<
>

América y Cruz Azul iniciarán 2021 pero cómo terminaron 2020

play
Cruz Azul no tiene en la mira a Miguel Herrera, pero la MLS si (0:54)

El ex DT del América podría llegar a dirigir al LA Galaxy la próxima campaña. (0:54)

LOS ÁNGELES -- Ante la histeria, el desencanto y la frustración de su afición, América y Cruz Azul se esfuerzan para comenzar 2021 en peores condiciones –sí, sí es posible—de cómo terminaron 2020.

Incertidumbre absoluta. Hasta la entrega de este texto, en Coapa y en La Noria, naufragaban en su propia y absoluta incompetencia.

Al final, América y Cruz Azul demuestran que no estaban preparados para el cambio. Las acciones precipitadas que los dejaron sin entrenadores, se originaron en una explosión visceral, en un calentón hormonal.

Los amigotes de Emilio Azcárraga Jean lo obligaron a tomar una decisión de la que no estaba seguro, ni convencido, ni deseoso: echar a Miguel Herrera. Lo persuadieron --o lo manipularon--, con el pretexto de que era el hazmerreír en redes sociales. Y uno de los hombres más poderosos de México sólo puede permitir que la última carcajada siempre sea la suya.

En tanto, los bisoños, imberbes, inexpertos, calenturientos directivos de Cruz Azul, encabezados por un don nadie, futbolísticamente hablando –también--, como Víctor Velázquez forzaron la salida de Robert Dante Siboldi, al acribillarlo públicamente con estigmas como cobarde, timorato, pusilánime, en su quehacer como técnico de futbol.

Azcárraga Jean sabe que no debe equivocarse. Tal vez no percibe la gravedad del asunto: el grupo de trogloditas –con sus excepciones--, que conforman su plantel, sólo pueden desarrollar un futbol burdo, simplón y, lo más grave, desapasionado y sin compromiso.

Cruz Azul atraviesa otro problema, presuntamente. En los círculos de la cementera, hasta este lunes, no había una persona habilitada, capacitada legítimamente para aprobar o consolidar una contratación, un despido, una negociación, un refuerzo, o incluso ejercer e imponer una personalidad jurídica.

Esto demuestra que en Cruz Azul, el hombre que ya no está, que se encuentra prófugo, que se escurre mientras vive azuzado por un rosario de cargos, sigue mandando. Todos, en los círculos íntimos de Cruz Azul, saben dónde está Guillermo Álvarez Cuevas, pero las autoridades no quieren pasar a recogerlo.

Tener la autoridad no significa tener el poder, pero tener el poder no requiere de una autoridad que lo certifique. Quede claro, hasta este lunes, el poder no estaba en manos de Víctor Velázquez ni de quienes lo rodean. Ellos podrán decir lo que quieran pero, los hechos los rebasan.

Y mientras tanto, en medio de esa pasividad, de esa perplejidad de los dirigentes de ambos equipos, de ese dejarse morir, prácticamente, las aficiones viven crispadas de nervios.

Motivos tienen sus seguidores. Sus grandes contendientes empiezan a cerrar filas y velar armas. Chivas, León, Tigres y Rayados sólo hurgan en buscan de un par de refuerzos. Mientras tanto, Pumas, dentro de esa precaria y austera forma de manejarse, va moldeando sus requerimientos.

En Coapa y La Noria se detecta una crisis, un padecimiento alarmante: se percibe el miedo a decidir, por el miedo a equivocarse. Ni Azcárraga y su corte, ni los cooperativistas, en este momento saben exactamente qué hacer.

La inacción es síntoma de incompetencia. Es el pánico evidente por ignorancia. ¿Sabrán más los amigotes de Emilio que el mismo Santiago Baños, con todo y sus desaciertos? ¿Sabrán más los cooperativistas que Jaime Ordiales con todo y sus yerros y sus contaminantes relaciones?

Ojo: ni remotamente pretendo justificar la cadena de equivocaciones que se han perpetrado contra América y Cruz Azul en este 2020, por parte de sus eventuales dirigentes deportivos, pero quienes ahora han tomado el mando, queda claro, viven en el limbo.

Además, están expuestos a que, en la desesperación, se conviertan en víctimas de los voraces y despiadados promotores dispuestos a ofrecerles baratijas, bisutería futbolera.

Ojo: queda claro que ambos grupos de dirigentes, los que están al mando de El Nido y La Noria, quieren hacer las cosas lo mejor posible. Pero, en el desamparo en el que viven, en un medio voraz, tramposo e implacable, caerán en garras inesperadas.

Y, obviamente, terminarán los oportunistas amigotes y cooperativistas siendo peores dirigentes y tomando peores decisiones que aquellos a quienes relevan en el mando.

Y eso es lo más preocupante para sus aficiones, el que América y Cruz Azul se enterquen en comenzar en peores condiciones 2021, de las lamentables condiciones en que cerrarán este 2020.