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Gustavo Olivieri, presidente de WBO, en Buenos Aires y con proyectos

Gustavo Olivieri, presidente de WBO, en Buenos Aires junto con Omar Narváez y Jesuán Letizia, vicepresidente de WBO Latino. Gentileza WBO

Gustavo Oliveri, nuevo presidente de la Organización Mundial de Boxeo desde octubre pasado, estuvo por primera vez en Buenos Aires.

Su visita, más cerca de lo coloquial y afectivo que de lo protocolar, sirvió para conocerlo mejor y escuchar algunos de sus proyectos.

La realización de la próxima convención de la entidad será en octubre en Bogotá, Colombia, y ello es una manera de anticipar sus futuros movimientos.

"Para mí es un placer estar en esta hermosa Buenos Aires", nos dijo cuando tomamos el primer café en la histórica zona de San Telmo, a cien metros de la Plaza de Mayo. "Y no lo digo solamente por la tradicional relación que tiene el organismo con el boxeo argentino, sino también por los recuerdos y comentarios que siempre recibí de mi gran mentor y maestro, Francisco "Paco" Valcárcel, un amante de Argentina".

Acompañado por el vicepresidente de WBO Latino, Jesuán Letizia, y el árbitro Gustavo Tomas, Olivieri nos contó sus actividades en Buenos Aires. Desde partidos de fútbol, a varias visitas a la ciudad y conferencias de prensa hasta su emocionado recuerdo para el Papa Francisco en la Basílica San José de Flores y el adelanto de que lo ocurrirá en Bogotá.

"Nuestra idea es abrir todas las puertas durante la próxima convención, esto es que el aficionado común también pueda participar. Que todo lo que se haga sea transparente y ayude a los seguidores del boxeo a estar cerca de sus ídolos, pero también ponerse al día de cómo trabajan árbitros y jurados y cómo se realizan los rankings, me parece que es algo que el aficionado también necesita: estar más cerca del organismo y de los que trabajan en el boxeo".

Olivieri está muy entusiasmado con el proyecto. "Contamos con el gran apoyo de la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB) y se espera una gran repercusión para lo que será la 38ª.Convención anual. Calculamos una asistencia de 600 personas de por lo menos 60 países, se abrirán unos 800 nuevos empleos y habrá más de 150 visitas a la experiencias inmersivas del boxeo. Será en el Ágora de Convenciones de Bogotá, del 27 al 31 de octubre".

Francisco Valcárcel dio un paso a un costado el año pasado en San Juan de Puerto Rico, durante la convención de la WBO. Anticipando el acto eleccionario, "Paquito" decidió tomar el camino del retiro dándole la bienvenida a Gustavo Olivieri -abogado, 40 años- quien ya llevaba ocho años trabajando junto a él.

"Vamos a ir acercándonos más a los aficionados a través de las redes sociales y por sobre todas las cosas, valorando estrictamente los rankings, dando oportunidades a aquellos que a fuerza de ir ganando peleas, vayan ascendiendo hasta ser legítimos oponentes", dice Olivieri. "A veces una racha fortuita de victorias hace subir a un peleador que no ha sido probado a fondo o quien no está todavía lo suficientemente maduro para disputar un campeonato. Ello termina perjudicando a todos, hasta a los propios campeones, por defender sus coronas en peleas sin grandes riegos, que es, justamente, lo que hace más fuerte al boxeo: grandes retadores para probar a grandes campeones, generando choques atractivos".

Y, a propósito de los títulos Latino, enfatiza que "Nuestro compromiso fue siempre el que estos cinturones sean un pasaporte para no solamente ingresar al ranking mundial, sino a una oportunidad mundial. Y para ello, disputar un título Latino no es para cualquiera, sino para quien realmente haya realizado méritos y victorias para lograrlo".

Olivieri, siguiendo la tradición de la WBO, hizo entrega de una donación a un hospital -el Madame Curie, especializado en oncología - y de elementos de boxeo a un gimnasio, en este caso a la escuela de boxeo “Mi Rincón”, de la calle Roosevelt 5237, del barrio de Villa Urquiza, a cargo de los entrenadores Leandro Maximiliano Ledesma, Nelson Suárez y Facundo Iván Saroba. Fue un muy grato momento con cultores de todas las edades con quienes compartió un largo y cálido momento.

Este tipo de donaciones son comunes en la WBO, como ya se hiciera recientemente en su nombre, a través de Jesuán Letizia, en Mendoza o Villa Gesell, en donde trabajan como técnicos dos ex campeones mundiales WBO, Pablo Chacón y “Artillero” Velazco, respectivamente.

De la misma forma, disfrutó el encuentro con Omar Narváez, el campeón mundial WBO en dos divisiones que a lo largo de 27 defensas.

Fue justamente la WBO que le permitió coronarse campeón mosca ante el nicaragüense Adonis Rivas, el 13 de julio de 2002. Histórica noche, puesto que se reabrió el Luna Park de Buenos Aires luego del fallecimiento del gran Juan Carlos "Tito" Lectoure. El "Huracán" logró esa corona, por puntos, a los 26, con 11 peleas realizadas para luego reinar en la división supermosca.

El jueves 24 ofreció una gran conferencia de prensa en el Howard Johnson Plaza, ubicado en pleno centro de la ciudad de Buenos Aires. Y luego se desarrolló una interesante clínica para oficiales de ring a cargo de Jesuán Letizia, quien -además- fue un eficiente anfitrión de la visita de Olivieri, junto a la colaboración de José Valera. El seminario abarcó conceptos internacionales básicos de inicio y congregó a una gran cantidad de asistentes.

"Esto de ayudar a los gimnasios es muy importante para nosotros", explicó Olivieri. "En Puerto Rico contamos con la generosa participación de Jake Paul y Amanda Serrano. Se les da a los chicos la gran oportunidad ya no solamente de ser campeones mundiales sino -tal vez más importante y menos llamativo- de salir de la calle, de poder optar por otra vida más sana y con otras aspiraciones".

Olivieri pasó por Buenos Aires lleno de proyectos, formando un puente entre la gran tradición de la entidad con el futuro, que abarca no solamente puertas abiertas, sino también estrechos lazos con las otras entidades y una mayor fluidez de comunicaciones a través de las redes sociales.

Pero, por sobre todas las cosas y tomando sus palabras, "Sin olvidar lo más importante: el boxeador. Él es quien toma riesgos, se expone brindando espectáculos y luchando por un cinturón. Queremos que justamente ese cinturón haga honor al peleador y viceversa, que sean títulos por los que valga la pena luchar y a través de ellos, hacer historia".