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El aficionado cibernético...

Esa es una de las grandes batallas que afronta en estos tiempos un futbol como el mexicano: no seguir 'perdiendo' aficionados a través de las nuevas tecnologías, una lucha por la identidad que se convierte en ganancias de millones de dólares...

LOS ANGELES, CA.- Los tiempos han cambiado. La idea romántica de nacer siendo parte de un club de futbol se ha desechado o se ha elevado hoy a términos tecnológicos. En las calles, los niños juegan más a ser Messi, Cristiano, Griezzman o Hazard que a representar una figura de peso en el futbol doméstico. Es una batalla por la identidad.

La Liga de España pisó ayer el territorio que tenía que pisar, un territorio, una tierra, una zona cibernética: aficionados al futbol que representan a las nuevas generaciones y que son capaces de seguir al Madrid, al Barcelona, al Atlético, al Sevilla o al Valencia vía la televisión, el internet o las redes sociales. Chicos que consumen desde la transmisión de juegos -y que obvio terminan consumiendo directa o indirectamente lo que se anuncia en esos juegos- y hasta camisetas y otros suvenires que son parte de la mercadotecnia de nuestros días. Aficionados a larga distancia. Jóvenes que nacieron lejos de las pulsaciones y del arraigo del futbol del barrio, de la identificación con ciertos colores o incluso de la herencia familiar de seguir a un club de futbol. Estos 'clientes' han sido devorados por una de las ligas más poderosas y famosas del mundo.

Javier Tebas, el presidente de la LFP acompañado por figuras del futbol español: Raúl González, Fernando Morientes y Fernando Sanz inauguraron el jueves la oficina que representará los intereses del Liga española en México y que entre otras cosas será encargada de gestionar marketing, imagen, relaciones públicas, entre otras cosas. Justo lo que otras ligas de otros deportes y de Estados Unidos, aprovechando la cercanía geográfica, ha realizado en los últimos años: la NFL, la MLB y la NBA tienen una presencia y negocios en México.

Pero el verdadero mensaje es para el futbol mexicano. La FMF, la Liga MX y los clubes, sobre todo ellos, deben entender que en esta vorágine de globalización -que en nuestra liga se ha manifestado a través del exceso de futbolistas extranjeros en las nóminas de los equipos- se ha provocado una pérdida de identidad, de raíces, de valores. Es fácil perder aficionados en las redes, clientes potenciales que prefieren tomar una camino distinto ante la oferta que hoy representan las nuevas comunicaciones y la tecnología. Esos chicos no volverán. En lugar de ser aficionados del América, de las Chivas, de Tigres o de Veracruz, prefieren la calidad y la confiablidad de un espectáculo que encabezan los mejores jugadores del mundo en clubes de gran tradición.

Los clubes en México se han vuelto consumidores. Hoy, algunos de ellos, traen 10, 15 y hasta 20 jugadores de Sudamérica, jugadores que pueden triunfar o fracasar, pero que están de paso. Algunos de ellos -los menos- hacia ligas de mayor repercusión y otros más de vuelta a la mediocridad que les correspondía. Los jugadores extranjeros que vienen a México difícilmente echan raíces o dejan huellas como ocurría en antaño. Y la mayor parte del proceso de las fuerzas básicas -de la cantera- esta detenido, sin demasiada oportunidad para el futbolista mexicano, ese que puede ser ídolo y que puede terminar atrayendo y manteniendo a más aficionados.

Nada raro es que México sea, después obviamente de España, el país donde más se sigue a la Liga española de futbol, pero lo que sí supondría ser raro es que esas estimaciones arrojaran que entre el Real Madrid y el Barcelona tengan más seguidores en México que el América y las Chivas.

@Faitelson_ESPN