Irónicamente, el mismo Cruz Azul que anhelaba tanto el estilo, la personalidad y las condiciones futbolísticas de Tomás Boy, hoy, no sabe qué hacer con él. A tres fechas del final, el equipo corre el riesgo de alejarse de una liguilla por cuarta ocasión consecutiva. Ha perdido el gol y por si fuera poco, el entrenador se ha mezclado en una controversia con el delantero Vicente Matías Vuoso que casi llega al escándalo... Este es el cuadro de Cruz Azul, nada tampoco que le sea extraño en su época moderna. Un equipo que lo ha probado todo, todo y al que, evidentemente, no le ha funcionado nada...

LOS ÁNGELES -- Cruz Azul soñaba, anhelaba, ansiaba tener el estilo de Tomás Boy. Hoy, lo tiene, lo malo y lo bueno de ese estilo y parece no saber qué hacer con él.

A tres fechas del final, el equipo tiene la personalidad entera de Boy: un día juega como el mejor, sin exagerar, con idea, profundidad, sentido, distancia, emoción, espectacularidad y al día siguiente desaparece. Está inmerso en una racha que incluye más de 300 minutos consecutivos sin gol y está cerca de quedar eliminado de una liguilla por cuarta ocasión consecutiva en los torneos del futbol mexicano. A ello, agregue otro cuadro, digamos, a las formas de Boy: un escándalo con el delantero argentino-mexicano Vicente Matías Vuoso que se ha ventilado más en la prensa que en el vestidor.

En este Cruz Azul, un día se baila al ritmo del entrenador, al otro se festeja un triunfo, más tarde se atiende una controversia de vestidor y finalmente, una grave crisis de orden futbolístico. Cruz Azul está convertido en un equipo bipolar.

Había muchas dudas en la gente de la Cooperativa cuando decidieron contratar a Boy a mediados de la temporada anterior, pero era el clamor popular. El “Vox Populi” termino siendo “Vox Dei”: al pueblo lo que pedía. Un entrenador que pudiese levantar la voz, imprimirle “sangre caliente” el equipo y un talento futbolístico que sin duda han insinuado, al menos, algunos de sus equipos. Por momentos, los resultados fueron buenos. Hubo “picos” en la temporada que así lo demuestran, pero el cierre está provocando una nueva hecatombe hacia el interior del club. Aquellos que no veían con:”buenos ojos” su llegada sonríen y los que le impulsaron están inquietos y preocupados. Cruz Azul ha probado con diferentes fórmulas desde que ganó su último título de Liga ya en el siglo anterior. Nada ha funcionado.

La contratación de Boy llegó desde la parte más “liberal y moderna” del club. Fue Robín Álvarez, el hijo del presidente Billy Álvarez, quien impulso la idea y convención de que era el paso adecuado para tratar de encontrar la “Tierra Prometida” que tanto anhela el club, los cooperativistas y sus seguidores. Hasta ahora, los resultados se perfilan hacia una nueva debacle, en medio de los rumores que indican que si Cruz Azul no se clasifica a la liguilla, Boy tendrá que hacerse a un lado. Es más, ya hay quienes colocan en “el radar” de Cruz Azul al uruguayo Gustavo Matosas, ex entrenador del Querétaro, del León, América y Atlas.

Es irónico: Cruz Azul quería tanto a Tomas Boy, a su estilo, a sus condiciones que hoy, que lo tiene, no sabe qué hacer con él.

@Faitelson_ESPN

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En San Nicolás de los Garza, aún está fresco lo que sucedió en aquella final del Apertura 2014. Y en Coapa, saben quien es el campeón actual del futbol mexicano y están conscientes de que lo que hicieron o dejaron de hacer durante el invierno pasado en Yokohama. Dos de las nóminas más poderosas del futbol mexicano y del continente chocan por una Copa de Concacaf que hace algunos años era minimizada y prácticamente olvidada por los clubes y el futbol mexicano. Hoy, es una Copa que ambos quieren, porque en sus genes futbolísticos esta acumulada la suficiente memoria para valorar lo que se juegan...

