José Bautista ha sido indeseado antes.

Cuando era novato en el 2004, los Orioles de Baltimore seleccionaron a Bautista de los Piratas de Pittsburgh en el sorteo de Regla 5, lo que significaba que tenía que mantenerse en el roster de 25 jugadores toda la temporada. Duró allí hasta junio, cuando fue colocado en waivers. Los Devil Rays de Tampa Bay lo reclamaron. Más tarde en ese mes, los Reales de Kansas City compraron a Bautista de Tampa Bay. Un mes luego de eso, Bautista fue cambiado dos veces en el mismo día, de los Reales a los Mets de Nueva York y entonces de los Mets de vuelta a los Piratas.

Terminó logrando apenas 96 apariciones en el plato en toda esa temporada. Aunque Bautista luego consiguió quedarse como titular con los Piratas, eventualmente ellos decidieron que tampoco lo querían, y en agosto del 2008 fue enviado a las menores y luego cambiado a los Azulejos de Toronto por un receptor llamado Robinzon Diaz. Ustedes saben el resto de la historia; Bautista se transformó a sí mismo en uno de los mejores toleteros en el deporte.

Y ahora estamos aquí. Bautista es agente libre, y sigue sin firmar. Los reportes que llegan desde Toronto indican que los Azulejos no han hecho una nueva oferta desde que le extendieron la oferta calificada de $17.2 millones, la que rechazó. Ken Rosenthal reportó que los Filis de Filadelfia habían mostrado algo de interés, pero incluso entonces, él describió el interés como una "opción menos probable" que adquirir algún otro bateador, ya que las fuentes le habían indicado que los Filis estaban reacios a perder un turno en el sorteo. (Como un equipo entre los 10 peores, los Filis perderían su turno de segunda ronda; cualquier otro equipo que firme a Bautista excepto los Azulejos perdería un turno de primera ronda).

Vamos a hacer una comparativa aquí; quizás no sea tan certera, pero pienso que existen algunas similaridades. Barry Bonds se convirtió en agente libre luego de la temporada 2007. Había roto el record de jonrones de todos los tiempos de Hank Aaron y venía de conseguir números de .276/.480/.565. Recibió 132 boletos y se había ponchado apenas 54 veces. Incluso si no podía jugar en el jardín izquierdo en ese punto, de seguro algún equipo de la Liga Americana le podía dar buen uso a un bateador designado con un porcentaje de embasamiento de .480.

"Yo espero gran interés de cada equipo de Grandes Ligas", dijo en ese entonces Jeff Borris, el agente de Bonds, al inicio de la agencia libre. Pero las ofertas no llegaron. Luego de quedarse sin empleo para la temporada 2008, Bonds seguía en búsqueda de empleo. Se reportó que Borris contactó a los 30 equipos de Grandes Ligas, y Bonds estaba dispuesto a recibir un contrato por el salario mínimo de Grandes Ligas $400,000. Pero nadie lo quería. Su carrera había terminado. Bonds nunca se retiró oficialmente del deporte.

Hubo alegatos de conspiración. Bonds fue acusado en noviembre de 2007 por cargos de perjurio y obstrucción a la justicia relacionados con el caso BALCO. Años después, Bonds radicó una demanda por conspiración contra MLB, pero el árbitro Fredric Horowitz falló en su contra en 2015, sin otra prueba adicional que los grandes números de Bonds. Eso no significa que eso no haya ocurrido, pero una conclusión de la salida de Bonds del deporte es que simplemente los equipos no querían lidiar con su personalidad.

Contrario a Bonds, no existe una nube de chismes alrededor de Bautista sobre posible uso de sustancias prohibidas. Pero igual que Bonds, Bautista tiene una personalidad difícil. No es exagerado decir que posiblemente sea el jugador más odiado en todo el béisbol. Al igual que Bonds, él juega con una pajita en el hombro. Bonds parecía crear enemigos, reales o imaginarios, para darle ese impulso extra - los medios, la carrera de cuadrangulares entre Mark McGwire y Sammy Sosa, Jeff Kent -- mientras que Bautista, el hombre que cambió cinco veces de organización en una temporada, utilizó esos desprecios para ayudarlo a alcanzar la grandeza.

"No puedo necesariamente decir que él sea un tipo bien querido en toda la liga", dijo el manager de los Azulejos John Gibbons a Elizabeth Merrill de ESPN.com durante la temporada 2016. "Ahora, cuando él es un compañero, uno se siente totalmente diferente".

Por supuesto, Bautista era todavía miembro de los Azulejos cuando Gibbons dijo eso; él tenía que defender a su jugador. También es posible que la intensidad de Bautista desgastara a sus compañeros de equipo y que los Azulejos preferirían seguir adelante, sin importar la potencial producción de Bautista en el plato.

"Toronto quiere cambiar su camerino", dijo el ex gerente de los Mets Steve Phillips en entrevista con MLB Network Radio a finales de diciembre. "Para Bautista, él es un tipo muy orgulloso, pero lo que más lo motiva es esa pajita que tiene en su hombro, que tiene que haber un villano allá afuera y algo de rabia. Cuando eso sucede, y él está enojado, el resto del camerino camina alrededor de cáscaras de huevo. ... La forma de cambiar la energía en el camerino es no tener a Bautista en el equipo".

Yo no sé si Phillips está escuchando esos comentarios directamente desde los Azulejos, pero al menos tiene un punto que vale la pena considerar. Las oficinas centrales no solo miran números y hojas de cálculo. Al igual que Bonds, quizás los equipos alrededor del béisbol consideran a Bautista como alguien demasiado doloroso para firmar, especialmente cuando tienes que ceder un turno de primera ronda. Además hay razones de béisbol: Su producción bajó en el 2016, ya tiene 36 años, y quizás sea considerado como un jugador que solo puede jugar en la Liga Americana y que necesita ser bateador designado en vez de jugar en el jardín derecho. Por otro lado, hace apenas una temporada bateó 40 jonrones con números de .250/.377/.536 line. Si él puede acercarse a eso, un acuerdo de una temporada podría ser una ganga.

