MÉXICO -- Ningún otro equipo ha causado tantos estragos a los Miami Dolphins desde que reclutaron al mariscal de campo Ryan Tannehill, que los Buffalo Bills. Este jueves, en el arranque de la Semana 11, el Sun Life Stadium alberga un duelo en que ambos equipos están obligados a ganar si quieren evitar el rezago en la AFC Este.

Aquí hay tres claves que te ayudarán a disfrutar este duelo divisional.

1. BILLS HAN MANIATADO A TANNEHILL
El mariscal de campo titular de los Dolphins está 1-4 en su carrera contra los Bills y nunca ha lanzado más de 241 yardas en esos cinco partidos. En las tres victorias consecutivas de Buffalo sobre Miami durante ese período, el margen de puntos ha sido 71-31 en favor del club de Orchard Park.

La única vez que Tannehill ha vencido a Buffalo, fue durante su temporada de novato en el 2012, última vez que registró un índice de pasador de 74.0 contra su rival del Este (mayor cifra). La campaña pasada, al tiempo que los Dolphins perseguían el récord ganador en la Semana 16, Tannehill colapsó con 82 yardas en 10 pases completos, fue capturado siete ocasiones y tuvo que salir brevemente del juego para ser atendido por el personal médico, todo ello durante la derrota por 19-0 ante unos Bills liderados por el mariscal de campo Thad Lewis. ¿Quién?

2. PUNTO DE INFLEXIÓN EN BUFFALO
El esquinero Leodis McKelvin se excedió, pero dejó claro que los Bills saldrán con el cuchillo entre los dientes para batir "el trasero" de los Dolphins. La urgencia viene en el despertar de sendas derrotas para los rivales de división, Buffalo ante Kansas City --en un partido que ya tenían controlado-- y Miami contra Detroit --también.

La sequía de playoffs que cargan los Bills desde 1999 es la racha activa más larga en la NFL y, ciertamente, una caída a 2-5 contra la AFC y 1-1 ante Miami, complicaría gravemente la aspiración de Buffalo para contender en la carrera del Comodín.

3. LÍNEA OFENSIVA EN CUESTIÓN
Tannehill ha sido capturado 13 ocasiones en sus últimos tres enfrentamientos con los Bills, y aunque la historia de los Dolphins ha sido diametralmente distinta en relación al año pasado en términos de protección al pase, una pésima noticia atacó Miami la semana pasada.

El tackle izquierdo Branden Albert, una de las inversiones más altas que realizó la franquicia de Davie en la agencia libre para proteger el lado ciego de Tannehill, sufrió un desgarro de ligamentos en la rodilla y se perderá el resto de la temporada.

La semana corta no ayuda a los Dolphins en el departamento de las lesiones y ajustes, sobre todo cuando tienen enfrente a la unidad defensiva con mayor número de capturas en lo que va de la temporada (34), nutrida por Marcell Dareus (10.0), Jerry Hughes (7.5) y Mario Williams (6.5), todos en el Top 15 de la liga.

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MÉXICO -- Los Buffalo Bills decidieron hacer un cambio en la posición de mariscal de campo, y es probable que los aficionados deban sentirse más preocupados ahora que hace una semana por el estado en que se encuentra su equipo.

Olvídense del hecho de que la franquicia confirma lo que muchos sospechamos durante el draft del año pasado: que se había pagado de más por E.J. Manuel al elegir al ex pasador de Florida State N° 16 global. Olvídense de su marca de 6-8 como mariscal de campo titular al frente de los Bills. Olvídense de un porcentaje de pases completos de apenas 58.6 por ciento en una época en que la liga exige a sus pasadores un número cercano al 65 por ciento. Olvídense de los minutos de pretemporada y de temporada regular que se ha perdido Manuel debido a lesiones diversas. Y por último olvídense del hecho de que, después de 14 salidas como titular, el progreso en su juego ha sido prácticamente invisible.

Lo que francamente preocupa para Buffalo es la alternativa.

Kyle Orton iniciará al frente de los controles ofensivos de los Bills en la Semana 5, y eso es cualquier cosa menos alentador. Buffalo se pone en manos de un pasador que ha pasado por cinco equipos en nueve años de carrera, acumulado una marca de 35-35 como titular, y que de por vida completa apenas el 58.5% de sus pases. Para recordar la última vez que Kyle Orton acumuló una marca ganadora como pasador en una campaña en la que fue titular, ocurrió en el 2009, con un 8-7 al frente de los Denver Broncos. Desde el 2010 a la fecha, su marca es de 6-16, y francamente, nunca se le vio a Orton elevar su nivel después de un par de temporadas prometedoras con los Chicago Bears --equipo en el que inició su carrera-- en el 2005 y 2008.

