la final de Brasil 2014 ante la Argentina de Messi, Götze debe comenzar casi de cero. Una enfermedad denominada miopatía, un desorden metabólico que afecta el funcionamiento de los músculos, le ha alejado del fútbol durante cinco meses. Mario regresó a entrenar de lleno con el Dortmund apenas esta semana y espera ser protagonista en la próxima Bundelisga luego de jugar solamente 11 partidos en su año de regreso con el club de su infancia.
Aquel gol en la final del Mundial el 13 de julio de 2014 cerraba una temporada mágica para Mario Götze, quien un año antes había dejado al Dortmund para fichar por el Bayern Munich y convertirse en el talento joven más venerado del fútbol alemán. Joachim Low lo bautizó el "Niño Maravilla", Matthias Sammer, entonces Director Deportivo del Bayern, se refirió a él como "uno de los más grandes talentos que hemos tenido". Un gol en el Maracaná lo anotó con 22 años recién cumplidos y el cielo parecía un límite corto para su talento, pero después del mundial Götze solo encontró decepciones.
En su segundo año con el Bayern solo marcó 9 goles en 28 partidos, al año siguiente jugó apenas 11 partidos de liga a las órdenes de Guardiola y lo mejor de su temporada llegó cuando le anotó a su exequipo, el Dortmund, en la goleada del Bayern 5-1 durante la fecha 8 del campeonato. Su rendimiento fue tan pobre que el Borussia Dortmund pudo repescarlo por ¬20 millones cuando el Bayern había pagado 35 por él tres veranos antes. Hoy, después de cinco meses de luchar contra un desorden muscular y alejarse de los reflectores, Mario Götze comienza de nuevo en Dortmund, sin grandes expectativas, sin reflectores, pero con la ilusión de al menos acercarse a la gloria que tocó con su botín izquierdo aquel verano en Río de Janeiro.
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ALEMANIA NO DA UN PASO EN FALSO
A Joachim Löw lo criticaron en Alemania por restarle importancia al torneo y no convocar a titulares indiscutibles de la selección como Manuel Neuer, Mats Hummels, Jerome Boateng, Toni Kroos, Mesut Özil y Thomas Müller, entre otros; pero el entrenador campeón del mundo se defendió desde el principio con argumentos: "Tiene sentido ir con este equipo. Nos ayudará tan pronto como el año próximo (año de Mundial). Un día la Confederaciones será importante para aquellos que jueguen en ella".
No solo le dio un verano de descanso a varios de los que serán sus titulares en el Mundial sino que además le permitió a sus figuras jóvenes justificar en la cancha un muy probable llamado para el verano próximo. Quién puede negar que Julian Draxler y Leon Goretzka merecen ser titulares, Timo Werner viene de hacer 21 goles en la Bundesliga y Mario Gómez ya necesita un relevo, Joshua Kimmich y Hector ya son los laterales habituales de la selección mayor y Marc Andre ter Stegen es suplente solo porque delante está un hombre llamado Manuel Neuer. En resumen: Löw descansó a sus figuras, convirtió en figuras a sus jóvenes y se llevó a casa un trofeo que Alemania nunca había conquistado. No le fue mal.
CHILE NO ESTÁ EN LA ÉLITE
Perdón, pero un equipo que apenas anota cuatro goles en cinco partidos pese a dominar la pelota en buena parte del torneo, no puede considerarse un candidato para la próxima Copa del Mundo FIFA. Cierto, Chile ya ganó dos Copas América consecutivas y en ambas venció a la Argentina de Lionel Messi, pero en ambas terminó los 120 minutos sin goles y consiguió el trofeo gracias a los penales. No se trata de restarle mérito a La Roja, pero el domingo Alemania demostró que vale más ser efectivo frente al arco rival que tener la pelota y deleitar a la tribuna con ella.
MÉXICO NO ENCUENTRA IDENTIDAD
Si la debacle de la Copa América Centenario debía ser una lección para Juan Carlos Osorio, el técnico colombiano del Tri simplemente no la aprendió. De aquella goleada 7-0 frente a Chile quedó un fantasma que apareció de a ratos en Sochi cuando Alemania le endosó dos goles en siete minutos y le terminó ganando 4-1. Osorio sigue sin definir un once ideal para una selección que cuenta con una buena cuota de talento pero a veces lo deja en el banquillo y otras veces lo saca de su hábitat natural. México va primero en su eliminatoria al mundial y en la Confederaciones perdió con el campeón del mundo y el de Europa, pero las formas importan y hoy dicen mucho del equipo mexicano. No, México no está para competirle a Alemania o a Chile u otras tantas potencias, pero si quiere hacerlo en un futuro cercano, debe encontrar una identidad y para ello mucho ayudaría tener un equipo definido.