Así que ¿qué sucederá? Volver a los Azulejos sigue pareciendo la conclusión más lógica. Dado el estado de sus jardineros de esquina y su alineación, ellos lo necesitan, y aparentemente Bautista necesita a los Azulejos. Además él podría esperar hasta luego del sorteo - como hizo Kendrys Morales hace un par de años - cuando ya no haya que ceder un turno en el sorteo y quizás haya más interés en encontrar un nuevo hogar. Quizás los Filis lo firmen con la idea de cambiarlo durante la temporada. Pero si nadie lo quiere ahora, ¿por qué alguien lo querría en julio? Quizás un equipo con nada que perder, como los Rays de Tampa Bay, dé el paso adelante y lo firme por $10 millones más o menos.

En febrero pasado, hubo reportes que Bautista le pidió a los Azulejos un contrato de cinco años y $150 millones para evitar irse a la agencia libre. Bautista negó esos rumores, pero ciertamente sabemos que él apostó a sí mismo para conseguir esos grandes números que le darían ese contrato monstruoso.

Pero la apuesta le salió mal.

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Mientras un astrónomo nos diría que el invierno comenzó hace apenas dos semanas, el invierno del béisbol se demarca por el final de la Serie Mundial y la apertura de los campos de entrenamiento primaveral en vez del solsticio de invierno y el equinoccio de primavera. Es posible que quizás tengan por delante muchos días de palear nieve dependiendo de donde estén ubicados, pero el deshielo primaveral del béisbol se acerca a pasos agitantados. Después de todo, lanzadores y receptores deberán reportarse en poco más de un mes. Con la lentitud y la pobreza en calidad del mercado de agentes libres - gracias en parte a la incertidumbre que rodeó el proceso de negociación del nuevo pacto laboral - hay muchos jugadores que todavía no tienen contratos para el 2017.

Y no estamos hablando de jugadores como Stephen Drew o Kendrys Morales que se encuentren a sí mismo en un limbo debido a una pobre decisión de no haber aceptado una oferta calificada. De los 197 jugadores que solicitaron entrar a la agencia libre de MLB por una razón u otra (incluyendo los dejados en libertad), 118 siguen sin empleo. Estoy utilizando aquí el Seguidor de Agentes Libres de ESPN, y aunque pueden ver que esos números fluctúan deendiendo de quien cuente, no se puede negar que hay muchos jugadores de Grandes Ligas allá afuera.

De hecho, hay tantos que puedes hacer un roster completo de 25 jugadores con los agentes libres que no han firmado - con un montón de extras para también llenar un equipo imaginario de Triple A. Pero ¿qué tan competitivo sería este equipo? ¿Podría vencer a los Cerveceros o los Padres si se lanzara al terreno en el 2017?

LANZADORES ABRIDORES

A menos que hayan cambiado calladamente las reglas del béisbol durante las reuniones invernales sin habernos notificado, vamos a necesitar una rotación. Y ya que esa rotación parece que será la parte más débil de nuestro equipo -- Jeremy Hellickson entró a la temporada baja con la mejor proyección a cinco años en el sistema ZiPS de cualquier lanzador abridor - es mejor que saquemos el dolor del medio primero. Las proyecciones entre paréntesis son las proyecciones para el 2017 para los jugadores en un estadio/liga neutral, dado el hecho de que no tenemos un estadio específico para nuestro ejercicio.

Jason Hammel (4.23 ERA, 96 ERA+, 142.2 IP, 1.7 WAR)
Tyson Ross (4.35 ERA, 93 ERA+, 124.0 IP, 1.3 WAR)
Jorge De La Rosa (4.48 ERA, 90 ERA+, 136.2 IP, 1.2 WAR)
Colby Lewis (4.49 ERA, 90 ERA+, 130.1 IP, 1.1 WAR)
Doug Fister (4.56 ERA, 89 ERA+, 130.1 IP, 1.0 WAR)
Rubby De La Rosa (4.59 ERA, 88 ERA+, 117.2 IP, 0.9 WAR)
Jake Peavy (4.65 ERA, 87 ERA+, 122.0 IP, 0.8 WAR)

A primera vista, no me preocuparía por comenzar a hacer planes de viaje para octubre. Cada lanzador abridor que sigue disponible en el mercado tiene varias interrogantes sobre él: en algunos casos rendimiento, en otros casos lesiones, y en otros ambas cosas. Ya que no tenemos prospectos, tenemos que firmar extras si vamos a rellenar este equipo de los agentes libres que quedan disponibles. Muchos de estos chicos son proyectos de reclamo interesantes, tales como Ross, un sorpresivamente dejado en libertad por los Padres, y quizás De La Rosa, si al final del camino no necesita una cirugía de codo.

El sistema ZiPS proyecta esta rotación como ligeramente mejor que la de los Padres. ¡Hemos comenzado con el pie derecho... más o menos!

RELEVISTAS

Joe Blanton (3.67 ERA, 110 ERA+, 68.2 IP, 0.6 WAR)
Sergio Romo (3.43 ERA, 118 ERA+, 44.2 IP, 0.5 WAR)
Santiago Casilla (3.71 ERA, 109 ERA+, 51.0 IP, 0.4 WAR)
Drew Storen (3.79 ERA, 107 ERA+, 54.2 IP, 0.4 WAR) (Nota del editor: Storen acordó un contrato con los Rojos el martes)
Luke Hochevar (3.70 ERA, 109 ERA+, 41.1 IP, 0.3 WAR)
Jonathan Papelbon (3.77 ERA, 107 ERA+, 45.1 IP, 0.3 WAR)
Boone Logan (3.79 ERA, 107 ERA+, 38.0 IP, 0.2 WAR)
David Hernández (4.10 ERA, 99 ERA+, 52.2 IP, 0.1 WAR)
J.P. Howell (4.06 ERA, 100 ERA+, 44.1 IP, 0.1 WAR)

Como podemos ver en las proyecciones disponibles, los remanentes en el mercado de agentes libres no son tan malos cuando hablamos de los relevistas. Un bullpen promedio en Grandes Ligas suele tener una ERA+ de alrededor de 108 (las rotaciones alrededor de 96) y hay algunos lanzadores legítimamente interesantes aquí. Romo es una buena adición si está saludable, y Casilla es mejor que lo que demostró en el montículo el año pasado. Incluso si debiéramos estar preocupados por el montaje del bullpen de los Gigantes en 2016, los méndigos no pueden ser selectivos. Tanto Storen como Papelbon son proyectos de reclamo interesantes, y en el caso de este último, nuestro equipo no va a tener talentos jóvenes para que Papelbon intente ahogarlos.

