BUENOS AIRES -- En la fecha 21 del Calcio se vio por primera vez lo que seguramente ocurrirá otras veces en la tabla del torneo y que podríamos llamar el "efecto bandoneón", es decir una tabla que en su segmento superior puede a veces acortarse y otras alargarse, sin que se modifique sustancialmente la relación de valores y de pronóstico entre ambos rivales, el líder Juventus y su escolta Roma.

Esta fecha fue favorable para Roma, que ganó en Vérona ante Hellas conociendo el empate del día anterior de Juventus ante Lazio y aprovechando entonces la ocasión para descontar dos puntos y ubicarse a seis del puntero. Pero, como analizaremos a continuación, no parece una nueva tendencia sino simplemente el acomodamiento, debido al fixture, de una relación de fuerzas que se mantiene invariada.

Es que Juventus tuvo que lidiar con la adversidad y la superó brillantemente: ante Lazio, durmió un poco al comienzo y, como todo equipo "condenado" a dar siempre lo mjejor de sí mismo, recibió el castigo del penal de Candreva, que por encima costó la expulsión de Buffón (Storari ingresó por Asamoah, con relativo pase a la defensa a cuatro).

El cambio es muy indicativo: Conte no sacó una punta sino un externo, pasando a Ogbonna por izquierda con Barzargli y Bonucci centrales. Lazio se dedicó a proteger la ventaja pero fue un cálculo absolutamente equivocado, porque en ataque Juventus jugó de igual a igual y casi nunca Lazio la hizo sufrir atrás, donde efectivamente faltaba el hombre expulsado.

Así, Juventus lo empató con otro golazo de Llorente, quien es un cabeceador de aquellos y otra vez pudo anotar a pesar de la correcta marca de un buen defensor como Biava. La jugada la comenzó Tévez y el centro, una vez más, fue de Lichtsteiner. Y pudo haberlo ganado, porque por momento se llevó por delante al rival, aún después del empate.

Ojo, también pudo haberlo perdido: Klose cabeceó con fuerza desde el borde del área chica y Storari tuvo un reflejo milagroso; luego Keita se creó el espacio y metió un derechazo a girar, hermoso, que venció a Storari pero se estampó sobre el poste a la izquierda del arquero, negando al habilidoso jovencito lo que hubiera sido un golazo.

Queda subrayar la eliminación de Juventus de la Copa Italia. Hay varias cosas que podrían decirse, pero la más relevante me parece registrar, una vez más, que Conte pertenece a la raza de Capello, es decir que es un entrenador fuertísimo (un verdadero martillo) en torneos de Liga, pero con una efectividad para nada brillante en las competiciones tipo "copa".

Lo de Roma fue trabajoso, obviamente, ante un Vérona muy firme en su casa. Gervinho rompió el partido con sus aceleraciones y su entusiasmo contagioso. Le sirvió la asistencia a Ljajic, quien no tuvo más que empujarla y, luego del empate de Halfredsson, anotó el segundo con una bonita jugada personal, cerrada con una definición impecable. En el final, Totti de penal, un gentil regalito de Mazzoleni, le puso un moño al marcador.

Pero ojo, porque García jugó con el capitán, Pjanic y Florenzi desde el banco. Si en la semana se había dicho que Juventus fue eliminada de la Copa Italia por haber puesto algunos suplentes ante Roma, García demostró en este caso haber administrado el plantel mejor que su colega Conte, como indican claramente los resultados.

Atrás de los dos primeros, les cuesta a todos tener el paso. Nápoli es increíble, porque regala muchos puntos ante equipos de la zona descenso. Le había pasado con Sassuolo y Udinese, le volvió a pasar con Chievo, y la visita hasta pudo haber ganado. No se entiende qué pasa con Armero, pero ese Revelliere que Benítez parece preferir hace muy mal las diagonales; por encima, Britos erró la posición y no cubrió al compañero, errores que costaron el gol de Sardo.

Hablando de errores, es increíble lo que se devoraron después Mertens, quien fue el que tuvo más ocasiones, y Gonzalo Higuaín, uno de esos errores que van derechido a la "no top ten". Más allá de los hechos puntuales, dio la impresión que todos jugaran para sí mismos. Al final, sobre la hora, Albiol se hizo perdonar un garrafal yerro anterior y encontró el resquicio, en jugada de pelota parada, para mandarla a guardar. Un punto ganado y un alerta desde la defensa.

Tampoco Fiorentina pudo ganar, pero pobre, a las ausencias de Gomes y Rossi se les sumó también Borja Valero y, por suspensión, Gonzalo Rodríguez atrás. Así, Alberto Aquilani fue la gran figura y anotó su primer triplete en Serie A, pero entre los errores del referí (de terror este señor Dino Tommasi, realmente) y las dormidas defensivas, Genoa también anotó tres y se llevó un merecidísimo empate ante un equipo violeta tremendamente desafortunado.

No se puede hablar de mala suerte, en cambio, en el caso de Inter. Un caso de "diván", más bien, porque sólo un psicólogo experto en terapia de grupo podría explicar lo que realmente está pasando en casa nerazzurra. Por lo pronto, los dirigentes son espantosos y el nuevo presidente por lo menos muy ingenuo.

Freddy Guarín
Getty ImagesFinalmente, Guarín se quedará en Inter de Milan. Un desmanejo grave

La novela "Guarín-Vucinic" fue realmente escandalosa. Branca y Fassone quedaron como un par de incapaces ante la magistral profesionalidad de Marotta. Es increíble también que Tohir crea que, en su primer mercado como presidente, se pueda quedar a miles de kilómetros y dejarles libertad de acción a semejantes elementos.

El equipo sintió todo esto, pero aún más sintió que, quizás por primera vez, la adrenalina del técnico no lograba contagiarlo ni un poquito. De hecho, fue un cero a cero tan pobre, tan aburrido, que el pobre Tohir en un momento se quedó dormido en la tribuna de honor. Fue apenas un segundo, pero todo un símbolo. Un pésimo símbolo, para decirlo claro.

Así, Catania sumó su primer punto como visitante y se mantiene con vida en la lucha para salvarse del descenso. Por cierto, hasta pudo haberlo ganado, pero le dio vergüenza aprovecharse de la atmósfera tan surreal del Giuseppe Meazza, con la hinchada local en absoluto silencio y los durísimos pancartas contra la dirigencia y hasta contra el equipo. El único que se salva, por ahora, es Mazzarri mismo, pero se lo nota muy preocupado.

Hablemos de Milan. Algo no se le puede negar a Clarence Seedorf: es fiel a lo que dice, no afloja en su búsqueda y tiene una suerte bárbara, realmente. En la primera ganó con un penal absolutamente inútil al minuto 84. En este caso, en Cagliari, perdía por otro "horror" defensivo sobre el eje Amelia  Bonera (lo que deben sufrir mirando los partidos Baresi y Maldini, ¡pobres!) y otra vez se salvó en el final.

Otra falta inútil (absurda mano de Cabrera) regaló el tiro libre que Supermario Balotelli transformó en su tercer gol consecutivo (salvo luego hacerse amonestar por un gesto vergonzoso y perderse la próxima ante Torino por acumulación de amarillas; también hay que decir que es vergonzoso como las hinchadas lo hostigan, algo que Seedorf subrayó con vehemencia).

Corrían 87 minutos: tres después, en ocasión de un tiro de esquina desde la derecha, Pazzini metió un zarpazo de los suyos y la mandó a guardar, atrapando tres puntos de oro. Más porque Milan se pone a 5 de la quinta posición, que vale un puesto en Europa: si Roma puede soñar, no se ve porque no pueda hacerlo Milan, que por encima adelante no tiene a Juventus sino a Vérona, Parma, Torino y esa Inter de la que hablábamos recién.

¿Juega bien Milan? Absolutamente no. El equipo está partido en dos, la defensa espera demasiado baja y nunca se recupera la pelota en el medio: todo ataque rival llega inevitablemente hasta el área. Pero parece que Seedorf comienza a probar cosas.

