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La reivindicación de Price y las trenzas de Hanley

Si el béisbol es un deporte impredecible, esta condición se multiplica hasta el infinito cuando llegamos a la postemporada, donde los menos esperados se visten de héroes y muchos llamados a brillar pierden lustre ante la presión de las circunstancias.

Parecía que los Astros de Houston liquidaban de una vez a los Medias Rojas de Boston con la misma medicina de los dos partidos anteriores: atacar temprano al lanzador abridor.

Dos sencillos y un jonrón de Carlos Correa pusieron delante a los Astros en el mismo primer episodio ante Doug Fister, quien se iba temprano a las duchas una entrada más tarde.

Pero el jovencito dominicano Rafael Devers le dio un vuelco al marcador en el final del tercero, al botar la pelota con un compañero en circulación para darle a Boston una ventaja que no perdió más, hasta la victoria final de 10-3.

Devers le calló la boca a su manager John Farrell, que en el juego anterior lo envió a la banca y colocó en su lugar a Deven Marrero porque el abridor rival era zurdo.

Esta es la postemporada y más allá de estrategias, hay que poner sobre el terreno a quienes sepan manejar mejor la presión del momento.

El quisqueyano, aparte de tener mejores números que Marrrero, ha mostrado su capacidad para los grandes momentos, sin importar si el lanzador contrario es zurdo o derecho.

Y con el agua al cuello, desde el bullpen vino el héroe más inesperado de los Medias Rojas.

El zurdo David Price, cuya deuda con los playoffs es incalculable, salió como apagafuegos y contuvo a la ofensiva de Houston por cuatro innings completos, sin permitir carreras, con cuatro hits, igual cantidad de ponches y un solo pasaporte, para apuntarse el triunfo.

Fue la reivindicación de Price, firmado hasta el 2022 con un contrato de 217 millones de dólares, que usualmente se achica ante el peso de las postemporadas.

Para el zurdo, esta fue apenas su tercera victoria frente a ocho derrotas en playoffs.

Curiosamente, todos sus fracasos han sido como abridor, mientras que sus tres éxitos han sido como relevista, una con los Rays de Tampa Bay en el 2008, otra con los Azulejos de Toronto en el 2015 y esta del 2017.

¿Podría pasar Price a ser un relevista de lujo, al estilo de Andrew Miller, otro que fracasó como abridor? Difícil de creer. No se le pagan 30 millones por año a un apagafuegos.

Por lo pronto, se reivindicó parcialmente, al haber superado con clase el momento, aunque todavía le falta hacerlo como abridor.

El triunfo de Price mantiene vivas las esperanzas de los Medias Rojas de conseguir una remontada extraordinaria, que Hanley Ramírez ha dicho que de lograrla, se cortará sus largas trenzas como pago de promesa.