ALINEACIÓN TITULAR

C - Matt Wieters (249/304/405, 348 PA, 95 OPS+, 1.5 WAR)
1B - Mike Napoli (233/331/433, 489 PA, 111 OPS+, 1.5 WAR)
2B - Chase Utley (235/304/364, 454 PA, 85 OPS+, 0.9 WAR)
SS - Stephen Drew (221/294/408), 290 PA, 93 OPS+, 0.5 WAR)
3B - Luis Valbuena (240/334/424), 405 PA, 109 OPS+, 1.7 WAR)
LF - Michael Saunders (249/332/440), 421 PA, 112 OPS+, 1.5 WAR)
CF - Rajai Davis (250/297/384), 406 PA, 88 OPS+, 1.3 WAR)
RF - José Bautista (248/367/469, 506 PA, 131 OPS+, 2.7 WAR)
DH - Mark Trumbo (247/305/471), 553 PA, 111 OPS+, 1.5 WAR)

RESERVAS

C - Chris Iannetta (221/326/360, 316 PA, 91 OPS+, 1.0 WAR)
1B/OF - Adam Lind (260/325/425, 426 PA, 107 OPS+, 0.6 WAR)
2B/SS - Munenori Kawasaki (232/302/277, 319 PA, 63 OPS+, 0.4 WAR)
OF - Colby Rasmus (230/305/422, 415 PA, 100 OPS+, 1.5 WAR)

Bautista se acerca al territorio de los bateadores designados, pero los jugadores del tipo de jardineros/primera base/bateador designado siguen siendo la fortaleza relativa de este mercado, y yo preferiría tener a Bautista jugando en el derecho en vez de pretender que lo haga Trumbo.

Rasmus es una opción riesgosa como jardinero central, pero por lo menos podemos intentar una especie de comité de Davis/Rasmus allá afuera, y Rasmus puede fungir como relleno en las esquinas cuando Davis esté jugando.

La situación del medio del cuadro interior es fea. Yo no quiero usar a Drew como torpedero, pero lo preferiría allí en vez de fantasear que Daniel Descalso es un campocorto o intentarlo con alguien como Alexei Ramírez. Kawasaki es probablemente el mejor sustituto disponible y es por lo menos pasable a la defensiva, lo que es más de lo que puedo decir de las otras opciones en el campocorto.

Jugando con los números de uso para llegar a las 6,000 apariciones en el plato, y combinando eso con los lanzadores, termino con un equipo de cerca de 28 en WAR. El estándar para un equipo de nivel reemplazo es 47.7 - un número que es extraño y que no es redondo, porque eso te daría un 1,000 en WAR en MLB por temporada - así que 28 victorias sobre reemplazo te coloca entre 75 y 76 victorias.

Ese es un equipo que podría llegar a la postemporada si muchas cosas les salen bien, un equipo con una oportunidad de playoffs de entre 5 a 8 por ciento, dependiendo de la división en la que lo coloquemos. Además es un equipo sin muchas ventajas; los jugadores son demasiado conocidos en sus carencias para predecir alguna temporada de 93 victorias en ellos.

Y lo peor de todo, este sería un equipo caro de 75 o 76 victorias. Al pagar el valor al por menor en la agencia libre, incluso con la posibilidad de que los precios de algunos de estos jugadores bajen a niveles de negociación, probablemente tengamos en nuestras manos un equipo de $200 millones sin una sola estrella bonafide.

Que esto nos sirva de lección: Los amigos no dejan que los amigos construyan equipos en la agencia libre.
Los campeones defensores de la Liga Americana Indios de Cleveland hicieron lo que tenían que hacer para tener oportunidad legítima de volver a la Serie Mundial al firmar a Edwin Encarnación con un contrato de tres años y $60 millones con una opción de un cuarto año el jueves. Combinen eso con la esperanza de tener a Michael Brantley, Danny Salazar y Carlos Carrasco de vuelta al 100 por ciento y tendrás un equipo muy mejorado, en especial si sus jugadores jóvenes siguen desarrollándose.

El plan inicial de los Indios era solo mantener su equipo intacto mientras intentaban firmar de vuelta a Mike Napoli, pero cuando ambas partes no pudieron llegar a un acuerdo en dólares y centavos, los Indios comenzaron a monitorear el mercado por Encarnación, el que inexplicablemente se derrumbó tras rechazar una oferta de cuatro años y $80 millones de los Azulejos. Cuando las ofertas no pasaron de esas cifras, los Indios se convirtieron en oportunistas. Ellos pudieron darse el lujo de serlo, gracias a sus grandes ganancias en la postemporada, un aumento en las ventas de abonos de temporada completa, nuevos acuerdos publicitarios, y la repartición de ganancias de la liga. Todo eso les permitió dar el paso adelante y robarse uno de los mejores bateadores del medio de la alineación en el deporte.

Ahora que los mejores bateadores en la agencia libre han sido firmados, incluyendo a Yoenis Céspedes con los Mets, Encarnación con los Indios, Dexter Fowler con los Cardenales, Justin Turner con los Dodgers y Ian Desmond con los Rockies, ahora es momento para que el siguiente nivel de bateadores en la agencia libre encuentre empleo. Este grupo incluye cuatro toleteros: Mike Napoli, anteriormente con los Indios; Mark Trumbo, anteriormente con los Orioles; José Bautista, anteriormente con los Azulejos; y Matt Wieters, otro ex miembro de los Orioles.

Mike Napoli

La firma de Encarnación terminó de inmediato con la carrera de Napoli en Cleveland, lo que significa que la "Fiesta en Casa de Napoli" tendrá que encontrar una nueva ciudad. Los Vigilantes de Texas son los candidatos favoritos para firmarlo. Aunque los Vigilantes no quieren gastar mucho más de lo que ya tienen comprometido, ellos se dan cuenta que si ellos logran conseguir a Napoli con una tasa de descuento, sería grande para ellos porque la primera base y el puesto de designado son sus mayores interrogantes entre los jugadores de posición. Napoli bateó 34 jonrones el año pasado con más de 100 impulsadas y fue compañero favorito de muchos cuando jugó por última vez con los Vigilantes.

