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La 'gran pérdida'...

Es la Copa Libertadores, sin duda, lo que más añora el futbol mexicano a nivel de clubes… Alejarse de Sudamérica ha significado para el futbol de México renunciar al nivel de calidad y de esencia competitiva que difícilmente encontrará en otro sitio de su entorno actual. Y puede que la economía de los clubes mexicanos sea más boyante que la de los sudamericanos -Pumas le acaba de ganar la pulsada a Boca Juniors por un futbolista-, pero en la parte deportiva hay una sensible diferencia. Lo increíble es que nadie está pidiendo algo que no existió o que sea imposible. México estuvo ahí y decidió renunciar por motivos que van desde lo político y hasta los intereses económicos. Una verdadera pena…

CIUDAD DE MÉXICO -- Suena a una gran contradicción, pero mientras el futbol sudamericano parece rendirse ante la economía de los clubes mexicanos, éstos envidian el nivel y la pasión competitiva que poseen los torneos sudamericanos. Uno tiene lo que el otro añora. El otro posee lo que aquel necesita. No se puede tener todo…

Para decirlo como es: pienso que la gran pérdida histórica del futbol mexicano a nivel de clubes ha sido el alejamiento de la Copa Libertadores. Y cada día es más evidente que los clubes mexicanos presumen de una economía más estable que les permite acceder a futbolistas argentinos, uruguayos, chilenos, paraguayos que no están destinados al mercado de las “grandes ligas” europeas y que ayudan mantener a flote las economías de esos clubes.

El mejor ejemplo acaba de ocurrir con el Boca Juniors, una de las entidades más grandes, tradicionales y ganadoras del futbol argentino y sudamericano y que en una batalla por darle continuidad a un futbolista, Eduardo Salvio, ha terminado doblando las manos ante un equipo mexicano. Y el tema no se queda ahí, porque ese equipo mexicano no es Rayados, Tigres, América o Toluca, ese equipo es Pumas, señalado por tener una de las economías más inestables de la Liga MX. Juan Román Riquelme, el dirigente de Boca Juniors, decía esto a la prensa argentina hace apenas algunas horas: “ Renovarle es la ilusión que tenemos. Yo hablo con la gente del Consejo de Fútbol y le hicieron un ofrecimiento para que continúe en nuestro club, un esfuerzo muy grande e importante. Está a las claras que el club confía en él. El ofrecimiento es para pagarle el dólar a precio oficial, así no tiene más problemas de nada. Se le está ofreciendo lo máximo, cosa que hoy no la tiene así. Nunca tuvo esta posibilidad que va a tener ahora. El club está demostrando que quiere contar con él”.

La industria del futbol mexicano -presente en dos países diferentes- le permite esa solvencia a los clubes, pero la cuestión aquí tiene algo más trascendental: la parte deportiva, donde la Liga MX podría envidiar parte de la calidad y el nivel competitivo que existen en los torneos sudamericanos. A partir de ahí, se lamenta más y más el alejamiento mexicano de la Libertadores, el sitio donde el futbol mexicano a nivel de clubes podía crecer, foguearse, medirse ante ese nivel de calidad y de intensidad competitiva. Creo, sin temor a equivocarme, que tres de los grandes momentos en la historia del futbol mexicano por equipos está inscrito en las tres finales que alcanzaron los clubes mexicanos (Cruz Azul, Chivas y Tigres). Los tres subcampeonatos deben valer más que cualquier título de la Concacaf o incluso de los buenos, malos o regulares resultados que se desprenden de la participación en el Mundial de Clubes de la FIFA. Y también creo -y este es un atrevimiento que voy a dar- que la Libertadores, como torneo, solo está por debajo de la calidad y el nivel futbolístico de la Liga de Campeones de Europa.

Puede que el futbol mexicano tenga un mayor poder adquisitivo que la mayor parte de las ligas sudamericanas, pero también hay un sentimiento de añoranza por algo que se tuvo y que se fue -o lo dejaron ir-, o nos les convino más. La gran pérdida del futbol mexicano ocurrió a partir de su alejamiento de la Copa Libertadores.

@Faitelson_ESPN