EL VAR DEBE MEJORAR, PERO TAMBIÉN LOS ÁRBITROS
En resumen no fue un buen torneo para el VAR (Árbitro Asistente con Video por sus siglas en inglés). En ocasiones su utilización fue lenta y torpe, confirmando el temor de que quitaría dinamismo y emoción al juego, pero eso mejorará con el tiempo. El problema es otro y no precisamente con el uso de la tecnología sino con el criterio de los árbitros.
La polémica de la expulsión no sentenciada sobre Gonzalo Jara es la prueba perfecta y fue la peor manera de despedir el uso del VAR en la Confederaciones. El árbitro serbio Milorad Mazic, de amplia experiencia (dirigió la Supercopa de Europa 2016 entre Real Madrid y Sevilla) fue a revisar la jugada entre Gonzalo Jara y Werner al minuto 63 de partido y no existe manera de que no haya visto el codo de Jara ir directo a la mandíbula del alemán y aún así el serbio volvió y le sacó solo una amarilla al chileno para incredulidad de todos los presentes en el estadio. Eso no puede ser culpa de la tecnología. Por lo demás, FIFA debería colocar a exárbitros en el VAR para no generar conflictos de intereses entre jueces que, lógicamente, compiten unos con otros por mejores asignaciones.
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La Selección Mexicana de futbol está en una encrucijada. Su actuación en la Copa Confederaciones puede resultar determinante para un proceso que con apenas una derrota en partidos oficiales, ya estaba en el ojo del huracán. Por eso el partido de este sábado ante Rusia, anfitrión del torneo, resulta más importante de lo que parece.
Un empate ante Portugal y una victoria ante Nueva Zelanda lo hubiera firmado casi cualquier aficionado antes de empezar la Confederaciones, el problema está en el cómo se consiguieron esos resultados. Contra Portugal, el Tri fue el México clásico de Juan Carlos Osorio: de a ratos muy bueno, de a ratos perdido en el partido y sin saber qué hacer con el balón. Ante Nueva Zelanda se combinaron varios factores para dar paso a una decepción, casi a un drama. El Tri se imaginó a un rival y se encontró a otro muy distinto. Osorio hizo ocho cambios a su alineación titular y México le faltó el respeto a su contrincante y también a su propio futbol.
Osorio podrá tener su estilo y la FMF lo conocía cuando lo contrató, pero una cosa es ser fiel a tus principios y otra muy distinta ir por la vida sin la capacidad (o la voluntad) de adaptarte a las circunstancias. El susto ante Nueva Zelanda tiene que ser la última llamada de atención para el técnico colombiano, que a esta altura debe entender que en un torneo corto (siempre son así los de selecciones) se vale dosificar pero no poner literalmente a otro equipo sobre la cancha.
Este sábado a México le bastaría con un empate para llegar a semifinales de la Copa Confederaciones. Si eso es lo que consigue ante Rusia, e incluso si gana, es muy probable que su próximo partido sea ante Chile y todos sabemos lo que eso significa: enfrentar los fantasmas del 7-0. Se acabó el tiempo de los experimentos para Juan Carlos Osorio. Si las formas no acompañan a los resultados es probable que incluso los jugadores comiencen a mostrarle su descontento. En el fútbol toda la vida ha habido titulares y suplentes, y ninguno lo es por casualidad.
Este sábado deberá regresar Ochoa, Rafa Márquez tendría que tomar el lugar de Moreno si el central de la Roma no se recupera, Luis Reyes y Miguel Layún repartirse los laterales porque son los únicos naturales para esas posiciones, Jonathan Dos Santos volver a controlar el mediocampo y Chicharito aparecer como lo que es, el nueve con más jerarquía del futbol mexicano. Ese es el primer paso. Si México lo da con firmeza el siguiente objetivo debe ser reafirmar ese mismo once cuando en semifinales llegue el ansiado duelo ante Chile, o quizás, Alemania.
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La Juventus ha conquistado la Copa de Europa (Liga de Campeones desde 1992) en dos ocasiones y tan solo después de su último título en 1996, el Real Madrid ha ganado el mismo trofeo en cinco ocasiones para totalizar once en su historia. Entre esos cinco se incluye el que le ganaron precisamente a la Juve en Amsterdam y que revivió el pedigrí europeo de los blancos al tiempo que frenó el ascenso de una Juve que aspiraba a su segundo título en su tercera final consecutiva.
