Gennady Golovkin ganó una nueva defensa de título, como siempre, por KO y masacrando a su adversario. No obstante esta vez, emuló a la saga de la exitosa película de Vin Diesel: "fue rápido y furioso". Terminó la batalla en menos de dos asaltos. El kazajo, tal vez, buscó demostrarnos a todos que para él no hay rival pequeño y no pretende hacer la del gato y el ratón ante los más débiles. Quien se anime a enfrentarlo, entre los medianos, pagará las consecuencias.
El resultado de la batalla contra Dominic Wade fue el esperado, no obstante, presumíamos que el estadounidense iba a durar un par tan siquiera hasta la mitad de los 12 asaltos estipulados. GGG fue demasiado, tan demasiado que mi primera anotación fue una pregunta al papel en blanco. ¿Cuál mecanismo será el que emplea la FIB para ranquear a sus pugilistas?
A la luz del resultado y su desempeño suena irreal que Dominc Wade se encontrara en el primer lugar de la lista de oponentes para un campeón con el nivel de Golovkin. Tal vez, si este tipo de elecciones se repiten deberíamos comenzar a especular sobre la existencia de un delito en la conformación de listas que permiten peleas tan desiguales. Dominic Wade aparentemente no resultó lastimado de consideración, sin embargo, en lo sucesivo alguien debería hacerse responsable de antemano de las cosas graves que pudieran ocurrir por causa de permitir este tipo de peleas.
La pelea fue tan desigual que hasta GGG pasó por encima de los cuidados que ha tenido en peleas anteriores y puso presión desde el arranque mismo de la batalla. Se pareció al Golovkin de siempre, con la guardia abierta y solo buscando el lugar por donde colar sus combinaciones.
Wade comenzó manejando el libreto esperado. El jab para establecer la distancia aprovechando su mejor extensión de brazos, golpes largos de derecha por afuera, ganchos con la misma mano al cuerpo y salidas laterales para dificultarle el trabajo al kazajo. Las buenas intenciones no le duraron mucho. GGG mostró enseguida que llegaba dispuesto a terminar rápidamente su trabajo.
La novedad en el boxeo de GGG, esta vez, pareció ser esa predisposición a insistir con el jab de izquierda, seguido por el gancho con la misma mano y el remate con la derecha por afuera. Con esa combinación lo mandó dos veces a la lona a Wade en el segundo asalto. La segunda fue definitiva.
De antemano, Abel Sánchez, su entrenador, sabía de la lentitud de su rival, preveía con mucha lógica que subiría nervioso y tenía claro que no era necesario ser demasiado precavido. Por el contrario, cuando más temprano su pupilo terminara la pelea, a menos riesgos estarían expuestos. Así y todo, GGG le permitió algunos golpes a su rival y hasta le pidió que intentara alcanzarlo con algún impacto de poder.
Todo fue parte del show. GGG disfrutó del cariño de sus fanáticos, que cada día son más, saludó en español y repartió sonrisas de chico bueno hacia todos los rincones del Forum de Inglewood. Es verdad que con boxeo, victorias contundentes, simpatía y música mexicana como banda sonora, este GGG sigue sumando adeptos y ratificando que el lugar que ocupa entre los mejores liba por libra nadie se lo regaló.
El combate finalizó a los 2.37 del segundo round y solo sirve para la estadística de un campeón que camina hacia la historia como uno de los más grandes noqueadores de todos los tiempos. Excepto Daniel Jacobs, el campeón regular de la AMB o Billy Joe Saunders el monarca de la OMB, no vemos ningún rival que pueda significar algo de peligro para Gennady Golovkin.
El otro nombre que fue parte del ambiente festivo en el Forum, fue el de Canelo Alvarez, no obstante, GGG no insistió con su nombre cuando fue preguntado sobre esa posible pelea. Apeló a la diplomacia del "estoy listo para todos" y solo mencionó al cinturón que Canelo tiene, en una alusión a que lo quiere también tener consigo. Es obvio que a esta altura GGG tiene claro que a un rival de sus condiciones el mexicano lo evitará e incluso, si es apremiado por el CMB para que unifiquen ese título como establece la propia orden escrita del organismo, Canelo lo dejará vacante.
Golovkin es un campeón de otro nivel, que debería enfrentar a oponentes de otro nivel. Sin embargo los mismos brillan por su ausencia. Por culpa de las promotoras, por culpa de los organismos que no imponen la ley de los mejores contra los mejores o simplemente porque el boxeo ha dejado de ser un deporte que mide valentías entre rivales que dejan todo en ring (algo que ocurrió en la pelea co-estelar de la noche entre González y Arroyo). En la elite del boxeo profesional, no todos los campeones están dispuestos a dejar de serlo ante un oponente mejor, como manda la ley del deporte.
Por esa razón es un verdadero acertijo imaginar el próximo rival de GGG. Puede ser Canelo, puede ser otro campeón, pero si ninguno de ellos se anima a subir al ring, también es posible que se repita la historia de hoy y lo veamos al kazajo ante otro novato atribulado como Dominic Wade.
Lamentable, pero... "is what there is".