La habitual visita a la residencia del presidente por los campeones de los deportes profesionales y colegiales principales en Estados Unidos se ha convertido en un tema particularmente delicado desde la elección de Donald Trump como presidente en noviembre de 2016.

Muchos jugadores de otras disciplinas, no sólo de los campeones vigentes de la NBA, los Golden State Warriors, pero también de los campeones del Super Bowl, los New England Patriots, han rechazado su invitación citando razones políticas.

Los Patriots tuvieron una comitiva reducida en su visita el año pasado, con más de 20 futbolistas eligiendo no asistir, algunos citando las políticas del presidente Trump como motivo. Varios jugadores de los Philadelphia Eagles, ganadores del más reciente Super Bowl, ya han indicado que no participarán cuando les toque su propia visita, citando su oposición al presidente.

Los Warriors, el primer equipo de la NBA en coronarse campeón desde la elección de Trump, decidieron no visitar a la Casa Blanca en apoyo de su estelar capitán Stephen Curry.

Curry habló públicamente de sus dudas sobre hacer o no la visita, citando su propia incomodidad con lo que considera retórica divisiva de Trump, y el Presidente de los Estados Unidos le retiró la invitación al jugador en un mensaje en redes sociales.

"Si bien teníamos la intención de reunirnos como equipo para debatir en conjunto una posible visita a la Casa Blanca, aceptamos que el presidente Trump ha dejado en claro que no estamos invitados", explicaron los Warriors en un comunicado. "Creemos que no hay nada más americano que nuestros ciudadanos tengan el derecho de expresarse libremente sobre asuntos importantes para ellos".

"¡Ir a la Casa Blanca era un gran honor hasta que tú apareciste!", escribió LeBron James en un mensaje a sus más de 40 millones de seguidores en Twitter en reacción al presidente retirarle la invitación a Curry.

Sin embargo, ese nivel de activismo político-social es prácticamente inexistente en las Grandes Ligas, independientemente de tener una de las mayores diversidades política, étnica y racial en los deportes profesionales de Estados Unidos.

A través de los años, los camerinos de béisbol se han convertido en zonas despolitizadas, una postura muy diferente en comparación con la candidez de expresión que se ve en ligas como la NFL y la NBA.

A pesar de que casi una tercera parte de los peloteros de Grandes Ligas es de herencia latina, muy pocos han proclamado abiertamente posturas a favor o en contra en temas políticos-sociales que afectan directamente a la comunidad hispana en los Estados Unidos.

"La verdad es que estamos en un equipo para jugar al béisbol y no somos políticos", ha sido, por ejemplo, la filosofía a la que se ha adherido el veterano jugador mexicoamericano Adrián González, quien, al igual que muchos peloteros, ha elegido mantenerse al margen de cualquier controversia.

"La política es para los políticos y el béisbol es para los peloteros", sentenció González en entrevista con ESPN Digital la campaña pasada.

"Existe el momento y el lugar para hablar de ciertas cosas. Esa es mi postura, y sólo hablo por mí mismo", dijo el mánager mexicoamericano de los Medias Blancas de Chicago , Rick Rentería. "No estoy en contra (de los que quieran abordar esos temas). Todos tenemos el derecho a hacer lo que queramos hacer".

Cuando Anthony Rizzo se ausentó de los entrenamientos primaverales de los Cachorros para estar con su comunidad en Parkland después del trágico tiroteo el pasado 14 de febrero en su antigua escuela secundaria, el primera base dijo que existía la necesidad de cambios en las leyes de armas en su mensaje en una vigilia en honor a las víctimas.

Al abordar los comentarios de Rizzo, el presidente de los Cachorros, Theo Epstein, dijo que lo apoyaba en su decisión de lidiar con un tema tan controversial, al ser algo que lo afectó tan profundamente. Epstein afirmó en una entrevista con la cadena The Score en Chicago que incluso anticipaba ver un aumento en el activismo social en la nueva generación de peloteros.

Pero en el caso de los latinos es mucho más complicado.

Por ejemplo, el activismo de los peloteros venezolanos es uno que se ha puesto a prueba por la fuerte crisis social y política por la que está atravesando su país. No obstante, los jugadores venezolanos tienden a limitar sus comentarios, diciendo que en muchas ocasiones es por miedo a la seguridad de sus familiares que aún residen en el país sudamericano.

En lo que ha sido una de las pocas protestas de envergadura por un latino, el inmortal venezolano Luis Aparicio rechazó ser parte de las festividades del pasado Juego de Estrellas en Miami tras emitir una declaración en redes sociales diciendo que no asistiría a la ceremonia en solidaridad con su país.

Aparicio escribió en su cuenta de Twitter @LAparicio11HOF: "Gracias @MLB por el homenaje en el #ASG2017 pero no puedo celebrar mientras los jóvenes de mi país mueren luchando por ideales de libertad".

Muchos jugadores activos continúan abordando el tema de los problemas en Venezuela, entre ellos Francisco Cervelli, Martín Pérez, Robinson Chirinos, Rougned Odor y Miguel Cabrera, pero a la vez han tenido que lidiar con las repercusiones, entre ellas fuertes ataques en redes sociales.

Eso ha llevado a que muchos venezolanos eviten hablar de nada que no sea béisbol, como ha sucedido en ocasiones con José Altuve y Marwin González en los Astros.

El jardinero afroamericano de los Orioles de Baltimore, Adam Jones, quien siempre se ha destacado por su candidez al abordar temas políticos y sociales, es de la opinión que los peloteros minoría no pueden arriesgarse a involucrarse en controversias.

"Ya tenemos dos strikes en contra", dijo Jones al diario USA Today al hablar de por qué no existían amplias protestas en el béisbol de los atletas afroamericanos como la iniciada por Colin Kaepernick en la NFL. "Si haces algo así te corren del juego. En el fútbol americano no pueden echarlos; necesitan a esos jugadores. En el béisbol no nos necesitan".

"El béisbol es un deporte de blancos", sentenció Jones.

Muchos latinos se refieren a la pelota de Grandes Ligas como "el juego de ellos" y la citan como la razón por la cual muy pocas veces se les escucha decir algo con tintes de controversia. Generalmente, dicen que actúan de esa manera para evitar poner en peligro su trabajo.

