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A 30 años de la noche que Julio César Chávez llenó el Estadio Azteca

La leyenda mexicana del boxeo comparte el recuerdo que guarda de aquella noche del 20 de febrero de 1993 en la que sintió temor por no defraudar a más de 130 mil personas y a todo un país

Julio César Chávez recuerda aquél 20 de febrero de 1993 como si fuera ayer.

Y cómo olvidar esa noche, de hace 30 años, la más increíble de su vida, en la que llenó el Estadio Azteca, pero también en la que enfrentó uno de los momentos de mayor temor en su carrera profesional en una velada que combinó magia y angustia.

El "César del Boxeo" señaló que pensó que algún día, el récord de asistencia para una cartelera de boxeo de 132 mil 274 personas (extraoficialmente se dice que fueron más de 136 mil aficionados) caería, pero, con la reducción en la capacidad del Estadio Azteca por la colocación de las butacas que actualmente luce, no habrá quien supere esa marca en el Coloso de Santa Úrsula, así que, si alguien supera esa cifra, será en otro lugar.

Chávez hizo la décima defensa exitosa del cetro Superligero del Consejo Mundial de Boxeo ante Greg Haugen, a quien derribó dos veces antes de obligar al réferi Joe Cortez a detener el pleito en cinco episodios.

En la función del legendario Don King, hubo otras tres peleas de campeonato que ganaron Terry Norris, Azumah Nelson y Michael Nunn, aunque también se presentaron Gerald McClellan y Félix 'Tito' Trinidad.

¿Qué recuerda de aquel día en que llenó el Estadio Azteca?
"Cuando venía del hotel a la arena había mucho tráfico, venía con patrullas y todo y no se podía [llegar]. Llegué un poquito tarde, pero venía con el temor, venía con más miedo, no por la pelea sino con temor de que el estadio estuviera solo, vacío".

¿Tenía reportes sobre la venta de las entradas?
"Pues me habían dicho que iban un 60-70 por ciento, pero, de todos modos, yo no creía, yo nunca pensé [que se llenaría]. Te lo juro por Dios.

Venía con más miedo a ver el estadio vacío y cuando voy llegando, ¡N'ombre! Ya estaba lleno. Me quedé impactado. No estaba todavía lleno, ya estaba más o menos y dije: 'Ya con esto salí ganando'.

Lo impresionante fue cuando salí del camerino, que tardé 13 minutos para llegar al ring y voy viendo eso [el estadio] sí hasta el gorro [sic]".

¿Podríamos decir que su más grande recuerdo ese día fue el miedo?
"Sí. La verdad sí, [miedo] al público. Sabía que el peleador no era mejor que yo, me había preparado muy bien para esa pelea, sabía que no me ganaba. El temor era que el público no se me entregara, pero me di cuenta de que no eran acarreados.

Desde el camerino empecé a escuchar, '¡México, México!' y '¡Chávez, Chávez!'. Estaba ansioso, muy nervioso. Sólo sentí algo similar cuando peleé en el Alamodome (empate ante Pernell Whitaker), porque nunca pensé que le fuera a romper el récord a Muhammad Ali en un estadio cerrado, (el sonido) retumba más fuerte".

¿Y qué recuerda de la pelea? ¿Cómo fue?
"Subí a la pelea y lo tumbé [a Haugen] en el primer round. Mucha gente pensó que no lo quise noquear, pero, la verdad, no pude noquearlo. Estaba muy presionado por quedar bien con el público, estaba yo muy apretado.

En el tercer round me cansé, dije: 'no puede ser', pero estaba muy presionado. Al cuarto round salí más tranquilo, más relajado, me solté y dije: 'Lo voy a noquear', y no pude, pero en el quinto me sentí relajado y cuando me solté, fue cuando hice lo que quise con él; lo noqueé. Fue algo increíble, porque nunca pensé en la vida llenar el Estadio Azteca".

¿Ya conocía antes de la pelea el Azteca?
"Sí. Dos veces había ido y por eso nunca pensé llenarlo, ni en sueños. Llenar el Azteca es algo increíble".

¿Podría decir que es la noche más representativa de su carrera?
"La pelea con [Héctor 'Macho'] Camacho fue más mediática. Los boletos se vendieron en media hora y tenía el récord de entrada ahí [en el Thomas & Mack Center de Las Vegas], pero el Estadio Azteca es la noche más increíble de toda mi carrera y de mi vida, porque estar ahí en medio del ring ante 136 mil personas es algo insólito".

¿Habrá alguien que lo supere?
"Sí. Los récords se hicieron para romperse, siempre habrá alguien que rompa el récord y más ahora con tantas redes sociales que hay, es mucho más fácil. Pero les va a costar trabajo, no va a ser nada fácil. Aparte, no me pueden romper el récord en el Estadio Azteca, ya le redujeron la capacidad [risas]".

Nota del editor: Esta nota fue publicada originalmente el 20 de febrero del 2018