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Mikey García tendrá una pelea algo complicada ante Zlaticanin

Mikey García apenas ha peleado una vez en tres años Amanda Westcott/Showtime

El californiano Miguel Ángel "Mikey" García (35-0 con 29 KO) tratará de consagrarse como campeón de las 135 libras del CMB cuando enfrente al montenegrino Dejan Zlaticanin (22-0 con 15 KO), este sábado en el MGM de Las Vegas bajo la cartelera de Frampton-Vargas. Para García, esta será su primera pelea real luego de tres años alejado de los cuadriláteros y su posible óxido parece ser el mayor enemigo para su casi segura victoria.

Si imaginamos al Mikey Garcia que reinó con autoridad en las 126 y las 130 libras, no hay manera de imaginar un traspié ante un rival que no tiene rodaje de primer nivel, pese al cinturón que ostenta. Apenas el óxido o una noche inspirada de Zlaticain podrían romper con "la crónica anunciada de una victoria". Pero, más allá del resultado, la presencia de Mikey García disputando este cetro no hace más que sumar otra contradicción al mismo.

En primer lugar y tomando en cuenta el largo rato ausente del boxeo profesional, debido a su conflicto de contrato con Top Rank, debería impedirle a García la posibilidad de ir directamente por un título apenas a su regreso. El CMB, tal vez, debió someterlo a alguna suerte de eliminatoria, algo a lo que es tan afecto y que en este caso correspondería. Lo de García suena a concesión más que a merecimiento.

Y si alguien desea alegar que el californiano ya regresó, en alusión a su pelea contra el dominicano Elio Rojas en julio del 2016, esa batalla fue tan desigual y absurda ante un rival que no peleaba hace dos años y se encontraba literalmente retirado, que ni siquiera debería figurar en las estadísticas oficiales.

Tampoco hay grandes méritos en la forma en que Dejan Zlaticanin se convirtió en campeón ligero del CMB el 11 de junio pasado cuando venció al boliviano Franklin Mamani por TKO en el tercer asalto. Un rival que tampoco parecía estar aún en condiciones de aparecer entre los mejores clasificados para disputar un título mundial y que, como episodio puntual, suma otra controversia a la ya señalada anteriormente.

Es evidente que el montenegrino no parece debidamente probado. No obstante, es verdad que antes de vencer a Mamani había noqueado al californiano Ivan Redkach, un zurdo de boxeo respetable y con un buen récord sobre sus espaldas, pero que, sin duda, tampoco fue un rival de primer nivel. Apenas el británico Ricky Burns aparece en el palmarés de Zlaticanin como figura destacable entre todos sus oponentes.

Pero más allá de lo que transmite la estadística sobre la calidad del campeón, a la hora de analizar sus posibilidades de mantener el cinturón ligero del CMB en su pelea de este sábado, tampoco su boxeo nos da aire para esperar algo diferente. Él es un púgil agresivo, de boxeo rústico, que lanza muchos golpes de poder aunque con pocas variaciones. Normalmente insiste con volados y si encuentra la oportunidad abruma con combinaciones en la corta distancia. Su defensa es bastante pobre, pero en contrapartida parece tener muy buena asimilación, algo típico de los fajadores.

El boxeo que en teoría le presentará Mikey García debería ser todo lo opuesto. Velocidad y distancia, con insistencia en las combinaciones de dos y tres golpes a partir del jab que, sin duda, García lo utilizará durante toda la pelea para establecer el ritmo y la forma del combate.

En la teoría de lo posible veremos un choque de estilos, ayudando esa predicción la existencia de claras diferencias físicas entre uno y otro. García es más alto y lo supera notoriamente en el alcance de brazos. A ello sumemos su experiencia para definir su claro favoritismo en esta pelea.

No obstante, Mikey García realizó su última pelea con "oposición verdadera", el 25 de enero del 2014 contra el mexicano Juan Carlos Burgos al que venció con claridad en las tarjetas. Si pasamos por alto ese invento de pelea contra Elio Rojas, los tres años ausente del boxeo de primer nivel pueden ser un factor que afecte su desempeño. Tampoco olvidemos que está invadiendo una división superior con todas las incógnitas que ello acarrea, entre ellas el poder en su pegada. Ya sabemos que, además de sus virtudes técnicas, el poder en su pegada, especialmente el remate de sus combinaciones, siempre ha sido uno de los mejores argumentos de García para ganar sus combates.

Es de esperar que, bajo la premisa de que seguramente García trabajará su boxeo de menos a más, Zlaticanin debería apurar temprano la pelea. Intentar llevar a Mikey García al vértigo de una batalla explosiva en su mero inicio, podría darle mejores dividendos al montenegrino. Claro, eso imaginando que el californiano pueda tener algún problema en tomar el ritmo y adaptarse a la pelea. Como sea, el fajador es quien debe impedirle pensar al más dotado técnicamente abrumándolo y tratando de que asuma el intercambio en la corta distancia.

De todas maneras, no hay pronóstico reservado para esta pelea, es favorito García y debería vencer con autoridad. El peso de su experiencia, su calidad reconocida y por sobre todas las cosas la necesidad de recobrar el tiempo perdido, le obligan a ganar a como dé lugar y desde su posición de campeón iniciar la construcción de su nueva historia en el boxeo. Una derrota para García, sería dramática para su carrera y a esa urgencia podría apostar el plan de pelea de Dejan Zlaticanin: aprovechar la necesidad del rival para romper su concentración y sorprenderlo. De lograrlo podría darnos a todos una gran sorpresa. Pero, lo dicho, sería una sorpresa. Es muy poco lo que parece en lo previo impedir que el californiano conquiste su tercer título mundial tres divisiones diferentes. Nunca como esta vez, la victoria de o la derrota sólo dependen de García.