LOS ÁNGELES -- Quiérase o no, la memoria futbolística existe y puede terminar afectando y atando a un pasado reciente a los dos protagonistas de una final. Tigres y América tienen memoria. Y la memoria promete jugar su propio partido a partir de este miércoles en San Nicolás de los Garza.

Hay dos maneras para “medir” la final de clubes de la Concacaf. La primera, se refiere a otro escenario de una final, la del futbol doméstico, la del Apertura 2014, donde el América termino borrando de la cancha a los Tigres. La otra, corresponde al gran bochorno de Yokohama el invierno pasado, donde en el Mundial de Clubes, el América termino siendo eliminado por un equipo chino, cuando parecía tener legítimas aspiraciones de alcanzar el partido ante el famoso y gran Barcelona de aquellos no muy lejanos días.

¿Cuál de las dos memorias pesa más?

Ricardo “El Tuca” Ferretti quiere desaparecer lo que el pensamiento más fresco de un enfrentamiento ante el América le significó: “Aquí no hay revanchas”, dice el veterano entrenador de Tigres. “Eso lo inventan ustedes...”. Y la filosofía del América, en cambio, sí que incluye y destaca las revanchas: no hablan mucho del vergonzoso papel que tuvieron en el Mundial de Clubes, pero se “mueren” de ganas por otra oportunidad en ese evento justo cuando el club estará cumpliendo 100 años de vida.

El Tigres-América está más caliente que nunca. Dos nominas poderosas, el campeón vigente del futbol mexicano, un futbolista de los tamaños del francés Gignac que por momentos parece fuera de Liga y que sabe aparecer en las situaciones más propicias de los partidos, una dupla de ataque conformada por Carlos Darwin Quintero (suspendido para el juego de ida) y Oribe Peralta que han encontrado la manera, como lo hacían en sus días con la camiseta santista, de producir futbol y goles, un entrenador que necesita de credibilidad ante la siempre pasional afición americanista, otro entrenador que históricamente sabe cómo hacerle daño al América y que públicamente se ha declarado “antiamericanista” y dos grandes escenarios de pasión como el Universitario y el Estadio Azteca. Por increíble que parezca, una final de Concacaf, históricamente despreciada y minimizada por los clubes y el futbol mexicano, tomará hoy un relieve que promete marcar las temporadas de ambos clubes.

Tigres quiere el boleto para el Mundial de Clubes. Sabe que tras conquistar la Liga, llegar a una final de la Libertadores, tiene que seguir dando pasos de crecimiento y atreverse donde ningún otro club mexicano lo ha hecho, incluyendo a su acérrimo rival de la ciudad, el Rayados de Monterrey, hoy líder general indiscutible de la competencia doméstica. Y el América, el América está planeado y concebido para ganar todos los trofeos que se interpongan en su camino. Es la primera gran prueba que tendrán Ignacio Ambriz y este equipo para sostenerse o renovarse en el verano que se aproxima. El América tiene que ganar finales. Es una de sus condiciones más sagradas.

Tigres y América juegan por la final de la Concacaf. Los dos añoran la Copa. Los dos tienen memoria, de lo que pasó y lo que no pasó y de lo que puede y debe suceder.

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El legendario jugador de Los Angeles Lakers Kobe Bryant jugará el último partido de su carrera esta noche. He aquí un dato del que acabo de darme cuenta: Bryant solo ganó un premio de Jugador Más Valioso.

Para ser un jugador que muchos consideran como candidato obvio al Salón de la Fama y uno de los mejores de todos los tiempos, eso parece algo raro. Kareem Abdul-Jabbar, Michael Jordan, Bill Russell, Wilt Chamberlain, LeBron James, Magic Johnson, Larry Bird y Moses Malone ganaron cada uno por lo menos tres premios de JMV. Tim Duncan y Karl Malone ganaron dos cada uno. Julius Erving ganó apenas uno en la NBA, pero logró tres en la ABA. Rayos, incluso Steve Nash ganó dos, algo así como la versión en la NBA de Juan González. (OK, el hecho de que González haya ganado dos veces fue probablemente un crimen mayor.)

