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MLB debería tener cero tolerancia a intimidación

Con el nuevo pacto laboral en MLB, ya no veremos imágenes como estas de novatos siendo humillados por los veteranos de su equipo. AP Photo/LM Otero, File

ORLANDO -- En el nuevo Acuerdo Laboral Colectivo (CBA, por sus siglas en inglés) entre los propietarios de equipos (MLB) y la Asociación de Peloteros de Grandes Ligas (MLBPA) quedó establecida una nueva política que coloca al circuito de béisbol a la vanguardia de sus pares al marchar de manera frontal contra un cáncer viejo y maligno, aunque con disfraz de ingenuo y divertido, que ha estado enquistado en las entidades por mucho tiempo: La intimidación.

De acuerdo a datos obtenidos por The Associated Press, el nuevo CBA -- ratificados el martes por MLB y el miércoles por la MLBPA -- incluye una normativa que expresamente prohíbe "exigir, coaccionar o alentar" a jugadores a "vestirse como mujeres o a usar disfraces que pudieran ser ofensivos a individuos con base en su raza, sexo, nacionalidad, edad, orientación sexual, identidad de género u otra característica".

Si la regla se reduce a prohibir vestir de niñas a los jugadores, entonces se quedará muy corta de lo ideal, pero tomando en cuenta que nos tomó siglo y medio llegar a este punto, entonces deberíamos celebrarlo como un gran avance. En cierta forma, aunque tímidamente, MLB le puso el cascabel al gato.

Por años, nos divertimos con las "novatadas", como graciosamente llaman al ritual de humillación al que los jugadores más veteranos someten a los nuevos miembros, tanto en equipos profesionales o aficionados como en logias escolares e incluso en las fuerzas armadas.

Es la naturaleza del ser humano: "Todo lo que no nos gustaría que nos hicieran a nosotros, es divertido que se lo hagan a otros".

Nadie se había detenido a pensar en las posibles consecuencias de vulnerar la privacidad y, en algunos casos, violentar los credos y costumbres de un individuo, al obligarlo a vestirse de una manera o hacer cosas que los otros piensan que es chistoso y divertido.

Nadie, absolutamente nadie, debería tener el poder de intimidar y humillar a otro con el consentimiento y aprobación del jefe de ambos.

Peor aún ¿quién dijo que las mujeres son más débiles qe los hombres? La última vez que revisé, las mujeres son las únicas con la capacidad de parir y, por lo tanto, garantizar la reproducción y multiplicación de la especie humana. Si hay algo más valiente, doloroso e importante me avisan.

¿Qué tan agradable puede ser para un chico homosexual que lo hagan vestirse burlonamente como un homosexual? ¿Por qué sería chistoso para muchachos criado en hogares judíos o musulmanes ser forzados a comer carne de cerdo? ¿Por qué un joven jugador mormón debería ingerir alcohol o café como parte de un rito especial para ser aceptado por el resto del grupo? Etcétera, etcétera, etcétera.

¿Quién dijo que ser intimidado y, en cierta forma, violado, mejora el carácter de una persona? Y en caso de que así fuera ¿qué garantiza que todos los individuos responden igual a tales intimidaciones y vejaciones?

La liga profesional de fútbol americano (NFL) fue sacudida en febrero del 2014 por el reporte de 144 páginas de un investigador contratado por el organismo para averiguar el acoso contra el liniero ofensivo Jonathan Martin de parte de algunos de sus compañeros de los Dolphins de Miami.

Martin fue sometido a tan salvaje e inhumano trato por los más veteranos Richie Incognito, Mike Pouncey y John Jerry que tuvo que abandonar el equipo en el 2013 -- su segunda temporada -- por "razones emocionales".

Las humillaciones a que fue sometido, causaron a Martin serios problemas mentales que casi provocaron que se suicidara. Y todo eso fue permitido por los Dolphins, bajo el entendido de que abusar, física y emocionalmente, de los jugadores novatos es una forma de hacerlos más fuertes e integrarlos más rápido al grupo.

Por otro lado, en noviembre pasado, un tribunal de Santo Domingo impuso medida de coerción en contra de cuatro peloteros -- un panameño y tres venezolanos -- acusados de agredir sexualmente a seis compañeros menores de edad en la academia de los Vigilantes de Texas en República Dominicana.

La Procuraduría General de la República Dominicana acusó de los delitos de asociación de malhechores, agresión y abuso sexual y psicológico en perjuicio de seis menores de 16 años de edad al panameño Guillermo Antonio Villarreal (18 años) y los venezolanos Yoel Pozo (19), Adrian Pernalete (18) y Rougned José Odor (19), todos mayores de edad, de acuerdo a las leyes dominicanas.

De acuerdo al fiscal que lleva el caso contra los prospectos, los hechos ocurrieron presuntamente en octubre pasado durante una "novatada" de bienvenida a los nuevos prospectos de la academia de los Vigilantes en Boca Chica, al este de Santo Domingo. Ser encontrado culpable de agresión sexual conlleva una condena de entre 10 y 20 años de cárcel en la isla.

Incluso si ninguno de los acusados es encontrado culpable, es asombroso que la cultura de la intimidación esté tan cerca de azarar y marcar las vidas de niños, víctimas y victimarios, delante de nuestros ojos. Y esas son las cosas que sabemos.

¿Cuántos novatos prometedores no rindieron lo que se esperaba debido a la presión extra que les agregó un ambiente hostil en su propio camerino? ¿Cuál es la relación entre jugadores que no se desarrollaron adecuadamente hasta que no fueron cambiados por sus equipos originales y el tipo de "jueguitos" a que fueron sometidos por algunos veteranos cuando llegaron a Grandes Ligas por primera vez? Nadie lo sabe con certeza y lo más probable es que nunca lo sepamos.

Lo que sí sabemos es que en el nuevo acuerdo laboral de las ligas mayores hay un capítulo dedicado a las novatadas. Y aunque no será tan duro como uno quisiera para reducir la intimidación/humillación en los camerinos del béisbol, al menos es un primer gran paso en esa dirección.