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Daniel Jacobs despacha a Peter Quillin y espera por Lee

Jacobs noqueó a Quillins en el primer round Getty Images

La historia de la esperada batalla entre el campeón mundial mediano de la AMB, Daniel Jacobs (31-1 con 28 Kos) y el ex monarca de la OMB, Peter Quillin (33-1-1 con 23 Kos) duró menos de dos minutos y el campeón confirmó su favoritismo y ganó como ha ganado sus últimas peleas: por KOT. ¿Casualidad, sorpresa? Nada de eso. Simple contundencia y sentido de la oportunidad.

Para entenderlo. Jacobs ganó por más de una razón, aunque son dos los episodios que permitieron un desenlace tan veloz de la batalla. El primer episodio: la asustadora falta de concentración defensiva de Quillin al inicio del combate. El segundo episodio: la claridad mental de Jacobs, para interpretar y ejecutar una premisa fundamental de todo noqueador, “cuando veas a tu rival lastimado, ve encima de él y acábalo”.

En el momento crucial del efímero combate, cuando no habían transcurrido dos minutos del primer asalto, Quillin deja de moverse, se detiene en una posición defensiva y le cede la iniciativa al rival. Jacobs amaga con la izquierda y lanza su derecha alta por encima de la guardia de Quillin. En el manual de la buena defensa, bastaría levantar los brazos o mover la cintura para evitar ese golpe. Sin embargo, cuando la derecha de Jacobs inicia su recorrido, Quillin cierra inexplicablemente los ojos y contrae sus manos, no las sube. El golpe entró como un obús, impactó en el rostro y Quillin, obviamente, no lo asimiló. Ni siquiera lo vio venir.

El derechazo lo lastimó y Jacobs interpretó allí la segunda parte del acto: se le fue encima para terminarlo y lo terminó. En un corto lapso de tiempo le aplicó golpes de todos los colores y con las dos manos. No lo dejó pensar. Lo abrumó una y otra vez, hasta que una derecha por afuera impactó en el parietal izquierdo del retador poniéndolo a bailar “el borrachito”. Aunque, milagrosamente no se fue a la lona. El referí vio los ojos extraviados y la falta de balance de Quillin, por lo cual acertadamente resolvió parar la pelea.

Victoria inobjetable de Jacobs y la duda sobre las razones para la impactante derrota de Quillin. ¿Pudo ser diferente la historia? Sí pudo, eso es indudable. Peter Quillin comenzó el combate ocupando el centro del cuadrilátero y poniendo presión encima de Jacobs. Utilizó el jab con criterio y trató de llegarle con golpes de poder. Más técnico y con mejor desempeño en el boxeo sobre piernas, Jacobs demostró que iba a utilizar todo el ring y respondería desde lo técnico.

Sin embargo, cualquier plan, cualquier buena intención termina cuando uno de los dos oponentes consigue acertar un buen golpe. Jacobs lo acertó y tuvo el olfato suficiente para establecer la secuencia de golpes con la cual aprovechar el acierto. Venció por contundencia, oportunismo y sabiduría.

Quillin, pese a lo breve del combate, volvió a plantear dudas enormes sobre su capacidad defensiva. Lo mostró en su pelea contra Andy Lee y lo repitió ante Daniel Jacobs. El golpe que abrió el camino hacia el KOT, fue un horror defensivo. Pudo nacer de sus propias limitaciones en ese rubro o también pueden ser parte de lo que manejamos en la columna previa a esta pelea: el balance mental de Quillin podía no ser el adecuado para una pelea con tanta exigencia.

El breve tiempo de batalla, ahora, abre la posibilidad de que los dos regresen pronto al cuadrilátero. Jacobs ya avisó que desea ir contra el ganador de la pelea que por el título OMB de los medianos, enfrentará el 19 de diciembre al campeón Andy Lee con Billy Joe Sunders en Manchester, Inglaterra. La otra opción es una revancha directa contra Quillin, como se habló luego de la pelea de este sábado. La otra remota posibilidad, debería tomar en cuenta un posible cruce con Gennady Golovkin o el propio Saúl Canelo Alvarez. Esto último, dependerá de las promotoras, por lo cual es casi imposible de que ocurra.

Lo más rescatable, más allá de las preguntas futuras sin respuesta, fue el buen trato y excelente ejemplo de los dos rivales al final de la pelea celebrada en su propio patio del Barclays Center de Nueva York. Quillin reconoció el mérito de su rival y Jacobs, saludó la carrera de su rival a la que le reconoció sus condiciones.

No obstante, pese al gesto caballeresco, la oferta de una revancha y lo que no ocurrió en una pelea que terminó antes de empezar, algo quedó en claro: Daniel Jacobs es superior a Peter Quillin y no tengo dudas, en una posible revancha volverá a ganar el campeón.