Por lo pronto, lo mejor llegó luego de la salida de De Jong, que es un volante tapón pero luce como pescado afuera de agua en el "doble cinco", y eso deja pensar que en futuro Clarence irá hacia una pareja muy diferente de la actual. También pide todo el tiempo que los externos ofensivos del 4-2-3-1 ayuden en la fase defensiva, máxime con los nombres que hay ahí atrás. El Shaarawy sería ideal, pero sigue lesionado.

Pero algo no se puede negar: Seedorf arrancó con el pie derecho y suerte no le falta. Seguramente tiene pasta de gran entrenador y ya demostró tener las ideas muy claras, pero en este comienzo la buena fortuna, máxime si acompañada por los cambios técnicos necesarios, podría permitirle demostrarlo mucho antes de lo pensado.

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BUENOS AIRES -- La fecha 20 del Calcio, la primera de la segunda rueda, fue una clásica fecha interlocutoria, por lo menos en lo que tiene que ver con la lucha por el título. En efecto, los dos primeros, Juventus y Roma, ganaron sus respectivos compromisos con cierta comodidad y le sacaron un poco más de diferencia al tercero Nápoli, que empató como visitante de Bologna.

Con cierta comodidad: era bastante fácil imaginar, por el valor absoluto de los rivales, que Juventus tenía un obstáculo algo más complicado y, de hecho, era de la derrota 4-2 con Fiorentina que la Madama no sufría más de un gol en un mismo partido, algo que por otra parte sólo ocurrió 3 veces en este torneo (la otra fue el triunfo de 3-2 ante Milan).

Es que Sampdoria, desde la llegada de Sinisa Mihajlovic, ha mejorado muchísimo y se ha alejado notoriamente de la zona descenso. Así y todo, con un Vidal incontenible, un Pogbá discontinuo pero genial y un nuevo cabezazo certero de Llorente, Juventus ganó claramente el duelo, más allá de un tarde bastante opaca de otros protagonistas, en especial los defensores.

Más simple fue lo de Roma, en primer lugar porque Livorno es mucho más débil que los dorianos, y además porque Rudy García ha encontrado en Destro un importante alternativa a Totti: no es un caso que el joven delantero, luego de una larga lesión, ya haya anotado 4 goles en campeonato. En este caso, hizo el más importante, el primero, y además fue fundamental en el segundo del 3 a 0 final.

Milan
Getty Images¿Podrá Seedorf cambiarle la cara a este Milan?
Lo de Nápoli también era fácil de imaginar, puesto que el historial en Bologna le es sumamente desfavorable. Además, Ballardini parece haber arrancado muy bien su trabajo y fue fundamental la confianza puesta en Bianchi, quien repagó con un lindo doblete.

Por otra parte, me parece claro que Nápoli, que sigue gastando dinero en el mercado, no tiene claras las prioridades, porque la llegada de Jorginho de Hellas Vérona es sin dudas importante, pero mucho más lo sería traer un defensor de nivel internacional, porque 22 goles encajados en 20 partidos son demasiados como para poder soñar con algo más que el podio.

Archivada la lucha de arriba, la fecha nos regaló varios motivos para la reflexión y el análisis. Porque el fútbol no es una ciencia exacta sino un maravilloso arte que tiene, entre sus componentes más importantes, también los aspectos psicológicos y mentales.

Tomemos por ejemplo el caso de Alessandro Matri: Milan lo compró en el verano, por las lesiones de Pazzini, Robinho y El Shaarawy, pero él nunca se sintió central en el proyecto y apenas anotó un gol en 15 presencias. Ahora Fiorentina lo quiso, por las lesiones de Gomes (cada vez más misteriosa la situación del alemán) y de Pepito Rossi, y el delantero respondió con doblete y asistencia en el primer partido.

Claro, hay que decir que el esquema de Fiorentina, que abre la cancha como nadie en Italia, es ideal para él y, de hecho, todos los que han jugado de punta en el equipo violeta han anotado con continuidad. Algunos milanistas, despechados, hablaron de suerte, pero el tiempo demostrará que no se trata de eso sino simplemente de un equipo mucho mejor armado que otro.

Lo de Inter es sumamente sorprendente, puesto que había comenzado muy bien pero se fue cayendo en una crisis que parece más de "melancolía" que realmente técnica o táctica. Walter Mazzarri tiene una enorme personalidad, pero evientemente no logra transmitirla a sus dirigidos, puesto que el problema, muy manifiesto en la temporada anterior, cuando todos culpaban de eso la inexperiencia de Stramaccioni, ahora vuelve a presentarse de una manera demasiado similar como para que pueda ser una simple casualidad.

El viejo cuento de la "frazada corta" está cada vez más actual: cuando Inter trata de ganar, aumentando el peso ofensivo, termina perdiendo (ver Lazio y Genoa), pero cuando no arriesga debe conformarse con un tibio empate, como ante Chievo o Parma. Inter no juega mal, pero suma mucho menos de lo que produce, síntoma claro de falta de personalidad.

Por encima, a la hora de escribir esta nota se hablaba de un canje de mercado con Juventus, Guarín por Vucinic: una operación tan absurda que no se merece ningún comentario, pero que demuestra a la clara la incompetencia del nuevo presidente Tohir y, sobre todo, de los dirigentes heredados de la administración anterior, como el inefable Branca. Mazzarri, pobre, ya parece resignado a una temporada intrascendente.

Capítulo Milan, con los reflectores apuntados sobre Clarence Seedorf. Quien hizo la "gran Leonardo" (¿se acuerdan el 4-2-fantasía?), poniendo un 4-2-3-1 con los mismos hombres que antes, sólo Honda en lugar de un volante, arriba junto a Robinho, Kaká y Balotelli. Milan ganó, por un penal claro pero inútil e ingenuo en el final de un partido que era el más clásico de los 0-0.

Quizás pueda mejorar en el futuro, porque Seedorf es un muchacho inteligente y porque a veces, cuando se tiene el coraje de arriesgar, se logra sorprender a los rivales. Pero con esa defensa y sin volantes especialistas en el trabajo de "doble cinco", el techo está muy cerca. Para un verdadero "ciclo" del holandés, hará falta que Berlusconi vuelva a poner mano a la billetera. Con suerte, ocurrirá después del Mundial: mientras tanto, Clarence deberá demostrar que es él el "valor adjunto": le deseamos mucha suerte.

Cierre con el descenso. Catania cambió sin hacerlo, en el sentido de que volvió Maran: ahora tiene una mínima chance de salvarse, máxime porque el umbral de la permanencia queda a tan sólo 4 puntos. Pero deberá apurarse, porque Bologna y Chievo parecen tener otro paso, mientras que Livorno y Sassuolo otra vez perdieron el rumbo, a pesar del cambio de entrenador de los granates toscanos.

Pero todo está muy fluido y hasta Udinese deberá cuidarse: perdió tres partidos seguidos, algo que no le ocurría desde 2010, y el "torneo más difícil del mundo" no perdona ninguna flexión, aún si el protagonista es un plantel con el potencial técnico de los friulanos.

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BUENOS AIRES -- Con la fecha 19 se acabó la primera rueda del Calcio: Juventus se coronó campeón de Invierno con escalofriantes 52 puntos, Roma quedó escolta con 44 y tercero se mantuvo Nápoli con 42.

Comenzamos este análisis con la tabla de posiciones, justamente porque nos ofrece un interesante enfoque: en efecto, las unidades sumadas por Nápoli le hubieran permitido al equipo celeste estar puntero en 6 de los últimos 10 campeonatos, mientras que Roma hubiese sido campeón de Invierno en 8 de ellos.

Ambos tienen entonces la mala suerte de haberse topado con una Juventus prácticamente imparable, que luego del bicampeonato encaró de manera muy seria la difícil tarea de reforzarse y lo logró con unas adquisiciones miradas, ponderadas y realmente felices, lo cual no hace más que agrandar la figura de Marotta, el director deportivo, máximo artífice de esos logros.