"No diría que no nos preocupa la situación que está pasando afuera", dijo Sandy León, quien es uno de los más de 80 peloteros nacidos en Venezuela que jugaron en Grandes Ligas en 2017. "Pero creo que nos preocupa más el trabajo de nosotros, porque es cómo podemos ayudar a nuestras familias".
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Baseball, MLB, Marly Rivera

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Los fans de los Cachorros de Chicago esperaron 71 años para cantar "Go Cubs, go... Go Cubs go..." con el ímpetu que lo hicieron la noche del sábado cuando el equipo consiguió su pase a la Serie Mundial por primera vez desde 1945.

En ese momento se espantaron todos los fantasmas de maldiciones de cabras y de gatos negros, se ahuyentaron con gritos de alegría, con el júbilo del momento definitivo por el que valió la pena esperar.

La bulliciosa celebración en el camerino tuvo de todo, champán, cerveza, música, luces de colores, baile, estrellas de cine y de rock, y, mucho más importante, el trofeo de campeonato de la Liga Nacional que marcó el fin de la sequía más larga en la historia del deporte profesional en Estados Unidos.

En ese momento no hubo ninguna diferencia entre los millonarios dueños de la franquicia y el recoge bates del equipo o entre los trabajadores del camerino y el cantante de la banda Pearl Jam Eddie Veder o el actor John Cusack, todos festejaron al unísono.

En Wrigley Field las gradas temblaron con el ímpetu de muchos más que los casi 45 mil aficionados que tuvieron la suerte de asegurar uno de los boletos más cotizados en la historia del deporte en Chicago. Temblaron con las decenas de generaciones que jamás tuvieron la oportunidad de vivir un momento como ese, con el béisbol siendo muchas veces su único lazo en común.

Mientras los Cachorros sistemáticamente destruyeron las esperanzas de los Dodgers conectando siete imparables, incluidos tres dobles y dos cuadrangulares contra el as Clayton Kershaw, a las afueras de Wrigley Field, las calles Addison y Clark se fueron abarrotando de aficionados que sólo querían estar cerca de la sede de la historia.

Numerosos miembros de la policía montada y hasta un camión hizo una barricada en su intento de detenerlos, pero su alegría no tenía límite, y ya adentrada la madrugada, en los bares y restaurantes en las calles aledañas a "The Friendly Confines" [Los confines amistosos] se seguían ondeando banderas con la "W" de la victoria ["Win" en inglés].

Los "No tengo palabras"... "No puedo creerlo"... fueron la orden del día entre una alineación titular que promediaba apenas 23 años de edad, con los 'veteranos' del equipo también celebrando con un desboque de emoción tan inusual que hay que agradecer la existencia de fotos y videos que lo grabaron para la posteridad.

"Esto es tan y tan difícil de describir. Este momento es mucho mejor que lo que había soñado", dijo el coach de banca de Joe Maddon, Dave Martínez.

"Es increíble... increíble... increíble", agregó el puertorriqueño observando incrédulo la celebración a su alrededor.

Al salir a reunirse con sus familias en el terreno, las fotos, videos y autorretratos no podían faltar, e incluso dos horas después de haber terminado el partido, empapados en sudor y champán, los jugadores ni sentían el intenso frío que cubrió el norte de Chicago en lo que fue el partido más tardío en otoño jamás celebrado en Wrigley Field.

Javier Báez salió a reencontrarse con su mamá Nelly, su hermano mayor y su novia y amigos con una sonrisa de oreja a oreja, abrazando a Pedro Strop y a Héctor Rondón, sus vecinos a la derecha e izquierda de su casillero toda la temporada, y quienes vivieron cada momento de frustración cuando el puertorriqueño luchaba por un puesto titular en el equipo.

Ya no más. Tras 10 partidos como titular, un trofeo compartido de MVP y 13 hits y 7 carreras anotadas e impulsadas en una postemporada que muy probablemente cambió el curso de su carrera, Báez ya no sabía qué decir al describir el momento, pero sí enfatizó una sola cosa: "Esto aún no termina".

Así concordó su "co-MVP" Jon Lester, "Es increíble ser parte de esto, pero esto no es todo. Sí, llegamos a la Serie Mundial, pero todavía nos falta llegar mucho más lejos".

Cada esquina contaba una historia, con los venezolanos Héctor Rondón y Miguel Montero abrazando fuertemente a sus pequeñas hijas, Strop y Soler gritando y corriendo y tomándose fotos con su familia y amigos, y Willson Contreras bebiéndose las lágrimas de alegría y tomándose 'selfies' con la afición.

Por otro lado estaba Aroldis Chapman con su "papo", su padre Juan Alberto Chapman, que por primera vez desde que su único hijo desertó de Cuba pudo unirse a una celebración de un campeonato.

"Cuatro más, nos faltan cuatro más", señaló Chapman, haciendo eco de las palabras de su receptor, Contreras, tras concretarse el último out: "¡Una vez más! ¡Tenemos que hacerlo una vez más!".

El dirigente Joe Maddon enfatizó que este grupo siempre estuvo ajeno a las supuestas "maldiciones" que habían perseguido a los Cachorros por tantos años, y destacó que ganar el partido del sábado es algo que cambiará por siempre la percepción de la franquicia.

"Nunca entendí eso de que los Cachorros siempre son los 'adorables perdedores,' a mí no me criaron de esa manera", destacó Maddon. "Sé que realmente ellos no le prestaron ninguna atención a todas esas tonterías superficiales; hay que dejar eso atrás y seguir adelante".

"Llegar a la Serie Mundial es un gran logro, pero por supuesto que ganarla sería uno aún mayor", agregó el manager de los Cachorros. "Pero creo que ahora en adelante las personas creerán en que continuarán sucediendo cosas positivas, y no siempre estarán esperando que suceda lo peor".

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Después de haber arrancado la primera mitad de la temporada con marca de 57-33, la mejor entre todos los equipos de Grandes Ligas, los Gigantes de San Francisco han tenido unos pésimos meses de julio y agosto donde han desperdiciado una ventaja de ocho juegos al tope de la División Oeste de la Liga Nacional.

