Una pelea explosiva, de difícil pronóstico y que seguramente finalizará antes de los 12 asaltos, es la que protagonizaran este sábado en el Fantasy Springs Casino de Indio, California los mexicanos Francisco Vargas (23-0-2 con 17 KO) y Miguel Berchelt (30-1 con 27 KO) por el título súper pluma del CMB en poder de Vargas. Por los estilos, por los antecedentes de ambos y hasta por sus respectivas estadísticas, no hay forma de pronosticar otra cosa que no sea una verdadera guerra en el ring. Por ello, de antemano, esta batalla ya es candidata a "pelea del año". Pero veamos las razones para asegurar todo esto de antemano.
Convengamos en lo previo que este sábado asistiremos a un choque de estilos entre dos hombres extremadamente agresivos, pero que administran esa agresividad por rumbos diferentes. Y ese será el primer atractivo de la batalla, habrá sobre el cuadrilátero, mientras dure la pelea, un verdadero ajedrez de juegos pirotécnicos.
Precisamente, los planes de pelea son sumamente interesantes debido a la forma que uno conseguirá imponerle su agresividad al otro. Vargas en el espacio corto o mediante el golpeo abrumador, Berchelt a través del boxeo técnico de golpes largos, buenos desplazamientos y sorprendiendo en velocidad, por adentro o por afuera.
Los dos tienen dinamita en los puños, aunque la estadística es generosa con el "Alacrán", su promedio es asustador: 87% de sus peleas terminaron por la vía rápida. Con menos peleas, el "Bandido" Vargas ha noqueado en el 68% de sus combates. Parece una diferencia importante a favor del retador, pero no nos engañemos, no hay diferencias en su poder. Más bien hay diferencias en la forma en que trabajan ambos para llegar al final contundente.
Berchelt es ordenado, paciente y se siente cómodo trabajando la pelea desde lo técnico, sin perder el foco de su agresividad, y es letal para rematar la batalla cuando ya ha destruido a su oponente con su golpeo. Vargas es desordenado, impaciente, acosador constante y que tanto da como recibe, terminando sus peleas por la vía rápida gracias a su explosividad, a la insistencia de su boxeo y a su alta resistencia al castigo. En resumen, de Berchelt se puede esperar una agresividad intelectual y de Vargas una agresividad épica. Mente contra corazón parece ser la receta del plato que nos comeremos este sábado en una pelea donde el KO parece inevitable.
LOS DETALLES DEL ESTILO
El boxeo tiene sus rarezas a la hora de confrontar estilos y esta pelea nos trae uno de esos ejemplos. Hablamos de dos hombres que se caracterizan por el uso de los golpes de poder y la capacidad de buscar el KO, pero esa convergencia se da a través de caminos diferentes. Por ello son tan importantes los detalles de sus estilos boxeo.
Francisco Vargas es un agresivo frontal, que luce incómodo cuando el rival especula con su boxeo y le obliga a desplazarse por el cuadrilátero. En él, los golpes largos son una rareza, más bien, recurre a esa herramienta cuando se toma descansos o su rival lo ha lastimado y necesita un tiempo para recuperarse. Defensivamente tiene un bloqueo pobre, es difícil verle utilizar el jab defensivo y en la ofensiva su zona de confort es la corta distancia a la que busca llegar para soltar toda su artillería. A veces, para lograrlo emplea la recta de izquierda y apura el paso para entrar de manera avasallante al territorio enemigo. Si lo logra su boxeo es tremendamente peligroso. Vargas tiene facilidad para soltar muchos golpes en corto espacio y sin otorgar pausas.
El problema es que siempre que entra lo hace abierto al contragolpe y suele recibir buenos trallazos a contrapié. Lo lastiman, lo mandan a la lona, pero su resistencia de guerrero hasta hoy lo ha mantenido en pie. La velocidad de su recuperación hace el resto. Por ello, en el intercambio en corto es difícil soportarlo y por ello también sus peleas son épicas, emotivas, a puro corazón y su entrega suele levantar la platea. Pero ya dijimos, hasta hoy. A la larga, ese tipo de castigo le pasa la cuenta a los heroicos guerreros con estilo similar que poco a poco van perdiendo la facultad de soportar el castigo.
Miguel Berchelt es agresivo, pero no es frontal. Al contrario de Vargas, él trabaja su ofensiva por dos vías: el jab y boxeo de golpes largos por un lado y la suma de varias combinaciones cuando apura entrando en velocidad por el otro. Berchelt, además, es un púgil de buen manejo de sus desplazamientos laterales. Esa herramienta le permite variar en su golpeo, castigando también desde los ángulos y complicarle el golpeo al rival.
¿QUE PELEA VEREMOS?
El dibujo inicial de la pelea no dudo que responderá a lo que ambos nos tienen acostumbrados. Vargas pisará el acelerador desde el primer segundo del combate y Berchelt se manejará en lo inmediato en base a un boxeo especulador y de mucho trabajo de piernas. Saldrá por laterales, retrocederá o marcará su territorio con el jab, mientras va soltando golpes largos de derecha para ir entrando en ritmo.
Es en ese tramo de pelea donde Vargas se verá más peligroso. Su costumbre de soltar golpes de poder de manera temprana, le podría dar algún dividendo. Como todo púgil de buen manejo del boxeo técnico, Berchelt necesitará de dos a tres asaltos para establecer su propio ritmo, detectar los huecos por donde colar sus golpes de poder y entender el boxeo de Vargas, antes de contraponer el suyo.
Los primeros episodios del combate - a mi juicio - serán el único espacio donde el retador podría caer en algún error que resulte fatal. A medida que avance la pelea, la película del combate será diferente. A Vargas lo podría afectar el desgaste prematuro, mientras que Berchelt cada vez se sentirá más cómodo.
Veremos muchos golpes de poder, habrá más de una caída y no dudo que el combate se definirá por KO. No hay un claro favorito ni tampoco capacidad de vaticinar en que momento de la pelea llegará ese final anticipado. Se enfrentan dos noqueadores, dos rivales con mucha dinamita en la punta del guante y cuyos planes de pelea, me temo, no contemplan un final en las tarjetas.
No tengo dudas tampoco en vaticinar que esta será una verdadera guerra, disfrutable de principio a fin y tengo certeza que - excepto un final abrupto en el primer o segundo asalto - esta batalla será candidata a pelea del año.