El único problema que podría preocupar a Juventus, y que mucho tiene que ver con la personalidad de su entrenador, es que está "condenada" a jugar todos los partidos con la máxima intensidad. Cómo había ocurrido ante Atalanta, también en Cagliari la Vecchia Signora arrancó sin la actitud acostumbrada y se encontró abajo en el marcador; luego de empatar, otra vez pudo sufrir gol y en realidad, hasta el golazo de Marchisio, no parecía poder tomar las riendas del partido.

Pero eso es justamente lo que tiene la Madama: ¿cuántos equipos, en Italia y en toda Europa, podrían darse el lujo de sentarlo a un jugador del nivel de Marchisio? Cuando el cuarto hombre levantó la pizarra luminosa, indicando la salida de Pirlo y el ingreso del Principito, no sólo los locales sino todo los rivales del Calcio recibieron un claro (y desalentador) mensaje.

Por encima, la figura fue Lichsteiner, quien a su vez "lo sienta" nada menos que a Mauricio Isla, titular inamovible en la selección de su país. Repetimos: si Juventus no se distrae, como le ocurrió en esos fatales 15 minutos en el Franchi de Florencia, el récord de Inter 2007 de 97 puntos finales está en serio, serísimo riesgo.

Antes de archivar la parte superior de la tabla, hay que decir que Rudy García tomó nota de sus errores y de repente Roma, con la llegada de Nainggolan y la vuelta de Florenzi a la titularidad, se pareció mucho más a esa Roma arrolladora de comienzo del torneo, la del récord de 10 victorias iniciales consecutivas. Veremos si eso alcanza para mantenerse a distancia de Juventus y, eventualmente, aprovechar sus posibles (si bien poco probables) pasos en falso.

Fiorentina, como era de esperarse, sin Rossi y con la lesión de Gomes aún envuelta en el misterio, fue superior a Torino pero no pudo ganar, simplemente porque no logró anotar. Ahora los dirigentes trajeron (a préstamo) a Matri: veremos si es el que ayudó a Juventus a conseguir el bicampeonato o se trata de la versión "extra light" vista en rossonero.

Con respecto a Inter, la impresión que uno tiene es que Walter Mazzarri esté perdendo el hilo del discurso, con la complicidad de una situación societaria realmente muy complicada de descifrar, con el nuevo presidente indonesio que declara "Nos vamos a reforzar, pero antes es necesario vender".

¿Para eso Moratti entregó el club? ¿O quizás Tohir no está muy conforme con el entrenador heredado y prefiere esperar hasta el final del torneo para tomar sus decisiones? Todavía hay dos semanas de mercado, veremos lo que pasa pero, con la eliminación de Copa Italia de entresemana, los objetivos al alcance son cada vez menos.

En el partido Sassuolo Milan se verificaron dos hechos trascendentales. En primer lugar, los cuatro goles de Domenico Berardi, quien con 19 años, 5 meses y 11 días, se transformó en el segundo delantero más joven, luego de Silvio Piola y antes de Giuseppe Meazza (mire usted que nombres...) en anotar 4 tantos en un mismo partido. Además, fue el primero en la historia que pudo hacerle esa cantidad a Milan.

El chico, cuyo pase pertenece a Sassuolo y a Juventus, al 50% cada uno, ya está obviamente en la órbita de la selección de categoría, pero no es descabellado pensar que, si sigue creciendo hasta junio, Cesare Prandelli decida llevarlo a Brasil, repitiendo lo que pasó en 1978 con Paolo Rossi, quien "forzó" su convocatoria con los goles anotados con la camiseta de Vicenza.

La derrota tuvo un efecto inevitable, es decir forzó el despido de Massimiliano Allegri. Inevitable porque, quizás por primera vez, se tuvo la sensación clara de que el equipo ya no estaba de su parte, especialmente los "senadores" sobrevivientes como Bonera y Abbiati, por otra parte principales responsables de la derrota.

Uno no llega a pensar que el horrible partido de ambos ante Sassuolo haya sido voluntario, pero los rumores del lunes reportaban un festejo desmedido de algunos jugadores en Milanello, luego del comunicado oficial del club que anunciaba el despido de Allegri.

Quien, curiosamente, queda como segundo en la era Berlusconi, detrás de Carlo Ancelotti y delante de monstruos sacros como Fabio Capello y Arrigo Sacchi, tanto en media puntos (1,92, Carletto tuvo 1,97) como en porcentaje de triunfos (55,6% contra el 57,6% del actual DT del Real Madrid).

Hay que subrayar que Allegri sería por lejos el primero de esa tabla sin esta tremenda primera rueda: quizás hubiese sido más inteligente de su parte irse en junio pasado, aceptando la oferta de Roma, pero la historia tiene un defecto tremendo: no se puede volver a escribir.

Veremos que historia escribirá ahora Clarence Seedorf, una elección arriesgada que responde directamente a los deseos del patrón Silvio Berlusconi. Las intuiciones del Cavaliere, como Sacchi y Capello, prácticamente inventados por él, en otras épocas hicieron las fortunas de Milan, pero detrás también había una propiedad fuerte, con mucho dinero para gastar.

En cambio, Seedorf hereda un equipo que, por lo pronto, si bien tiene los octavos de Champions y la Copa Italia como posibles objetivos, deberá comenzar a mirar para atrás, porque la lucha para salvarse del descenso está muy caliente y seis puntos de margen, máxime en un "annus horribilis" como este, no pueden ser ninguna garantía para un equipo que, ante Sassuolo, demostró no tener el espíritu de lucha que se requiere para ese tipo de batalla.

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BUENOS AIRES -- Respondió bien Antonio Conte a los periodistas, cuando dijo "¿Yo como García? Bueno, yo gané algo".

¿Pero cómo, no ganó García, un título en Francia con el Lille? Bueno, sí, lo hizo, pero Conte sabe muy bien que ganar el Scudetto, dos veces al hilo, no se puede comparar con haber ganado un título en Francia, máxime antes de la explosión "árabe" de PSG y Mónaco.

Pero ésta sería otra estéril polémica si no hubiera pasado la prueba decisiva, la prueba de la cancha. Y ahí, en la cancha, Conte le mostró qué tan lejos está aún García de entender el fútbol italiano y qué tan poco duran en el "torneo más difícil del mundo" las novedades tácticas, si uno no se sabe rápidamente adaptar a la ductilidad que tienen los entrenadores en Italia.

La lección fue doble: primero, Conte preparó la trampa, con una Juventus casi quedada, esperando como temerosa. Les dejó el balón a los giallorossi pero se garantizó, con su defensa granítica, que no pudieran lastimar. En los primeros 15 minutos, Roma dominó, pero nunca llegó.

Antonio Conte
Getty ImagesConte piensa que ya tiene suficientes razones para festejar
Luego, el primer golpe: buscando por el lado más frágil, el de Dodó, se juntaron los dos peces gordos bianconeri, Tévez aguantando una pelota de manera bárbara en el área y sirviendo el pase gol para Vidal, quizás el único al mundo que podía encontrar el resquicio por donde meter la pelota, asombroso.

Roma reaccionó bien a la primera adversidad, hay que reconocerlo, y mantuvo muy vivo el partido hasta el descanso. Pero, al volver a jugar, ya no se encontró con esa Juventus mansa, que entregaba la pelota, casi temerosa: Conte se sacó la careta y mandó a los suyos a atacar con todo, tantos que el gol llegó, de pelota parada, luego de apenas tres minutos que, sin embargo, habían sido de puro asedio bianconero.

El partido acabó ahí y los giallorossi, cuando entendieron lo que había pasado, se sintieron casi burlados, tanto de perder el control de los nervios y terminar el partido en nueve, sufriendo un gol más de penal. García habrá apreciado la lección, porque es un tipo muy inteligente y aprende rápido, pero el daño a esta altura parece irreparable.

Porque más que mirar hacia arriba, quizás Roma debería comenzar a controlar quien arremete desde abajo, por ejemplo Nápoli, que venció bien a una excelente Sampdoria (Sinisa Mihajlovic estaba invicto en seis partidos y hasta puede decir de haber tenido mala suerte en el San Paolo, con un travesaño y un doble poste) y se puso a tan sólo dos puntos de los giallorossi.

