La rivalidad en el boxeo, entre mexicanos y boricuas, no es patrimonio exclusivo de los enfrentamientos en los cuadriláteros. En el ring se han medido las habilidades con suerte diversa y en épicas batallas que son parte de la mejor historia del boxeo mundial. Pero la eterna rivalidad, a esas peleas, suma las estadísticas y las hazañas individuales de un lado o del otro.
México y Puerto Rico le han dado al mundo centenas de campeones, le han dado a dos de sus cuatro mayores organismos boxísticos, la OMB y el CMB, le han dado estilos de pelea gracias a sus escuelas de boxeo legendarias. También le han dado a este deporte planetario ejemplos de superación e inolvidables hazañas.
No necesitamos recurrir apenas a las batallas en el ring entre mexicanos y boricuas, para medirlos bajo la lupa de la rivalidad. El crecimiento individual de sus representantes, siempre compitió entre sí, mediante los títulos, a través de las estadísticas e incluso midiendo la calidad de los oponentes vencidos.
De ese universo de campeones por donde transitó la historia de México y Puerto Rico, nos corresponde rescatar apenas ocho nombres. Ocho leyendas que no aparecieron en mi "Top 10 de la Rivalidad", pero que son una parte gigantesca de esa esencia con que se nutre el orgullo de los fanáticos.
Nombres gloriosos, que en su mayoría perduran en la memoria colectiva y que en este comentario pretendo que sirvan como símbolo de la otra rivalidad. Nombres que en su mayoría ya fueron inmortalizados en el Salón de la Fama Internacional o aguardan para serlo en breve.
Wilfredo Vázquez, Wilfredo Benítez, José "Chegüí" Torres y Carlos Ortiz de Puerto Rico. Rubén "Púas" Olivares, Ricardo "Finito" López, Humberto "La Chiquita" González y Raúl "Ratón" Macías de México.
De cada uno de los nombrados se puede escribir un libro, para narrar el tamaño de la gloria que cosecharon a lo largo de sus carreras. Y durante esas trayectorias, siempre sus victorias o sus títulos han sido resaltados con orgullo y con la malsana alegría del que ve a "uno de los suyos", en ese momento ser mejor que "alguno de los otros".
• Wilfredo Vázquez, Campeón mundial gallo, supergallo y pluma.
• José "Chegüí" Torres, Campeón mundial semicompleto y medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Melbourne 1954.
• Wilfredo Benítez, ganó títulos en 140, 147 y 154 libras
• Carlos Ortiz: Nacido en nueva York, en la década de los 50' y '60s, fue Campeón de peso ligero y welter junior
• Rubén "Púas" Olivares: Campeon súper pluma, pluma, súper gallo y gallo.
• Ricardo "Finito" López Campeón mundial en peso mínimo de los cuatro organismos CMB, AMB, OMB y FIB, y en peso minimosca de la FIB.
• Humberto "La Chiquita" González: Tres veces campeón del mundo en la categoría de los minimoscas y recordado por sus tres batallas contra Michael Carvajal.
• Raúl "Ratón" Macías: El primer campeón mundial mexicano, en el peso gallo.
Son ocho nombres de gloria y cuyas victorias siguen compitiendo en el libro de las proezas. Ese libro al que hoy los fanáticos suelen recurrir en sus enfrentamientos a través de los foros. Para cada victoria mexicana habrá un triunfo boricua que, de acuerdo con sus fanáticos, lo supere. Por cada victoria de un campeón boricua, no demorará un fanático mexicano en defenestrarla recordando cualquier proeza de un campeón azteca y apuntándola como superior.
La rivalidad entre mexicanos y boricuas se respira en los foros, en las notas de prensa y hasta en una columna neutral como la presente. Porque entre los gloriosos ocho nombres señalados, hay dos proezas que rompen los ojos y que necesariamente obligará a cada lector considerar el tamaño de su grandeza.
Ricardo "Finito" López, se retiró como campeón e invicto luego de 52 peleas. Una hazaña que deja pequeñas a otras más promocionadas como los históricos invictos de Floyd Mayweather Jr o Rocky Marciano con 49 batallas.
Wilfredo Benítez, al inicio de su gloriosa carrera, logró una hazaña única y difícil de superar: se coronó campeón mundial con apenas 17 años de edad. Fue el 17 de marzo de 1976, cuando venció por decisión dividida al histórico colombiano Antonio "Kid Pambelé" Cervantes y se agenció el título welter de la AMB.
¿Cuál hazaña será mayor? se preguntarán los fanáticos. Y en realidad, eso poco importa. Al libro que en la pasión de los fanáticos retrata la historia de estas dos grandes escuelas boxísticas, le quedan aún muchos capítulos por delante. La batalla del 21 de noviembre entre Miguel Ángel Cotto y Saúl Canelo Álvarez, será apenas una página más. Ni mejor ni peor, pero que más allá del desempeño de los dos rivales, servirá para recordarnos que la grandeza del boxeo como deporte, en gran parte, se la debemos a mexicanos y puertorriqueños por igual.