Por el otro lado, Shaquille O'Neal solo ganó un premio de JMV, aunque quizás eso sea más una consecuencia de haberse perdido tantos partidos por lesiones. Bryant sí terminó entre los primeros cinco en la votación 11 veces en 12 temporadas y se ubica en el puesto 11 de todos los tiempos en la estadística llamada MVP Award Shares, así que no es como que haya sido ignorado por completo en las votaciones.

En el béisbol, quizás Kobe se compare con Hank Aaron, quien solo ganó un premio de JMV pero se ubica séptimo en MVP Award Shares. Ken Griffey Jr. fue ampliamente considerado como el mejor jugador de la Liga Americana por un largo periodo pero solo ganó un premio de JMV. Oigan, es difícil ganarlo.

De todos modos, los mejores jugadores en el béisbol reconocen el poder de estrella de Kobe (¡especialmente por sus vínculos con Nike!) hoy en el mundo de Twitter:

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Yo entiendo así el final de la película de la Champions que dio como resultado la eliminación del campeón y gran favorito. El Barcelona se quedo al margen de la defensa de su título y lo hizo alejado de las grandes condiciones historicas que le han caracterizado. ¿Qué le sucedio al mágico Barcelona? ¿Por qué desapareció? ¿A dónde se fue Messi, Suárez y Neymar? Sea como sea, un equipo que se defiende a ultranza y que mantiene el orden como bandera, esta hoy entre los cuatro mejores equipos de Europa y del mundo...

LOS ÁNGELES -- No me gusta el estilo futbolístico del Atlético de Madrid, pero ese es, definitivamente, mi problema...

La verdad es que hay que otorgarle el crédito que merece el equipo del "Cholo" Simeone que juega bajo ciertas condiciones del juego donde defenderse es una tarea que ellos llevan al nivel más desarrollado. Y no salen de ahí: corren, pelean, despejan, contragolpean y así puede sostener un ritmo competitivo en la liga más poderosa del mundo. Nadie le regalo nada al Atlético de Madrid. Son, con y a pesar de ese estilo futbolístico, un digno semifinalista de la Champions.

Lo que sigue intrigándome es lo que le sucedió al Barcelona en esta delicada etapa de la temporada. Dejó de hacer lo que tenía por costumbre hacer: jugar al futbol, con idea, con profundidad, con capacidad para inventar en los últimos metros. Ni Messi, ni Suárez ni Neymar aparecieron en ese sentido. Un equipo acostumbrado a la creación terminó careciendo de ella cuando más la necesitaba.

Una pena, porque hace no muchas semanas, relatábamos historias de un equipo que se divertía y divertía a los demás a través de la cancha, un equipo sublime, de un tridente fantástico capaz de regalarnos escenas sobradas en calidad, destreza física y mental. Hablábamos y subrayábamos a un Barcelona mágico, que se aproxima a escenas de malabrismo, ficcion, arte... ese Barça terminó siendo desmantelado en parte por el Atlético de Madrid y en parte por algunas cuestiones que son difíciles de explicar: las distracciones, las bajas del juego, los errores en momentos decisivos.

¿Quién sabe qué le paso al Barcelona? ¿Habrá que realizar un examen post-morten y buscar explicaciones en las células de Messi, en los niveles de sangre de Neymar y en la toxinas de Suárez? Algo hay que nosotros no alcanzamos a ver.

Una pena para los que gustan del futbol ofensivo y espectacular que pregona el Barcelona... una satisfacción para aquellos que prefieren el orden, la dureza y la calidad defensiva del Atlético de Madrid... para mí, ganaron "los malos" de la película, pero seguro que usted puede entender la película de otra forma.