Mark Trumbo

Firmar a Trumbo haría sentido para muchos equipos, incluyendo a los Marineros, Rockies y Marlins, pero los Orioles siguen siendo su mejor destino. Trumbo sería una gran mejoría en la primera base para los Marineros quien al presente piensan que un comité compuesto de Dan Vogelbach y Danny Valencia será suficiente - y no lo va a ser. El tremendo poder de Trumbo en el sexto puesto en la alineación de los Marineros sería una gran diferencia para ellos.

Los Rockies lo han considerado firmar para que juegue en la primera base, moviendo a Ian Desmond de vuelta a los jardineros si logran hacer un gran cambio por un lanzador abridor. Rumores de un cambio de David Dahl a Tampa Bay por Chris Archer fueron desmentidos rápidamente, pero ver a los Rockies siguiendo esa línea de pensamiento ciertamente haría algo de sentido. Sin embargo, también inclinaría la alineación de los Rockies demasiado a la derecha. Los Marlins también harían algo de sentido, ya que Trumbo sería una gran mejoría sobre Justin Bour, pero el precio y el pensamiento de tener que ceder una selección en el sorteo cierran esa puerta.

Eso nos lleva de vuelta a los Orioles, quienes siguen siendo el mejor destino para Trumbo. Si los Orioles ponen de nuevo la oferta sobre la mesa, él debería aprovecharla y citar a una conferencia de prensa.

José Bautista

Bautista está teniendo una agencia libre realmente difícil y él ya está comprendiendo que probablemente tenga que firmar un acuerdo de una temporada para recuperar su valor, y que ciertamente nadie le va a dar algún contrato de más de dos años. Volver a los Azulejos sigue siendo su mejor alternativa, ya que de otro modo tendría que firmar con un equipo no contendiente como los Atléticos de Oakland o los Rays de Tampa Bay y esperar ser cambiado a un equipo contendiente al llegar la fecha límite de traspasos directos.

Matt Wieters

Wieters terminará firmando en enero, con los Nacionales de Washington, Rockies de Colorado y Bravos de Atlanta representando las mejores opciones para él. Los Nacionales están preparados para irse con los recién adquiridos Derek Norris y José Lobaton en la receptoría, pero si logran atrapar a Wieters con un contrato de un año para restrablecer su valor, ellos tendrían que considerarlo por lo que él les daría a ellos como mejora ofensiva. En contraste, los Bravos siguen en necesidad de una respuesta a largo plazo en la receptoría, y con Wieters siendo del área, a él le encantaría decir que Atlanta es su casa.

Sin embargo, el lugar que más me gusta para él son los Rockies de Colorado. Los Rockies son un equipo en ascenso y un receptor que tiene en su historia un Guante de Oro como Wieters podría ser la pieza pieza para devolverlos a la postemporada. Su poder ambidiestro se beneficiaría de jugar la mitad de sus partidos en el Coors Field, lo que le daría su mejor oportunidad de conseguir un contrato parecido al de Russell Martin la próxima temporada baja, algo que no va a conseguir en esta ocasión. Wieters también podría ayudar al desarrollo de algunos de los abridores jóvenes de los Rockies mientras él podría beneficiarse de jugar bajo Bud Black, el nuevo manager de los Rockies.

En cuanto a los equipos ahora en el centro del escenario tras el acuerdo de Encarnación, todos deberían observar a los Azulejos. Ellos van a renovar sus jardines y si no firman de vuelta a Bautista ellos va a tener que mirar a un nivel más bajo de agentes libres, jugadores como Ángel Pagán, Brandon Moss o Michael Saunders. O van a tener que considerar conseguir en cambio a un jugador como m Jay Bruce, Curtis Granderson o Charlie Blackmon. Ellos ciertamente necesitan hacer una movida y ahora son el equipo en turno para hacerlo.
NUEVA YORK - El manager de los Azulejos de Toronto John Gibbons tiene sus pies trepados en su escritorio y está reclinado en su silla en la oficina del manager visitante en el Yankee Stadium cuando se le preguntó la razón por la que los Azulejos, que andan en el sótano de la División Este de la Liga Americana, se meten en más peleas que Floyd Mayweather.

Como de costumbre, Gibbons tiene una gran sonrisa y una buena actitud, hablando con su acento de Texas que le convierte en una de las personas más amables en el deporte. Sin embargo, su equipo no es tan popular.

"Para ser honestos, no creo que se nos perciba tan bien alrededor del deporte por otros equipos", le dijo Gibbons a ESPN.com. "¿No estás de acuerdo con eso?"

Bueno, sí, los Azulejos se han metido en algunas peleas, siendo la más notable recientemente la que tuvieron con los Vigilantes de Texas -- en la que José Bautista recibió un derechazo de Rougned Odor en el mentón - y la que tuvieron contra los Reales de Kansas City, al igual que algunos choques con los Orioles de Baltimore, Rays de Tampa Bay y los Mellizos de Minnesota en el último año y medio. Eso es tener mala sangre contra más de un tercio de sus rivales en la Liga Americana.

"Tenemos algunas personalidades grandes, algunos de los mejores jugadores en la liga", dijo Gibbons. "Pienso que ellos irritan a las personas. Pienso que del otro lado también existe algo de envidia. Tenemos algunos chicos que llevan sus emociones a flor de piel. Yo estoy tratando de ser políticamente correcto".

Los Azulejos quizás sean el equipo de último lugar con más confianza en la historia del béisbol. Para un hombre, ellos no piensan que sea certera la percepción de ellos como aves enojadas. Más bien, juegan con un estilo - liderado por el actual Jugador Más Valioso Josh Donaldson y por "Joey Bats" Bautista - que un jugador en su camerino describió de esta forma: "Si no te caemos bien, véncenos".

"Yo no lo miro como que estemos enojados", dijo Donaldson. "Somos competitivos. Tenemos muchos chicos con una naturaleza competitiva. No estamos allá afuera tratando de causar problemas. ... El hecho del asunto es que tenemos muchos chicos en este camerino que son nombres conocidos en la casa".

Esta actitud - lances famosos de bate, miradas profundas y momentos de simple bravuconería - es lo que le da a los Azulejos su característica, lo que lleva a algunas raspaduras. A los Azulejos les gusta celebrar su éxito y no van a dejar de hacerlo porque a otros no les guste.

