Manny Pacquiao ganó su última pelea, anunció su retiro y dijo que no sabe si efectivamente será su retiro. El filipino dijo algo parecido a, "Nunca estuve en esa situación, entonces no sé cómo me sentiré". El significado de esa frase es uno solo: aún no ha decidido nada y resolvió dejar a todos felices. A su familia que desde el 2012 le reclama por esa decisión y al negocio del boxeo para el cual el PacMan es una mina de oro.
Las próximas semanas, nadie lo dude, serán una batalla entre unos y otros tratando de convencer a Pacquiao de que se termine de ir o se termine de quedar. Su familia sufre imaginando otro KO parecido al que le propinó Juan Manuel Márquez en el 2012. Los promotores sueñan con un PPV multimillonario ante Saúl Canelo Álvarez o hasta una hipotética revancha contra Floyd Mayweather. Parece temprano para imaginar cual será la decisión definitiva de Manny, pero no es temprano. Es posible que tan cerca como en el mes de mayo se dilucidará todo el futuro del filipino.
El 5 de mayo en Las Vegas, Canelo enfrenta a Amir Khan y cuatro días más tarde, el 9 de mayo, Manny Pacquiao enfrenta a las urnas en su deseo de ser electo senador representando a su partido la Alianza Nacionalista Unida de Filipinas. Luego de esos dos eventos, el panorama volverá a punto muerto. Canelo y Manny estarán frente a la decisión que les haya deparado el destino. El mexicano si venció a Amir Khan estará en pleno proceso de elección de su próximo rival y el filipino se encontrará bajo la influencia del resultado electoral. Si es electo será una cosa, si no es electo será otra. ¿Tal vez, seguir ganando dinero en el boxeo?
En el 2015, cuando decidió aspirar a un escaño en el senado filipino, Pacquiao dijo a la prensa local que "No digo que me vaya a retirar ya, porque es seguro que habrá otro combate antes de las elecciones. Después quién sabe". El combate ya ocurrió, las elecciones aún no. Después "quién sabe".
Esa fue una señal repetitiva en las declaraciones de Manny apuntando hacia un mismo objetivo: "plantar dudas sobre la verdadera fecha de su final de carrera" PacMan es de esa clase de triunfadores que manejan internamente todo un ritual de amarguras a la hora de digerir sus derrotas. Es un proceso oculto que les impide decir adiós dejando deudas pendientes.
La derrota sufrida en la última pelea contra Juan Manuel Márquez es una verdadera cuenta pendiente en su legado. Recordemos que el filipino pidió una quinta pelea. No quería terminar la saga de una manera tan humillante. La quinta batalla no ocurrió y la carrera del filipino cambio para siempre.
Ya no fue el Pacquiao avasallador de antaño, se volvió cauteloso, medido en su agresividad, mantuvo la velocidad como recurso, pero aplicada al componente técnico y nunca al del intercambio abierto. Hemos visto luego del fatídico 8 de diciembre de 2012, a un Pacquiao más endeble e incluso con aparente menor poder en las manos.
Las peleas que sostuvo demostraron ese deterioro, sin importar su resultado. Brandon Ríos, Tim Bradley II, Chris Algieri, Floyd Mayweather y Tim Bradley III. Cinco batallas fueron suficientes para definir al nuevo Pacquiao. Pero lo que parece ser una señal inequívoca de que es el propio boxeo de Pacquiao el que está retirando a Pacquiao, por el contrario es otro aliciente a mantenerlo peleando.
Su familia, que asiste a cada una de sus peleas, lo ve más maduro a la hora de tomar precauciones, más consciente de que puede ser lastimado de gravedad y por esa razón su boxeo paso a otro nivel, donde preservar su salud pasó a ser más importante que ofrecer el show sangriento de sus batallas históricas. ¿Qué significa esto? Muy sencillo, si Manny Pacquiao decide mantenerse por un tiempo más en el boxeo, su familia esta vez no será un impedimento rígido como si lo fue con sus reclamos en el 2012.
Por el contrario, el peso de Top Rank y HBO en cualquier decisión del filipino esta vez será más convincente que el de su familia. Todo dependerá del dinero ofrecido, es verdad, pero también dependerá de la inteligencia de Bob Arum para escribir el guion del verdadero final de una carrera legendaria como la de Pacquiao. Y ese final tiene nombre: Canelo Álvarez.
Canelo representa el final perfecto para PacMan. Es el mexicano del momento, el rival que garantiza una cifra millonaria en la recaudación del PPV y lo más importante, es la oportunidad de cerrar con broche de oro su carrera enfrentando a un representante de la escuela boxística que le permitió a Pacquiao el lugar que ocupa en la historia del boxeo mundial.
Fueron sus choques memorables contra Barrera, Morales, Márquez, Margarito o De la Hoya las batallas que llevaron a Pacquiao al pináculo de su fama. La posibilidad de retirarse ante un mexicano con el mismo grado de convocatoria es una opción a la cual sería imposible negarse. El destino que alguna vez, al comienzo de su carrera, hasta lo pudo poner frente a frente contra Finito López, ahora como en un juego de naipes al final del trayecto, le otorga la carta crucial, la oportunidad única de enfrentar a Canelo, vencer a Canelo y escribir con letras de oro el último capítulo de su carrera. Una hazaña que tal vez consiga borrar el mal recuerdo del KO sufrido ante Márquez.
Es verdad que ser electo senador podría ser un problema en esa aspiración, pero también un increíble aliciente, un nuevo elemento para que los detalles del final sean como nacidos de una novela épica y le den el impulso que necesita a quienes desean promover su candidatura a la presidencia." La última pelea del flamante senador y el primer peldaño rumbo a la presidencia".
Nadie lo dude. Manny Pacquiao no se fue y hasta es posible que entre bambalinas ya se esté escribiendo el borrador del millonario contrato para una mega pelea contra Canelo Álvarez. Amanecerá el mes de mayo y seguramente lo veremos.