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En tan sólo algunos días, hemos despedido a dos de los más grandes atletas de nuestra generación. Y no será fácil despedirnos de ellos. Tampoco será fácil encontrar quien llene "sus botas". Un boxeador y un basquetbolista que fueron más allá de su propio deporte. Fue Manny y fue Kobe, dos legados de inspiración, dos hombres que forjaron noches maravillosas alrededor de su deporte, que nos dieron material para soñar, para creer, para matizar y que si alguna vez nos decepcionaron más allá del ring o de la duela, tuvimos la paciencia y yo diría que hasta el ofuscamiento para perdonarles. Adiós, Manny; adiós Kobe. Será imposible no extrañarles.

LOS ANGELES -- Nada duele más que tener que despedirse de algo que llegamos a amar, a atesorar y a casi hacerlo parte de nuestra vida. El sábado fue Manny. El miércoles es Kobe.

Los atletas no dejan de ser una visualización de los anhelos más sagrados del ser humano. A través de ellos, nos permitimos soñar, creer, aspirar y al tiempo en que admiramos su juego, sus destrezas físicas y mentales, al mismo tiempo en que perdonamos lo que son y lo que creemos o queremos que sean más allá del escenario deportivo, terminamos forjándonos la imagen de un ídolo.

"Todavía puede. Tiene con qué seguir. Debe quedarse por lo menos un par de peleas más", lo decía casi, implorando, Julio César Chávez, el sábado por la noche, en la sala de conferencias del MGM Grand de Las Vegas, justo unos minutos de haber sido testigos del episodio que parece ser el final de la carrera de uno de los más grandes boxeadores del que nuestra generación haya sido testigo.

En Chávez, una leyenda del boxeo mexicano, leemos y percibimos la necesidad del ser humano de alargar el efecto que el boxeo de Manny Pacquiao, la imagen y esencia de Manny Pacquiao provocaba en todos nosotros. Por momentos, no lo queríamos dejar ir, nos aferrábamos a las grandes y espectaculares noches que nos brindó desde el cuadrilátero, a la forma en la que condujo su talento en ocho divisiones diferentes, las combinaciones de poder y de velocidad que le hacían distinto al resto. Al Manny de la guardia lateral, al que solo faltaba una cinta en la cabeza para ser el "Karate Kid" de nuestra imaginación. Ese Manny se fue y por fortuna, se ha ido en un escenario ganador, apto de todas sus facultades, con una economía que le permitirá subsistir a él y a sus generaciones venideras y con un carrera política que promete mantenerlo entretenido.

Otra noche difícil la que nos espera hoy: despedir a uno de los más grandes jugadores de básquetbol de todos los tiempos. Un ganador genuino, que jugó 20 temporadas para un equipo de la dimensión de los Lakers y que les condujo a ganar cinco títulos del basquetbol profesional. Un jugador espectacular, atlético, que por momentos, más allá de los números, confundió su esencia con la de Michael Jordan y con la de los mejores jugadores de este deporte. Kobe Bryant fue una inspiración y una alegría para el basquetbol, fue nuestro "superhéroe" vestido en la camiseta de los Lakers. Lamentablemente, se va en la peor temporada en la historia del famoso equipo de Los Angeles. Se va, también, arrastrando dolor en sus músculos y quizá hasta una fatiga mental que no le permite ser el jugador avasallador que alguna vez se le ocurrió hacer 81 puntos en una misma noche, o ganar dos veces el trofeo al Más Valioso de las Finales de la NBA y presentarse en 18 selecciones al Juegos de las Estrellas. Impresionante.

No es fácil decirles adiós. Aunque no parezca, una parte de nosotros se van con ellos, una parte de la alegría de nuestro corazón, desaparece. Una parte de lo que fuimos, soñamos, creímos, aspiramos, se va cuando se van ellos.

Damas y caballeros, de Manny a Kobe. Gracias a Dios, al destino y a ellos, claro, que nos permitió vivir en la misma puesta en escena de su grandiosa obra. Los vamos a extrañar, sin duda.