En otras palabras, es probable que Orton sea un Manuel entrado en años.

Lo cierto es que no puede minimizarse la importancia de la decisión de los Bills de quitarle las llaves del auto a Manuel, en especial para entregarlas a un pasador tan poco prometedor para el futuro del club como Orton. Por más que se pueda argumentar que Manuel todavía puede recuperar el puesto o que quizás dar un paso hacia atrás para volver a encaminarse hacia el frente, las cosas no funcionan así.

Usualmente, un pasador joven no se recupera después de que se le despoja de confianza por parte de un equipo que lo nombró titular rápido en su carrera. Ejemplos sobran: Blaine Gabbert, Brady Quinn, Matt Leinart, Kyle Boller y Vince Young están entre los pasadores que no se recuperaron después de ser reemplazados por veteranos tras recibir la oportunidad de iniciar rápida, y quizás, prematuramente.

Los Bills ciertamente se ajustan a este molde. El plan original en Buffalo era tener a Manuel en la banca mientras Kevin Kolb ayudaba con la transición de la franquicia hacia la ofensiva del entrenador en jefe Doug Marrone en el 2013. Lesiones constantes a Kolb forzaron a los Bills a recurrir a Manuel antes de que estuviera listo, y los resultados saltan a la vista. El problema es que el golpe psicológico que recibe ahora por parte de un equipo que le da la espalda, puede ser demasiado.

Marrone debe conocer las posibles ramificaciones de su decisión, y eso significa que ha aceptado el hecho de que existe la posibilidad de que Manuel no vuelva a jugar para Buffalo. A menos que ocurra un desastre con Orton en el campo, ya sea por su nivel de juego o por una lesión, los Bills no tienen muchos motivos para regresarle el mando a Manuel.

Buffalo hizo un gran trabajo en las primeras dos semanas de sacar a Manuel de la balanza sobre la cual penden los resultados. Los Bills apostaron a la defensiva, al juego terrestre y a los equipos especiales, y eso les redituó en dos triunfos importantes. Sin embargo, tarde o temprano, los Bills iban a necesitar jugadas grandes en momentos críticos para mantenerse en la senda de la victoria, y Manuel simplemente no tuvo la capacidad para entregar.

Las probabilidades son altas de que la era Manuel haya llegado a un fin definitivo en Buffalo. Quizás inició de un modo injustamente apresurado, y quizás el punto final se haya escrito de la misma manera. Pero está claro que Orton no es ninguna solución. ¿Cuándo inicia, y qué nombre puede llevar el siguiente experimento en la posición más importante del fútbol americano para los Bills? Para conocer esas respuestas sí habrá que esperar.

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MÉXICO -- Por sí sola, la inminente baja del mariscal de campo suplente, Kyle Orton, no es ni por mucho el evento más trascendente en lo que va del receso de temporada baja de los Dallas Cowboys.

No hay mucho qué echar de menos con la salida de un mariscal de campo que apareció en cuatro encuentros durante sus dos años en Dallas, completando 42 de 61 intentos de pase para 487 yardas con tres touchdowns y dos intercepciones. En todo caso, Orton demostró en el último partido de temporada regular del año pasado, su único inicio para los Cowboys, que a los 31 años de edad no ofrecía nada especial para la ofensiva como suplente de Tony Romo, más allá de siempre comportarse como un profesional en Valley Ranch.

Sin embargo, su salida constituye un síntoma más de uno de los principales males que aquejan a los Cowboys: el dinero muerto.

Orton estuvo ponderando el retiro desde el final de la campaña pasada, en cuyo caso los Cowboys hubieran podido perseguir parte del bono por firmar por 5 millones de dólares que acordó como parte del contrato que firmó en la temporada baja del 2012 (aproximadamente unos 3.4 millones).

Al ser liberado, Orton --quien fue multado por la franquicia con cerca de 70,000 dólares por no presentarse a ninguna práctica obligatoria durante el receso de temporada-- puede quedarse con la totalidad del bono, que se suma a la cantidad de dinero muerto que cuenta en contra del tope salarial del club, 1.1275 millones en contra de la nómina del 2014 y otros 2.255 millones contra el tope del 2015.

¿Qué es el dinero muerto?

Bueno, en esencia es el dinero que un equipo pagó a un jugador --usualmente en forma de un bono por firmar a la hora de acordar un contrato o una extensión al mismo-- que se prorratea para impactar topes salariales de años futuros, en lugar de asumir un impacto inmediato contra el tope del momento en que se paga. La diferencia con los bonos de plantilla o los sueldos base, es que éstos últimos que sólo impactan el tope salarial del año en que se hacen exigibles.