Los Gigantes han ganado sólo 11 de los 35 partidos que han disputado después del receso del Juego de Estrellas. Su marca de 11-24 en la segunda mitad de la temporada es el peor récord en todo Grandes Ligas.

Desde el 26 de junio, cuando los Gigantes estaban ubicados al tope divisional, hasta el momento de redactar estas líneas, sus archirrivales los Dodgers de Los Angeles han sabido remontar 10 partidos en la tabla para ahora liderar el Oeste por dos juegos.

Muchos factores han contribuido a la debacle de los Gigantes, el primero de ellos siendo un aumento significativo en las carreras permitidas por juego por el cuerpo de lanzadores.

La efectividad de los lanzadores de San Francisco ha aumentado de 3.62 a 4.48 en la segunda mitad de la temporada, habiendo permitido la tercera mayor cantidad de cuadrangulares en la Liga Nacional con 50 jonrones en ese lapso de 35 partidos.

El estelar abridor dominicano Johnny Cueto ha sido parte del aumento en cuadrangulares, habiendo permitido nueve jonrones en 58 y un tercio de entradas desde el 1 de julio, después de haber permitido sólo siete a través de casi 114 innings durante los tres primeros meses de la temporada.

También cabe destacar que mientras Cueto, Madison Bumgarner y Jeff Samardzija se han combinado para record de 36-20 y efectividad de 3.13, el resto de los abridores de los Gigantes cuentan con pobre marca de 10-20. Y si bien adquirieron a Matt Moore para reforzar a su rotación, el ex Ray de Tampa Bay lleva una marca de 0-3 con efectividad de 4.70 en sus cuatro aperturas con el uniforme de los Gigantes.

Y esas fallas en el pitcheo no han podido ser solventadas por la ofensiva de los Gigantes, que ha dejado mucho que desear.

Desde el 15 de julio, el número de carreras impulsadas (131) y anotadas (137) por los Gigantes son la segunda cantidad más baja en la Liga Nacional, superando sólo a los Piratas de Pittsburgh.

Y aunque San Francisco no se ha destacado por ser un equipo jonronero a través de la campaña, cabe destacar que el equipo igual se ha combinado para conectar sólo 27 cuadrangulares, empatado con los Piratas para la suma más baja en todo Grandes Ligas esta segunda mitad de la temporada.

El cuerpo de relevistas también ha sido un talón de Aquiles para los Gigantes, habiendo contribuido más derrotas que las que el equipo ha estado acostumbrado.

Todo lo contrario ha sucedido con sus archirrivales divisionales, los Dodgers, quienes de una forma muy inesperada (y sin el brazo del tres veces Cy Young Clayton Kershaw) han estado jugando a la pelota de una forma mucho más consistente.

Desde el Juego de Estrellas, la alineación angelina lidera a todo MLB en promedio de bateo (.283) y cuenta con el mejor promedio de slugging (.478), un perfecto remedio para las fallas del cuerpo de lanzadores, que ha intentado en vano solventar la ausencia de uno de los mejores abridores en las mayores, registrando una efectividad de 4.83.

En comparación, el promedio de bateo de los Gigantes ha sido de un pobre .256 con un slugging de .388 durante dicho período.

Mientras los Gigantes han anotado un promedio de 3.9 carreras por juego en la segunda mitad, los Dodgers llevan un promedio de 5.4 carreras por juego desde que Kershaw tuvo su última salida el 26 de junio, sí, precisamente el mismo día que San Francisco disfrutó de su ventaja de ocho juegos al tope divisional. Ese promedio de 5.4 carreras equivale a una carrera más que las anotadas por juego antes que el zurdo fuera colocado en la lista de lesionados.

Es así como los Dodgers, cuyos abridores han promediado menos de cinco entradas por partido las últimas semanas y quienes acaban de colocar a dos lanzadores más, Brett Anderson y Scott Kazmir, en la lista de lesionados, son los líderes divisionales.

Entre el 15 y el 29 de julio, los Gigantes perdieron 11 de 13 partidos; una racha donde anotaron más tres carreras en sólo cuatro juegos. Después de caer 9-5 en el primero de sus tres partidos en Dodger Stadium el martes, los Gigantes ahora están atravesando otra pésima racha donde han perdido 8 de sus últimos 11 partidos.

Que San Francisco haya pasado de ser el mejor el equipo en Grandes Ligas al peor en una segunda mitad de la temporada es algo que desafía todos los pronósticos y explicaciones.

El único consuelo para los Gigantes es que ya hemos visto esto antes, ya que algo parecido ocurrió en 2014, cuando los Dodgers remontaron una desventaja de 10 juegos para conquistar el banderín divisional, dejando a los de la Bahía con uno de los boletos de comodín. Pero fueron los Gigantes los que se rieron al último, ya que conquistaron el cotizado anillo de Serie Mundial, su segundo campeonato en tres temporadas.

Los bates de los Gigantes se han empezado a calentar, lo cual puede ser un buen indicio que puede haber cambiado la marea. Pero la realidad es que el equipo ha desperdiciado una gloriosa oportunidad de ganarles terreno a unos Dodgers sin Kershaw, quien podría regresar a mediados de septiembre, cuando los rivales divisionales se medirán seis veces en sus últimos 13 partidos.

Es ahora o nunca para los Gigantes, que deben tener mucho cuidado que no sean los Dodgers los que rían últimos y rían mejor.

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Se quiera utilizar como una excusa o no para su pobre desempeño esta campaña 2016, un simple vistazo a la alineación y a la rotación abridora de los Mets de Nueva York es razón más que suficiente para ver cómo el equipo se ha visto severamente diezmado por lesiones.

Los cuatro ases de la que fue en un momento considerada la mejor rotación en todo Grandes Ligas, y la cual se ha visto severamente impactada por la carga de trabajo que tuvieron el año pasado dichos jóvenes brazos lanzando hasta noviembre, se han visto impactados por lastimaduras.

Fuera de su última salida contra los Gigantes de San Francisco el domingo, Noah Syndergaard no ha sido el mismo lanzador dominante desde que comenzó a sentir síntomas de un espolón óseo en el codo derecho a finales de junio.