Nápoli jugó un buen partido: Higuaín metió la asistencia clave, Mertens fue figura con el doblete (pero el segundo contó con la invalorable colaboración del arquero Da Costa) y con excelente juego de armado, pero el cambio lo produjo en la segunda etapa el ingreso de Armero, a quien la perdida de la titularidad, evidentemente, le tocó el orgullo.

Roma también deberá observar de cerca que hace Fiorentina, vencedora del derby regional ante Livorno, si bien en el caso de los violetas podría pesar mucho la lesión de Pepito Rossi (por lo menos dos meses afuera, pero no debería perderse el Mundial), máxime porque aún no se tienen noticias ciertas respecto a la vuelta de Mario Gomes, quien seguramente ahora tendrá la presión del club para acelerar la recuperación.

Los milaneses, parece increíble, no logran ganar ambos en la misma fecha desde la segunda jornada. Esta vez la culpa fue de Inter, porque volvió a mostrar dudas y cayó en casa de Lazio. Una caída dolorosa, máxime por la actitud especulativa del nuevo entrenador albiceleste, Eddy Reja.

Pero lo que más debería dolerle a Mazzarri es que se repitió un escenario ya visto muchas veces con Stramaccioni: Inter estuvo en partido con el solo Palacio arriba, pero cuando su entrenador quiso ganarlo, con el ingreso de Milito por Guarín (grave error, dicho sea de paso: debió haber salido un central, tres para Klose nada más eran demasiados), la frazada terminó demasiado corta y acabó perdiéndolo, por encima ni siquera en una contra sino por un grave error defensivo.

Lazio le agradece a Klose y volvió a tener técnico, pero una vez más tenemos que lamentar que semejante plantel termine en la manos de un hombre antiguo y miedoso. Con un Mihajlovic, por ejemplo, ese mismo equipo podría pelear mucho más arriba, con Reja no progresará mucho.

Milan, desde 1997 no pierde el primer partido del año, con 11 triunfos y tres empates. Por encima, enero es el mejor mes de Allegri, históricamente: sólo perdió un partido en ese mes desde cuando es técnico profesional, en el primer año, en Serie C2 con Aglianese.

En este caso, la carta del triunfo fue Kaká, quien se puso el equipo al hombro y anotó un doblete, respectivamente los goles 100 y 101 de su historia rossonera. Por el resto, debutó como titular otro joven, Cristante, y también anotó un bonito gol. Honda estaba en la tribuna, Remí jugó unos minutos: Allegri le apuesta a un semestre 2014 similar al primero de 2013, y el plantel parece a la altura de la hazaña.

Con respecto al descenso, Catania ganó un partido fundamental (volvió Bergessio pero sobre todo volvió Francesco Lodi, los autores de los dos goles) ante Bologna, provocando por encima el despido de Pioli. Hay siete equipos en apenas 5 puntos, la lucha será tremenda y muy atractiva.

Es el torneo más difícil del mundo, como aprendió rápidamente también Rudi García, y por eso habrá lucha y emoción hasta el final. Entonces quédense en las señales de ESPN y aquí en nuestro website, porque lo mejor aún está por llegar.

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BUENOS AIRES -- La fecha 13 del Calcio nos dejó las ideas mucho más claras con respecto a lo que será, como puede apreciarse con cada vez mayor evidencia, el "hilo conductor" de este torneo.

Arriba se perfila un mano a mano apasionante, con dos equipos, Juventus y Roma, con argumentos muy diferentes pero igualmente interesantes y potencialmente suficientes para ganar.

Un poco más abajo, la carrera para la tercera plaza está oficialmente abierta, con varios equipos que se candidatean para la última plaza de Champions y que parecen garantizarnos una lucha apasionante y encarnizada, abierta a cualquier desenlace.

Carlos Tevez
Getty ImagesJuventus sigue en lo más alto con los goles de Tévez
Nápoli, a pesar de venir de dos derrotas consecutivas, muy grave la última sufrida a mano de Parma (sería más justo decir a manos de Cassano; y dicho sea de paso, ese partido me hizo acordar el Brescia de Mazzone y Baggio, que le podía ganar a cualquiera en un buen día), sigue pareciéndonos un escaloncito arriba del resto, pero esa pequeña diferencia podría ser anulada por la competición contienental, que roba cantidades enormes de energías físicas y sobre todo mentales y nerviosas.

Pero Inter tuvo la chance de aprovechar el mal momento ajeno y no supo atraparla: muy por el contrario, demostró bastante falta de personalidad y un problema de esterilidad ofensiva notorio.

Mismo síndrome que sufrió Fiorentina, que no logra resolver el "misterio" Mario Gomes pero no puede pretender que Pepito Rossi y Cuadrado (que en Udine acabó jugando de lateral defensivo derecho, un crimen) le resuelvan todos los problemas ahí adelante, máxime si mala tarde se extiende a Borja Valero también.

En suma, Juventus tiene por lejos el plantel más completo, como demostró en Livorno, con el increíble Vidal al centro de la defensa y con un Llorente que ha resuelto el problema que existía en un cierto tipo de partido: hizo pocos goles, pero todos decisivos y sobre todo goles de "nueve", con la marca encima, resolviendo de potencia acertijos que las incursiones de los volantes no lograban descifrar.

Llorente, curiosamente, tiene peor promedio hasta ahora de los que tenían en la pasada temporada Vucinic, Quagliarella o Matri, pero es el arma que hacía falta en un cierto tipo de partido, contra rivales inferiores que se encierran, superando de potencia al marcador aún sin liberarse de él.

Por eso, el arsenal a disposición de Conte es ahora mucho más completo, máxime considerando que Tevez anota con regularidad y parece poder garantizar esos 20 goles por torneo que nadie antes tenía en sus cuerdas (y que tampoco Llorente tiene, claramente). Queda el "disturbio" provocado por la Champions, que sigue pareciendo un objetivo fundamental, probablemente antes que el campeonato mismo, un hecho que sirve para emparejar la lucha con Roma.

Una Roma que sigue invicta y que, lo que más cuenta, sigue sin sufrir goles. Su produción ofensiva bajó bastante, los rivales también la conocen mejor, pero ha superado sin daños un momento de importante esterilidad ofensiva, que se manifestó esencialmente contra esos equipos que sólo pensaron en defenderse y que propusieron tácticas bastante mezquinas.

Roma v Cagliari
Getty ImagesRoma se mantiene sin sufrir goles en contra
Sin embargo, la solidez defensiva está íntegra, apenas 3 goles en 13 partidos, y vale la pena recordar el dato fundamental en Italia, donde "siempre" (y tomenlo literalmente) gana el equipo que sufre menos goles. Más allá de la incidencia que han tenido, en los últimos tres partidos, arbitrajes seguramente no felices para los giallorossi, que deberían tener por lo menos 4 puntos más de los que tienen.

Claro que hace falta Totti, fundamental en cualquier equipo, pero también Destro, que ante Cagliari estuvo en el banco, puede aportar mucho, mientras que está claro que Liajic no tiene recuersos técnicos y caracteriales como para suplir esas importantes ausencias y no es más que un discreto suplente.

Decíamos de Inter: con Milito e Icardi afuera, con Belfodil que no termina de convencer, Mazzarri insiste con la "frazada corta", es decir bien cubierto atrás pero con el pobre Palacio en el incómodo papel de "llanero solitario", solito allá arriba. Por suerte del entrenador, los externos están rindiendo muy bien, pero está claro que en ese sector habrá que buscar refuerzos en enero, mientras que en ataque habrá que verificar la efectiva posibilidad de Milito de recueperarse integralmente y tomar decisiones consecuentes.

Por el resto, el torneo sigue siendo sumamente agradable y competitivo. Parma le ganó muy bien a Nápoli, Livorno perdió pero con la cabeza muy alta ante Juventus, Cagliari debió haber perdido pero hasta pudo haber ganado ante la invicta Roma, cualquiera le puede hacer partido a cualquiera y quizás el mejor símbolo de eso sea el colero Chievo que, con el nuevo "debut" de Eugenio Corini al mando, venció en el "derbi de Julieta y Romeo" a un mucho más cotizado Hellas, que pinta como revelación del torneo.