"Es un modo de comportarse de la vieja escuela en una forma de la nueva escuela", dijo el relevista de los Azulejos Drew Storen, quien se unió al equipo este año.

Todos los altercados han hecho que Gibbons aumente su intensidad. El manager de 53 años ha sido suspendido y expulsado de juego tanto que casi se siente como un trabajo a tiempo parcial. Gibbons ha sido expulsado cuatro veces - incluyendo tres veces la semana pasada - y ha sido suspendido por tres juegos. En siete de 48 partidos, se ha perdido el final, lo que quizás no sea tan malo, ya que los campeones defensores del Este de la Liga Americana tienen marca de 23-25.

Aunque el torpedero Troy Tulowitzki -- Gibbons dice que es el jugador más profesional que ha tenido a su alrededor - y el torpedero Russell Martin traen un modo calmado de liderato, son Donaldson y Bautista los que más se meten debajo de la piel de los otros al quedarse viendo sus jonrones y, bueno, ser ellos mismos.

Incluso al conectar rodados, Donaldson puede quedarse viendo fijamente a un rival, de acuerdo con el receptor sustituto Josh Thole.

"Yo he estado sentado en la banca y he visto a los chicos cuando J.D. pone su cabeza abajo y trota luego de ser puesto out, y veo a los otros chicos en la banca con sus reacciones, 'Buen esfuerzo'. 'Así se hace'. 'Buen trabajo'", dijo Thole, antes de defender a su compañero. "Ese es el JMV del año pasado".

Cuando los Azulejos discuten sus altercados, ellos suenan como hermanos pequeños tratando de explicarle a su mamá una pelea -- ¡Oye, él la comenzó!

"No puedo recordar haber hecho el primer disparo", dijo Gibbons. "Para ser honesto contigo, no creo que hayamos estado involucrados con cualquier cosa donde hayamos hecho eso".

Los jugadores de los Azulejos juran que no están intentando comenzar algo. Donaldson, Bautista, Martin, Edwin Encarnación y otros disfrutarán el haber conectado un cuadrangular cuando lo logran. A sus ojos, no lo hacen por ofender a nadie, sino es cuestión de simplemente ser ellos mismos.

"Nunca es sobre el equipo contra el que estamos jugando", dijo Martin. "Es sobre lo que nosotros hacemos y lo que nos gusta hacer".

Otros equipos respetan el talento natural que hay en el camerino de los Azulejos, incluso aunque no les guste totalmente cuánto los Azulejos se deleitan con su propio éxito.

"Ellos son un buen equipo, y lo saben", dijo el preparador de los Yankees Andrew Miller. "Todo el mundo es diferente. No todo el mundo es como los Yankees. No todo el mundo es como los Azulejos. Eso les funciona a ellos. Oigan, ganaron el año pasado. Ellos estuvieron a poca distancia de ganarlo todo. Ellos están haciendo algo bien. Eso encaja con su personalidad".

Apenas se han celebrado 48 juegos en esta temporada, lo que significa que los Azulejos tienen mucho tiempo para ser tan buenos como ellos creen que son. El año pasado tenían marca de 50-51 antes de comenzar su corrida que los llevó a la postemporada. Ellos planifican pavonearse en su camino de regreso a la cima, algo que comprensiblemente podría verse como algo malo. Pero como dice el as Marcus Stroman, a ellos no les preocupan en lo absoluto las opiniones externas.

"No estamos exactamente donde queremos estar ahora mismo, pero tengo el sentimiento que para finales del año estaremos donde queremos estar", dijo Stroman.

Él no está solo en esa confianza, en parte porque en este equipo parece que genuinamente se caen bien los unos a los otros, aunque no sea así en todos los casilleros. En una escena que uno nunca vería en el camerino corporativo al otro lado del Yankee Stadium, Bautista estaba ocupado con varias tareas antes del partido del martes, estirándose en un colchón de espuma, mientras hablaba algo de basura. El objetivo de sus comentarios era su compañero, el primera base Justin Smoak, a quien Bautista, el cinco veces Todos Estrellas, le dijo, "Te voy a quitar a cachetadas lo de Carolina del Sur que tienes".

Smoak respondió con, "Le estás ladrando al árbol equivocado".

Fue un intercambio de comentarios en broma en el camerino que nunca ocurriría en el camerino de los locales, al menos nunca en frente de reporteros. Los Azulejos siempre van de frente, y a ellos no les importa quién los esté viendo.

"Todo el mundo juega limpio en cualquier momento", dijo Smoak.

Él hablaba sobre los comentarios de sus compañeros en el camerino, pero bien pudo haberse referido a los contrarios de los Azulejos.

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José Bautista ha estado en el ojo público esta semana, en caso de que no se hayan enterado. Como de costumbre, fue por un swing. Pero lo que no fue tan usual es que no haya sido por un swing de su bate.

Pero en la edición de esta semana de nuestro Martes de Trivia, no estamos interesados en puños que vuelen. Sí estamos interesados en las cosas que Bautista hace en el plato -- es decir, cuando no está recibiendo pelotazos en las costillas.

Así que si están listos para cambiar de tema, intenten responder una trivia sobre José Bautista. Y como siempre, ¡no hagan trampa!

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Si desea mantener un registro de la mala sangre que hay entre los Azulejos de Toronto y los Rangers de Texas, y en el que todo encaja en el nebuloso mundo de los códigos del béisbol, entonces sería algo como esto:

José Bautista: Su exceso al lanzar el bate (bat flip) y desafiar después del enorme jonrón que le pegó a Sam Dyson y que cambió la serie de playoffs el año pasado. Lo que establece el código: ¡Violación! Por lo menos en la versión de la vieja escuela de "juega el juego de la manera correcta". Por supuesto, tienes que pasar por alto que ese batazo llegó en un momento enorme y dio a los Azulejos la ventaja frente a un público local enloquecido que no había visto a su equipo ganar una serie de playoffs en 22 años. Bautista perdió la compostura. El código indica que los jugadores deben jugar el béisbol sin emoción, menos hacer alardes frente al otro equipo.

