<
>

Los Gigantes pueden ser históricamente malos

MIAMI -- Si les parecen malos los Miami Marlins del 2019, en la segunda temporada desde que comenzó su proceso de reconstrucción, no se apuren y esperen a ver a los San Francisco Giants en los próximos años.

Los de San Francisco llegaron este martes a Miami para una serie de tres juegos y los usualmente anémicos bateadores de los Marlins les propinaron una soberbia paliza de 11-3, que incluyó 14 imparables, tres de ellos jonrones, para su sexta derrota en fila.

Ocupantes del último lugar en el Oeste de la Liga Nacional, estos Gigantes están abocados a un período largo en el que pueden llegar a ser históricamente malos.

Luego de ganar las Series Mundiales del 2010, 2012 y 2014, el equipo se envejeció y cinco años después de su última corona, mantiene prácticamente el mismo núcleo de sus épocas de gloria, que ahora muestra un desgano sobre el terreno como un prólogo de lo que se avecina.

Buster Posey (32 años), Pablo Sandoval (32) y Madison Bumgarner (29) participaron en los tres títulos, mientras que Brandon Belt (31) y Brandon Crawford (32) estuvieron en el 2012 y 2014.

Todos han entrado en la curva descendente de su rendimiento y todavía entre Posey, Belt y Crawford, el equipo tiene comprometidos unos 110 millones de dólares por los próximos dos años.

Además, la gerencia quiso reforzar la novena a golpe de billete y adquirió como agentes libres a Evan Longoria, Jeff Samardzija y Mark Melancon, quienes no aportaron ni la mitad de lo que de ellos se esperaba y hoy sus contratos son vistos como dinero perdido.

A Melancon y a Samardzija, ambos de 34 años, se le deben 14 y 19.8 millones, respectivamente en el 2020, mientras que a Longoria, de 33, 53 millones hasta el 2022.

Bumgarner debe irse antes de la fecha límite de canjes, pues será agente libre al final de esta campaña, al igual que el Kung Fu Panda.

Con una nómina de 138 millones en el 2019, la duodécima mayor de todo el béisbol, le será difícil a la gerencia soltar el lastre que representan peloteros viejos y caros, con poco que aportar a donde vayan.

Lo peor es que no hay luz al final del túnel, pues su sistema de granjas en las Ligas Menores está rankeado último entre las 30 franquicias, con un solo prospecto, el cátcher Joey Bart (23) entre los 50 mejores de todo el béisbol, así que la renovación podría tomar tiempo.

Ni siquiera son el peor equipo en las Mayores, por lo que al menos por ahora no tomarán la primera selección en el draft, como hicieron en su momento los Houston Astros con Carlos Correa (2012), Mark Appel (2013) y Brady Aiken (2014).

Y ni aun así. El escoger primero no es tampoco garantía de nada, pues mientras Correa ya se estableció como una estrella desde el 2015, los lanzadores Appel y Aiken no han levantado cabeza en las Menores y ni siquiera están en la organización, pues Houston los cambió a los Philadelphia Phillies y los Cleveland Indians, respectivamente. De la acera de enfrente, Los Ángeles Dodgers, sus archienemigos históricos con quienes tienen la mayor rivalidad de la Liga Nacional y la segunda mayor de todo el béisbol, sólo superada por la de los New York Yankees y los Boston Red Sox, siguen creciendo y se hacen prácticamente imbatibles en la división.

Bruce Bochy, el manager que los condujo a sus primeras tres coronas desde que los Gigantes dejaron Nueva York y se mudaron a California en 1958, no estará más después de esta campaña y se salvará de ver la larga noche que se cierne sobre San Francisco.