Se lo advierto: la lucha para salvarse del descenso será quizás más apasionante que la misma pelea por el título, inclusive con la posibilidada de que queden involucrados clubes que habían arrancado con objetivos muy diferentes.

Porque el Calcio castiga inmediatamente debilidades y errores. Por eso, precisamente, nos gusta definirlo como el campeonato de liga "más difícil del mundo". Qué lo disfruten, lo mejor está por llegar.

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BUENOS AIRES -- La fecha 12 del Calcio, que sobre el papel parecía favorable para el puntero Roma, terminó relanzando las expectativas del bicampeón defensor, Juventus, que venció a Nápoli y, aprovechando el empate de Roma ante Sassuolo, redujo a apenas una unidad la distancia en la tabla.

Juventus
Getty ImagesSe volvió a ver una Juventus muy enchufada
Una vez más (y van...), los árbitros tuvieron mucho que ver en este balance final, porque mientras Roma sufrió sobre la hora el gol del empate de Berardi, viciado por una falta previa, Juventus se abrió camino para la goleada ante Nápoli con un tanto, llegado luego de apenas dos minutos de juego, viciado por una pequeña pero clara posición adelantada.

En suma, luego de 12 fechas invicta, con diez triunfos y dos igualdades, Roma se encuentra con casi nada en las manos, porque una diferencia de un punto es, a falta de 26 jornadas, absolutamente insignificante.

Claro que los giallorossi pagan las lesiones de sus delanteros (ante Sassuolo se lastimó también Borriello), como demuestran claramente los números: 22 goles en las primeras 8 jornadas y apenas uno por partido en las últimas cuatro.

Con esa producción ofensiva tan pobre, Roma tuvo que recostarse sobre su gran capacidad defensiva para sumar: en dos ocasiones, ante Udinese y Chievo, un gol le alcanzó para ganar, en las otras dos, en casa de Torino y ante Sassuolo, tuvo que conformarse con el empate, si bien vale la pena de repetir que tanto el gol de Cerci en Turín como el de Berardi del domingo debieron ser anulados.

Roma también tuvo sus culpas: ante Sassuolo, Ljajic tuvo por los menos dos ocasiones clamorosas para liquidar el pleito, pero las desaprovechó. De yapa, el serbo sufrió también un penal, pero no sólo el referí no lo cobró sino que, por encima, decidió amonestarlo por simulación.

De cualquier manera, el panorama para Roma sigue siendo favorable: en la próxima, luego de la fecha FIFA, será local ante Cagliari y seguramente recuperará a Gervinho y Borriello, mientras que el 8 de diciembre, cuando enfrentará en el Olímpico a la temible Fiorentina, ya deberían estar de vuelta Destro y quizás también Totti.

Con respecto a Juventus, y más allá de ese polémico primer gol, en el partido, ante Nápoli volvió a verse esa Vecchia Signora enchufada, concentrada y por momentos despiadada de los dos últimos torneos. Nápoli jugó un buen partido, manteniendo el control del juego y la iniciativa por largos pasajes del encuentro, pero el hecho de estar debajo en el marcador desde el comienzo no le dejó margen para el error.

A veces, los partidos se definen por episodios: en el momento de máxima presión celeste, Buffón con un milagro le atajó un venenoso tiro libre a Insigne, mientras que, pocos minutos después, Reina nada pudo ante otro, magníficamente ejecutado por Pirlo. Allá se terminó todo, y sólo quedó tiempo para el golazo consagratorio de Pogba.

Juventus
Getty ImagesSe volvió a ver una Juventus muy enchufada
Hablando de Nápoli, Rafa Benítez destina seis hombres para defender, los cuatro de la última línea más los dos volantes centrales, mientras que otros tres trabajan claramente en la ofensiva. En otras palabras, el fiel de la balanza es Hamsik, quien ante Juventus debió haberse ocupado de marcar a Pirlo pero, en realidad, jamás pareció encontrar una posición realmente útil en la cancha.

Por encima, sin Zúñiga y Britos la fase defensiva no convence, y eso nos obliga a dedicarle un pequeño párrafo a Armero: ¿qué le pasa al colombiano? Los que más saben, como por ejemplo el Patrón Bermudez, nos dicen que Armero tampoco estuvo en su nivel en los últimos partidos de Eliminatorias con la selección cafetera. Quizás el hecho de haber arrancado como suplente en su club lo haya afectado psicológicamente. Detrás de los primeros, volvieron a brillar Inter y Fiorentina. Los nerazzurri lo hacen de la mano de un poder ofensivo realmente importante, como demuestran los 29 goles a favor, 3 más que Roma y Juventus y 5 más que Nápoli y Fiorentina.

Fiorentina
Getty ImagesFiorentina juega el fútbol más bonito del Calcio
Con el tiempo (y la vuelta de Walter Samuel), el equipo logró asimilar mejor la ausencia de Campagnaro. Mazzarri insiste con el 3-5-1-1, con Guarín enganche detrás de Palacio, porque los externos, Jonathan y Nagatomo, le están rindiendo mucho, con gran trabajo por los carriles y goles pesadísimos.

Inter, así y todo, no parece equipo capaz de meterse en la lucha por el título, pero ahora el tercer escalón del podio queda mucho más cerca e Inter (como Roma, vale la pena recordarlo) no tiene que gastar energías en los torneos internacionales.

Con respecto a Fiorentina, sigue jugando el fútbol probablemente más bonito del torneo. Le faltan los goles de Gomes, claro, pero encontró en Rossi más que un "Pepito" una verdadera mina de oro, como demuestran los 11 goles del delantero italiano.

También en este caso, un párrafo para un colombiano, pero esta vez de pura admiración: Cuadrado está jugando de manera increíble, con una continuidad asombrosa en los 90 minutos, y realmente es "el arma secreta" de Montella en este torneo.

Cierre, tristísimo, con el alicaído Milan, que ya es más un caso de psicólogo que de análisis técnico o táctico. El equipo, en lugar de mejorar, cada vez suma menos, pero lo más increíble es que sigue liderando casi todas las estadísticas técnicas: primero en posesión, quinto en remates en la luz del arco, tercero en pelotas jugadas, cuarto en pases logrados, segundo en supremacía territorial y sexto en peligrosidad.

En suma, el entrenador, que todos los hinchas parecen voler echar, es el único que hace su trabajo. En cambio los jugadores, entre errores defensivos y goles increíbles devorados, demuestran cada vez más que este plantel no está a la altura de la tradición rossonera.

En estos casos se echa el técnico porque es más fácil que desarmar y volver a construir el plantel, pero las experiencias del pasado (por ejemplo, el despido de Tabárez y la llegada de Sacchi en 1996), demuestran que cambiar de DT cruzando el río a Milan no le sienta nada bien. Personalmente, esperaríamos por lo menos a la matemática clasificación para octavos de final en Champions.

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BUENOS AIRES -- Se cortó la racha de Roma: en casa de Torino, tuvo que conformarse con el empate y no pudo mejorar su ya histórica marca de 10 victorias consecutivas iniciales que, estamos seguros, resistirá por muchos años, quizás décadas.

Sin embargo, y de cierta manera paradójicamente, Roma salió fortalecida de ese empate. Está claro que, sin Totti y Gervinho, su produción ofensiva se había frenado bastante, como por otra parte confirman de manera inobjetable los números: 22 goles en los primeros 8 partidos, apenas 3 (dos 1 a 0 y este 1 a 1) en las últimas tres jornadas.

Pero el dato fundamental es que la defensa sigue brillando y, con el arco propio en cero, aún esos pocos goles le han alcanzado para sumar 7 puntos y mantenerse holgadamente en la punta. En el Calcio, desde siempre, se gana con la mejor defensa antes que con el mejor ataque.

Sin olvidarse un hecho fundamental: el gol de Cerci sufrido en casa de Torino, luego de increíbles 744 minutos de arco invicto, estaba viciado por una evidente irregularidad de Meggiorini contra Benatia y, con un árbitro apenas decente, hubiera sido correctamente anulado.

