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Revés de Dodgers fue de Don Mattingly

La derrota que los Dodgers de Los Ángeles sufrieron ante los Cardenales de San Luis por 10-9 en el partido inicial de su serie divisional podría resumirse en quizás una sola pregunta: ¿En realidad alguien piensa que Clayton Kershaw debió estarle lanzando a Matt Carpenter en la séptima entrada?

El rally de ocho carreras que los Cardenales montaron para derrotar a los Dodgers, aunque a su vez fue una lección del bateo disciplinado de San Luis, también puso en relieve la poca confianza que el dirigente de los Dodgers, Don Mattingly, tiene en su cuerpo de relevistas, y eso podría ser, en última instancia, el obstáculo más grande que los Dodgers enfrenten en sus aspiraciones para avanzar a la Serie de Cambionato de la Liga Nacional.

A través de toda esta temporada, Mattingly ha demostrado gran confianza en sus abridores, quienes registraron unas 975 entradas lanzadas, pero cuando se trata de sus relevistas, ha sido tímido en utilizarlos, evidencia de lo cual está en sus 480 entradas lanzadas.

Con ventaja de 6-2 y luciendo relativamente cómodo, Kershaw comenzó la séptima entrada permitiendo sencillos consecutivos a Matt Holliday, Jhonny Peralta, Yadier Molina y Matt Adams que puso el anotador en 6-3.

Tras ponchar a Peter Kozcma, Kershaw permitió otro sencillo a John Jay para anotar otra carrera y mantener las bases llenas para lo que fue la confrontación del partido. Y fue precisamente el hit de Jay el que dejó claro que la comodidad que lucía Kershaw apenas 20 minutos antes, estaba en decadencia. Para comenzar el turno, Kershaw intentó una curva que rebotó tres pies frente al plato y luego recurrió a la recta, la cual no alcanzó las 90 mph.

Carpenter, quien había sacado la pelota del parque en su turno anterior, se enfrentaría a Kershaw y Mattingly, quien ya tenía otro zurdo en J.P. Howell listo en el bullpen, optó por mantener a Kershaw, quinen ya había hecho 104 lanzamientos y estaba dependiendo de su inefectiva recta.

Entrando al partido, Carpenter tenía un promedio de .278 contra Kershaw con cinco hits en 18 turnos y un extrabases. Dos entradas antes, Kershaw intentó mover un slider en el plato que Carpenter depositó en las gradas del center-left en menos de dos segundos. Kershaw lucía obviamente cansando y, por más que uno le busque la vuelta al asunto, Carpenter estaba en blanco en dos turnos contra Howell, quien a su vez está cargando un ERA de 2.37 con récord de 3-3.

Pero Mattingly no hizo el cambio. Acto seguido, Carpenter depositó otro envío de Kershaw en al base de la cerca para limpiar las bases y darle a San Luis una ventaja de 7-6. Y para añadir un poquito de sal a la herida, Mattingly sacó a Kershaw, pero trajo al poco experimentado Pedro Báez, quien rápidamente concedió un cuadrangular de tres carreras a Holliday para poner el marcador en 10-6.

Nunca sabremos que hubiera ocurrido si Mattingly hubiera hecho el llamado al bullpen y lo único que podemos hacer en estos momentos es especular.

No que estamos cuestionando las credenciales de Mattingly, quien ha probado ser un hábil mánager con los Dodgers, pero en ese momento en particular, era obvio que su más reconocido gladiador no estaba en condiciones de pelea.

Kershaw, contrario al resto de la noche, lucía hasta desorientado a esas alturas de la séptima entrada y aunque no le estaban pegando duro --los hits de Holliday, Peralta, Molina y Adams no fueron particularmente fuertes-- era obvio que Kershaw estaba dejando sus lanzamientos por encima del plato y demasiado altos, razón por la cual todos los hits fueron de línea y más hacia el centro del diamante.

Los Dodgers convirtieron el asunto en uno interesante en la novena, pero ya para ese rally la montaña era demasiada alta. El ponche de Yasiel Puig para terminar el partida quizás fue uno paradójico, pero lo cierto es que en este caso, la no decisión de Mattingly pudo ser la causa de la derrota.