Saúl Canelo Alvarez confirmó lo que todos presumíamos: no enfrentará a Gennady Golovkin en septiembre. La tangente por la cual evitó el pleito fue renunciar al cinturón mediano que obtuvo sin haber peleado nunca dentro de la división de los medianos. No se sabe aún que dirección tomará ese cambio de rumbo, pero, seguramente, fue aceptada la oferta de la OMB: enfrentar a Liam Smith un accesible monarca súper welter de la OMB, que jamás ha peleado fuera de Inglaterra.
La noticia tiene varias lecturas que, pese a la frustración de no ver el duelo de GGG con Canelo, entiendo que son todas positivas. El mexicano es inferior a GGG y nadie desconoce que una pelea entre ambos tenía un seguro y contundente ganador: el kazajo. No era buena idea enfrentarlos ahora y seguramente nunca.
Es una buena noticia también porque al romperse las ecuaciones comerciales a las que obligaba la presencia de un mediano advenedizo pero taquillero como Canelo, cualquier negociación dentro de los medianos innegablemente debía tomarlo en cuenta. Ahora, por el contrario, el camino quedó libre para ver las peleas que realmente van a transformar la categoría en un torneo de figuras de primer nivel.
A ello se va a llegar porque ya existe acuerdo para que se dirima el título de la AMB entre Daniel Jacobs (campeón regular) y Gennady Golovkin (súper campeón) en batalla que puede ser en septiembre o diciembre. Al mismo tiempo la OMB dentro de su paquete de negociación, no dudo haya incluido el compromiso de poner presión a su campeón mediano, Billy Joe Saunders, para que esta vez acepte enfrentar a GGG si este lo reta para el mes de septiembre.
Con respecto a Canelo, nadie dude que en 154 libras irá en busca del título de Liam Smith y habrá que esperar que se quede por allí. No creo que pretenda una revancha con Erislandy Lara (campeón AMB) ni tampoco que se atreva a cruzarse con cualquiera de los mellizos Charlo, que se encuentran en otro nivel y son tan o más peligrosos que Gennady Golovkin.
Golden Boy Promotions no tiró la monedita al aire a la hora de proteger el futuro de su mejor negocio y apostó a mantener a Canelo en el camino más fácil. El primer objetivo es hacerlo campeón de manera rápida y en ese rumbo la OMB le facilitó las cosas. Después, solo tendrán que mantener su plan habitual de enfrentar a rivales a modo en grandes carteleras.
A los dos (Canelo y Oscar de la Hoya) se les acerca una verdadera prueba de fuego: convencer a la gente de que no hubo miedo detrás de la decisión de no enfrentar a Golovkin y dejar perder un cinturón. La lectura que le dé el fanático a ese retroceso será el combustible que de manera positiva o negativa alimentará el futuro comercial del ahora ex campeón mediano del CMB.
El comunicado divulgado el miércoles es meramente diplomático y establece la necesidad de mayor tiempo para negociar una pelea que todos sabemos "jamás ocurrirá". Al final de cuentas, Canelo Alvarez es el menos culpable de este lamentable episodio alrededor de un histórico cinturón que por tres años y por diferentes circunstancias, ha estado en poder de quien no correspondía ostentarlo (Martinez, Cotto y Canelo).
Este final de culebrón debería dejar enseñanzas al Consejo Mundial de Boxeo para que en el futuro no se repitan reinados polémicos como estos, para que haga respetar las obligaciones de sus campeones peleando contra campeones o contra rivales similares y por sobre todas las cosas, para que se respete al aficionado, al que paga la fiesta.
Fue, no lo duden, una buena noticia la renuncia de Canelo. Ahora veremos verdaderos medianos contra verdaderos medianos. Lo demás, pasará a la historia por la puerta de atrás, como corresponde.