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Reto del Tri: cabeza de grupo en Brasil

La idea de la Federación es ganar la mayoría de los juegos para cumplir con su objetivo Mexsport

LOS ÁNGELES -- Arranca eliminatoria mundialista en CONCACAF. Jamaica el primer desafío. México no debería preocuparse. Tiene todo a favor. Los Reggae Boyz llegan fragmentados y su primer sitio de reencuentro ha sido hasta hoy en la Ciudad de México.

Menos aún al revisar antecedentes: Jamaica ni siquiera clasificó a las semifinales de la Copa del Caribe 2012. Fue eliminada por Cuba, y de sus últimos tres encuentros, perdió dos, ese mismo ante los antillanos y otro más ante Guatemala, que no se clasificó al Hexagonal Final de la CONCACAF.

Theodore Withmore, el técnico jamaiquino, sólo ha cruzado palabra con cuatro de sus jugadores durante el fin de semana, a los demás, sólo los ha visto una vez en los últimos cuatro meses, y con resultados nefastos de esa convocatoria para la Copa del Caribe.

La falta de fogueo, la disgregación de sus jugadores, los conflictos a nivel federación, y hasta el abandono de sus propios directivos en detalles de logística hacen sentir que envían a sus Reggae Boyz al matadero del Estadio Azteca, que los espera con su altitud y su contaminación.

Nadie duda que México llegará al Mundial. Ya hace meses nos atrevimos al pronóstico de que lo hará de manera invicta, aunque no perfecta, es decir, no cosechará diez triunfos en el proceso.

El resto de los invitados pasan por problemas particulares. Un EEUU que no tiene un sistema de juego definido, porque la más profunda dialéctica de su entrenador es el simplismo de "vamos, a divertirse, a jugar futbol". Y el rompecabezas, ese tienen que armarlo los jugadores en la cancha, y a eso casi ha renunciado con escepticismo Landon Donovan , el arquitecto espiritual del equipo.

Honduras y Costa Rica, tiene una generación de futbolistas privilegiados, aunque siguen sometidos por el freno de mano de entrenadores resultadistas y sin fe en el poderío de su plantel. Mientras que a Panamá le ha llegado el momento de confirmar el proceso de Dely Valdes, y no basta con asomarse a aspirante a un Mundial, porque éste puede ser su momento de llegar a la repesca.

¿El cometido del Tri? Primero, no pecar de arrogancia. Para el Mundial de Sudáfrica, cambió cuatro veces de entrenador, yendo de un bicampeón nacional (Hugo Sánchez), a un campeón mundial (Chucho Ramírez), a un Don Juan en decadencia y sostenido por momias de victorias ya caducas (Sven-Goran Eriksson), hasta caer finalmente en manos de su bombero favorito, Javier Aguirre.

Curiosamente, incluso, en la primera fase de la eliminatoria anterior, la diferencia de goleo sobre Jamaica fue la que metió angustiosamente al Tri al Hexagonal.

En esa seriedad obligada, necesaria, imperativa de respetar un proceso de diez encuentros, con peligrosas visitas a Centroamérica, el Tri tiene un objetivo delineado: ser cabeza de serie en la Copa del Mundo Brasil 2014, según ratificaba uno de sus directivos en Phoenix.

La FIFA ha marcado una línea de selección, para los ocho grupos mundialistas y se apegan a la sui generis referencia de la acumulación de puntos por partidos amistosos y partidos oficiales.

De acuerdo a ese parámetro, la FIFA ha explicado a CONCACAF que si un representante suyo termina entre los primeros diez de la Clasificación de FIFA, será tomado en cuenta para ser cabeza de serie en el sorteo mundialista, y esa es la meta del Tri.

De entrada, debe terminar invicto su eliminatoria mundialista y luego sumar buenos resultados en amistosos. Por eso es que se le presentan adversarios como Dinamarca B en Phoenix y Perú B en San Francisco. FIFA no revisa alineaciones, sino que supervisa nombres y los miembros de la UEFA y de la Conmebol, otorgan más puntos para ese ranking, cuando el victorioso es del Tercer Mundo del Futbol, la CONCACAF.

México puede llegar a sostener 23 encuentros antes del sorteo mundialista para Brasil 2014, y cada victoria le irá acercando a la meta de asegurar ser cabeza de serie, y por ello el interés en terminar de manera perfecta el Hexagonal Final, así como la programación de encuentros próximos ante Alemania en mayo, y ante Brasil o Argentina, después de la Copa de Oro.

Hay un interés extra: llegar al Mundial como patriarca de un grupo, le permitiría empezar a cobrar un millón de dólares por encuentro amistoso, pero, especialmente, cerrar contratos para el próximo ciclo mundialista por encima de su cotización actual.

Por ejemplo, Adidas ya negocia con desesperación y con fruición con la FMF ante el interés de Nike de recuperar al Tri. La base es sobre 100 millones de dólares por un contrato hasta el Mundial de 2022.

Por eso, en esta ocasión, aunque México pudiera estar ya clasificado, la idea es atender con toda responsabilidad sus dos últimos encuentros del Hexagonal Final: el 11 de octubre recibiendo a Panamá y el 15 de octubre visitando a Costa Rica.