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Galíndez-Cuello, la pelea que no fue

Galínez tuvo varios reinados mundiales Getty Images

El año 1977 es el símbolo de un gran momento del boxeo argentino a nivel mundial. Símbolo con sus luces y sombras, aunque con más luces que otra cosa.

Eran los tiempos de Juan Carlos “Tito” Lectoure al frente del famoso Luna Park, en ese momento considerado el Madison de Nueva York. Allí habían lucido -y era historia fresca, de apenas unos años anteriores- Horacio Accavallo o Nicolino Locche, ni más ni menos.

En marzo 1977 Miguel Angel Castellini dejó de ser campeón mundial ante Eddie Gazo en Nicaragua. Reinado fugaz, que había comenzado el año anterior cuando venció ajustadamente en Madrid a José Durán, por el mundial mediano junior de la WBA.

Mientras tanto Víctor Emilio Galíndez, uno de los favoritos de Lectoure, seguía reinando desde 1974 como titular mundial medio pesado WBA. Fue el primer boxeador argentino en coronarse campeón mundial en el legendario Luna Park.

Galíndez no estaba solo, porque la división era rica en figuras, como el ascendente Juan Domingo Suárez, tremendo noqueador, Abel Celestino Bailone, Avenamar Peralta, Jorge Ahumada -quien combatió tres veces por el campeonato del mundo, incluida una con el propio Galíndez en Nueva York, 1975-, Pedro Rimovsky o Raúl Ignacio Loyola.

De ese grupo se destacaba un tremendo noqueador: el santafecino Miguel Angel Cuello. Aunque peleó en muchas ocasiones en el Luna, Cuello en realidad no pertenecía a las filas de Lectoure. Tenía su manager, Osvaldo “Pato” Nogueira, un “bon vivant” que había sabido tirar guantes.

Pero también entonces había una situación, que sacudió al boxeo argentino. En 1976, tras la victoria de Carlos Monzón ante Rodrigo Valdés, unificando la corona de los medianos, Tito Lectoure se había desligado del santafecino en medio de un escándalo. Lectoure acusó a sus nuevos asesores (en realidad, a Steinberg) de que Monzón corría riesgos con su dinero y a su vez, Steinberg denunció a Tito de que había cobrado dinero de las bolsas de Monzón por debajo de la mesa.

Semejante conflicto derivó en que Monzón formara su propia promotora junto a su técnico Amílcar Brusa y el empresario José “Cacho” Steinberg, denominada “Primera Fila”.

Monzón ya estaba en la parte final de su carrera, como que fue el 30 de julio de 1977 Monzón se retiró del boxeo, tras derrotar por segunda vez a Rodrigo Valdés, por el unificado título mediano, WBA y WBC.

“Primera Fila” necesitaba una figura de recambio y fue entonces cuando logró la firma de Cuello, que estaba muy bien posicionado en el Consejo.

Así surgió la pelea entre el campeón John Conteh y Cuello para el 21 de mayo de 1977. Conteh no aceptó de última y entonces el Consejo decidió dejar vacante la corona y montar el choque entre Cuello y Jesse Burnett, quien estando disponible, aceptó a pocos días del encuentro, fijado en Monte Carlo.

Para el boxeo argentino fue todo un acontecimiento. Con Galíndez campeón WBA, la chance de tener a un titular del Consejo era algo lleno de posibilidades de gloria y poder.

En esa época se peleaba a 15 asaltos; no existían ni WBO ni IBF.

Cuello ganó Montecarlo luego de pasar algún momento dramático, Se recuperó y pero terminó imponiendo la dinamita de sus golpes. Fue nocaut en 9 y el festejo fue más allá de su título mundial, porque también significaba una gran conquista para la recién nacida “Primera Fila”, que surgía como la gran competencia del Luna Park.

Cuello y Galíndez no eran amigos, pero tampoco tenían mala relación. Representaban, eso sí, a dos compañías rivales.

Demás está decir que un choque entre ambos, aunque se habló mucho del tema, jamás se discutió ya que pertenecían a dos empresas totalmente enfrentadas. Además, ambos reinaron en un plazo muy breve. Llegaron a posar juntos en una producción fotográfica de la revista “Gente” vestidos de reyes, sentados a sus tronos y con sus cetros reales.

Todo aquello duró poco.

Una lesión sufrida por Cuello en una rodilla lo disminuyó demasiado. Así que el santafecino perdió su primera defensa, cuando cayó ante el yugoslavo Mate Parlov, el 7 de enero de 1978, en Milán, con Brusa en su rincón. Terminaba también el reinado de dos argentinos en la misma categoría.

Ese período, entre mayo de 1997 y enero de 1978, cuando el boxeo argentino tuvo dos campeones mundiales al mismo tiempo en la categoría medio pesado, fue un tiempo breve, brillante e irrepetible.

Cuello falleció el 14 de septiembre de 1999 (Día del Boxeador en Argentina) dejando un tremendo récord de 21 ganadas con 20 por KO y una sola derrota, ante Parlov. Se retiró luego de ese combate. Murió a los 53 años.

Galíndez tuvo dos reinados y se retiró con 55 victorias, 34 por nocaut y 9 derrotas. Murió en un accidente durante una carrera de autos de Turismo de Carretera, el 26 de octubre de 1980. Su última pelea fue una derrota por puntos ante Jesse Burnett, el mismo ante quien Miguel Angel Cuello se coronó campeón del mundo. Galíndez tenía 31 años.

Durante ese breve período, ambos fueron campeones al mismo tiempo. Un hecho que hoy, en tiempos de unificación de los medio pesados con Beterbiev-Bivol, vale la pena recordar como un ejemplo de esos tiempos en los que el boxeo argentino brillaba como pocos.