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La voz del golf

BRISTOL -- Cada dos años la Asociación Argentina de Golf entrega un premio que tiene como destinatario a alguien que haya hecho una contribución al golf nacional. No necesariamente tiene que ser un jugador destacado, y si bien los grandes nombres de nuestro golf están allí, también esta especie de Hall of Fame del golf argentino tiene lugar para personajes como Armando Silva, Víctor Zemborain o Luis Enrique Vila Obarrio. Ellos, desde diferentes lugares hicieron mucho por nuestro golf. El primero en recibir esta distinción fue por supuesto Roberto De Vicenzo, y allí encontramos a Jorge Ledesma, Aurelio Castañón, Eduardo Romero, Fidel de Luca y Ángel Cabrera. El último en recibirlo había sido Craig Stadler, quien desde que pisó Argentina por primera vez en 1991, no solo no ha dejado de visitarnos, sino que ha sido un gran embajador de nuestro golf en el exterior. Ninguna mujer lo había recibido hasta que, este año, el premio le fue otorgado a Silvia Bertolaccini.

Mi compañera de cabina fue una destacada jugadora amateur, siendo Campeona Argentina en más de una oportunidad, representó al país en sudamericanos y mundiales, hasta que en 1975 se unió al LPGA Tour en donde ganó 4 torneos, retirándose de la competencia en 1990. Su llegada al tour no fue fácil, porque intentó la escuela clasificatoria y falló la primera vez. Volvió un poco desanimada, pero la convencieron que se diera otra chance. Aprovechó esa segunda oportunidad y se unió a un circuito femenino que estaba a punto de explotar, con la llegada un par de años más tarde de Nancy López. Luego de 17 temporadas en el tour, decidió retirarse de la competencia y se mudó al noreste sin saber que la televisión la esperaba.

En 1991, ESPN comenzó las transmisiones en español y Silvia fue de las primeras en llegar al canal. Primero la llamaron para pedirle unas traducciones y al poco tiempo le ofrecieron la posibilidad de estar en una cabina. A partir de ese momento se ha transformado en la voz del golf en Latinoamérica. Tuve el enorme placer de conocerla en 1994 cuando a mí me tocó llegar a ESPN, y a partir de allí hemos trabajado juntos por casi 20 temporadas.

Nada de lo que pueda escribir dará la verdadera dimensión de la calidad de persona que es Silvia Bertolaccini. Generosa como pocas y paciente como ninguna (esto es así porque sino hubiera sido imposible aguantarme a mí tanto tiempo). Durante la década del 90 fue por tres años directora de un torneo de la LPGA que se jugaba cerca de donde aún vive.

Silvia es un ejemplo para todas las chicas que quieran jugar al golf en forma competitiva, es también un ejemplo de cómo debe llevarse una transmisión de golf. Les puedo asegurar que éstas son largas, y, sin su profesionalismo, ninguno de ustedes estaría tanto tiempo pegado a la pantalla.

La Voz del Golf tiene ahora su lugar entre los grandes nombres del golf nacional. Nada más justo.