Para cerrar el tema referí, el impresentable Luca Banti también negó, en el final, un penal clamoroso contra Pjanic, que hubiera casi seguramente permitido ese triunfo que Roma, sin dudas, merecía. Si uno repasa el éxito de Juventus ante ese mismo rival, con un gol en clara posición de off side, y lo suma al daño sufrido a manos de Banti, es fácil darse cuenta de que Roma debería tener otros cuatro puntos más que el bicampeón Juventus en la tabla.

Así y todo, como decíamos al comienzo, Roma salió fortalecida de ese "percance". En efecto, el equipo demostró que, aún sin sus máximas figuras, sigue funcionando de manera brillante y sólida y que, árbitro a parte, sigue superando a sus rivales en cuanto a juego e intensidad.

Por todo esto, el pronóstico sigue favorable: luego del lujo de 48 horas de descanso absoluto, concedido por García a sus jugadores, Roma podrá preparar con serenidad el próximo partido, en casa ante el recién ascendido Sassuolo, mientras que sus perseguidores Juventus y Nápoli, archivados los partidos con sabor a final en Champions League, respectivamente ante Real Madrid y Olympique de Marsella, donde ambos necesitan ganar o ganar, deberán enfrentarse entre sí el domingo a la noche en el Juventus Stadium. En suma, con toda probabilidad Roma aumentará su ventaja, sobre uno o quizás ambos rivales.

Por encima, de aquí a Navidad, Roma jugará cuatro veces como local (Sassuolo, Cagliari, Fiorentina y Catania) y sólo visitará Atalanta en Bérgamo y el alicaído Milan en San Siro, con la posibilidad cierta de sumar al menos 14 puntos y presentarse, ya en 2014, al desafío del Juventus Stadium cómodamente sentada sobre un increíble botín de 45 puntos (de los 51 posibles).

Rudy García
Getty ImagesGarcía armó un equipo compacto

Otro punto a favor es la madfurez que demostró el entrenador, Rudi García, a la hora de analizar el partido de Turín: el hecho de haberse "liberado" de la racha (esas marcas, casi siempre, se vuelven un peso casi opresivo para un plantel) le permitirá al equipo salir de una atmósfera extraordinaria y volver a desenvolverse en una más cómodo entorno "ordinario", liberando ese entusiasmo que, en alguna medida, se había perdido en las cercanías del récord histórico.

Cerrado el capítulo Roma, que sólo deberá evitar que el "clima" histérico de la ciudad la contagie de alguna manera, hay que decir que los perseguidores también sumaron puntos a favor de su causa, a nivel de resultados y también, lo que más cuenta, a njivel de juego.

Juventus ganó un partido clave en Parma, donde la pasó bastante mal y estuvo a punto de quedar en desventaja (el ex Amaurí quiso hacerla de lujo y terminó devorándose un gol que clama venganza al cospecto de los dioses del fútbol). Luego, Conte mirando al banco pudo sacar a dos "nenes" como Pirlo y Quagliarella, artífice indirecto del gol decisivo, mientras que su colega Donadoni recurría a Sansone y Obi: demasiada diferencia, que se reflejó en el marcador final.

El problema de Juventus (muchos goles en contra en el comienzo del torneo) parece superado con los últimos 3 encuentros con el arco invicto, pero la sensación de cansancio, antes mental que físico, sigue presente y, con toda probabilidad, se incrementará en la fase decisiva del grupo de Champions. Por otra parte, lograr una hazaña en el escenario continental alimentaría sin dudas las energías del equipo también en el torneo local.

Con respecto a Nápoli, la vuelta de Higuaín se ha demostrado fundamental: en la casi imposible tarea de remplazar de manera indolor a Cavani, Benítez (y el presidente De Laurentiis) han logrado un medio milagro, porque la plata del uruguayo se gastó toda y bien y ahora el equipo, paradójicamente, luce más fuerte (porque con más variantes) que antes.

No puede ser un caso que, en Florencia, Rafa haya podido dejar nada menos que Hamsik sentado por casi todo el partido, por ejemplo: Mertens, Pandev, Insigne y Zapata son más que suplentes de lujo y el equipo no pierde potencial y efectividad aún cuando el entrenador decide "rotar" al plantel para preservarlo.

Un párrafo para Inter, que más lejos está de las responsabilidades de la lucha por el título y mejor juega, un fenómeno que ya se había advertido en otras temporadas y que, aún bajo el férreo mando de Mazzarri, por momentos asoma claramente, como para demostrar cierta falta de personalidad del plantel. De todas maneras, con la vuelta de los lesionados y alguna intervención puntual pero importante en el mercado de enero, Inter podrá luchar por un puesto en el podio, que hoy por hoy luce como su máximo objetivo posible.

Para Milan, en cambio, haría falta una nota a parte: así de inexplicable y absurdo es el momento de un equipo que lidera casi todas las estadísticas de juego pero deambula por las canchas como una fantasma de sí mismo. Esta vez sacó provecho Fiorentina que, con un esquema prudente y casi sin despeinarse (dos remates, dos goles) se llevó tres puntos de San Siro, donde por otra parte también había ganado en las dos temporadas anteriores.

Cerramos con la pelea para permanecer: mirando la tabla, y confrontándola con las supuestas potencialidades de cada uno, la impresión es que esta pelea será tan y quizás más apasionante que la propia lucha por el título. Y ojo, porque podrían verse involucrados equipos que, en los últimos años, se había salvado con absoluta comodidad. Así de incierto es el "torneo más difícil del mundo".

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BUENOS AIRES -- Ocho jugados, ocho ganados, y es récord; 22 goles a favor y apenas uno en contra, otra marca histórica; pero lo que más sorprende de esta Roma, líder del "torneo más difícil del mundo" con puntaje ideal, es su juego, y eso es lo que vamos a tratar de analizar más en profundidad, en este comentario de la octava jornada del Calcio.

La Roma de Rudy García luce como un equipo completo y versátil: por momentos, su juego parece antiguo, o quizás sería mejor decir clásico; pero en otros pasajes nos encontramos con un fútbol moderno, comenzando por ese tridente ofensivo con dos externos bien abiertos, que marca los 4-3-3 más exitosos de la actualidad.

APAsí festejó Roma su triunfo sobre Napoli

La defensa no parece digna de estar en el "Olimpo": Maicon está aún bastante lejos de su mejor versión, Castán y Benatiá son honestos trabajadores del área, sin mucho brillo ni grandes calidades técnicas, por izquierda Balzaretti vive un buen momento y también Dodó parece tener un futuro brillante, pero en conjunto estamos muy lejos, nombre por nombre, de las líneas defensivas que lucen los equipos más fuertes de Italia y de Europa.

Sin embargo, apenas sufrió un tanto, por encima en el marco de un triunfo por 3-1 como visitante. Mérito también de una línea de volantes con enorme potencialidad: a "Capitán Futuro", Daniele De Rossi, a quien García supo devolverle ese protagonismo esencial desde el punto de vista psicológico, se suman dos jóvenes de absoluto valor internacional, el bosnio Pjanic y el holandés Strootman, que unen en dosis industriales cantidad y calidad, tanto en la fase defensiva como en la tarea ofensiva.

Sería fácil y simple decir que Francesco Totti, el gran capitán, es el que hace la diferencia, pero hay que subrayar que el triunfo del viernes pasado ante Nápoli, escolta ambicioso al mando de Rafa Benítez, llegó y se consolidó cuando el capitán ya no estaba en la cancha, víctima de una lesión muscular que posiblemente responda a su enorme generosidad y que lo mantendrá alejado unas seis semanas. En este fútbol actual, toda una eternidad.

El ingreso de Borriello por Totti cambió totalmente la manera de jugar del equipo. Si antes Totti se tiraba atrás para lanzar los dos externos, Gervinho y Florenzi, muy abiertos y muy rápidos, y además abrirles espacios a las incursiones de los volantes, luego Borriello se paró como lo que es, un "nueve" de área que sabe jugar de espaldas al arco, para pivotear y favorecer las llegadas desde atrás, ésas que suelen llamarse segundas jugadas, de externos y volantes.