@Faitelson_ESPN

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En la antesala a su último partido, ESPN Datos da mirada gráfica a los números de Kobe Bryant.

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- Los 81 puntos de Bryant suponen la segunda mejor marca lograda en un partido en la historia de la NBA, por detrás de los 100 puntos de Wilt Chamberlain de marzo de 1962.

Mayor número de puntos en un partido en la historia de la NBA

Marzo de 1962 Wilt Chamberlain 100
Enero de 2006 Kobe Bryant 81
Diciembre de 1961 Wilt Chamberlain 78

- Se trató de una de las dos ocasiones en las que logró 60 puntos aquella temporada, algo que ha logrado en cinco ocasiones a lo largo de su carrera, el segundo mayor número de la historia de la NBA.

Partidos con más de 60 puntos por un jugador en la historia de la NBA

Wilt Chamberlain 32
Kobe Bryant 5
Michael Jordan 4
Elgin Baylor 3

- ¿Se trató del mejor partido que Kobe jugó en su carrera? Una vez anotó 62 puntos en tres cuartos ante Dallas Mavericks, que no superó los 61 puntos de equipo en esos tres cuartos.

- Los 81 puntos de Kobe fueron 12 más del máximo que anotó Jordan en un solo partido cuando convirtió 69 ante los Cavaliers en la temporada 1989-90. Ambos tenían 27 años de edad en los mejores partidos de sus carreras.

Los 81 puntos de Kobe en números:

- 81 puntos - Segunda mejor marca en la historia de la NBA
- 28 por ciento en tiros de campo - Mejor marca de un jugador de los Lakers desde Wilt Chamberlain en febrero de 1969 y mejor en la NBA desde David Thompson en abril de 1978 - 46 intentos de tiros de campo - segundo mayor de la carrera de Bryant
- 7 triples - En las 11 ocasiones que ha logrado siete triples ha llegado a los 40 puntos anotados como mínimo.
- 20 intentos de tiros libres - Esa es la cifra que ha ido a la línea de tiros libres en 21 ocasiones, el máximo de un escolta en 50 temporadas.

¿Cómo anotó los 81 puntos?

- 24 puntos cuando su marca fue Morris Peterson. Se trata del máximo que ha anotado ante cualquier defensa.
- Hizo canastas con seis defensores diferentes.
- Seis jugadores diferentes de los Lakers le asistieron.
- En su balance de 18-de-20 en tiros libres recibió faltas de cuatro jugadores diferentes.
- Anotó 25 puntos en jumpers, su mayor número en cualquier tipo de jugada.
- Hizo tres clavadas
- Cuando estuvo sentado en el banquillo sus compañeros lograron 1-de-11 en tiros de campo.
- Sus compañeros anotaron 2-de-6 gracias a pases de Bryant.

Puntos por defensor en el partido de los 81 puntos

Morris Peterson 24 8-de-15
Jalen Rose 20 7-de-10
Joey Graham 10 2-de-3
Eric Williams 8 4-de-6
Jose Calderon 4 1-de-3
Pape Sow 3 1-de-1
>>El resto de los puntos llegaron en transición o en la zona

- OTROS DATOS

- 55 de sus 81 puntos fueron en el segundo tiempo.
- Más del 82 por ciento de los jugadores que hay en la NBA actualmente no habían debutado por aquel entonces.
- Desde el día posterior a su marca, hasta en 1,300 ocasiones equipos completes anotaron menos de 81 puntos al final de los encuentros.
- Sólo hay cinco jugadores que han logrado 81 puntos en dos juegos consecutivos en esta temporada.
- Sólo en la segunda mitad, Kobe anotó 55 puntos. Jugadores notables que han logrado esa marca en un partido completo fueron Kevin Durant, Dirk Nowitzki y Hakeem Olajuwon

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El escolta de Los Angeles Lakers, Kobe Bryant, dejará tras él uno de los más impresionantes legados del básquetbol.

Bryant es el primer base que juega 20 temporadas de la NBA, y el primero en jugar 20 temporadas con la misma franquicia. Será recordado en su mejor momento como un gran anotador, un defensor tenaz y un ganador.

