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Wilder busca despejar dudas sobre calidad ante polaco Szpilka

Con dos definiciones de título en un mismo programa, arranca el 2016 para la división de los pesos pesados en al Barclays Center de Brooklyn, NY. En la batalla estelar, el invicto monarca del CMB, Deontay Wilder (35-0 con 34 KOs) defenderá su corona frente al polaco Artur Szpilka (20-1 con 15 KO). En la semiestelar, el ucraniano Vyacheslav Glazkov (20-0-1 con 13 KO) enfrentará al invicto noqueador estadounidense Charles Martin (22-0-1 con 20 KO), por el vacante cetro pesado de la FIB.

Las dos batallas, pero en especial la Wilder vs. Szpilka, son fundamentales para avizorar la forma en que transitará la categoría por un 2016 lleno de promesas y expectativas. Ocurre que de ganar Wilder, es posible que sobre finales de año se enfrente al ganador de la revancha prevista para el mes de mayo entre el campeón de la OMB y súper campeón de la AMB, Tyson Fury, y el ucraniano Wladimir Klitschko.

En la teoría, ese cruce sería el más aguardado por los fanáticos, sin embargo antes del mismo pueden ocurrir muchas cosas, entre ellas, durísimos enfrentamientos para los ganadores de las peleas de este sábado. Si Wilder, como amplio favorito mantiene su corona luego del sábado, es posible que también en mayo defienda contra el ruso Alexander Povetkin (30-1), que era el retador obligatorio pero su última pelea, el pasado 4 de noviembre, (victoria por KO sobre el polaco Mariusz Wach) le impidió llegar a tiempo a este combate.

A la presencia de Povetkin esperando para ir contra el ganador, se suman nombres como los del monarca interino AMB, el cubano Luis Ortiz, que ya advirtió que deberán considerarlo tras su espectacular victoria sobre Bryant Jennings, o figuras de primer nivel como Ruslan Chagaev, Kubrat Pulev, Bermane Stiverne o el propio Jennings.

Las apariciones avasalladoras de Tyson Fury y Luis Ortiz en el tramo final del 2015, abrieron para el 2016 una expectativa inusual en la división pesada que hacía mucho tiempo dormía al ritmo del monótono dominio de los hermanos Klitschko.

La presencia de Deontay Wilder, que al menos en la estadística es el noqueador más efectivo de la actualidad con un 97% de sus rivales vencidos antes del límite, le agrega atractivo a las peleas del 2016. Pero llegado a este punto es necesario preguntarse sobre la verdadera calidad del estadounidense. ¿Está llamado Wilder a ser la nueva súper estrella de los pesos pesados? Pese a su impresionante palmarés es imposible responder esa pregunta.

Wilder construyó su asustadora estadística noqueando, uno detrás del otro, a rivales de nivel inferior o ilustres desconocidos. Recién en su batalla número 33, el 17 de enero del 2015, enfrentó a un oponente de nivel superior: Bermane Stiverne. Fue el día en que ganó el título CMB y también el día en que por primera vez no consiguió noquear a su oponente. En sus dos siguientes batallas, consiguió sendas victorias antes del límite que dejaron más dudas que certezas sobre su verdadero potencial.

El 13 de junio sufrió para vencer a Eric Molina que hasta consiguió lastimarlo y en otra guerra donde pasó serios sofocones, el 26 de septiembre, recién pudo vencer al francés Johann Duhaupas en el penúltimo asalto.

Es cierto que Wilder, desde sus más de dos metros de estatura y gran extensión de brazos, logra sacar ventajas de la innegable potencia demoledora de sus manos. Usualmente espera, utiliza el jab para controlar la distancia y obliga a sus rivales a exponerse al arriesgar buscando llegar a la media o corta distancia. Es en ese momento que el estadounidense recurre a sus demoledores trallazos en combinaciones por afuera o apela al gancho en la corta distancia. Cuando consigue acertar lastima y cuando lastima, solo le basta un segundo impacto para acabar con su rival. No obstante, Wilder es lento y tosco cuando debe asumir el protagonismo ofensivo. En ese escenario se complica cuando el rival se mueve hacia laterales, algo que presumiblemente ocurrirá este sábado.

El polaco Artur Szpilka, es más pequeño pero es movedizo, rápido y de ser necesario apela al boxeo técnico con bastante acierto. Es de esperar que en la batalla del Barclays Center utilice ese recurso, salida hacia laterales, golpeo desde los ángulos o entrar y salir buscando sorprender. A esa herramienta, debemos sumar su guardia zurda, algo que también le complicará la existencia al estadounidense de guardia ortodoxa.

De todas maneras, Deontay Wilder es amplio favorito para llevarse la victoria por la vía rápida, pero no creo que ella suceda antes del sexto asalto. Se espera que luego de la mitad del combate, el estadounidense ajuste el plan de pelea, logre encontrar la distancia y sea efectivo con sus impactos de poder.

La sorpresa puede nacer del plan de pelea elegido por Szpilka. Esperar y trabajar la batalla moviéndose en forma permanente, es la opción que imagino. No obstante, el polaco puede elegir el camino que tomaron los dos últimos rivales de Wilder: ir a la guerra del intercambio en la corta distancia. Molina lo lastimó y el francés Duhaupas, además de castigarlo sin misericordia sobre las cuerdas, le cerró un ojo con su golpeo. Tal vez, Szpilka los imite y se la juegue al todo o nada, aunque es difícil que suceda.

La expectativa es alta. Wilder nos ha demostrado en sus últimas tres peleas que sufre para ganar a rivales de su nivel y este sábado se puede repetir la historia. Lo importante no solo será aguardar un combate entretenido, también podremos evaluar las condiciones del monarca CMB para ir detrás de los otros campeones (Fury, Ortiz, Klinstchko, el que consiga el cinturón de la FIB este sábado o el propio ruso Potevkin). Como sea, para un año en que la división de los pesos pesados promete regresar a los primeros planos, la dos peleas de este sábado serán un atractivo abre bocas.