En su intento de restarle importancia a la lesión de Syndergaard, el gerente general Sandy Alderson ha dicho que la gran mayoría de los lanzadores tienen condiciones similares y afirmó que "Thor" no necesitará cirugía hasta después que termine la temporada.

La primera baja de la rotación fue en julio, cuando Matt Harvey, quien ya estaba teniendo la peor campaña de su carrera luciendo efectividad de 4.86, tuvo que someterse a cirugía por síndrome de compresión torácica que lo obligó a perderse el resto de la temporada.

En el caso del zurdo Steven Matz, quien ya había sido también diagnosticado con un espolón óseo en el codo de lanzar, tuvo que ser colocado el lunes en la lista de lesionados con tirón en el hombro izquierdo. Los Mets anunciaron que la única buena noticia es que Matz no cuenta con ningún daño estructural.

La más reciente lesión de Matz era prevista, ya que el zurdo había hecho ajustes mecánicos al tener que lanzar con molestias por lo que el equipo ha descrito como un espolón óseo "significativo". Matz ha tenido que tomar analgésicos antes de cada apertura, pero los igual Mets afirman que el espolón no tendrá que ser extirpado quirúrgicamente hasta fin de año.

Y Jacob deGrom por su parte, aunque aún (junto a Syndergaard) cuenta con una de las siete mejores efectividades en el viejo circuito, ha estado muy lejos de ser el lanzador intimidante que mereció el premio a Novato del Año en 2014.

En adición, Zack Wheeler, quien estaba programado para regresar a reforzar la rotación durante el verano, ya ha sufrido tres reveses en su recuperación de cirugía Tommy John y es muy probable que se pierda su segunda temporada completa de forma consecutiva.

La ironía de las ironías en el caso de los Mets, es que sólo su abridor de 43 años, el dominicano Bartolo Colón, ha sido uno de sus pocos brazos confiables y saludables esta temporada. Colón además cuenta con el mayor número de victorias entre los abridores metropolitanos con 11, igualado con Syndergaard, quien es 20 años menor.

Ahora ante la que será una crucial serie contra los Cardenales de San Luis, a quienes continúan persiguiendo en la búsqueda del segundo comodín de la Liga Nacional, la rotación metropolitana consistirá de Jonathon Niese, que cuenta con ERA de 9.28 ERA desde que regresó a los Mets en un canje con Pittsburgh, deGrom, que viene de la peor salida de su carrera al permitir ocho carreras en 13 hits contra los Gigantes, y el novato Seth Lugo, haciendo su segunda apertura en Grandes Ligas.

Aún peor para los Mets es que las lesiones no han estado limitadas a la rotación abridora. En mayo, el equipo perdió a uno de sus mejores bateadores de poder en Lucas Duda tras sufrir una fractura por estrés en la espalda.

Al mes siguiente, el tercera base David Wright tuvo que someterse a cirugía para reparar una hernia de disco en el cuello después de pasar por varias semanas de tratamiento y medicamentos. La severa intervención quirúrgica a la que se sometió el capitán dicta que se perderá el resto de la temporada y además pone en entredicho el resto de su carrera.

El estelar jardinero central Juan Lagares se sometió a cirugía para reparar un ligamento parcialmente desgarrado en el pulgar izquierdo el 1 de agosto y aún no ha comenzado a hacer actividades de béisbol.

El cubano Yoenis Céspedes, que con el poder de su bate renovó la ofensiva desde su canje a Nueva York el año pasado y ayudó a los Mets a clasificar a playoffs, ha sufrido de molestias en la muñeca y de un severo tirón de cuádriceps que lo afectó gran parte del mes de julio y por el cual finalmente fue colocado en la lista de inhabilitados, de la cual fue activado hace apenas unos días.

Al mismo tiempo que Céspedes estuvo fuera, el infielder venezolano Asdrúbal Cabrera tuvo que también ser incluido en la lista de lesionados con un tirón del tendón de la rótula de la rodilla izquierda.

Y el campocorto José Reyes, que fue adquirido por los Mets bajo la sombra de su suspensión por violencia doméstica para solventar sus problemas en tercera base ante la ausencia de Wright, tuvo que también perderse tiempo de juego por un tirón al músculo oblicuo izquierdo.

Neil Walker, quien en su momento cargó la ofensiva metropolitana, se ha perdido tiempo de juego por molestias de la espalda. Curtis Granderson, que contrario a Walker y Céspedes ha sido un hoyo negro en la ofensiva, ha tenido problemas recurrentes de la pantorrilla derecha.

"Tenemos primeramente que tener un poco de suerte y que no haya más lesiones", afirmó Céspedes, quien lleva tres jonrones en tres juegos desde que fue activado de la lista de lesionados el viernes. "Este equipo tiene condiciones. Solamente es tener un poco de suerte y que las cosas nos salgan bien y saliendo a disfrutar lo que estamos haciendo en el terreno podemos salir de este mal momento y podemos clasificar".

Con marca de 62-62, a los Mets le quedan 38 partidos para una improbable clasificación a la postemporada, que cada vez se ve más lejana.

Y si bien es cierto que de esos últimos partidos, 22 serán con equipos con pésimos resultados esta campaña, como los Philadelphia Phillies, Filis de Filadelfia, Mellizos de Minnesota Twins, Rojos de Cincinnati Reds y Bravos de Atlanta Braves, los Mets necesitarán más que suerte un milagro para llegar de nuevo a la Serie Mundial.

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La sangre joven dominó por completo el Juego de Estrellas 2016.

Este 87º Clásico de Otoño implantó un nuevo récord al tener 15 jugadores titulares de 27 años o menos entre las escuadras de Todos Estrellas de la Liga Americana y la Liga Nacional, eclipsando por mucho la marca anterior de sólo cinco, establecida en 1955.

Los planteles de ambos equipos incluyeron a 34 peloteros de 27 años de edad o menores, e incluso 18 jugadores de 25 años o menos. No sólo eso, sólo cuatro Todos Estrellas eran mayores de 35 años de edad, el puertorriqueño Carlos Beltrán (39) y los dominicanos Fernando Rodney (39), David Ortiz (40) y Bartolo Colón (43).