Sin embargo, Roma no perdió efectividad ni seguridad en sí misma: sorteó un difícil momento psicológico luego de las lesiones de Totti y Gervinho (Pandev desperdició la posible ventaja, pero fue monumental el "ex" De Sanctis) y se puso en ventaja, sobre el final de la etapa, con un tiro libre perfectamente ejecutado por Pjanic.

APMiralem Pjanic anotó los dos goles

Luego, en el complemento, aprovechó a su nueve con desbordes y centros: en una de esas jugadas, llegó el penal contra el propio Borriello (condimentado por la expulsión de Paolo Cannavaro) que cerró la discusión. Porque, luego de la doble ventaja, Roma manejó la pelota con soltura y gran calidad técnica, dejando a su rival sin posible reacción.

En suma, un equipo con variantes y capaz de reponerse aún frente a la peor adversidad. Es cierto, hasta ahora nunca estuvo abajo en el marcador y ese es un examen que aún tiene que rendir, pero vale recordar muy bien cuando, el primer año de Conte al frente de Juventus, decíamos lo mismo pero, a la postre, esa adversidad jamás llegó y Juventus fue campeón invicto.

Ojo, no estamos afirmando que esta vez pasará lo mismo, máxime porque los que ahí hemos vivido sabemos muy bien cuán complicado y polémico sea el ambiente de la capital italiana, por lo menos en cuanto a fútbol se refiere. Ahora, con Totti, Gervinho (y Destro) afuera, en el próximo partido en casa de Udinese podríamos tener ulteriores confirmaciones respecto a la capacidad de esta Roma de mantener su espíritu y sus esquemas aún con semejantes ausencias.

NÚMEROS PREOCUPANTES EN JUVENTUS
La parte final de este comentario la dedicamos a Juventus. Comencemos mirando números, que no siempre pueden explicar las cosas pero que en este caso son funcionales de manera perfecta al análisis. Juventus, en el primer torneo del bicampeonato firmado por Antonio Conte, sufrió 20 goles en 38 partidos. En el segundo, los goles encajados fueron 24, otra vez en 38 encuentros, pero a la postre Juventus, que perdió algún partido pero ganó muchas veces más, terminó con más puntos que en el torneo anterior.

Pero ahora los goles son ya 10 en 8 partidos, a los que habría que sumar los 3 sufridos en las dos presentaciones en Champions League: ¿qué pasa? Los defensores son los mismos, también son los mismos los volantes, sigue dirigiendo el mismo entrenador: ¿cómo interpretar esta enorme diferencia?

Por lo pronto, es algo muy útil para recordar: lo decimos para aquellos que creen que echando el entrenador o comprando un par de jugadores se puede cambiar la historia, cuando en realidad, más allá de los nombres propios (recuerden lo que acabamos de decir respecto a la defensa romanista), lo que hace la diferencia es la actitud, la intensidad, el hambre de triunfos, la concentración.

Conte lo sabía y por eso insistía con la necesidad de refuerzos, porque a veces cambiar nombres sirve para mantener el espíritu ganador, la voluntad inflexible de ganar que son las cualidades más evidentes de este entrenador. Algunos de los jugadores bianconeri, hay que decirlo claramente, parecen no soportar más la exigencia y la presión que el obsesivo Conte les pone a sus hombres.

Aún así, el torneo sigue abiertísimo, como no podría ser de otra manera luego de tan pocas jornadas. Pero Roma, hoy por hoy, por méritos propios y problemas ajenos, merece ser considerada el máximo candidato al título. Total, tiempo para cambiar opinión es lo que sobra.

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BUENOS AIRES -- La séptima fecha del Calcio fue trascendental por varias razones y, seguramente, quedará en el balance final de esta apasionante edición del "torneo más difícil del mundo", por varias razones, como un importante punto de inflexión.

Roma vs. Inter
Getty ImagesFrancesco Totti está en un momento excepcional
Especialmente en la parte alta de la tabla: los triunfos contemporáneos de los tres primeros, por encima a expensas de dos potenciales rivales como Inter y Milan por parte de Roma y Juventus respectivamente, sumados al tibio empate entre Lazio y Fiorentina, definieron un lote que parece destinado a luchar por el título hasta el final, dejando posiblemente como máximo objetivo de los otros un mísero y poco atractivo cuarto puesto.

Entonces, el "podio" en su conjunto se escapa, en el sentido de que la sorprendente Roma de Rudy García, el Nápoli novedoso de Rafa Benítez y el acorazado bicampeón Juventus de Conte son los únicos que, seriamente, pueden aspirar al título y que, con toda probabilidad, se repartirán entre sí las tres primeras posiciones finales, con relativos pasaportes para la Champions League.

Luce en cambio mucho más imprevisible la lucha para salvarse del descenso y, hoy por hoy, hay por lo menos nueve equipos que deben temer la posibilidad de verse involucrados en tan desagradable situación hasta el final: a saber Sassuolo, obviamente, Genoa, Samp, Catania, Chievo, Bologna, Cagliari, Livorno y Atalanta, si es que no se suma también Torino.

Pero veamos más de cerca lo ocurrido. Roma desnudó que la "cura Mazzarri" era sólo un hábil maquillaje psicológico, porque los jugadores no pueden cambiar radicalmente su real valor, sino tan sólo "contagiarse" de un momento positivo del plantel y del vestuario, hasta descubrirse tan frágil como antes. Los que analizan a Inter deberían considerar que el equipo de Mazzarri tiene un punto menos que el de Stramaccioni, luego de la misma cantidad de fechas.

De Roma ya dijimos mucho en la entrega anterior y ese concepto sólo puede haberse reforzado luego de este triunfo que fue táctica y estratégicamente casi perfecto, de la mano, claro, de un Totti monumental e intratable.

Juventus vs. Milan
Getty ImagesJuventus venció a Milan y quiere dar pelea
Queda la duda inicial, que sólo el tiempo podrá fugar, la de una ciudad tremendamente complicada que vive de manera pésima la adversidad y descarga su malhumor sobre el equipo. No hay lugar al mundo donde los logros, por brillantes que sean, se olvidan más rápidamente que en Roma, para volver a poner todo en discusión una y otra vez.

Rudy García, hasta ahora, nos sorprendió total y gratamente. Pero hemos visto varias veces la Roma protagonizar un excelente "segmento" del torneo, para luego derrumbarse casi inexplicablemente. Ahora el segmento brillante es el inicial y, como se dice en Italia, "Chi bien inizia é a metà dell'opera", quien bien comienza está en la mitad de la obra, y entonces Roma difícilmente se caerá del podio, pero por prudencia nos reservamos el derecho de volver a evaluar el todo luego de la primera, inevitable adversidad (¿Se acuerdan? Decíamos lo mismo de la Juventus de Conte, y la adversidad nunca llegó, porque fue campeón invicto. Ojo con eso).

Nápoli ante los equipos débiles es una máquina, pero ya saben lo que pasó con Arsenal y uno tiene la sensación de que el Burro tiene como principal objetivo el Scudetto, que falta desde hace demasiado tiempo, mientras quizás Conte y la Juventus en su conjunto, es decir incluyendo plantel y dirigentes, consideren el escenario europeo como verdadera asignatura pendiente.

La Vecchia Signora le ganó con cierta dificultad a un Milan diezmado y por momentos casi patético, pero así y todo el rossonero fue claramente superior en la primera etapa y sin los problemas de lesiones y la locura de algunos de sus supuestamente mejores valores, Balotelli antes y Mexés después, probablemente hubiera por lo menos empatado en Turín.

Un párrafo para el señor Rocchi: desde su debut como referí de primera, Milan sumó en campeonato 201 triunfos, 83 empates y 65 derrotas, respectivamente el 58, el 24 y el 18 por ciento. Con este señor, Milan cosechó 6, 6 y 10, es decir 27% de triunfos, otro tanto de empates y 46% por ciento de derrotas.