La final de Cardiff, por duro que suene, enfrentará de nuevo al club más ganador y al más perdedor en la historia del torneo. Nadie, salvo la Juventus, ha perdido 6 finales de Champions y nadie, salvo el Madrid, ha levantado el máximo trofeo más de 7 veces. El Real Madrid tiene la mitad de derrotas en finales (3) que la Juve (6) en casi el doble de finales disputadas (14 vs 8). Claro que todo eso forma parte de la historia, una que no necesariamente afectará el futuro.
La de 1998 era una final con favoritismo para la Juve que tenía en sus filas a un Zidane ya considerado uno de los mejores del mundo (tres años después el Madrid lo convirtió en el más costoso), a Alessandro Del Piero, el mejor jugador italiano de su época y en la delantera a Filippo Inzaghi, uno de los tres mejores goleadores en la historia de las competencias de UEFA antes de que Messi y Cristiano llevaran esa lucha a otro nivel.
El Madrid era también un equipo poderoso pero sin el éxito de la Juve en las temporadas anteriores. Fue eliminado por la propia escuadra bianconera en cuartos de final dos ediciones antes y ni siquiera participó en cuatro ediciones del torneo entre 1992 y 1997. En el camino a aquella final en Amsterdam en 1998, la Juve ganó su vigésimo quinto Scudetto mientras que el Madrid apenas terminó cuarto en una liga que ganó el Barcelona con 11 puntos más que los merengues. Aun así las individualidades merengues avisaban que la final de esa Champions sería una batalla aparte: Raúl, Morientes, Mijatovic (el héroe goleador), Redondo, Seedorf y Roberto Carlos entre otros.
Adelantemos 19 años. La Juventus y el Real Madrid de este 2017 son equipos con muy pocas debilidades. Elegir un favorito no resulta sencillo. Si para hacerlo nos guiamos exclusivamente por el andar de cada club en el torneo, la Juve levanta la mano.
Hasta el gol de Mbappé en la vuelta de semifinales frente al Mónaco, la Signora sumaba 663 minutos sin permitir anotación y en todo el torneo permitió solo 3 goles en 12 partidos. Paulo Dybala llegó a su punto de maduración en el momento ideal y la ventaja en el campeonato local permitió a Allegri administrar a sus titulares en el último mes de torneo.
El Madrid cuenta con Cristiano y aunque su aporte en las últimas dos finales jugadas por los blancos no haya sido extraordinario, es el goleador histórico de la competencia y cerró la fase de eliminación directa con 8 goles en los últimos cuatro partidos. Luego están los famosos intangibles del fútbol. El peso de la historia, de la camiseta, el ADN ganador y cuanto cliché usted haya escuchado en este deporte. Pero por algo esas frases perduran en el tiempo y por algo el fútbol es uno de los pocos deportes difíciles de explicar más allá de los números. La cabeza dice que la Juve se lo lleva y quizás esta vez "el peso de la historia" se convierta en el "cambio de la historia".
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Matías Almeyda
El entrenador argentino es el principal artífice de este éxito. Almeyda encontró rápidamente la hostilidad de un medio futbolístico que le criticó antes de conocer su trabajo, por el simple hecho de que llegaba sin haber dirigido o jugado antes en el balompié mexicano. Pero a diferencia de la actitud que, por ejemplo, mostró Paco Jémez en su primer torneo en Cruz Azul, Almeyda eligió no engancharse con las críticas y con un discurso humilde logró ir convenciendo a su grupo de jugadores y al entorno del Guadalajara de que lo suyo era un proyecto serio y con bases. A lo largo de sus dos años al frente del Rebaño, el argentino fomentó la competencia interna, puso el rendimiento por encima de las jerarquías y con ello logró que todo su plantel estuviera en estado óptimo para competir. La prueba ha sido este Clausura 2017 en el que le azotaron las lesiones y aun así pudo levantar el trofeo.
Los jugadores
Ningún éxito en el fútbol se alcanza sin futbolistas de calidad. Chivas contó, además de con un juego colectivo inteligente y bien definido, con individualidades que le fueron guiando a lo largo del torneo. La delantera, aunque a veces estuvo en deuda, contó con goles claves de Zaldívar, Pulido y Pizarro, estos dos últimos fundamentales en la final contra Tigres. Oswaldo Alanís y Jair Pereira se crecieron, sobre todo cuando alguno debía llenar el vacío del otro por alguna lesión. El torneo de los laterales Sánchez y Hernández fue fenomenal y los destellos de Carlos Fierro o Eduardo López le dieron profundidad a la ofensiva. La campaña de Rodolfo Cota le merece al menos una prueba en selección.