Fue así como el mensaje de despedida del "Big Papi" en su décimo y último Juego de Estrellas se enfocó en esa nueva generación repleta de una gran afluencia de talento joven.

"Nos dijo que nos disfrutemos el juego, que nosotros somos el futuro del béisbol", explicó el torpedero puertorriqueño Francisco Lindor, el jugador más joven en la escuadra de la Americana, nombrado a su primer Todos Estrellas.

"Nos dijo que lo disfrutemos, que lo pasemos bien y que juguemos fuerte, pero que nunca se olviden de lo que pueda pasar y que aprovechen estos momentos porque somos bendecidos".

En ese camerino del circuito joven se encontraba con sólo 22 años Lindor, con 23 años Mookie Betts y Xander Bogaerts, y con 24 años Manny Machado y Mike Trout... y eso sin ni siquiera mencionar a sus contrapartes en la Liga Nacional.

Addison Russell y Corey Seager fueron los peloteros más jóvenes del viejo circuito con 22 años, José Fernández y Bryce Harper (quien cabe destacar que al igual que Trout ya ha sido cinco veces Todos Estrellas) tienen apenas 23, y Kris Bryant y Odubel Herrera cuentan con sólo 24 años de edad.

"Ver a todos estos jóvenes representando a Grandes Ligas y representando a sus respectivas organizaciones me llena de mucho orgullo, en especial ver el talento el latino, y los peloteros jóvenes que nos están representando", destacó Beltrán.

"David [Ortiz] es una muy buena persona y me siento muy orgulloso del trabajo que ha hecho dentro y fuera del terreno del juego", agregó el jardinero tras su noveno Todos Estrellas. "Las palabras de él fueron dirigidas a los peloteros jóvenes, que continúen trabajando y aprovechen esta oportunidad y que no tomen ser partícipe de ser un juego de estrellas como algo normal, sino como que es una bendición".

Nueve de los 10 titulares por la Liga Americana tenían 27 años o menos, con Ortiz siendo el único mayor de dicha edad. El astro dominicano es incluso 17 años mayor que Betts y Bogaerts, la diferencia de edad más grande entre compañeros de equipo en un Juego de Estrellas.

Todos los demás "veteranos" del circuito joven, como los estelares toleteros Miguel Cabrera, Robinson Canó, Edwin Encarnación y Beltrán, arrancaron todos desde el banquillo.

"Es increíble. Nunca soñé algo así", dijo Bogaerts sobre estar en el mismo camerino con Ortiz y escuchar sus palabras. "Le doy las gracias a Dios que estoy aquí para verlo. Me siento bien orgulloso de vivir esta experiencia con tantos jóvenes que son el futuro de MLB".

Los aficionados dejaron claro que quieren ver un cambio en el béisbol con su excepcional acogida a una nueva generación de estrellas. Estos jóvenes no sólo han comenzado a transformar el deporte, pero también han demostrado que el futuro de las Grandes Ligas está en muy buenas manos.

"El béisbol ahora mismo está pasando por uno de los mejores momentos con tantos jóvenes estrellas a tan corta edad", dijo el cerrador dominicano Jeurys Familia, en su primer All Star a los 26 años. "Eso quiere decir que va a haber súper estrellas por mucho tiempo".

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Una de las omisiones más notorias del Juego de Estrellas se corrigió apenas dos días antes que iniciaran las festividades en torno al 87mo Clásico de Otoño en San Diego, con Starling Marte siendo nombrado a la escuadra de la Liga Nacional como reemplazo del jardinero cubano Yoenis Céspedes.

"Significa mucho para mí porque finalmente gracias a Dios estoy aquí y es algo que siempre he soñado", dijo Marte el lunes tras arribar a San Diego a su primer Juego de Estrellas acompañado por 15 miembros de su familia.

"Fue algo difícil porque sí tenía todo para estar aquí [desde el principio], y a la misma vez emocionante porque estoy aquí. Pero creo que no era necesario que alguien tuviera que lesionarse para yo estar aquí".

Marte no hizo ni el equipo titular ni el suplente para el Juego de Estrellas, pero sí terminó siendo uno de los candidatos de lo que es conocido como el "Último Voto", donde los aficionados seleccionan a un pelotero adicional para participar en el partido.

No obstante, el dominicano terminó quedando en segundo lugar en la votación, perdiendo ante el primera base de los Gigantes de San Francisco Brandon Belt, quedándose resignado a decir lo que ha dicho por tres temporadas de forma consecutiva: "Quizás el próximo año".

Marte se sintió sumamente decepcionado, al igual que sus compañeros de equipo, en particular el cinco veces Todos Estrellas Andrew McCutchen, quien dijo en aquel entonces a ESPN Digital que sería una gran injusticia que su compañero en los Piratas de Pittsburgh no tuviera un lugar asegurado en el Juego de Estrellas.

Entre los cerca de 100 jardineros calificados en la Liga Nacional en la primera mitad de la temporada, el dominicano sumó la segunda mayor cantidad global de hits (97) después del Todos Estrellas venezolano Carlos González (107).

Marte finalizó la primera mitad de la temporada con el tercer mejor promedio de bateo entre los jardineros de la Liga Nacional con .316, a sólo dos puntos del líder (González,.318), después de batear para .335 en los meses de mayo y junio.

Sus 30 bases robadas fueron el mayor número entre todos los jardineros, y la segunda mayor suma entre todos los peloteros de Grandes Ligas.

Marte incluso viene de ganar su primer Guante de Oro la temporada pasada, después de liderar a la Liga Nacional con 16 asistencias desde los jardines, e incluso va a un mejor paso esta campaña, colocándose segundo en la categoría con nueve.

No obstante, aun así fue necesario que Céspedes sufriera una lesión del cuádriceps derecho que lo obligó a perderse su primer Juego de Estrellas como titular, para que Marte recibiera un nombramiento que debió ser suyo desde un principio.

"Todo el mundo ha visto los números que he puesto", sentenció el dominicano de 27 años. "Se hizo justicia; muchas gente me apoyó con sus comentarios. Pero yo no quería que nadie se lesione para yo estar aquí".

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El Juego de Futuras Estrellas ha servido desde 1999 como plataforma para destacar a los mejores prospectos del béisbol. Y pocos equipos han cumplido con la promesa de ser un verdadero augurio de ''Futuras Estrellas'' de Grandes Ligas como el plantel de Team USA de 2007.