Matt Bush: Parecía que tiró el pelotazo intencionadamente a Bautista, golpeándolo en el codo y las costillas con una recta de 96 mph. Lo que establece el código: ¡Violación! Espera ... ¿por qué sería una violación? ¿No sería simplemente que los Rangers devolvieron la "cortesía" a Bautista, algo que es una actitud justa bajo el código? Tal vez a primera vista. Pero los Azulejos parecían molestos en el momento en que la recta adentro de Bush golpeó a Bautista en su último turno al bate, en la serie final entre ambos equipos esta temporada. Bautista los llamó "cobardes". Josh Donaldson lo llamó "el camino más fácil". El manager de los Azulejos, John Gibbons, dijo que era una "cobardía".

Estoy del lado de los Azulejos en este punto. Si todavía estás molesto con Bautista, tienes que ir a por él de inmediato, no la séptima vez que has jugado contra ellos desde el jonrón. Además, los Rangers tenían a un chico lanzando su segundo partido en grandes ligas, quien acaba de llegar a las mayores a la edad de 30 años después de atravesar un camino sinuoso, para hacer su trabajo sucio. Un tipo que ni siquiera estaba en la organización el pasado octubre.

Bautista: Duro deslizamiento en la segunda base. Lo que establece el código: El juego limpio. El deslizamiento fue duro y un poco tarde y más allá de la almohadilla (y Justin Smoak, el bateador, fue puesto out por la interferencia de Bautista), pero justo encima de la base y no se deslizó con los spikes hacia arriba ni hizo ademán que indicara una intención de causar lesiones. Y teniendo en cuenta lo que acababa de ocurrir, el segunda base Rougned Odor debería haber estado esperando un deslizamiento duro, sobre todo porque los Rangers estaban arriba sólo por una carrera en ese momento.

Odor: Lanza bajo el tiro a la inicial tratando de arrancarle la cabeza a Bautista. Luego golpea a Bautista en la mandíbula con un rápido puñetazo de derecha. Lo que establece el código: ¡Violación! Algunos dirán que el tiro de Odor estaba dentro de lo que establecen los códigos, porque te enseñan a caer hacia abajo en un tiro de relevo para que evitar al jugador que se desliza. Parecía, sin embargo, que Odor tenía intenciones de tratar de hacer daño Bautista. ¿Por qué? Tiene un juego para ganar. Usted debe estar más preocupado por completar el doble play que tratando de tomar mayor venganza por algo que sucedió en octubre. Además, Bautista ya se deslizaba, y él no estaba fuera de la ruta de la base. Si un tiro de Odor estaba dentro del código, el código es estúpido y aún más ilógico de lo que ya es.

Sin embargo, fue un gran golpe.

En pocas palabras: Los Rangers estaban fuera de lugar. Estoy tratando de encontrar una manera de defender cualquiera de sus acciones. Supongo que hay esto:

Pillar sí se puso un poco loco allí, estoy de acuerdo con eso, pero parece como si los Rangers están agarrando a un clavo ardiendo para defender a todo el cuerpo. Tal vez el pitcheo mereció que sacaran a Bush (aunque fue el primer lanzamiento de la comparecencia al plato), o tal vez le lanzó a Bautista por su cuenta. Adrián Beltré dijo después del partido que el pitcheo se le escapó a Bush y que "ellos tomaron el camino equivocado". Excepto... cuando él fue golpeado, Bautista se fue a la primera base. Eso no fue cuando la pelea ocurrió. El manager Jeff Banister lo atribuyó a que todo depende de las emociones yéndose de las manos.

Supongo que eso es lo que Bannister se supone que diga. A su favor, al menos estaba por ahí tratando de acabar la pelea. En pocas palabras: Si parte del código es aprender a cómo perder -sabes, por los niños- y mostrar carácter en la derrota, a continuación, los Rangers no han aprendido a perder con gracia. El cuadrangular de Bautista y el lanzamiento del bate se produjeron en octubre. Supérenlo.

Una nota más en el código. Hubo un intercambio interesante que vi en Twitter entre C. J. Nitkowski, el ex lanzador y actual analista para Fox, y el escritor Joe Sheehan. Nitkowski twitteó lo siguiente:

Joe argumentó que esos "nerds" no tenían nada que ver con las nuevas reglas de deslizamiento. Creo que no llego a entender el punto de Nitkowski, aunque eso es lo que los jugadores y ex jugadores dicen todo el tiempo. Dejen que los jugadores sean capaces de manejarlo. ¿Él está diciendo que las peleas están bien? Porque eso es lo que sucede cuando usted deja que los jugadores sean sus propios policías, obtienes situaciones estúpidas como esta, terminando en peleas estúpidas que podrían haber terminado con múltiples lesiones. El béisbol es estúpido a veces.

Y todo por culpa de un lanzamiento del bate.

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El 27 de abril de 2014 ocurrió algo inédito en la historia de las Grandes Ligas y que recordaremos en nuestro #TBT de esta semana: el nacimiento de los Dominican Jays.

Este #TBT tiene un significado especial para mí ya que fui testigo presencial de lo que ocurrió, incluyendo la participación en ruedas de prensas y el seguimiento a diario del equipo.

El 20 de noviembre del 2012 los Azulejos de Toronto anunciaron la firma de un agente libre y un cambio múltiple con los Marlins de Miami, lo que marcó el inicio de una transformación radical de la franquicia de la mano de un hombre llamado Alex Anthopoulos, gerente general en ese momento, y que estaba hambriento de cualquier tipo de éxito.

El agente libre firmado fue Melky Cabrera, que venía de una suspensión por dopaje y aceptó un contrato de dos años por 16 millones de dólares. De los Marlins se incorporaron Jose Reyes, Emilio Bonifacio, Josh Johnson, Mark Buehrle y John Buck en una transacción que puso a los canadienses como el principal favorito para llevarse el banderín en el Este de la Liga Americana.

Unos días antes, el 3 de noviembre de 2012, Toronto había realizado un cambio mucho menor con los Indios de Cleveland por Esmil Rogers.

Para el día inaugural del 2013 el roster activo, o de 25 jugadores, de los Azulejos incluyó a Reyes, Cabrera y Rogers, junto con sus compatriotas ya establecidos en el equipo José Bautista, Edwin Encarnación y Emilio Bonifacio. Ya en la ciudad habían bautizado al grupo como los Dominican Jays y así incluso lo promovía Rogers, la cadena de televisión, cable y telefonía celular dueña del equipo, en documentales y revistas.