Yo creo en las estadísticas y ésta, claramente, no tiene explicación lógica posible. Podríamos decir que Rocchi le trae mala suerte a Milan, pero mi tendencia es creer más en los números que en la fortuna. Cada uno sacará sus propias conclusiones. Sorprendente es que lo sigan designando para Milan, máximo como visitante: con Rocchi ganó 1 de 12, con 8 caídas.

Lazio y Fiorentina, por cierto, son los que peor quedaron en esta fecha. No por el resultado, sino por la poca personalidad demostrada, si bien ambos habían tenido duros compromisos en Europa League. Uno se la pasa pidiendo que los equipos italianos se tomen en serio esta competición y entonces sería absurdo criticarlos, pero el partido del Olímpico es la clara demostración del porqué muchos no lo hacen: el costo en campeonato es inmediato y saladísimo.

Queda la zona descenso. Es fácil notar una gran paridad: cualquiera le puede ganar a cualquiera y los antecedentes, es decir lo realizado en el pasado torneo, tienen valor práctico igual a cero. O hasta son negativos, porque Bologna, por ejemplo, quizás se ilusionaba con algo muy distinto y ahora deberá despertar rápidamente para no encontrarse involucrado en esas arenas movedizas de las que, luego, es tan difícil salirse.

El único que parece claramente inferior al resto es Sassuolo, pero ojo porque los recién ascendidos suelen mejorar en la segunda ronda (o derrumbarse, en algunos casos): si los demás no se escapan lejos, habrá que esperar mucho tiempo para considerar aún al débil cuadro verdenegro realmente condenado. Ahora se viene la pausa por las selecciones, que Césare Prandelli podrá emplear para experimentar y divertirse un poco. Vuelve Giuseppe Rossi, y es una gran alegría, por el resto no hay grandes novedades. Pero los equipos "heridos" podrán aprovechar para lamerse las heridas y recuperar a algún elemento, mientras que quien venía con envión, sobre todo Roma, claro, podría terminar dañado por esta interrupción. Y en la próxima se juegan Roma vs. Nápoli y Fiorentina vs. Juventus, nada menos, es decir otra jornada de enorme importancia.

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BUENOS AIRES - La sexta fecha del Calcio, en nuestro caso, coincidió con la posibilidad de relatar por primera vez en la temporada al actual puntero, la Roma de Rudy García que protagoniza el mejor comienzo en la historia del club, con seis triunfos consecutivos.

Roma
EFELa dinámica de Gervinho ayuda al rendimiento colectivo
Sin duda Roma tuvo un fixture inicial muy favorable, pero los seis triunfos quedan y, sobre todo, quedan el único gol sufrido en contra, los 17 a favor (casi tres por partido) y aún más la manera simple, autoritaria, sólida y por momentos muy atractiva que tiene para jugar fútbol.

Hay un eje central de veteranos de mil batallas. El arquero Morgan De Sanctis, sobrio, seguro y que, sin otros compromisos ni de club ni de selección, puede cuidarse y mantenerse en condiciones brillantes; Daniele De Rossi, quien parece regenerado totalmente por la "cura" García; y Francesco Totti, quien da la impresión de haber vuelto a su antigua función de enganche y goza de excelente condición física.

Alrededor de ellos hay un plantel joven y con hambre de gloria, como dice el "banner" en inglés puesto por la propiedad americana sobre el techo del banco de suplentes. Pjanic y Strootman, junto a De Rossi, forman un mediocampo de enorme dinámica pero también con notable calidad técnica, a la que se suma Totti, quien tiene con quien dialogar y aprovecha esa comodidad.

Los dos delanteros, Florenzi y Gervinho, colaboran en fase defensiva pero también saben dar profundidad atacando los espacios, lo cual favorece la extraordinaria pegada del capitán a nivel de asistencias, pero también su capacidad carismática de "llamar" hacia sí mismo los rivales y abrirles espacios a sus compañeros.

En suma, Roma ganó y goleó pero sobre todo gustó, y mucho. El partido de la próxima fecha en casa de Inter se vuelve un examen exigente y decisivo, porque en caso de superarlo exitosamente, Roma tendrá el derecho de ser considerada gran candidato al título, rol que a su vez deberá asumir sin esconderse detrás de lugares comunes tipo "aún nos falta trabajo".

Detrás de Roma, Nápoli retomó el rumbo correcto ganando en casa de Genoa y provocando el despido de Liverani (volvió Gasperini, cosas de locos, o mejor dicho cosas de Preziosi). Lo hizo transpirando apenas en los primeros 25 minutos, con gran jerarquía y dándoles descanso a Hamsik e Higuaín en clave Arsenal. Pandev anotó un doblete y debutó, con una hora de juego muy productiva, el colombiano Duván Zapata. En general, el equipo lució sumamente superior y muy confiado en su fuerza y potencial.

También a dos puntos está Juventus, pero a la hora de evaluar su real momento hay que considerar que la Vecchia Signora tendría cuatro puntos menos sin dos yerros arbitrales consecutivos y graves. La suerte es ciega y, al final del torneo, podrían contabilizarse también errores en contra de Conte y sus muchachos.

Pero a la hora de analizar el funcionamiento, está claro que Juventus está aún lenta, bastante trabada y previsible sin la genialidad de Pirlo. Vidal, Tevez y los jueces de línea la mantienen ahí cerca, pero estamos convencidos de que estamos muy lejos aún de ver a la mejor Juventus, esperando que eso comience a ocurrir en el fundamental partido del miércoles ante Galatasaray con su novelo DT Roberto Mancini.

Inter empató en Trieste ante Cagliari, así que sin ser realmente visitante. Pero no fue mal resultado, porque Cagliari es un rival que ya supo frenar a Fiorentina como visitante y porque Inter, más allá del marcador final, había hecho méritos como para ganar.

Por otra parte, el partido demostró que las "segundas líneas" del plantel no son tan fuertes como los titulares y que Mazzarri, como le ocurría con el Nápoli, necesitará insistir sobre el mismo once para mantener un ritmo competitivo en la tabla.

Pero, al tratarse del comienzo de un proyecto y puesto que el equipo se mantiene invicto y ya jugó ante Juventus, está claro que por ahora el nerazzurro se mantiene en la "línea de flotación" y no puede ser descartado en clave Scudetto.

Tenemos así a cuatro candidatos posibles. Fiorentina se bajó sola con la derrota en el Meazza de la quinta fecha, donde mostró absoluta falta de personalidad, como ya le había ocurrido ante Cagliari y como le volvió a pasar, nuevamente de local, ante Parma, en un partido que pudo hasta haber ganado pero que también pudo haber perdido y que le igualaron en la última jugada del encuentro.

El triunfo de Milan ante Sampdoria por la mínima diferencia, así como el rocambolesco empate de la jornada anterior ante Bologna, confirmaron dos sensaciones: que Milan tiene plantel para jugar mucho mejor de lo que hace, con la enorme complicidad de las lesiones, y que cuando se pondrá finalmente a hacerlo ya estará muy lejos para pensar en el título y sólo podrá luchar por el podio, como en la temporada anterior.

Por lo pronto, necesita un buen resultado en los dos próximos partidos, en Amsterdam ante Ajax y en Turín ante Juventus: ¿casi nada, no? Pero si lo lograra, aún que fuese con dos empates, ratificaría lo que acabamos de decir. Luego de la pausa por el turno FIFA volverían la mayoría de sus lesionados y el panorama podría cambiar mucho.

Cerramos con la lucha para salvarse del descenso, que se anuncia apasionante y "concurrida" como y más que la pelea por el Scudetto. La tabla actual, con Sassuolo que comenzó a sumar, Bologna y Samp demasiado feos para ser ciertos y otros, como Verona y Livorno, por el contrario demasiado lindos como para ser creíbles, no parece muy indicativa.

Todos ellos, antes o después, estarán en la pelea, junto a Chievo, Atalanta, Catania, y Genoa. Los únicos que parecen poder salvarse sin sufrir son Parma, Cagliari, Udinese y quizás Torino. Por el resto, habrá que transpirar ante rivales de nivel realmente muy similar. El equilibrio, como ustedes saben, es lo que hace del Calcio "el torneo más difícil del mundo".

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