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América y árbitros... y el acusado acusa

LOS ÁNGELES -- El Acúsame Más ha sido el tatarabuelo del Ódiame Más. El primero era un secreto a voces, un comadreo licencioso, incesante y casi silencioso. Los árbitros eran padrinos del América.

Esa acusación, antigua, enquistada, encallecida, se ha nutrido de suposiciones, de suspicacia, de sospechas, amamantadas, claro, febril, perversa y perseverantemente por hechos perpetrados falazmente por decisiones dolosas o torpes del arbitraje.

La historia está llena de casualidades o causalidades bendiciendo al americanismo. Aquel título ante Pumas. Y aquel ante Chivas. Y ese otro más ante su hermano bastardo Necaxa.

¿Errores humanos o crímenes juiciosos enalteciendo al América? El Acúsame Más fue el padre putativo del Ódiame Más.

Sólo los silbantes saben las respuestas. Y los que eventualmente pudieron dar órdenes a los árbitros. O aquella legión de nazarenos enriquecidos e implicados en Pronósticos Deportivos.

Recientemente, sólo un entrenador se atrevió a dictar una cátedra con recopilación incluida de esa alianza no consumada públicamente en sociedad, entre las Águilas y los cuervos del arbitraje.

Pedro Caixinha convocó a rueda de prensa con su legajo de crímenes el 25 de septiembre del año pasado, justo antes de enfrentar al América.

Citó que América había sido llevado de la mano por el arbitraje en siete partidos de un total de nueve. Respaldó su aritmética con detalles de jugadas y decisiones que ofendían de obviedad al sentido común.

Y el portugués, un acucioso recopilador de cifras, alertó que había una confabulación delictiva de los jueces y sus supervisores para custodiar los intereses del Nido. En ese lapso cuatro árbitros le habían pitado dos veces a las Águilas.

"Es algo muy extraño", dijo Caixinha con una retorcida y alargada sonrisa, y con los ojos brillantes de lascivia y morbo, mientras ofrecía copias de su estudio a quien lo necesitara.

Alguien más malignamente ladino aventuró entonces: "Verás que el próximo torneo el campeón es Santos". Y ocurrió.

Además de Caixinha, otro entrenador saltó y con su estilo directo, brutal, hosco, le clavó otra banderilla a la testuz calumniada de El Nido.

"El América juega siempre con 12", explotó Ricardo Tuca Ferretti, hoy quehaceroso y hacendoso en funciones de técnico alterno de Tigres y del equipo más importante para el dueño del América: la selección mexicana de futbol.

Ferretti en el momento de esa aseveración olvidó, casualmente, que en la Final en que se coronó ante Santos, en el Juego de Ida, el silbante Paul Delgadillo echó al minuto 23 a Chatito Rodríguez, inhabilitándolo claro del Juego de Vuelta, en el cual, echaría a Oswaldo Sánchez al minuto 12, el siempre sospechable Chiquidrácula Rodríguez.

Al término de esa Final, Alejandro Irarragorri, presidente del Santos, amenazó con "denunciar al arbitraje" y prometió "decir cosas extrañas que pasan en el futbol".

Y ya por entonces ese mismo alguien, más malignamente ladino, aventuró: "Verás que el próximo torneo (Clausura 2012) el campeón es Santos". Y ocurrió.

Hace unos días, Erim Ramírez, ex árbitro, que juró estar amenazado de muerte, salió a hacer denuncias escandalosas, de las que ha pretendido retractarse: "Todo es una telenovela, cada torneo es un guion elaborado", incluyendo claro en esa trama, al campeón.

Ahora, el América pone el grito en el Cielo. Abandonó el Ódiame Más y el Acúsame Más, para pasar de acusador a acusado, y denunciar que ahora él es el odiado por los jueces.

Como coincidiendo con las declaraciones de Erim Ramírez, El Pipa Benedetto saltó a decir que el árbitro del juego ante León, José Alfredo Peñaloza, "parecía que ya sabía lo que tenía que hacer", es decir, que llegó con la sinopsis aprendida de acuchillar al América.

Más allá de que Samudio debió irse con roja directa, Benedetto tiene razón en reclamar que el técnico Pizzi no fuera echado por manotear a Goltz, y un claro penalti sobre Güémez.

E imposible olvidar lo ocurrido en el Clásico que pierde ante Chivas. Ese gol del empate, en la agonía del encuentro, anulado a Oribe Peralta fue totalmente legítimo.

¿A quién creer?

¿A Caixinha?

¿Al Tuca?

¿A Bendetto?

¿O a Erim Ramírez?

¿O a los hechos incuestionables?

¿O a los rumores cuestionables?