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Bebu Verón se prepara con todo para un gran 2024

Atrás quedó la noche del 9 de diciembre en Pembroke Pines, Florida. En el Charles F. Dodge City Center, el mexicano Rafael Espinoza se anotó uno de los grandes triunfos del año cuando, tras haber andado por el suelo, no solo terminó derribando en el último a su rival, el cubano Robeisy Ramírez. También le arrebató la corona WBO de los plumas, al vencerlo por puntos en un fallo que también fue una de las sorpresas de la temporada.

Esa velada, que transmitió ESPN KNOCK OUT, tuvo también un protagonista argentino. En un tono menor, si se quiere, ya que la pelea fue a 8 asaltos, pero haber formado parte de ella fue importante para Francisco Daniel “Bebu” Verón.

“Un momento muy bueno para mí, por el desarrollo, por el resultado y porque el haber sido para Top Rank me abre muchas puertas que pueden ser más que valiosas para nosotros”, afirma.

Cuando “Bebu” habla de “nosotros”, incluye no solamente a su padre, sino a toda su familia, familia de boxeadores de la cual hoy, es la figura ascendente y llena de posibilidades.

Verón suma 14 peleas, con 13 victorias y 10 nocauts a favor. Y un empate. El logrado, justamente en Florida el 9 de diciembre, ante el neoyorquino de Deer Park Jahi Tucker, que ahora suma 10 victorias (5 antes del límite) y 2 empates. Pelea dura, en la que el argentino –conducido en la esquina por su padre, Frankie-, dominó en los primeros asaltos para ser desbordado casi al final por su rival. En síntesis, el empate le sirvió a ambos, aunque para papá Verón, “Mi hijo había hecho un poco más y debió haber ganado, pero esto de pelear de visitante y contra un boxeador de la casa, ya se sabe, nunca es fácil, así que lo importante es que por lo menos dieron empate y que seguramente pronto volveremos a pelear para Top Rank, y eso tiene un doble valor, sin duda”.

Verón, que representó a la Argentina en los Juegos de Tokio, es una de las figuras del actual boxeo argentino. Para esta pelea, padre e hijo estuvieron como tres semanas entrenando en los Estados Unidos, buscando experiencia y buenos sparrings. “Junto a Johnny Acosta, que nos viene ayudando y apoyando desde hace rato, estamos trabajando a fondo”, afirma su padre. “Ya hace un año Bebu peleó en la Convención de la Asociación Mundial de Boxeo en Orlando, Florida (pelea en la que estuvimos por ESPN.COM) donde logró el título Continental de las Américas el peso mediano. Y viene de una victoria por puntos muy dura, pero también muy buena, con el ruso Timur Kerefov”.

Eso ocurrió el 9 de junio en una edición de “K.O. a las Drogas”, de la WBA, efectuada en el Casino Buenos Aires. Timur, de 33 años, venia invicto con 13-0, 7 victorias por KO y Verón lo venció ajustada pero merecidamente por puntos, reteniendo su título Continental de las Américas de la categoría mediano. Esa noche el argentino registró 71,800 Kg, pero ante Tucker peleó en casi mediano junior, registrando 70,300, o sea un poco más arriba del límite de 69,853. “Llegué comodísimo a ese peso, con decir que el día de la pelea desayuné lo más bien, sin problema alguno”, dice.

Y aunque está primero en el ranking argentino de los medianos, no es arriesgado pensar que podría seguir actuando en mediano junior. El Bebu, nacido en José León Suárez, ya ha actuado como profesional en Dubai, México (Tijuana y Aguas Calientes) y en los Estados Unidos en Orlando, en diciembre pasado, cuando durante la Convención WBA derrotó por KOT en 5 a Leonardo di Stefano Ruiz. “Así que ahora, pensando en Top Rank y en lo que viene, estamos muy satisfechos de cómo estamos trabajando”, afirma el padre.

“Para esta pelea entrenamos con gente como Virgil Ortiz, para que tengan una idea; estuvimos tres semanas en Estados Unidos. Una semana con Robert García y también en el gimnasio Wild Card, de Freddy Roach, haciendo guanteos muy duros. Solamente unos faltó un sparring parecido a Tucker, por eso se nos complicó un poco, pero estamos ganando experiencia para el futuro, así tomamos las cosas”, afirma el padre. Bebu está cómodo con la balanza y sabe que la única solución es entrenar, y mucho.