El ambiente en el clubhouse era único, quizás más parecido a un equipo de las ligas invernales del Caribe. Al clan de dominicanos se le unieron los venezolanos Maicer Izturis y Henry Blanco, el mexicano-americano Sergio Santos y el cubano-americano J.P Arencibia. Una gran bandera dominicana era visible en el casillero de Bautista, mientras que otras banderas dominicanas más pequeñas podían divisarse en distintos sitios. El español era el idioma predominante y, claro está, la música caribeña era una constante en los altoparlantes de la instalación.

Desafortunadamente toda la expectativa y magia que rodeaba al equipo en 2013 no se transformó en victorias en el terreno de juego generando una gran frustración general al cabo de pocas semanas. José Reyes se lesionó a los pocos días de iniciada las acciones. Emilio Bonifacio, que según palabras del mismo Alex Anthopoulos era una de las piezas clave del cambio con los Marlins por su versatilidad y velocidad, nunca pudo rendir lo que se esperaba. Otras piezas sencillamente no engranaron ni destacaron.

Los resultados negativos también afectaron el ambiente en el camerino, la bandera dominicana desapareció del casillero de Bautista, quizás por alguna orden de MLB ya que honestamente nunca había visto banderas de ningún país en esos sitios. Se le bajó el volumen al merengue y bachata para darle paso a un silencio en donde todo el mundo exigía explicaciones.

Algunos periodistas de manera privada me comentaban que posiblemente el hecho de tener tantos dominicanos y latinoamericanos en general no era bueno. Cuando le pedía que se explicaran mejor moría la conversación. La emoción inicial se transformó en una tensión incomoda. Los Azulejos terminaron en 2013 con record de 74-88 en el último puesto en la División Este de la Liga Americana.

La gerencia hizo algunos cambios para el 2014, manteniendo la estructura básica, con la esperanza de lograr resultados positivos en el record. De nuevo existía una gran presencia de jugadores dominicanos, por segundo año consecutivo, pero ya no se hablaba de los Dominican Jays.

Lo más curioso de todo es que a pesar de bajarle el perfil al aspecto dominicano del equipo, el 27 de abril del 2014 ocurrió algo que nunca había pasado en la historia de las Grandes Ligas. Ese día, 6 de los peloteros de la alineación inicial habían nacido en República Dominicana: José Reyes en el campocorto, Melky Cabrera en el jardín izquierdo, José Bautista en el jardín central, Edwin Encarnación en la primera base, Juan Francisco como bateador designado y Moisés Sierra en el jardín derecho. En ese juego también participó Esmil Rogers como relevista.

Toronto venció a los Medias Rojas de Boston y al final del partido el grupo de jugadores dominicanos se tomaron una foto juntos para celebrar el momento histórico. José Bautista compartió en Instagram la tarjeta de la alineación firmada por cada uno de ellos. "Quizás lo mande al museo del béisbol en República Dominicana" dijo Bautista al grupo de periodistas que lo esperaron luego de finalizadas las acciones.

A pesar que la temporada del 2014 fue mucho mejor tampoco se logró el objetivo de meterse en la postemporada. Para el 2015 la presencia de dominicanos en el roster de los canadienses había bajado considerablemente con la salida de Melky, Reyes, Francisco, Sierra y Rogers.

Casi finalizada la temporada del 2015, ya asegurado el primer lugar en el Este de la Liga Americana, me acerqué a José Bautista para preguntarle si personalmente hubiera disfrutado aún más ese momento con los Dominican Jays y me dijo "sí, hubiese sido bonito".

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Muchas veces los héroes nacen de la casualidad. Si el dominicano José Reyes no estuviera envuelto en problemas legales que lo han mantenido fuera de los diamantes, quizás nunca hubiéramos disfrutado de la historia más excitante de esta primera semana de la temporada.

Trevor Story es el primer jugador en más de 100 años de béisbol en disparar seis jonrones en sus cuatro primeros partidos de Grandes Ligas.

Aún es prematuro, pero la historia de Story recuerda aquella del novato Lou Gehrig, prospecto de los Yankees de Nueva York que un día sustituyó a Wally Pipp, titular de la primera base y se quedó por los siguientes 2,130 juegos.

Lo curioso es que este muchacho texano de 23 años no era siquiera considerado el principal prospecto de los Rockies de Colorado.

Diferentes listados, desde Baseball America hasta Fangraphs.com, pasando por la propia estructura de ligas menores de los Rockies, lo situaban entre los lugares siete y 11 entre las promesas de la organización.

Los reportes lo señalaban como un bateador de poder ocasional que podría llegar a ser un pelotero ''decente''. Nada más.

Pero se ganó su espacio en los entrenamientos primaverales, en los que conectó seis jonrones y remolcó 13 carreras en 20 partidos. Con 18 hits en 53 turnos, su average fue de .340 y su promedio de embasamiento (OBP) de .407.

Fangraphs.com, considerada la biblia de la sabermetría, le proyectaba, a lo sumo, 18 bambinazos, asumiendo que abriría como titular en ausencia de Reyes.

Pero los números no miden el hambre de un jovenzuelo ansioso por aprovechar las oportunidades que les pone delante la vida, a sabiendas de que no todos los días se presentan esos chances.

Story parece haber llegado para quedarse y ahora mismo, tras sus seis vuelacercas en los primeros cuatro juegos de su carrera, la proyección matemática es nada menos que de ¡243 jonrones en la temporada!

Eso triplicaría el récord de Barry Bonds (73 en el 2001) y todavía le sobrarían 33 bambinazos más.

Obviamente, es imposible mantener ese paso y eventualmente, posiblemente tan pronto como en el siguiente juego, verá cortada su impresionante racha.

Pero teniendo en cuenta las condiciones del Coors Field de Colorado, donde jugará la mitad de sus partidos, perfectamente podría superar la treintena de cuadrangulares al concluir la campaña.

Semejante irrupción en las Mayores debe tener ahora mismo a los ejecutivos del equipo rompiéndose la cabeza y tratando de encontrar un destino para su campocorto titular, cuya suerte aún está en manos del comisionado Rob Manfred.

Al menos, ya el quisqueyano libró de la responsabilidad penal, cuando su caso por violencia doméstica se desestimó por los tribunales de Hawaii.