Evan Longoria, Jacoby Ellsbury, Jay Bruce, Cameron Maybin, Colby Rasmus, Justin Upton, Clay Buchholz y Joba Chamberlain compartieron camerino aquel 8 de julio de 2007 en San Francisco, junto a quien se convertiría en uno de los mejores lanzadores en Grandes Ligas, el tres veces Cy Young, Clayton Kershaw.

El seleccionado estadounidense para el Juego de Futuras Estrellas en San Diego este año sueña con algún día colocarse en la misma conversación de la que es considerada una de las mejores clases en la historia reciente del draft de Major League Baseball.

Tres lanzadores de Team USA en particular han comenzado a recibir prominencia tras ser seleccionados a su primer partido de Futuras Estrellas, los derechos Joseph Musgrove y Carson Fulmer y el zurdo Josh Hader.

Los tres lanzadores tuvieron sólidas presentaciones la tarde del domingo a pesar de la paliza 11-3 que sufrió Team USA ante el Equipo del Mundo, dando por finalizada su racha de seis victorias consecutivas.

Musgrove, prospecto de los Astros de Houston, recibió el llamado del dirigente Trevor Hoffman para abrir el partido del domingo, inicio oficial de los eventos en torno al 87mo Juego de Estrellas. Musgrove creció en El Cajón, apenas 15 millas al este de Petco Park, siendo fanático de los Padres de San Diego.

El año pasado, Musgrove comenzó a recibir prominencia al acumular un récord de 12-1 con efectividad de 1.88 en Doble A. El corpulento derecho tiene un arsenal bastante variado, con rectas de dos y cuatro costuras, un cambio de velocidad y un slider.

Sus pitcheos, al igual que su corpulencia, midiendo 6 pies con 5 pulgadas de estatura, le han merecido comparaciones con el as Madison Bumgarner. El estelar abridor de los Gigantes de San Francisco fue él mismo una ''Futura Estrella'' en el partido celebrado en 2009.

Esta temporada 2016, el lanzador de 23 años fue promovido a la sucursal de Triple A de los Astros en Fresno después de un registrar una impresionante efectividad de 0.34 tras permitir apenas una sola carrera limpia en 26 y un tercio de entrada en Doble A-Corpus Christi. En sus 40 entradas en Triple A, su efectividad se ha elevado a 4.72, pero ha ido acompañada por 35 ponches.

''Todavía no estoy donde quiero estar, pero voy por el camino correcto'', dijo el prospecto a ESPN Digital tras concluir el partido del domingo. ''Estoy tratando de prepararme para aprovechar la oportunidad [de subir a Grandes Ligas] cuando se presente''.

Musgrove lanzó una entrada perfecta la tarde del domingo, recetándoles tres rolas out a los tres bateadores que enfrentó, los dominicanos Manuel Margot y Raimel Tapia y el mejor prospecto en Grandes Ligas, y héroe del Equipo del Mundo, el cubano Yoan Moncada.

''Fue fantástico ser seleccionado al juego, especialmente por ser en San Diego, con toda mi familia y amigos aquí, 0aunque todo pasó muy rápido'', añadió Musgrove. ''Me hubiera gustado tener más entradas, pero es mi estilo lanzar para contacto, y así fue hoy''.

Fulmer fue una de las estrellas del cuerpo de lanzadores de la Universidad de Vanderbilt que ayudó a los Commodores a ganar el campeonato nacional colegial en 2014, y se anticipa que hará su debut a fines de temporada como ayuda en el bullpen de los Medias Blancas de Chicago.

Su poderosa recta, la cual se mantiene entre 95 y 97 mph, y su excelente curva le merecieron que los Medias Blancas lo escogieran con la octava selección global del draft de 2015. El mismo año, Fulmer ganó el premio al ''Mejor Pitcher Nacional'' y fue finalista para el premio Golden Spikes al mejor pelotero universitario.

''Esta experiencia fue incluso mejor [que ganar el campeonato con Vanderbilt]. No tengo palabras para describirla'', dijo Fulmer. ''Estás enfrentando a lo mejor de lo mejor; para llegar adonde quieres, tienes que jugar contra los mejores''.

Fulmer no ha tenido una buena temporada en ligas menores, con récord de 4-9 y efectividad de 4.17 en 17 aperturas en Doble A, pero sus 90 ponches en 87 innings son una promesa del potencial con el que cuenta el derecho de 22 años.

Y así lo demostró la tarde del domingo, necesitando sólo 11 lanzamientos para retirar a los tres bateadores que enfrentó, ponchando a dos, al dominicano Francisco Mejía y al colombiano Dilson Herrera.

Hader por su parte tuvo una excelente temporada en Doble A con los Cerveceros de Milwaukee, con una excepcional efectividad de 0.95 en 11 aperturas, y 73 ponches a través de 57 entradas, antes de ser promovido a Triple A. Su excelente recta oscila entre las 95 y 97 millas por hora, y esa velocidad es bien complementada con movimiento. También cuenta con un cambio de velocidad entre 82-83 millas por hora y un slider.

La promoción no ha venido sin contratiempos para el zurdo de 22 años, que cuenta con marca de 0-2 con efectividad de 6.38 en Triple A.

Hader, quien ha sido comparado con quien probablemente será el abridor de las Estrellas de la Liga Americana, Chris Sale, tuvo una presentación limitada el domingo. El zurdo abanicó al único bateador que enfrentó, al canadiense Josh Naylor, utilizando su poderosa recta.

''Fue muy divertido'', dijo Hader sobre su primer Juego de Futuras Estrellas. ''Obviamente enfrenté a un solo bateador, pero tener esta experiencia en un parque de MLB, delante de más de 30,000 personas, fue increíble''.

''Hay muchos jugadores en este equipo y que no hicieron el equipo que se van a ser estrellas en Grandes Ligas'', agregó. ''Yo he recibido incluso algunas comparaciones con Chris Sale, pero aún no tengo el control del slider como él, pero obvio que me gustaría algún día ser como él''.