“Vamos a descansar un poco para las fiestas, pero con la mente puesta en volver pronto al gimnasio”, afirma. “Tuvimos un muy buen encuentro con la gente de Top Rank y es posible que hagamos un contrato por tres peleas más, pero yo de eso no me preocupo porque para eso está mi papá y Johnny: lo mío es entrenar. Yo creo que lo fundamental fue el campamento afuera. En Argentina estamos muy bien, pero el tema pasa por tener enfrente sparrings que te exijan y para eso hay que venir aquí y seguramente lo vamos a seguir haciendo”.

Familia de boxeadores. Luis Alberto (“Lucho”, de 31, con 20-8-2, 9 KO), “Bebu” de 25, Nicolás David (29, con 11-11-1, 3 KO, llamado “Mazazo”), Fabricio Daniel, que es aficionado, (19, con un record de 8-2-0) y Maxi, también profesional (7 peleas, todas ganadas y 2 por KO), son parte de la numerosa familia. Todos ellos son boxeadores. Frankie –cuyo padre, Jorge Pedro, también fue boxeador- y su esposa y madre de todos, Marta, siente que nada es como la familia unida. “Están las chicas también, Maira, Sofía y Elizabeth. Son tantos que los teníamos numerados cuando eran más chicos… Pero un día, después de un cumpleaños, aunque los contamos, entre ellos venía un vecino. ¡A Nico lo habíamos dejado en la casa que habíamos visitado! Parecíamos la película Mi pobre Angelito”, recuerda, riendo, Papá Verón, al que un accidente ferroviario le privó continuar boxeando en los años 70.

Con la preparación física de Peto Ruiz –hombre de altísimo nivel en la Selección Nacional-, los servicios profesionales del “Médico de los campeones”, como se conoce al doctor Walter Quintero (atendió entre tantos otros a Jorge Castro o Omar Narváez) y Marcelo Sproviero, masajista, forman un equipo en el que no falta la asistencia en todo de “El Flaco” Alejandro Falliga.

La noche de diciembre en Florida dejó también sensaciones. Una, la gran victoria de Espinoza (22-0, 18 KO) sobre el cubano Robeisy (13-2, 8 KO). “Este chico mexicano hizo una gran pelea, trabajándolo primero abajo y terminó liquidándolo. Peleó con hambre, incluyendo el hecho de estar 10 a 1 abajo en las apuestas. Lo liquidó al final. No lo dejó hacer al cubano y cuando vi que demoraban el fallo, me asusté un poco, porque peleó contra todos, solamente vino con su familia, pero se hizo justicia”, dice Frankie.

Y, en cuanto a Zayas, que ahora suma 18-0, con 12 KO tras derrotar en la misma velada al español Jorge Fortea (24-4-1, 9 KO), cuenta Bebu: “Es un tipo muy educado y simpático. “Hasta se arrimó a nosotros para decirnos que nos iba a pedir que lo ayudáramos en el futuro para guantear juntos. Le dijimos que, en realidad, lo que queremos es pelear con él”, afirma Verón, que además es un estudioso de la preparación física.

“Yo creo que estaríamos más cómodos con Zayas que con Tucker, aunque no pienso que por ahora se pueda hacer”, dice Frankie. “Tiene muchos fanáticos, lleva mucha gente y no creo que vayan a ponerlo con el Bebu, que para mí, hoy, no tiene techo. Nosotros hicimos guantes con Virgil Ortiz y fueron rounds espectaculares. Zayas tuvo un rival a la medida, eso es cierto, pero no se puede negar que es muy bueno. Esperemos para más adelante, si Zayas puede pelear en febrero o marzo, capaz que estamos en la misma cartelera”, afirma el padre.

Seguramente el año que se viene será más que importante para el Bebu y ellos lo saben. La consigna, como quedó dicho, es muy sencilla: entrenar mucho, trabajar a fondo y tratar de seguir aprendiendo. “Son muchos los que nos ayudan siempre y nos debemos a todos, pero fundamentalmente, al boxeo argentino. Soñamos en grande y para eso se trabaja a fondo. Y esperamos que el 2024 sea nuestro” afirman padre e hijo.

Y, por cierto, el boxeo argentino los está esperando.