La capacidad de convertir cantidades debidas bajo el rubro de sueldos base en bonos por firmar constituye la esencia de la mayoría de reestructuraciones contractuales por medio de las cuales se libera espacio en el tope salarial presente: En lugar de pagarte un salario alto que va contra mi tope salarial presente, te pago una cantidad fuerte el día de hoy por concepto de bono y reduzco tu sueldo base en los años que se suman mediante la extensión, pero reparto el impacto de esta cantidad a lo largo de esos años. El jugador sigue recibiendo el dinero, pero bajo otro rubro.

Sin embargo, esas cantidades no desaparecen del tope, y en cambio quedan asignadas irremediablemente a los límites salariales futuros. Si un jugador es cortado o canjeado, el dinero que se le pagó de antemano mediante un bono por firmar sigue contando, y de hecho se acelera su impacto al tope salarial actual --o en el caso de los cortes posteriores al 1° de junio, como el caso de Orton, se reparte entre el tope actual y el del año entrante--, más allá de que ese jugador también pueda aparecer en la nómina de otro equipo al mismo tiempo.

En esencia, el dinero muerto es el dinero que pagó un equipo en el pasado, pero que cuenta contra el tope salarial presente, por un jugador que ya no está en la plantilla.

Usualmente, la cantidad de dinero muerto que carga un equipo contra su tope es indicativo del número de malos contratos firmados por ese equipo en años recientes. De acuerdo a las cifras proporcionadas por el Roster Managment System de ESPN, ninguna franquicia de la NFL cargaba en nómina más dinero muerto que los Cowboys, que al inicio del día tenían 23'504,515 dólares bajo este rubro... sin contar los 1.1275 millones adicionales de Orton.

Eso significa que con un tope salarial alrededor en la NFL de 133 millones de dólares, los Cowboys deben encontrar el modo de armar una plantilla de 53 hombres competitiva con "solamente" 108'367,985 dólares.

Para darnos una idea de la clase de handicap que tiene Dallas, tomemos en cuenta que los Tampa Bay Buccaneers --el equipo que actualmente carga con menos dinero muerto contra su tope salarial, con 903,429 dólares-- tiene 132'096,571 dólares para armar también su plantilla de 53 hombres de cara a la campaña del 2014.

Hace un año, nadie cargaba con más dinero que los Indianapolis Colts, con cerca de 38.6 millones de dólares, de los cuales más de 10 millones correspondían al mariscal de campo Peyton Manning. Sin embargo, Indy hizo un excelente trabajo purgando su nómina y actualmente, de acuerdo al Roster Managment System de ESPN, sólo lleva un lastre de 1'892,173 dólares.

En cambio para Dallas, esta posición no es novedosa.

En el 2012, los Cowboys fueron una vez más los líderes en la liga en dinero muerto, cargando con cargos resultantes de contratos con Roy Williams, Marion Barber, Leonard Davis y Marc Colombo, entre otros, para un total que ascendió hasta los 30'378,408 dólares.

Para darnos una idea del presente en Dallas, aquí hay un vistazo de lo que cargaría el equipo en dinero muerto si decidiera cortar a algunos de los jugadores más relevantes en este momento: Tony Romo (49'181,000), Brandon Carr (17'868,000), Orlando Scandrick (10'203,750), Morris Claiborne (9'610,842), Jason Witten (8'648,000), Doug Free (7'000,000), Mackenzy Bernadeau (4'248,334).

Tarde o temprano, todos los equipos pasan por rachas donde se les acumulan algunos contratos malos, y por tanto, periodos donde crece su total de dinero muerto. Adicionalmente, bajo las reglas del nuevo contrato colectivo de trabajo entre la NFL y el sindicato de jugadores, el tope salarial de un equipo se incrementa por la cantidad de espacio salarial que la franquicia no usó el año anterior, por lo que el impacto al tope salarial con que el dinero muerto impacta a la nómina no es definitivo, necesariamente.

Sin embargo, está claro que entre más dinero muerto carga un club, más atado de manos se encuentra a la hora de firmar agentes libres u otorgar extensiones contractuales a jugadores propios. Incluso, de acuerdo a la situación financiera de un equipo dado, puede que no le "alcance" para cortar a un jugador determinado, de acuerdo al impacto que ese corte pueda traer en contra de su tope salarial.

En el caso de los Cowboys, las altas cantidades de dinero muerto suelen ser constantes año con año, síntoma de que el equipo está firmando malos contratos con cierta regularidad.

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MÉXICO -- Quizás aquello de que los diciembres no son para Tony Romo no debe ser una atribución personal, sino colectiva para los Dallas Cowboys.

Este lunes, Adam Schefter de ESPN reportó que el mariscal de campo se perdería el resto de la temporada por una lesión en la espalda sufrida durante el juego que Romo rescató para los Cowboys ante los Washington Redskins en FedEx Field con una remontada que puntualizó con pase de anotación en cuarta oportunidad y gol desde la yarda 10 con un minuto por jugar.

