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Dominio total de Baumgarner fue la diferencia

Los Gigantes de San Francisco comenzaron la noche en espera de ver cual Madison Bumgarner tomaría la lomita esta postemporada, el del 2010, que tuvo un ERA de 2.18 en cuatro salidas, o el del 2012, que permitió 10 carreras limpias en 15 entradas, incluyendo tres cuadrangulares.

Promediando 12.6 lanzamientos por entrada, aún con nueve ponches, el Bumgarner del 2010 fue el que tomó la bola desde la primera entrada y dominó a los Piratas de Pittsburgh para avanzar a la Serie Divisiónal de la Liga Nacional contra los Nacionales de Washington.

Bumgarner, contrario a su contraparte Edinson Volquez, logró su gesta en gran medida porque localizó sus lanzamientos en los lugares correctos en las situaciones correctas y en los conteos correctos. Salvo a una base por bola que permitió en la quinta entrada a Andrew McCutchen, Bumgarner enfrentó un solo conteo de tres bolas en toda la noche, y con una recta que estaba rozando las 92 millas por horas con acción, se le hizo fácil el trabajo ante una alicaída alineación de los Piratas.

Y es que su salida del miércoles fue más o menos una continuación de lo que ha sido la temporada de Bumgarner, quien terminó la temporada regular con marca de 18-10 -- el primer lanzador de los Gigantes en ganar 18 juegos desde que Shawn Estes lo logró en 1997 -- con ERA de 2.98, incluyendo un casi juego perfecto el pasado 26 de agosto contra los Rockies de Colorado.

A sus escasos 25 años, cumplidos en agosto, Bumgarner tiene ya 67 victorias en 148 salidas como abridor desde que entró de lleno a la rotación de los Gigantes en el 2010 y un ERA de por vida de 3.06, no exactamente las 78 victorias que tenía Roger Clemens a los 25 años, pero sin duda impresionantes en esta era.

La consistencia de Bumgarner y las circunstancias de los Gigantes en las últimas dos semanas de la temporada le dieron al dirigente Bruce Bochy las condiciones perfectas para trazar su plan. Contrario a los Piratas, quienes compitieron por el liderato de la División Central de la Liga Nacional con los Cardenales hasta el último día, los Gigantes sabían de antemano que su ruta en los playoffs tendría una parada en el juego de comodín, ya que los Dodgers de Los Ángeles habían asegurado la división una semana antes del final de la temporada regular.

Por tal razón, Bochy pudo manipular su staff de lanzadores de forma tal que tendría a su as bajo la manga para el juego más importante.

OTRO DÍA, OTRO BRANDON

Seguramente jamás antes en la historia del béisbol se había dado el caso que dos jugadores con el nombre de Brandon se combinaran para nueve carreras empujadas en noches consecutivas.

El martes fue Brandon Moss, con sus dos cuadrangulares en causa perdida para los Atléticos de Oakland , y el miércoles el turno le tocó a Brandon Crawford, cuyo Grand Slam en la cuarta entrada le dio la tónica a la victoria de los Gigantes.

De más está mencionar que los Gigantes han estado en tres de las últimas cinco postemporadas en gran medida por su habilidad de batear con corredores en posición de anotar. Este año no fue la excepción ya que San Francisco promedió .267 en esa circunstancia y Crawford fue uno de los líderes en ese ataque, promediando .310 con corredores en posición de anotar y .300 (10-3) con 12 RBI con las bases llenas.

La gesta de Crawford, el tercer Grand Slam de su carrera y el cuarto en la historia de los Gigantes en la postemporada y el primer campo corto en la historia de las Grandes Ligas en pegar un Grand Slam en la postemporada, abrió la compuerta ofensiva de San Francisco, que combinado con Bumgarner nunca miró hacia atrás.

RUMBO A LA CAPITAL

Ahora San Francisco pone su mira en los Nacionales, cuya rotación de Stephen Strasburg, Gio González, Doug Fister y Jordan Zimmermann, quien concluyó la temporada regular con un no-hitter, ha sido dura en el resto de la Liga Nacional, pero no para los Gigantes.

San Francisco tiene un promedio de bateo colectivo de .300 contra Washington liderados por Pablo Sandoval, Joe Panik y Gregor Blanco, quienes batearon sobre .410 contra los Nacionales este año.

Sin embargo, los Gigantes perdieron cinco de los siete encuentros que jugaron esta temporada, en gran medida porque el cuerpo monticular tuvo un ERA de 5.46 contra la peligrosa alineación capitalina.

El único que tuvo éxito ante Washington este año fue Tim Hudson, quien obtuvo la dos victorias con un ERA de 0.73, permitiendo solo una carrera en 12.1 innings de trabajo, razón por la cual es más que probable que Hudson sea el designado para abrir la serie el próximo viernes.