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Los números rojos detrás de los números negros de Osorio

PHOENIX -- Tal vez la arranqué de la vida de un calendario agonizante. O saltó del vientre de una galletita china. "Las estadísticas no mienten, pero los mentirosos también usan estadísticas".

Hoy, a Juan Carlos Osorio lo sostienen sus estadísticas en el Hexagonal Final de Concacaf. Oxígeno puro de la región más impura futbolísticamente del mundo FIFA.

Y claro, lo cuestionan sus saldos rojos en torneos relevantes: Copa América Centenario y Copa Confederaciones. Se quiso vestir de ajeno y quedó desnudo.

Escoltado, blindado por esas estadísticas preñadas de conformismo, confrontará el examen este jueves ante Honduras. Al Rey Tuerto del Hexagonal, le arrojan el festín, presuntamente, de otro de los ciegos del área.

Cuando Osorio fue presentado, Decio de María juramentó que lo habían elegido para que "nos lleve más allá incluso del Quinto Partido", sí, así, con mayúsculas, como todos esos sitios que sólo existen en el vecindario de las utopías.

Ahora el mismo Decio reculó. "Su misión está cumplida, clasificar al Mundial", se culipandeó el presidente de la FMF. Reprobado en aritmética, seguramente, olvidó que aún necesita dos puntos más, para regresar a Rusia.

Pero, lamentable es el contraste. En dos años, transitó de la soberbia al miedo. Cuando se presentó a Osorio se le exigió la proeza de llegar al mundo de Peter Pan: el de Nunca Jamás. Hoy, como cómico de vodevil, Decio retrocede: "lo que caiga es bueno". Sin el frac hurtado, vuelve a ser un triste limosnero.

Dijo Bernard Shaw que "la estadística es una ciencia que demuestra que si mi vecino tiene dos coches y yo ninguno, los dos tenemos uno". Así la inexactitud de la conkakafkiana tabla de posiciones de una región que es el hoyo negro de la galaxia futbolística, según la misma FIFA.

En el mundo del revés del futbol mexicano, hay otras estadísticas, pero ajenas, totalmente, al futbol mismo. Y esas juegan en una cancha perversa y nociva para Juan Carlos Osorio.

Comensales en la lujosa cena de gala posterior a la entrega de los Balones de Oro reportan preocupación por las cifras que, al estilo del mismo Osorio, los directivos del futbol mexicano anotan en sus libretas de contabilidad con tinta roja. Con tinta negra firman los cheques de muchos, entre ellos, el del mismo Osorio.

Detallan anfitriones e invitados un hecho: que hay preocupación entre patrocinadores del Tri. Una camiseta devaluada es la peor marquesina para anunciar el producto. Recordemos, este ciclo mundialista envuelve cerca de 650 millones de dólares de ingresos.

Entre brindis y brindis, y canapés (dicen que el carpaccio mixto estaba espectacular) de esa fiesta futbolera, algunos directivos inquietos se dedicaron a cabildear.

Entre el sazonado menú, saltó la desazón por el desazonado momento financiero.

Y todo va desde la inquietud en la baja de venta de camisetas, hasta el descenso en los ratings de televisión en esta Copa Oro. "Están por debajo de las transmisiones de algunos partidos de la Copa Mx". Convoca más un atropellado que el Tri atropellando en Concacaf.

De hecho, todo se originó en una reunión de dueños que tuvo lugar el sábado antes de la ceremonia de premiación. En ese aquelarre de directivos, dos llevaron la voz cantante: José Luis Higuera y Jesús Martínez. "¿Y si perdemos con Honduras?".

Enrique Bonilla, presidente de la Liga MX, escuchaba y asentía, lo que sin duda es lo único que le sale sin faltas de ortografía en su vida dentro del futbol mexicano. Seguro sus notas para Decio de María eran en color rojo.

Cuando en Río de Janeiro, en la Casa Adidas, un día antes de la Final del Mundial Brasil 2014, se renovó contrato por ocho años y más de 80 millones de dólares, Justino Compeán, aún presidente de la FMF, dijo que "renovar (contrato con Adidas) es parte del compromiso para el próximo Mundial y para ello hemos renovado también a Miguel Herrera".

Hoy, Adidas sigue con el Tri, aunque sin la euforia de otras épicas épocas de ventas de camisetas de México, y 'El Piojo' se fue. ¿Y la promesa?

Llegar al Quinto Partido (así, con mayúsculas, como todas las fábulas inconclusas), implica un incremento del 20 por ciento en el contrato... o cambiarse a la ansiosa y seductora oferta de Nike.

Más allá de las desquiciantes y enfermizas rotaciones, en un técnico que ha dicho que "la repetición hace la perfección", y más allá de que el equipo no emociona, no cautiva, no arrastra, y que suma dos fracasos en torneos trascendentes, más allá de eso, sería aberrante, pero normal en el futbol mexicano, que la continuidad de Osorio no la determinaran sus números conkakafkianamente futbolísticos en negro, sino los números financieros en rojo, que más preocupan a los propietarios.

Por eso, la pregunta en esa reunión de dueños, previa a la entrega de premios, y ese cabildeo rinconero en la fiesta posterior, no tiene ninguna pretensión o preocupación de desarrollo futbolístico, sino de contrataque a un eventual colapso financiero. "¿Y si perdemos con Honduras?".

Ya no se trata de la cancha, sino de la chancha.