Los Cowboys llegan a la temida Semana 17 por tercer año consecutivo enfrentando un partido de vida o muerte para sus aspiraciones de playoffs en contra del rival divisional que, de ganar, se quedaría con el último boleto para la postemporada. Incluso, el encuentro próximo entre Dallas y los Philadelphia Eagles fue movido por la liga al horario estelar nocturno, para poner punto final a la campaña regular.

Este año, los Cowboys llegarán sin su mariscal de campo titular.

Por más que Jason Garrett se empeñe en no querer descartar a Romo para el domingo, pese a que los reportes de los medios citan a fuentes en el sentido contrario, el panorama no luce bueno para Dallas. El mismo Garrett no quiso descartar al apoyador Sean Lee hasta el viernes pasado para el cotejo ante los Redskins, así que no hay muchos motivos para suponer que quiera sacar la posibilidad de Romo de la baraja desde el lunes, pensando en querer obligar a Philly a prepararse para dos mariscales de campo.

Será imposible que los Cowboys no sientan sobre el terreno de juego el próximo domingo por la noche en su majestuoso AT&T Stadium en Arlington, la ausencia de los 31 pases de touchdown contra apenas 10 intercepciones que ha lanzado Romo en el año. Por más que los críticos deseen magnificar esas intercepciones, son menos que las de Joe Flacco, Matthew Stafford, Andy Dalton, Drew Brees, Cam Newton, Robert Griffin III y Ben Roethlisberger, sólo por mencionar a algunos. Y por más que se quieran minimizar esos 31 touchdowns, son más que los de Tom Brady, Russell Wilson, Nick Foles, Alex Smith, Andrew Luck, Philip Rivers, Roethlisberger, Newton y Griffin, nuevamente, sólo por mencionar a los más destacados.

En su lugar, jugará Kyle Orton, a quien para juntarle una cantidad de touchdowns similar a su nombre (30), debemos remontarnos hasta el 2010. No, no es que en el 2010, Orton haya lanzado 30 pases de anotación, sino es la cantidad que ha lanzado desde ese año a la fecha, es decir, en casi cuatro años. En el mismo lapso, Orton acumula 18 intercepciones, y un registro como titular de 6-10 para los Denver Broncos y Kansas City Chiefs. En dos años en Dallas, Orton nunca ha iniciado un encuentro.

Es más, la mayor cantidad de pases de anotación que ha lanzado Orton como mariscal de campo titular es 21, cifra que alcanzó en el 2009. Romo ha lanzado al menos 26 pases de anotación seis veces en su carrera.

Imaginar que los Cowboys no pierden con Orton en los controles en lugar de Romo --y considerando que Orton ha recibido una fracción de repeticiones en prácticas a lo largo de sus dos años en Valley Ranch-- es cerrar los ojos ante lo obvio.

Imagino que a varios aficionados de Dallas empezaron a sentir cierto nerviosismo por el duelo en puerta ante los Eagles después de ver la actuación de Philadelphia el pasado domingo por la noche, arrollando por completo a unos Chicago Bears que lucieron indefensos a lo largo de la velada ante un ataque terrestre demoledor. Ahora LeSean McCoy, líder corredor de la NFL, y Nick Foles, un mariscal de campo con números similares a los de Peyton Manning desde que asumió de forma definitiva la titularidad para los Eagles, visitarán a la peor unidad defensiva de la liga.

El mejor momento de Orton como profesional llegó en el 2008-2009. En ese par de años, lideró a los Bears a una marca de 9-6 y 8-7 como titular, lanzando 39 touchdowns contra 24 intercepciones a lo largo de las dos campañas, apoyándose en el trabajo de un sólido ataque terrestre y una defensiva de élite en Chicago.

Este domingo, contará con un sólido ataque terrestre pero también con un grupo de entrenadores que se apresuran a abandonarlo.

¿Y la defensiva de élite? Bueno, contará con lo más lejano posible a ese concepto.

Dallas intentará revertir la negativa tendencia de los dos años pasados con un plantel aparentemente inferior al que han tenido en las oportunidades previas, y ahora lo harán dirigidos a la ofensiva por el mariscal de campo que no pudo defender su empleo ante Rex Grossman o Tim Tebow.

Todo puede pasar en un domingo cualquiera, y sería una irresponsabilidad dar por descontado a Dallas desde el lunes, para un partido en domingo. Sin embargo, lo que no puede negarse de ninguna manera, es que la ventana de acceso a los playoffs para los Cowboys --y de paso a su primera temporada con marca ganadora 2009, se acaba de reducir significativamente con la noticia de la lesión de Romo.

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