Sólo el tiempo dirá si Musgrove, Fulmer o Hader tendrán algún tipo de éxito en Grandes Ligas, pero si este domingo fue una pequeña muestra, el futuro de los lanzadores de Team USA está en muy buenas manos.

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NUEVA YORK - Con las múltiples lesiones que han estado aquejando a la rotación de los Mets de Nueva York, en un momento considerada la mejor en Grandes Ligas, el equipo continúa convirtiéndose en un verdadero hospital ambulante.

El capitán David Wright podría haber jugado el último partido de su carrera al elegir someterse a cirugía para reparar un disco herniado en el cuello, Lucas Duda ha estado en la lista de inhabilitados desde el 21 de mayo con una fractura de estrés en la espalda y Travis d'Arnaud acaba de ser activado después de estar fuera desde finales de abril por una lesión de hombro.

Además de esas tres bajas, la ofensiva también se ha visto afectada recientemente por el hecho que el cubano Yoenis Céspedes ha estado sufriendo molestias en el tobillo y la muñeca y Curtis Granderson está padeciendo de la pantorrilla, y el regreso de Juan Lagares es incierto tras un desgarre de ligamento en el pulgar izquierdo.

Para colmo de males, de los cuatro jóvenes lanzadores en la actual rotación de abridores de los Mets, tres de ellos han sufrido lesiones esta temporada.

El zurdo Stephen Matz y el poderoso derecho Noah Syndergaard ambos fueron diagnosticados con espolones óseos en el codo, y el Novato del Año 2014 Jacob deGrom perdió tiempo de juego a principios de temporada por molestias en un músculo lateral de la espalda.

Unido a la retrasada recuperación de cirugía de Tommy John de Zack Wheeler, quien estaba programado para regresar después del receso del Juego de Estrellas pero ahora se anticipa no lo hará hasta agosto, la diezmada rotación es de suma preocupación para el equipo neoyorquino.

Cabe destacar que al incluir a Matt Harvey, tres de los cuatro juveniles abridores metropolitanos se han sometido a cirugía Tommy John, con Syndergaard siendo el único en no haber pasado por el procedimiento.

La ironía en todo esto es que a sus 43 años de edad, Bartolo Colón ha sido el único integrante sólido y saludable de la rotación neoyorquina.

La única buena noticia para los Mets es que se anticipa que ambos, Matz y Syndergaard, podrán manejar sus respectivos espolones óseos con terapia y tratamiento ambulatorio y, al menos por el momento, no tendrían la necesidad de una intervención quirúrgica.

Syndergaard, quien había negado sufrir del espolón hace apenas dos días, admitió a reporteros el miércoles que había mentido y reconoció que fue el motivo por el cual fue revisado por especialistas después de su salida del 22 de junio.

No obstante, Syndergaard hizo hincapié en que el espolón es pequeño y no afectará su permanencia en la rotación.

"Es bastante insignificante", dijo Syndergaard en referencia al espolón. "Puedo lanzar sin dolor y voy a estar preparado para lanzar en cinco días".

Matz por su parte ha tenido conocimiento de su espolón óseo desde mayo y ha estado sometiéndose a tratamiento desde entonces, incluidas inyecciones de cortisona. El zurdo eventualmente necesitará cirugía, pero los Mets tienen la esperanza que podrá lidiar con el dolor y posponer la operación hasta la temporada muerta.

Tras retrasar su próxima salida para este jueves, Matz lanzará el inicio de una serie de cuatro juegos contra uno de los mejores equipos en los Cachorros de Chicago.

"He estado [lanzando] así hasta ahora, así que mientras [el equipo] se sienta cómodo con que continúe haciéndolo creo que podré batallar con ello", dijo Matz el miércoles previo al último partido de la serie contra los Nacionales de Washington Nationals, una derrota 4-2 para los Mets.

"No es un desafío mental para mí porque el médico está completamente seguro de que no hay ningún daño estructural. Es sólo cuestión de ir y lanzar".

El receptor René Rivera, quien ha regresado a su rol como suplente tras el regreso del titular Travis d'Arnaud, afirmó que las lesiones han sido de preocupación para el equipo pero a la vez destacó que dentro de todo, fue buena noticia que no fueran de gravedad.

"Uno se preocupa porque una rotación tan buena como la de nosotros; necesitamos que todos los pitchers estén saludables", dijo el puertorriqueño. "Por ahora Matz y Syndergaard se sienten mejor y pueden aguantar y no es nada de más allá, solamente una molestia"

"Los espolones son comunes y gracias a Dios que es sólo eso y no un ligamento o algo así, que necesite un año estar fuera.

Se va a sentir dolor de vez en cuando y es tratar de trabajar alrededor de eso", agregó. "Siempre es preocupante porque es la rotación tuya y la rotación que te va a llevar adonde uno quiere llegar, que es la Serie Mundial. Pero las lesiones van a pasar en el béisbol".

Los Mets arrancaron de la peor manera un dificultoso lapso de 11 partidos en 11 días siendo barridos en tres juegos en Washington.

Ubicándose ahora a seis juegos del tope de la tabla, los Mets seguirán su serie contra los Cachorros con cuatro partidos contra los enrachados Marlins antes de tener que enfrentarse de nuevo a los Nacionales.

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El abridor dominicano Iván Nova afirma que los problemas de comando que le han llevado a tener una marca de 2-4 y efectividad de 6.88 en sus últimas seis salidas con los Yankees de Nueva York ya son cosas del pasado.

Nova tendrá que comprobar su vaticinio este lunes ante nada menos que el equipo más caliente en la actualidad, los Rangers de Texas, cuyo récord de 27-8 desde el 20 de mayo es la mejor marca en Grandes Ligas durante ese lapso.

Como equipo, los Vigilantes han registrado un promedio de bateo de .279 durante su racha ganadora, el segundo mejor en las mayores. Nova por su parte viene de permitir cinco carreras en cuatro entradas el pasado martes, 21 de junio, en su salida más breve de la temporada.

El dominicano fue degradado al cuerpo de relevistas al arrancar la temporada después haber estado enfrascado con CC Sabathia en una batalla por el quinto y último puesto en la rotación durante la primavera.