Excelencia completa

Bryant ganó cinco anillos de la NBA, es un 17 veces miembro del equipo de estrellas (el segundo con más selecciones, detrás de los 19 de Kareem Abdul-Jabbar) y estuvo 11 veces en el primer equipo de la NBA (empatado con Karl Malone con más veces).

Se retirará como el tercer mejor anotador de la historia de la NBA en términos de puntos en su carrera. Cómo termine en puntos por juego (actualmente es undécimo con 25.3) dependerá de cómo finalice esta temporada.

Bryant no fue tímido para tirar. Es el líder de todos los tiempos en intentos fallados.

Cerrador defensivo

Bryant es un 12 veces miembro del equipo defensivo de la NBA (un premi0 que se otorga desde la temporada de 1968-69. El único jugador con más selecciones es Tim Duncan, de los San Antonio Spurs con 15.

Bryant fue seleccionado nueve veces al primer equipo, empatando con Michael Jordan, Kevin Garnett y Gary Payton como los máximos.

Bryant está actualmente en la posición 14 de todos los tiempos en robos con 1,894. Promedia un robo por juego, por lo que llegar a las 2,000 podría ser un reto. Si lo hace, sería el duodécimo jugador en la historia de la NBA que alcanza 2,000 robos.

Los anillos

Bruant está empatado con más títulos en la historia de los Lakers. Los otros jugadores que ganaron cinco anillos desde que el equipo se movió de Minnesota a Los Angeles son Derek Fisher, Michael Cooper, Abdul-Jabbar y Magic Johnson.

¿Kobe o Duncan?

Bryant vino a la NBA un año antes que Duncan y los dos están entre los más grandes jugadores de su era. Cada uno ganó cinco anillos y fue nominado a al menos cinco equipos de estrellas de la NBA. Duncan tiene una ligera ventaja en selecciones defensivas (15-12) y premios de Jugador Más Valioso de la temporada/Finales (5-3). Bryant tiene dos apariciones más al Juego de Estrellas (17-15).

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LOS ÁNGELES -- La mirada de Kobe Bryant es rasgada cuando observa al aro en los momentos decisivos, felina cuando cumple con sus objetivos y desafiante sobre la duela en el trato a sus rivales. Atenta cuando escucha preguntas en español y sincera cuando las responde. La mirada de este líder es sinuosa como una serpiente venenosa, azabache, determinada y predecible.

Como predecible fue el hecho de que sellara un legado asegurado hace mucho tiempo después de conseguir superar a Michael Jordan como el tercer mejor anotador de la historia de la NBA. Audaz en sus reacciones tras el éxito cosechado, Kobe fue elegante en el fondo y en la forma a la hora de mentar a su mentor. Se acordó de Jordan porque sin él no hubiera podido superarle en anotaciones -- que no en otros aspectos -- porque aquel que ahora ve al toro desde la barrera llegó a estar en primera línea de ataque con la majestuosidad del rey de una selva de criaturas cuasi perfectas. Cuánto mérito.

Entonces aconsejó al que en aquellos finales de los años noventa apuntaba maneras en la mejor liga del mundo. Le instó a crecer, le inspiró, le ayudó a ser mejor y más competitivo. Desde la retaguardia, Jordan ha presenciado a su discípulo pasar flechado por su lado. Seguramente haya habido más orgullo que otra cosa ante un hecho que se veía venir, estaba cantado que la proyección de Kobe acabaría cumpliendo los pronósticos en cuanto al número de puntos anotados. Lo tenía asumido mucho antes de que sucediera.

Hubo un tiempo en que el pasado y el futuro del básquetbol coincidieron y todos debemos dar gracias por ello. Porque la conexión de estas dos leyendas las ha engrandecido, porque gracias a ellos se vuelve a repetir una máxima irremediable: los mejores beben de la fuente de los mejores. Así nacen, crecen y se reproducen aquellos que destacan, los que son capaces de entender el liderazgo de una manera absoluta, sin medias tintas. Predicando con el ejemplo, mejorándose a sí mismos y mejorando a los que les rodean.

