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Clásico de tres: América, Chivas... y el morbo

LOS ÁNGELES -- Y hablando de Clásicos: "El morbo es una moneda universal. Compra Papas y compra mendigos", Lord Varys en Game of Thrones.

Y la exquisitez bélica del morbo compra la atención del aficionado al futbol. Este miércoles, en el mercado de valores, cotiza más, en el Estadio Azteca, la mezquindad del fracaso de uno que la exaltación del éxito del otro.

Inevitablemente, el placer mundano del vencedor tendrá su corona de laureles y un cáliz con sangre ajena. Pero, ¿cuán poderoso será ese sabor si el brebaje no incluye el aperitivo ruin de la desgracia del vencido vecino?

Y este miércoles por la noche, al confrontarse América y Chivas, como en la antigua Tenochtitlán, la piedra de sacrificios rezumará su propia sangre que sumará a la sangre del vencido.

El Estadio Azteca se convierte en el templo pagano para los refinados gourmets de la tragedia. Los advenedizos sin vela en el entierro gozarán igual de los desechos humeantes y calientes del vencido.

El morbo ha comprado, finalmente, la atención en dos países, México y Estados Unidos, hacia un torneo parido por la intrascendencia y la demencia y que, inusitadamente, romperá ratings de manera brutal.

La Copa MX habita a la mano izquierda, en los suburbios de la indiferencia. Excepto este miércoles por la noche.

Y claro, el morbo sabe que habrá un manantial dramáticamente borboteante de desgracias, si la víctima final es el América. El odio vomitará de felicidad. Que regurgite la tragedia.

Bajo su propio himno del desprecio, el Ódiame Más, las calamidades del América cotizan frenéticamente en la nación futbolera mexicana, con un índice de impopularidad de la mitad más uno. El desprecio tiene más apóstoles si el balón es juez.

1. Una derrota ante Chivas, tras el 0-3 de la Liga, en esta Semifinal de la Copa Mx sería la madre de todas las catástrofes para el americanismo. Ya Nacho Ambriz puso a sus feligreses a vivir en el monasterio de las vergüenzas para que ahora se agregue otra penuria más.

2. Una victoria del América, sería, acaso, una pálida recompensa de un Centenario mórbidamente achacoso para una afición que anhelaba un largo año de dictadura y orgiásticas burlas sobre Chivas y los otros 16. Esperan pues, al menos, un consuelo.

3. Una derrota ante Chivas sería el ultimátum para los catrines castrados que se visten de futbolistas en Coapa. Su cerebro, su espíritu y sus gónadas viven en el palacio caligulesco de la burguesía. Por eso los humilló el Rebaño 3-0. Otra vejación similar y el destierro absoluto les espera.

4. Una victoria del América sería esa maná mesiánico capaz de curar todos sus males. Pasaría de ese vacilantemente inestable paso con Ricardo La Volpe a redimirse y hasta soñar con la aún lejana tentación del campeonato en la Liga.

5. Y claro, Ricardo La Volpe, dos veces abyectamente degradado. Hace 20 años, con un 5-0, Chivas lo echó del Nido. Y hace un par de años, Jorge Vergara lo echó de Chivas, por, presuntamente, ejecutar un extravagante striptease de odalisca, con el baile grotesco de una toalla vulgar ante la azorada podóloga del Rebaño. Sí, La Volpe mastica esa sangre lasciva del dos veces deshonrado.

Agregue si quiere otros detalles. Un club mexicanista por decreto ante un América extranjerizante por tradición.

O el efecto demoledor de un veredicto adverso para los sueños de Liguilla de ambos.

O la banca multimillonaria de Chivas ante la banca empobrecida del América.

Y en el caso estrictamente de México, hasta las versátiles y distintas corrientes de transmisión de cuatro televisoras en pugna para ser los mejores heraldos de esta gesta rocambolesca.

Sí, el morbo. Gracias. Exquisita y deliciosa debilidad -y no pecaminosa- tan antigua como el ser humano.

O no, acaso, cuenta el Antiguo Testamento que fue la serpiente la que hizo más deliciosamente morbosa la belleza de la manzana. Apoltrónense, bienvenidos al Edén de este Clásico, que hoy salen a escena, de nuevo, Eva y Adán.