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Cruz Azul... haz que pese la historia sobre la histeria

LOS ÁNGELES -- Cruz Azul no puede, no debe, ceder ante el LAFC. Ni ante Carlos Vela. Esta vez, sería inadmisible.

Esta vez, no. Porque, se trata de linaje, de grandeza, de historia, de trascendencia, de memoria, de prosapia. Esta vez, Cruz Azul, no puede ni debe fallar.

No se trata de esa falaz rivalidad con la MLS. Ni necesariamente de dar un paso al frente en la Concachampions. Ni tampoco, de mantener una racha. Esta vez es distinto.

Esta vez, Cruz Azul llega obligado a imponer la jerarquía, no de una Liga, no de un país con más simiente y cimiento futbolero, sino el peso de su propia historia que le permite, en ese alevoso e impreciso ranking. Estar considerado entre los cuatro grandes.

Con el pedigrí a los hombros, Cruz Azul ahora enfrenta a uno de los equipos más bisoños, imberbes, novatos, recién destetado del anonimato, como lo es el LAFC, más trascendente por Carlos Vela que por algún blasón futbolístico.

Porque, quede claro, sin Vela, el equipo angelino será uno más en la gris soldadera de la MLS, con el apadrinamiento nada envidiable de ser el hermano bastardo angelino del Galaxy.

¿Le perdonaría su afición semejante fracaso a Cruz Azul? Sería complicado perder en su propio barco ante un aprendiz de polizonte.

La afición celeste vivirá en el cementerio de las anécdotas apocalípticas, con más de 10 finales perdidas en diferentes torneos, y hasta encontrar un regusto amargo en la odisea accidentada de Moisés Muñoz, y en el acobardamiento táctico de Pedro Caixinha, pero no en estos Cuartos de Final de la Concachampions.

Insisto, no se trata sólo de momentos o de circunstancias, se trata de historias, entre el nicho de un equipo como Cruz Azul, y el engendro de dos años de edad, amamantado más por una poderosa mercadotecnia que por una frescura futbolística.

Dominando el torneo mexicano, producto de una manifestación poderosa de las testosterona colectiva, más que de la neurona unilateral de su propio entrenador, el grupo, en este momento, rebasa el pizarrón inexacto de Robert Dante Siboldi.

Recordemos, la resurrección celeste se da cuando los maquinistas de pantalones cortos, echaron del vestidor al capataz espurio, Víctor Garcés, para nutrirse a sí mismos del compromiso como profesionales, dejándole los detalles tácticos a su entrenador, pero sin dejar de lado, negociar aquellos puntos finos antes de cada partido.

Por todo eso, y más allá de la aleccionadora felpa que le recetó el LAFC en una noche magistral de Carlos, de La Hiena, porque es la única Vela que alumbra con futbol la oscuridad musculosa y transpirada del equipo de Bob Bradley.

Es el momento para Cruz Azul de desafiar la histeria, imponiendo la historia ante el adolescente bravucón de la MLS.