Porque jugadores como Bryant y Jordan no aguantan la incompetencia, no soportan las personalidades débiles y conformistas. Castigan el mínimo esfuerzo y la falta de criterio. Alzan la voz contra los ineptos sin complejo alguno y les azotan con el arma más potente que tiene uno y que tuvo el otro: el ejemplo.

El brillo no es automático, no es algo caído del cielo, de santa divinidad y espiritualidad innata. La sangre azul del monarca y el veneno de la 'Mamba Negra' no confluyen en la historia sin un arduo trabajo detrás, sin caídas abruptas solventadas con excelencia. Nadie nació siendo el mejor, en el básquetbol, como en la vida, no se heredan valores ni cualidades por gracia de los astros.

La mirada de Kobe ha sido capaz de recoger el brillo de los ojos de Jordan, clínicos y hambrientos de triunfo. Ha sabido proyectar atributos varios de una manera inconformista y sólida. Ahora es él la inspiración de los más jóvenes. De Julius Randle, de Jabari Parker, de los chicos que se levantan cada mañana para ir a la escuela tras una noche de sueños color duela. Un líder inspira, alienta y utiliza su criterio, su calidad y sus conocimientos para mejorar a los demás.

No todo el mundo puede definirse con el calificativo de líder, para eso hay que tener tantas virtudes como puntos acumula Kobe, cosechar éxitos sonoros, mediáticos en ocasiones y rimbombantes que justifiquen el apelativo; pero también triunfos silenciosos, del día a día y en la penumbra. Son precisamente estos últimos, los que nadie ve, los pequeños reconocimientos que engrandecen a las figuras y muestran al mundo a estos paradigmas de nuestro tiempo.

Todos debemos tomar nota de las virtudes que hacen que Kobe Bryant sea uno de los líderes más destacados de nuestro tiempo.

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Hay orgullo en ser tomado como líder de todos los tiempos de la NBA en intentos de tiros fallados.

Kobe Bryant, escolta de Los Ángeles Lakers superó a John Havlicek en la marca de todos los tiempos en esta categoría estadística en la derrota de los Lakers frente a los Memphis Grizzlies el martes.

Los cuatro primeros de esta categoría están entre los jugadores más prolíficos en la historia de la NBA. Ahora Havlicek está ubicado como segundo, por delante de Elvin Hayes y Karl Malone.

Esto tiene sentido de manera intuitiva considerando que para tener un record como éste requieres longevidad y, si vas a tener longevidad en cualquier deporte, es probable para un magnifico jugador con alguna consideración.

Una revisión a través de otros deportes muestra que los líderes perdedores de todos los tiempos también están calificados entre los mejores de su disciplina.

En la NFL, Brett Favre es el líder de todos los tiempos en pases incompletos con 3 mil 869.

En la NHL, el hombre a la defensiva Ray Bourque tiene la mayor cantidad de disparos que fueron detenidos en "la era de expansión" de la liga con 5 mil 796.

Y en el béisbol, Pete Rose es el líder de todos los tiempos en outs con 10 mil 328.

El ascenso de Bryant en la clasificación de la NBA en otra categoría también.

Pasó a Michael Jordan con más intentos de tiros de campo en la historia de la NBA y ahora se ubica tercera en la lista de todos los tiempos, detrás de Kareem Abdul-Jabbar and Karl Malone.

Bryant se fue 10 de 26 en la derrota, desplomándose su porcentaje de tiros esta temporada a 39.3 por ciento.

Es el inicio de la temporada, pero a lo largo de siete juegos, Bryant está en camino de fallar 1,195 tiros esta temporada. La última vez que falló una cantidad similar fue en la temporada 2005-2006, cuando falló exactamente esa cifra.

Pero sólo hizo 978 canastas aquella temporada. Esta campaña está en camino de hacer 773.

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