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Santo 'déjà vu': Cruz Azul se vuelve a parar en la puerta del Infierno

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Reynoso: 'Este grupo de jugadores tiene año y medio siendo los mejores' (1:11)

El estratega celeste espera que el morbo no se haga presente y asegura que el equipo está ilusionado. (1:11)

LOS ÁNGELES -- Cruz Azul, hoy, más cerca que nunca. Cruz Azul, hoy, más lejos que nunca.

Este jueves inicia su peregrinación. Un camino estrecho, y Santos Laguna manosea, canónica y perversamente, el salvoconducto hacia la agonía o hacia el éxtasis.

Veintitrés años de fracasos contemplan a Cruz Azul. Y lo retan. Ya nada puede ser peor, después de besar el suelo amargo de su propio infierno el 6 de diciembre de 2020, con la #MegaCruzazuleada. No hay manera de cavar más profundo. Hasta el fracaso tiene sus propios límites.

Hasta Juan Rulfo en Pedro Páramo le diseña una esperanza a La Máquina: “Nada puede durar tanto. No existe ningún recuerdo, por intenso que sea, que no se apague”.

Como ayer, como hoy, como siempre, Cruz Azul llega a una final con una colección de diplomas en el Guard1anes 2021. Sin embargo, sabe que no basta. El rey de la competencia entra desnudo a la Final de la Liga Mx.

Ha sido implacable: la mejor ofensiva con 26 goles. Ha sido casi invulnerable: 11 goles y nueve juegos sin recibir gol. Su casa ha vuelto a ser su casa: 22 puntos de local. Ha allanado casas ajenas: 19 puntos de visitante. Ha sido leal en la cancha: cero tarjetas rojas. Y sumó 12 victorias consecutivas. El mejor en todos esos rubros.

Sí, todo un “déjà vu”, esa paramnesia despiadada. Esa sensación estremecedora de haberlo visto y vivido tantas veces. “Cruz Azul, el gran favorito”, ha pasado de las marquesinas a los obituarios, en los últimos veintitrés años.

Y le aguarda Santos Laguna. Un equipo de esos que se le complican a Cruz Azul. Porque juega con desenfado. Porque juega con el descaro de equipo de barrio. Para los Guerreros, matar o morir es un placer similar en la cancha, si al final se juega bien, con el desparpajo y la alegría de una cascarita.

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1:29
'Los jugadores de Cruz Azul deben estar hasta la ma... de los fantasmas'

David Faitelson se refirió acerca del discurso que rodea a Cruz Azul en torno a sus finales perdidas.

Santos Laguna terminó quinto. ¡A 16 puntos de Cruz Azul! Pero, la fábula bíblica, aquella de David y Goliat, no caduca ni claudica, y menos en el deporte, y mucho menos en el futbol. La justicia es ciega y sorda. Desoye e ignora los antecedentes. El juicio dura 180 minutos.

Y mientras los Guerreros no tienen atavismos, ni maleficios, ni entrampados mentales, a La Máquina le persiguen sus fracasos. Su “memorabilia” de 23 años lo ha llevado a un escenario inusitado: hay más muertos en su cementerio, que vivos en su sala de trofeos.

Sin embargo, esta vez parece diferente. A lo largo de este 2021 se ha atrevido a aparejarse y emparejarse con la desventura y el infortunio, como para seducirlos antes que para temerles. Los desafía, casi con codicia, casi con la sevicia indisoluble del masoquismo.

En la misma Liguilla, se ha atrevido a jugar a la Ruleta Rusa, pero con el barril del revólver totalmente cargado. Y ha salido adelante. Clavó una cruz en el pecho de los Diablos Rojos, y cavó paciente el hoyo donde arrojó a los Tuzos. Ellos, los jugadores, tranquilos. ¿Y su afición? Con taquicardias, con soponcios.

Cuando la tempestuosa e intempestiva directiva de Cruz Azul anunció que el técnico sería Juan Reynoso, porque había sido uno de los caudillos de la añorada vuelta olímpica de 1997, parecía más un fetichismo que una decisión razonada e inteligente.

Irónico que el primer partido dirigido por el técnico peruano haya sido una derrota ante Santos (1-0), y que ahora cerrará la campaña con los mismos laguneros. Se cierra el ciclo del Guard1anes 2021 con la encrucijada de una revancha o de reencontrar a su némesis.

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3:03
¿Cómo tiene que trabajar Cruz Azul, mentalmente, de cara a la Final?

Los expertos de Futbol Center analizan lo que requieren los jugadores de La Máquina para evitar un nuevo fracaso en busca del ansiado título de liga.

Juan Reynoso no es un hacedor de milagros. Pero ha demostrado ser un adiestrador de hombres ansiosos de sus propios milagros.

¿Hasta dónde ha profundizado en las cabecitas de sus jugadores, para extirparles, en una craneotomía figurativa, los tumores de ese 4-0 en la vuelta ante Pumas? Habrá 180 minutos para contemplarlo y constatarlo. Algo queda claro, el mejor psicólogo de un equipo es el propio entrenador. Los que llegan de fuera son charlatanes.

Y queda claro, además, que más allá del trabajo de diván, Reynoso ha tomado control del vestidor y del pizarrón. Hay una lealtad admirable por parte de los jugadores. O a él, a Reynoso, o a la ansiedad de poner fin a la maldición de 23 años.

Cruz Azul se ha venido preparando para este momento, la Gran Final, durante casi cuatro meses. Ha sobrevivido a la Pandemia del Coronavirus y a la pandemia de sus directivos, que finalmente han encontrado una tregua, y a la espera de que los tentáculos de Billy Álvarez Cuevas no regurgiten venganza de último momento.

Juan Reynoso ha organizado a sus jugadores de manera magistral. Les ha inventado posiciones a algunos. Ha resucitado a otros. Les ha devuelto la confianza a unos. Y les ha cargado la responsabilidad a otros.

Ha modificado el parado del equipo hasta de tres maneras diferentes en un solo juego, y en varias ocasiones. Y ha tenido éxito. Ha prescindido de sus mejores futbolistas en momentos clave, y los relevos han respondido sin detrimento alguno en el rendimiento del grupo.

Ojo: no se trata de que el futbolista sea sumiso, porque eso sería peligroso. Se trata de que el jugador ha sido solidario. Podrá sentirse inconforme, pero no ha dado visos de traicionar la gran cruzada que se inició este 2021 y que está próxima a concluir el próximo domingo.

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1:28
Álvaro Morales: 'No hay excusas Cruz Azul, ya no está tu padre y verdugo América'

'El Brujo' ve a la Máquina teniendo la mejor oportunidad para se campeón en su larga sequía.

Por eso, cuando se domina el pizarrón y el espíritu frágil de los futbolistas, fortaleciendo en ambos al jugador, parece improbable el fracaso.

Escribió Alvite que “el fracaso es el único sitio en el que puedes sentirte seguro. Nadie intenta quitarte el último puesto”.

Parecería, entonces que Cruz Azul se hartó, finalmente de cohabitar con sus propios miedos en esa fosa tan incómodamente cómoda del fracaso.