La directiva
Las críticas que a lo largo de los años de sequía se ganó la directiva del Guadalajara y en especial su dueño Jorge Vergara, eran siempre bien fundadas. Pero desde la llegada de Almeyda, la gerencia del Rebaño lo ha hecho todo bien y en especial el señor Vergara. El dueño se dedicó a ser dueño, redujo drásticamente su aparición en los medios y estuvo para apoyar más que para dirigir. La paciencia que Vergara no mostró en años anteriores y sus constantes golpes de timón con técnicos y asesores, dieron paso a una convicción sobre el proyecto actual que lógicamente dio sus frutos. La directiva también cumplió con los refuerzos y logró que el plantel finalmente fuera competitivo.
La afición
La afición del Guadalajara merece una mención especial en este regreso al título. Durante este torneo en particular los aficionados apoyaron a Chivas como nunca y en toda la fase de Liguilla, especialmente en la final, le dieron un empuje clave en el aspecto anímico al equipo. Los aficionados también le probaron al dueño que cuando el principal producto de calidad es el que está sobre el césped, la afición responde y llena el estadio.
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Se va Il Capitano. Se va oficialmente de las canchas italianas porque en los últimos dos años su talento ha deleitado nuestra pupila apenas a cuenta gotas; menos de 400 minutos por temporada que es algo así como cuatro partidos completos al año. Difícil ver así al gran capitán.
Francesco Totti debe saber que su futuro en la Roma no incluye minutos de fútbol y que su futuro en otra parte, simplemente no tendría sentido, no a estas alturas al menos. El propio Francesco contó que alguna vez le tentó el Madrid y que fue la única ocasión en la que siquiera pensó lo que sería su vida lejos del Olímpico.
El sábado antes de su último partido con la camiseta de la Roma, Totti colocó en su sitio web un mensaje titulado Listo para un nuevo reto. En ese corto texto que subió también en su muro de Facebook, el veterano de 40 años dejó el balón botando. "Desde el lunes estoy listo para partir de nuevo. Listo para un nuevo reto". Así concluía su pequeña carta a los aficionados.
Muchos rumores rodean su futuro e incluyen destinos como China, Qatar o Estados Unidos. Como aficionado egoísta muchos querríamos pedirle a Totti que no escuche ninguna de esas voces, que no nos deje verlo con otro uniforme de club que no sea el rojo y amarillo, que queremos recordarle como uno de esos fenómenos modernos que en el fútbol decidió defender siempre los mismo colores.
¿Pero quiénes somos para decidir por él?. No es fácil ver a un deportista querer alargar su carrera cuando quienes le disfrutamos preferimos guardar en la retina la imagen de un grande, de un invencible. Maldini, Puyol, Giggs y unos pocos más resistieron las ganas de volver a saltar al campo y cambio serán recordados como parte de una especie en extinción. Ojalá Il Capitano se una a ese club.
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No sé si habrá sido porque apenas comienza el año, porque algunos todavía nos estamos reponiendo de un movido 2016 (Champions, Olímpicos, Euro, Mundial de clubes) pero por alguna razón la expansión de la Copa del Mundo de 32 a 48 equipos es una historia que solo empieza a tener la atención que merece, después de consumada.
¡Estamos hablando del Mundial! Es un mes de éxtasis cada cuatro años para los aficionados y no tan aficionados al futbol, y desde hoy la forma en que se juega sufrió un cambio radical. Mientras terminamos de digerir e imaginar cómo será el nuevo Mundial en 9 años, trataré de analizar objetivamente las cosas malas y las buenas de tener una Copa del Mundo con 48 naciones:
LO MALO
• La decisión de ampliar los cupos al Mundial es, primero y principal, económica. De 64 partidos con sus respectivos pagos por derechos de TV pasaremos a 80 y además aquellos países no habituales que lleguen al Mundial traerán nuevos patrocinadores y marcas que primero tendrán que pasar por la caja de FIFA a dejar su cuota por vincularse oficialmente al torneo. Por más que Gianni Infantino hable de darle oportunidad a otros países de vivir la experiencia de un Mundial, el espíritu deportivo poco tiene que ver con la decisión de expansión tomada por FIFA.
