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¿Veremos unos Tigres de Detroit sin rayas?

En la recién concluida campaña, Cabrera demostró de lo que es aún capaz cuando está saludable. AP Photo/Paul Sancya

Si los Tigres de Detroit deciden deshacerse del venezolano Miguel Cabrera podría caerles una maldición como la que sufrieron los Medias Rojas de Boston cuando vendieron a los Yankees de Nueva York a Babe Ruth.

La torpeza de soltar al mejor pelotero de la historia le costó a Boston una sequía de 86 años.

Ahora los Tigres han anunciado su interés de salir del mejor bateador de las Grandes Ligas en la última década, a quien le dieron una extensión contractual por ocho temporadas y 240 millones de dólares, que comenzó en el 2016 y concluirá en el 2023, cuando el toletero venezolano tenga 40 años de edad.

En la recién concluida campaña, Cabrera demostró de lo que es aún capaz cuando está saludable.

En 158 partidos disparó 188 hits, 31 de ellos dobletes y 38 vuelacercas, con 108 carreras impulsadas y 93 anotadas.

Su promedio fue de .316 y participó en su undécimo Juego de Estrellas.

Es muy posible que para cuando lleguen los dos o tres años finales del pacto sus aptitudes hayan mermado, aunque luego de ver la temporada de retiro que acaba de tener el dominicano David Ortiz, Cabrera se merece el beneficio de la duda.

El equipo que decida acceder a sus servicios probablemente deberá absorber, sino el 100 por ciento de su contrato, una buena parte de él, además de deshacerse de valiosos prospectos que comprometerían su futuro.

Pero claro que hay que soltar prendas de lujo. Estamos hablando de un hombre que no parece entrar aún en su curva descendente de rendimiento y que en 14 campañas en las Mayores acumula 2,519 hits, 446 jonrones y 1,553 remolcadas.

En su hoja de servicios se incluye una Triple Corona y otros cuatro títulos de los bateadores, además de exhibir un promedio de por vida de .321, el más alto entre todos los peloteros activos.

Detroit está en plan de reconstrucción y no es solamente Cabrera el que está en vidriera para cortejar el mercado.

El estelar derecho Justin Verlander, quien renació en el 2016 y es uno de los tres finalistas al premio Cy Young de la Liga Americana, el poderoso jardinero cubanoamericano J.D. Martínez y el veterano bateador designado venezolano Victor Martínez están también en venta, convirtiendo a los Tigres, de sempiterno aspirante al banderín divisional a candidato al sótano junto a los Mellizos de Minnesota.

De hecho, la gerencia de Detroit ha dicho que todo el mundo es prescindible, por lo que hasta Ian Kinsler, ganador del Guante de Oro en la segunda base, podría hacer las maletas, como ya las hizo prematuramente el jardinero central Cameron Maybin rumbo a Angelinos de Los Angeles.

Por lo pronto, en el caso de Cabrera, ya los Astros de Houston han expresado interés en hacerse de sus servicios.

Y cuidado con Houston si eso ocurre. No vaya a ser que les pase lo mismo que a los Yankees en los años 20 del pasado siglo, cuya suerte cambió para bien con la llegada del Bambino y desde entonces atesoran 27 trofeos en sus vitrinas.