Por primera vez en su historia, el boxeo argentino no clasificó para participar de un Juego Olímpico.
El doctor Luis Doffi, presidente de la Federación Argentina de Box desde comienzos de 2023, se acomoda en su sillón de Castro Barros 75 y habla. Como siempre, este abogado nacido en Chajarí, provincia de Entre Ríos, se expresa con detallismo, sin alzar jamás la voz y con claridad de conceptos. Un Doffi auténtico que conocemos hace más de veinte años y que alguna vez aseguró que jamás pensó en ser presidente de la FAB.
“Creo que de esta situación deberíamos sacar enseñanza todos”, afirma. “Cuando se habla de la rica historia olímpica del boxeo, es bueno ubicarla en el contexto histórico. Antes se viajaba con un equipo completo -ya hasta con suplentes- sencillamente porque se clasificaba por país. Hoy, mejor dicho: hace rato, se hace por regiones. Los países que conformaban la Unión Soviética ahora participan por su cuenta, como se sabe. Entonces clasificar no es tan fácil. Argentina no pudo. Y entonces es el momento de revisar a fondo qué ocurrió”
¿Y por donde se empieza?
“Ante todo, una charla con el cuerpo técnico, o sea con Fabricio Nieva, Omar Narváez y Víctor Hugo Castro, escuchar a estos hombres que tienen experiencia en el tema. Sería muy simplista hacerlos responsables. Se dice que no hubo apoyo económico de la Secretaria de Deportes o que hubo poco, y es cierto. Pero no hay que olvidar que hay un nuevo gobierno que recién asumió hace seis meses: no se le puede hacer un reclamo. Nosotros mismos, llevamos un año de gestión y un período olímpico demanda cuatro años. Acá se han realizado campeonatos nacionales, tres por año en 2022, 2023 y creo que serán cuatro en 2024. Hay mucho material humano. Brasil, que tiene un gran apoyo del estado, clasificó a cinco boxeadores, igual que Cuba. No es casualidad. El tema es cómo encarar la competencia olímpica”
Competencia que, después de París, estará bajo la lupa para los Juegos que vienen.
“Exactamente, porque nadie sabe qué va a ocurrir con el boxeo. Primero habrá que esperar cómo sigue esta historia, que fue dominada durante muchos años por AIBA, con una mixtura de boxeo amateur tradicional y profesional que se mantiene todavía”.
Aquellos que criticamos muchas veces a Osvaldo Bisbal por su relación con AIBA, tenemos que aceptar que no estaba tan errado.
“Cierto y yo también fui uno de los críticos de esa gestión, pero con errores y aciertos, a los Juegos de Río viajaron boxeadores que hoy son figuras, como Alberto Melián, Beto Palmetta, Yamil Peralta, Nacho Perrín y Fernando Martínez, hoy campeón mundial. Y, de hecho, para los Juegos de Tokio compitieron Mirco Cuello, Francisco Verón, Ramón Quiroga -que también estuvo ahora para viajar a Paris- y Dayana Sánchez. Viendo la fotos de esas selecciones, con boxeadores proyectados luego internacionalmente como profesionales, uno ve que algo ha faltado en esta, habrá que saber por qué”.
Cuando se habla de dinero, se menciona siempre a la Federación Argentina de Box. ¿Es así?
“Nosotros carecemos de sponsors, salvo la marca Sonnos, que aporta camisetas, pantalones y guantes. El boxeo profesional está marcado por Boxeo de Primera, pero todos saben que la FAB no está en un gran momento”
Muchas veces se habló del aporte que podrían ir haciendo los promotores que trabajan para Boxeo de Primera porque, después de todo, los competidores olímpicos de hoy, serán las figuras del mañana.
“Eso es cierto y es un tema que habrá que hablar también, porque todos sabemos que cuando un boxeador se destaca en la competencia olímpica, tiene una atracción diferente para su paso definitivo al profesionalismo. Pero, hablando de ese tema, tener en cuenta que hay boxeadores que tampoco tienen deseos de continuar compitiendo en los dos aspectos. Mirco Cuello es un ejemplo: él ha preferido seguir solamente como profesional, y es comprensible, porque las becas tampoco son tan grandes para los competidores y ellos tienen familia y obligaciones, tiene que vivir el día a día”.
¿Y por el lado de los técnicos?
“Seamos realistas: ser técnico de una selección no es lo mismo que serlo del profesionalismo, en donde el boxeador se prepara solamente para una pelea específica. Acá hay que tener en cuenta la duración de los rounds, el ritmo de una competencia, que puede ofrecer una pelea cada dos días por ejemplo, el tema de mantener en peso al boxeador y por supuesto, todo un reglamento que no es igual al profesional. Entonces, para que un técnico se forme específicamente para la competencia olímpica, llamémosla así, tiene que tener un largo recorrido”.
¿Se hará alguna vez una reunión en la que participen todos los estamentos, desde jurados a dirigentes, pasando por promotores, árbitros, técnicos y boxeadores? Lo hemos propuesto muchas veces desde este medio y otros, pero…
“Pero a lo mejor ha llegado el momento de hacerlo. Nunca soñé con ser presidente de la Federación, pero aquí estoy, tratando de hacer lo mejor por un deporte que alguna vez, aunque de manera fugaz, también practiqué”.
Ojalá se realice porque la rica historia del boxeo argentino se lo merece. Sería un gesto de grandeza de todos, una señal de que nuestro boxeo sigue vivo y en combate.