La proyección de los Yankees era que Nova permanecería en el bullpen como opción en relevo largo, pero los planes fueron alterados después que Sabathia fue colocado en la lista de lesionados con un tirón en la ingle izquierda.

Sabathia por su parte se ha convertido en fuerte candidato al 'Comeback Player of the Year' habiendo registrado una efectividad de 0.82 en sus siete aperturas entre el 4 de mayo y el 16 de junio. El veterano zurdo de 35 años cuenta con marca de 5-4 y efectividad de 2.71 tras las peores estadísticas de su carrera el año pasado y tener que someterse a tratamiento por alcoholismo.

El derecho de 29 años tuvo un excepcional inicio en sus primeras tres aperturas de vuelta en la rotación con marca de 3-0 y efectividad de 1.65, pero desde entonces no ha podido hacer valer sus lanzamientos para strike, en particular su sinker.

Ante el regreso de Sabathia, Nova permaneció en la rotación ocupando el puesto del novato Luis Severino, que se fue de 0-6 con una efectividad de 7.46 en siete aperturas antes de ser colocado en la lista de lesionados con un tirón leve en el tríceps derecho.

Y será precisamente Severino la amenaza principal para Nova en la rotación.

Después de su fatal inicio de campaña, el derecho de 22 años ha estado trabajando fuertemente en Triple A, donde parece el mismo lanzador que mereció el elogio de "mejor prospecto que he tenido en esta organización" que le confirió el gerente general Brian Cashman.

Desde su reincorporación a la rotación de los RailRiders, la sucursal de Triple A de los Yankees en Scranton/Wilkes-Barre, Severino cuenta con una marca de 3-0 y efectividad de 3.19.

Los Yankees cuentan también con el derecho de 25 años Chad Green, quien tuvo una pésima apertura en su debut en Grandes Ligas el 16 de mayo, permitiendo cuatro carreras y dos cuadrangulares en sólo cuatro entradas, pero ha continuado teniendo un impresionante desempeño en Triple A.

Green cuenta con una pobre marca de 5-6, pero ha registrado una ínfima efectividad de 1.67, permitiendo sólo 14 carreras limpias en 75 y dos tercios de entrada.

Otra opción para los Bombarderos podría ser el mexicano Luis Cessa. El derecho de 24 años ha fungido sólo como relevista durante sus limitadas estadías con el plantel mayor, acumulando ocho entradas y dos tercios con una efectividad de 3.12.

Como abridor, que es la forma en que los Yankees continúan viendo al talentoso joven mexicano, Cessa tiene marca de 2-1 y efectividad de 3.63 en 39 y dos tercios de entrada lanzadas en Scranton/Wilkes-Barre.

Es así como Nova se tendrá que cuidar las espaldas, y tener que hacerlo ante un poderoso equipo como son los Vigilantes y en los amigables confines del Yankee Stadium para bateadores de esa categoría, no será tarea fácil para el dominicano.

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Lo que se esperaba que fuera una estancia extendida de Ubaldo Jiménez en el bullpen de los Orioles de Baltimore ya no será así.

El abridor dominicano fue movido al relevo para intentar resolver los problemas de comando que lo llevaron a arrancar la campaña con una pésima marca de 3-7 debido a una inflada efectividad de 6.89.

La gota que colmó la copa para los líderes del Este de la Americana fue que Jiménez permitió cinco carreras en un tercio de entrada el pasado domingo, 12 de junio, en la salida más breve en sus 11 años en Grandes Ligas.

Pero debido a una combinación de lesiones y un cuerpo de lanzadores exhausto, Jiménez regresará a la lomita como abridor este miércoles contra los Padres de San Diego.

Jiménez dijo a ESPN Digital que estaba viendo su rol como relevista como algo temporal para ajustar los problemas de mecánica que habían contribuido a otorgar 35 bases por bola en 62 y dos tercios de entrada, con 48 carreras limpias en 89 hits.

"No estaba obviamente haciendo mi trabajo [y el equipo] tenía que buscar una forma de tener más estabilidad [en la rotación]. Es una cosa que uno tiene que tomarla realista, porque de verdad que no me estaban saliendo las cosas bien", explicó el derecho de 32 años.

"[Me enviaron] al bullpen a ver si me ponía de nuevo donde debería estar. He estado pasando por un momento difícil y tengo que enfrentarlo. Tengo que buscar la forma de salir de esto. Hay que tomarlo un día a la vez y tratar de volver a donde tengo que estar".

El coach de lanzadores de los Orioles, David Wallace, también dijo después de la degradación de Jiménez que esperaba que su movida al relevo fuera algo pasajero.

"Es algo que les sucede a muchos lanzadores a lo largo de su carrera," dijo Wallace. "[Jiménez] es un profesional y un gran competidor y esperamos que pueda resolver sus problemas y que nos pueda ayudar, porque vamos a necesitarlo".

Las palabras de Wallace fueron proféticas. Los Orioles volvieron a necesitar a Jiménez como relevista el viernes pasado, pero falló al permitir cinco carreras en cuatro imparables en sólo dos entradas y un tercio, subiendo su efectividad a 7.34.

Es evidente que no ha tenido tiempo para buscar una solución durante sus 9 días en el bullpen, los cuales Jiménez afirmó estaba abordando como una oportunidad de demostrarse como lanzador.

"No tengo ninguna duda de que cuando yo estoy bien puedo ser un buen abridor; puedo darle un chance al equipo de ganar", dijo a ESPN Digital. "Tengo fe que las cosas pueden cambiar, en especial cuando todavía faltan cuatro meses de pelota; no es cómo comienzas sino como terminas".

Aunque los Orioles jamás pensaron que el regreso de Jiménez a la rotación sería sólo una semana y media después de la peor apertura de su carrera, el dominicano tendrá su ansiada oportunidad de dar la cara por equipo este miércoles para evitar una barrida ante uno de los peores equipos en Grandes Ligas.

Los Orioles aún están en el primer lugar de la competida División Este de la Liga Americana, pero sus dos derrotas ante los terribles Padres han visto esa ventaja sobre los Medias Rojas de Boston reducirse a un solo juego.

Si Jiménez necesitaba un partido para demostrar que de veras pertenece a una rotación de Grandes Ligas, es ahora o nunca.

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