<
>

Sueños frustrados...

David Faitelson ESPN

Contra viento y marea, y mientras Pizarro no puede, Córdova se atora y a Romo no le quitan “las cadenas”, Orbelín Pineda se ha “amachado” y también “marchado” a un futbol de mayor nivel que el que se practica en México. Parece ser la única forma de hacerlo… ¿No se dan cuenta o acaso no les importa a los clubes que el futbolista mexicano se desarrolle en los mejores niveles posibles del juego? Claro, luego le exigimos a la selección que se meta a las semifinales de un Mundial. ¿Cómo?

SAN DIEGO, California.- Orbelín Pineda fue el último en “romper las cadenas” y volvió a probar que no sobran las formas de irse del futbol mexicano para tratar de jugar en el mayor nivel posible del juego.

Hay muy pocas historias como la de Hugo Sánchez, la de Rafael Márquez y, por supuesto, como de Javier ‘El Chicharito’ Hernández. Todos ellos parecieron (fueron), el orgullo de sus clubes que iban a probar en otra escala del futbol. Se fueron por la “puerta grande”, bendecidos por sus equipos y vitoreados por sus aficionados. No todos los futbolistas mexicanos corren con la misma suerte.

No se van, a pesar de que poseen facultades maravillosas y una personalidad que les otorga armas, aspiran a jugar en un mayor nivel del juego. El mercado los retiene, los atrapa, casi los “secuestra”, en un futbol al que, sin duda, le sobra talento, pero lo consume para su propio beneficio.

El mercado interno ha vuelto a “golear” al mercado externo. Y luego, créase o no, la Selección Mexicana, que es finalmente el termómetro apropiado para medir la capacidad, el desarrollo y hasta la reputación de nuestro futbol, no termina por encontrar los resultados. Claro, y es que nombres como el de Rodolfo Pizarro, Luis Romo o Sebastián Córdova son negociados en la oferta-demanda interna, que termina siendo impactante y hasta “asusta” con cifras millonarias o con, como esta de moda ahora, trueques espectaculares. Los clubes mexicanos hacen negocios entre ellos. Es evidente que la industria da para eso y para mucho más. Que el futbol mexicano que se consume en territorio nacional y en Estados Unidos satisface las necesidades de esos clubes y de las empresas que están detrás de los equipos. No es necesario para ellos o para su negocio voltear hacia Europa.

Luis Romo levantaba la mano para jugar en Europa. Su contrato en Cruz Azul estaba entrando en el tramo final. ¿Qué pasó? Cruz Azul encontró la forma de cambiarlo al Monterrey por Carlos Rodríguez y Romo se arreglo por cuatro años con los Rayados. Otro “sueño europeo” se ha esfumado, delante de nuestras narices, y cuando parecía que Romo se uniría a Orbelín como las grandes exportaciones del verano.

En esta historia, también, podemos agregar a Rodolfo Pizarro, un futbolista dotado de cualidades extraordinarias que pintaba para grandes cosas. Tras salir del Pachuca, ha sido parte de operaciones millonarias internas, de Chivas a Rayados, y luego a la MLS con la promesa de que el equipo de David Beckham, el Inter de Miami, lo pondría, finalmente, en el mapa europeo. Nada. Está de vuelta, con una mano por detrás y con otra por delante, conservando sus maravillosas condiciones, pero con un par de años más que parecen dificultar una posible “excursión” europea. Otro sueño frustrado.

Y algunas semanas antes, había ocurrido con Sebastián Córdova, echado del América por Santiago Solari y que en lugar de apuntar a los Países Bajos o a Portugal, ligas por donde tradicionalmente el futbolista mexicano ingresa Europa, ha terminado en Tigres. Vale aclarar que Monterrey no es “Europa”, pero se ha convertido en el sitio donde justo terminan los mejores y más esperanzadores futbolistas mexicanos. ¿Por qué? Porque hay dinero y los clubes regiomontanos participan activamente en ese poderoso mercado interno.

El futbol mexicano es, también, el futbol de los “sueños frustrados”. Orbelín ha logrado escabullirse como se fue, en su momento Torrado, “Tecatito”, Pulido, o quizá Layún. Los demás, tendrán que ver como sus mejores momentos se diluyen aquí, lastimosamente en un nivel que superan con claridad…

@Faitelson _ESPN