Leo Santa Cruz es una suerte de "Saúl Canelo Álvarez de las divisiones menores". Es tan amado como odiado y tan elogiado como criticado. Son muchos los que no le perdonan que le haya aceptado un título poco serio como el de Súper Campeón (AMB) luego de su primera pelea en las 126 libras. Sin embargo el peso pluma le debe agradecer mucho a Santa Cruz. Su presencia en la división la ha revitalizado y sumado a la calidad de sus grandes exponentes, ya amenaza con transformarse en la mejor de todas las categorías en el boxeo 2016.
El mexicano no recoge unanimidades, sin embargo las críticas no le hacen justicia a su poder de atracción, al valor agregado de su presencia en la división y la falta de culpas a la hora de enfrentar o no enfrentar a determinados rivales. Al final, son los promotores que digitan las carreras y eligen o descartan a sus futuros oponentes.
Y si bien es cierto que Santa Cruz en las 122 libras enfrentó y venció a muchos rivales que tal vez no llegaban a su nivel de calidad, también es cierto que esa ecuación ha cambiado con su llegada a las 126. Ha vencido dos guerras ante rivales calificados (Abner Mares y Kiko Martinez), ha mostrado aciertos y ha sabido corregir errores sobre la marcha. Se ha fajado de tú por tú cuando ha sido necesario y ha conseguido llevar a buen puerto sus planes de pelea.
Pero si esas dos victorias comienzan a darle cierta legitimidad a un cinturón inexplicable, el futuro abre un camino directo hacia la verdadera legitimización de su calidad. Para ello basta que se cumplan los cronogramas. En principio todo hace presumir que se las verá de nuevo con Abner Mares. Su primera pelea colmó las expectativas y se supone que la próxima podría superarlas. De salir airoso contra Mares, Santa Cruz tendrá que verse las caras con el campeón regular de la AMB en esa categoría, el argentino Jesús Cuellar, un rival peligroso y de mucho respeto.
UNA DIVISION DE PURA CALIDAD
Más allá del camino que escoja recorrer Santa Cruz para consagrarse con sus fanáticos o convencer a sus detractores, la división de los plumas reúne un plantel de figuras que por sí solas ya le dan lustre a la categoría y la mayoría bajo control de un mismo promotor: Al Haymon
Son los campeones Gary Russell Junior (CMB), Jesús Cuellar (AMB) o Lee Selby (FIB) a los que se suman nombres calificados como los de Fernando "Cochulito" Montiel, Abner Mares, el mexicano Robinson Castellanos y el colombiano Oscar Escandón que el próximo sábado pelean entre sí por el cetro interino del CMB. A ellos sumemos los que se supone subirán de categoría en breve como el actual doble campeón de los súper gallos Carl Frampton o el cubano Guillermo Rigondeaux.
Tampoco olvidemos al campeón pluma de la OMB, el ucraniano Vasyl Lomachenko que seguramente el 30 de abril tendrá una dura batalla contra el ex campeón Nicholas Walters.
Gary Russell estaría subiendo este año a las 130 libras pero ello no se ha concretado aún, por lo que se mantiene con el título del CMB y es figura prominente como rival de Santa Cruz o el mismo Cuellar. Lo mismo ocurre con Vasyl Lomachenko (ante quien sufrió la única derrotsa de su carrera) , del cual mucho se ha insistido sobre su llegada las 130 libras, peso en el cual enfrentaría a Walters. De todas maneras el ucraniano es promovido por Bob Arum y una revancha o una pelea contra cualquiera de los otros monarcas pasaría inevitablemente por el filtro de Haymon, lo que dificultaría su concreción.
No obstante, en algún momento se dijo que Santa Cruz tendría entre sus metas a futuro seguir subiendo divisiones, lo que transforma a toda la división pluma en su conjunto (126 y 130 libras) en una enorme atracción. No olvidemos que, precisamente en los súper plumas se encuentra el mexicano Francisco "El Bandido" Vargas campeón del CMB, protagonista de la mejor pelea del 2015 (contra Takashi Miura) y del cual se habla de una primera defensa contra Orlando Salido y luego no se descarta que su siguiente rival sea, precisamente, Vasyl Lomachenko.
Visto ese panorama, es necesario rever hasta nuestros propios vaticinios. A comienzo de año consideré que luego de muchos años, en esta temporada veríamos la división de los pesos pesados destacarse sobre el resto. Las cosas, sin embargo, pueden ser muy diferentes. Si los plumas y los súper plumas cumplen lo que prometen, es posible que ellas sean las grandes divisiones del 2016. Y para que eso ocurra, el éxito dependerá en gran medida de las peleas que protagonice Leo Santa Cruz.