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El balón, a los pies de Decio...

Lo que pasó en Veracruz el viernes por la noche no puede resolverse con un par de partidos de veto y una multa calculada en salarios mínimos. Es tiempo que los dirigentes y los clubes hagan su trabajo. No sólo desarticular --como lo hizo ya Chivas-- a los grupos más radicales de cada club, también, a través de las sanciones, marcar un precedente y dejar en claro que la violencia y el vandalismo monstruoso del Luis de la Fuente no es parte de este futbol. Es tiempo de actuar, señores federativos, clubes del futbol mexicano, porque por mucho tiempo han dejado el tema a la deriva y hoy están recogiendo lo que han sembrado.

LOS ANGELES, CA.- Sin quererlo y quizá atendiendo a una reacción de sentido común, André Pierre Gignac y Ricardo 'El Tuca' Ferreti estaban haciendo el viernes por la noche lo que los dirigentes del futbol mexicano no se han atrevido a hacer en los últimos 40 años.

La raíz de la violencia en el futbol mexicano no se encuentra en las tribunas de los estadios. Puede que sea un reflejo del México que se ha transformado y que hemos vivido y soportado en los últimas décadas, pero también ha contado con la clara colaboración de un futbol y de unos clubes que se han mantenido impávidos mientras el fenómeno avanzaba y se tornaba más grave.

Algunas escenas dramáticas, aberrantes, inadmisibles que van más allá de la violencia para transformarse en un vandalismo monstruoso aparecieron el viernes en las tribunas del campo de futbol del Veracruz.

Lo que siguió después fue igualmente absurdo: los actores, un futbolista, dos entrenadores y un presidente de club intercambiando acusaciones entre ellos, cuando en realidad lo más trascendente del hecho es el nivel de violencia que ha llegado a los escenarios futbolísticos. Ni si Gignac provocó, ni si 'El Tuca' se equivocó, ni si Reinoso reaccionó de forma equivocada ni si Fidel Kuri no tiene credibilidad para opinar del tema, resulta importante ahora. Lo que tiene que preocuparnos a todos es que el futbol ha sido capaz de propiciar escenas de odio, rencor y de un grado de fanatismo que en sus orígenes no eran parte de este futbol.

En Veracruz, hay muchas cosas inconclusas. La primera tiene que ver con que un presidente de un club siga en funciones a pesar de que haber golpeado a un miembro de la Comisión de Árbitros. Desde ahí, empezamos mal. Luego, el tema parece, para no variar en Veracruz, politizado, lleno de señales que no existía la seguridad apropiada en el estadio por un asunto de intereses políticos. He ahí el problema de mezclar al futbol con la política. Después, la verdad, yo creo que el delantero francés de Tigres, André Pierre Gignac, no puede ser señalado como el culpable de detonar la gresca, mas allá de que haya ido o no a provocar al publico. Enseguida, lo de Ricardo Ferretti me parece fuera de cualquier juicio. El entrenador de Tigres fue a defender lo que cualquier ser humano hubiese defendido: la integridad de las personas. Correcto: puede ser que Ferretti, al calor de las cosas, haya soltado algunas palabras que estaban "fuera de sitio", pero 'El Tuca' hizo lo que socialmente no ha hecho ningún entrenador de México: Ir a defender a los seres humanos. No olvidemos el fondo del tema. Cualquier otro entrenador se hubiera llevado a sus jugadores al vestidor y adiós, sin importarle lo que sucediera a su alrededor.

El principal culpable de lo que vimos en Veracruz ha sido el propio el futbol mexicano. Por años , los clubes no sólo han ignorado el crecimiento de la violencia, lo han fomentado a través de sus apoyos a los grupos de animación más radicales: boletos, ayudas económicas, ropa, comida, en algunos casos hasta como si fueran "grupos de choque" para eventualmente ser utilizados en otro tipo de empresas, cometidos e intereses.

El balón está, como siempre, en los pies de los dirigentes. Decio de María y Enrique Bonilla tienen ahora "la palabra". Una sanción ejemplar, trascendente, histórica marcaría un precedente. Un par de juegos de veto y una multa calculada en salarios mínimos sería como "lavarse las manos" y dejar que el tema continúe. Es tiempo de actuar. Siempre ha sido tema de actuar, porque si no lo hacen nuestros "ilustres" federativos, lo tendrán que hacer los futbolistas y los entrenadores como sucedió el viernes por la noche en Veracruz.

@Faitelson_ESPN