• El nivel de juego. Esta tiene truco y cuando repasemos "lo bueno" veremos por qué. Lo primero que viene a la mente es que con 48 equipos el mundial dejará de juntar a la élite del fútbol (aunque ya había varias excepciones) para terminar aceptando a equipos mediocres beneficiados por la repartición de cupos en su confederación. Acá es donde reside el mayor problema. Aunque no está confirmado, la versión que más fuerte suena indica que de los 16 nuevos cupos, Asía y África se quedarían con la mitad. La eliminatoria asiática pasaría de repartir 4 cupos más un repechaje al mundial a entregar 8 cupos directos y otro a repesca. África pasaría de 5 a 9. Bajo esas circunstancias al mundial de Brasil, hubieran asistido (además de las selecciones que clasificaron) Jordania, Uzbekistán, Qatar y Omán por Asia; y Burkina Faso, Etiopía, Túnez y Senegal lo hubieran hecho también por África. Exacto. En 2026 habrá selecciones que usted jamás escuchó nombrar.
• La fase de grupos. ¿Tres equipos hacen un grupo? En casi ningún deporte ocurre, menos en el fútbol y por diversas razones. La fase de grupos pasará a ser una mera formalidad más aún cuando de tres selecciones clasificarán dos. Pero el asunto trae complicaciones. Si con cuatro equipos resultan engorrosos los criterios de desempates, con tres selecciones las probabilidades de igualdad se incrementan. Es por eso que una de las propuestas incluye eliminar los empates y que los partidos igualados en fase de grupos se definan por penales. Esto abriría la posibilidad a que los equipos "chicos" se "cuelguen del arco" para buscar el milagro desde los 12 pasos. Suena a todo menos espectacular.
LO BUENO
• Mundial para todos. Esta es la premisa de Infantino, aunque pocos le creen. Pero aunque no sea la motivación principal, ciertamente en países como Venezuela, Panamá, El Salvador, Islandia o San Marino, ver a sus selecciones en una Copa del Mundo no parece hoy tan lejano como en las décadas anteriores. La ecuación es clara: más cupos, más probabilidades de llegar a la tierra prometida. Para aquellas selecciones que han sobrevivido años de fracasos, el Mundial de 48 equipos es una bendición.
• Más fútbol. Ok, el punto anterior puede ser bueno para unos y no tanto para otros, pero donde la alegría es unánime es en el hecho de que podremos ver más fútbol. Poder disfrutar de 16 partidos extra durante el mismo período (un mes) es motivo suficiente para sonreír aun cuando algunos de ellos no serán de la mejor calidad. Dentro de lo negativo del formato hay un lado beneficioso, el aumento de partidos no incidirá en desgaste extra para los futbolistas. Como ocurre hasta ahora, ningún equipo jugará más de 7 encuentros. Es más, una de las ideas de FIFA es suprimir las prórrogas e ir directo a los penales al menos hasta cuartos de final.
• El nivel de juego. Como explicaba más arriba este tema permite dos ópticas diferentes. Ya dejamos claro que un Mundial de 48 equipos nos podría deparar un Omán contra Irlanda en primera ronda por ejemplo, pero uno de los beneficios del nuevo formato es que se resta un partido de fase de grupos y se agrega uno de eliminación directa con las emociones que ello representa dentro de un Mundial. ¿Ejemplo? el Alemania contra Argelia de octavos en Brasil 2014 fue uno de los partidos más emocionantes del torneo y eso que los tres goles llegaron después del minuto 90. Además si nos atenemos a la premisa de que llegarán equipos de muy bajo nivel y sin chance de competir, entonces esos equipos solo jugarían dos partidos en la competencia en vez de los tres que tendrían asegurados con el actual formato. ¿Le preocupa a usted que los equipos chicos sean goleados?... mmm... la peor goleada del pasado Mundial se la propinó Alemania al pentacampeón y organizador del torneo (7-1).
• Grandes historias. ¿Quién no se emocionó al ver a Costa Rica dejar en el camino a Italia e Inglaterra y poner contra las cuerdas a Holanda en Brasil 2014. ¿Quién no gritó al menos un gol de Islandia durante la Euro? Las historias de cenicientas siempre han animado los mundiales, menos claro está, cuando se producen bajo sospechas como aquel cuarto lugar de Corea del Sur en "su" Copa Del Mundo.
Siendo sincero, aún no decido si me gusta más o menos que los mundiales del futuro se jueguen con 48 selecciones, lo sabré cuando termine el torneo, pero me queda claro que el Mundial seguirá siendo el evento deportivo universal por excelencia, con o sin Burkina Faso.
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