Pero se espera una suspensión por parte de Manfred, como ocurrió con el cubano Aroldis Chapman, cerrador de los Yankees.

El problema para Dick Monfort, dueño de los Rockies, es dónde encontrar a quien decida asumir todos y parte de los 44 millones que se le adeudan a Reyes de su contrato hasta el 2017, apostando a que el equipo no ejercerá opción sobre el jugador en el 2018 y le pagará otros cuatro millones para dejarlo en libertad.

Ya Monfort, deslumbrado como el resto del mundo del béisbol por el explosivo debut de Story, parece estar ''armándole la cama'' al dominicano, con declaraciones como que ''si hizo algo malo, que pague'' y ''habría que ver las reacciones de los fanáticos'' ante alguien involucrado en un incidente de violencia doméstica.

Pero esa es la parte oscura de esta historia.

Los reflectores están sobre Story, quien ha puesto en ridículo cualquier proyección sobre su carrera, incluso las más optimismas.

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Le tomó apenas tres juegos a la nueva regla de deslizamientos en segunda base para que fuera aplicada y provocara uno de los finales de partido más extraños de la historia.

La llamada 'regla Chase Utley' fue decretada en el tercer encuentro de la temporada entre los Azulejos de Toronto y los Rays de Tampa Bay en el Tropicana Field y justo para el out 27.

Los Rays ganaban 3-2 en el noveno, cuando los Azulejos llenaron las bases con un solo out y en turno venía el cuarto bate Edwin Encarnación.

El dominicano bateó una rola por tercera y el antesalista Evan Longoria buscó la doble matanza por la vía 5-4-1. José Bautista, quien corría de primera a segunda, se deslizó en la intermedia, aunque el tiro llegó con tiempo para ponerlo fuera.

Pero en el deslizamiento buscó con su mano izquierda la pierna derecha del camarero Logan Forsythe, lo cual le hizo tirar mal a primera.

La pelota se escapó y entraron dos corredores que pusieron la pizarra 4-3 favorable a los visitantes.

Pero el manager de Tampa Bay, Kevin Cash, reclamó la jugada y tras revisar el video, los árbitros decretaron out a Encarnación por interferencia de Bautista, a tenor de la regla 6.01, emitida tras la brutal entrada a segunda de Chase Utley sobre el campocorto panameño Ruben Tejada en los playoffs del 2015.

La interferencia fue clara, clarísima, intencional o no, podría haber sido decretada incluso si no existiera la regla Utley, que busca proteger a los defensores de la intermedia de entradas grotescas para romper dobles matanzas.

Pero el director de Toronto, John Gibbons, no lo vio así.

"Es una vergüenza. Entiendo la intención de la regla, pero eso es cuando un corredor busca intencionalmente a un fildeador para dañarlo. Esto es béisbol y no sé qué es lo que realmente quieren".

Ahora bien. ¿Qué hubiera pasado si en vez de Bautista agarrar por el tobillo a Forsythe con la mano, lo derribaba con el impacto del deslizamiento dentro del rango de tres pies de ancho alrededor de la almohadilla?

Utley se salió de su camino unos cuantos pies en busca de las piernas de Tejada, pero ¿cuál sería la decisión arbitral si el choque entre corredor y defensor se produce justo sobre la base y eso le impide el tiro a primera para completar una doble matanza?

Ahí no habría interferencia, por mucho que le haya dolido el golpe al jugador a la defensa.

Esto apenas comienza y ya veremos unas cuantas decisiones polémicas en torno a la intermedia, de la misma manera que ocurrió en su momento con la regla 7.13 y los bloqueos del plato por los receptores, que entró en vigor de manera experimental en el 2014.

Por cierto, ¿alguien se enteró cuando esa regla dejó de ser experimental y pasó a definitiva? ¿O es que siguen experimentando?

Mientras tanto, Bryce Harper sigue abogando en su campaña de hacer divertido el béisbol nuevamente.

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Ortiz
Ortiz
SANTO DOMINGO -- Las declaraciones de David Ortiz, publicadas en The Players Tribune, sobre el programa antidopaje de las Grandes Ligas arroja más sombras que luces a un proceso que realmente pocas personas pueden entender.

De acuerdo al pacto laboral, cada pelotero es sometido a dos pruebas obligatorias en la temporada y luego están las "aleatorias".

Aquí en lo aleatorio es donde viene el truco. Ortiz dice que ha sido sometido a más de 80 pruebas antidopaje desde que se estableció el protocolo. En 10 años, estamos hablando de al menos ocho pruebas por año.

El propio Ortiz se burló de esa parte del programa, diciendo que debería comenzar a jugar la lotería a ver si ganaba unos cuantos millones. El caso de Ortiz no es el único. José Bautista ya se quejó hace dos inviernos de algo parecido.

bautista
Bautista
En aquella oportunidad, eso generó respuestas tanto del entonces comisionado Bud Selig, así como también del sindicato de peloteros.

¿Cómo es que se sacan tantas veces la prueba aleatoria? Buena pregunta.

Las Grandes Ligas han fallado dramáticamente en la manera de manejar toda la crisis alrededor del uso de sustancias prohibidas.

¿Cómo creer en un programa antidopaje que permitió el escándalo de Biogenesis y aunque suspendieron a 13 jugadores por el mismo, ninguno de ellos arrojó positivo a dopaje?

Rodriguez
Rodríguez
Hay que recordar que ni Alex Rodríguez ni ninguno de los otros 12 suspendidos fallaron las pruebas a las que fueron sometidos sino que pudieron ser condenados porque Tony Bosch dejó de pagarle unos dólares a un ex empleado de la clínica que filtró la información al Miami New Times.

Cuando David Ortiz se queja de cosas como el ser sometido a 10 pruebas por año, de que lo despierten a las 7:30 a.m. para pedirle muestras de orina y de sangre y que 12 años después aun nadie le dice a qué fue que dio positivo en el 2003 (de acuerdo a lo que reportó el NY Times) , tiene más que razones para hacerlo.

La credibilidad del programa antidopaje de las Grandes Ligas está en entredicho y así lo ha estado por mucho tiempo. Si no se toman las medidas necesarias para corregir eso, siempre habrá dudas sobre lo que se hace en materia de dopaje en MLB.

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