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Mikey García y el futuro de los pesos ligeros

Luego de tres años de inactividad, apenas alterados por una pelea que poco tuvo de pelea contra el dominicano Elio Rojas, en julio del 2016, Miguel Ángel "Mikey" García regresó directamente a disputar un título mundial y lo ganó sin despeinarse. Fue el cetro del peso ligero CMB, su tercer cinturón mundial en tres divisiones diferentes. García venció al montenegrino Dejan Zlaticanin, un rival de récord respetable, pero sin rivales de primer nivel en su historial, con un boxeo muy limitado y claramente inferior, por mucho, a la calidad indiscutible del californiano.

García le ganó al más pobre de los campeones reinantes en las 135 libras y se declaró listo para ir contra los mejores y eligió, curiosamente, al mejor, pero de las 130 libras -- Vasyl Lomachenko -- como aspiración prioritaria en su agenda inmediata. No hay dudas que una posible pelea entre ambos abre muchas expectativas sobre lo incierto del resultado. Pero, no creo que Lomachenko sea lo inmediato para García y en esa presunción es que comienzan las emocionantes alternativas de esta categoría.

En las 135 libras coincide hoy un buen plantel de campeones y aspirantes en condiciones de complicarle la vida a Mikey García, empezando por los dos que el 25 de marzo en Manchester, Inglaterra, disputan su esperada revancha por el cetro AMB: el campeón Jorge Linares y el retador británico Anthony Crolla.

Cualquiera de los dos, además de ser figuras de primer nivel, sería promesa de una batalla equilibrada tanto en lo físico, como en la calidad de sus herramientas y en lo más importante, una categoría mental muy cercana al nivel de García.

A esas dos figuras de las 135 libras se suma otro británico, Terry Flanagan, el campeón ligero de la OMB, que el 8 de abril defenderá contra el ruso, nacionalizado español, Petr Petrov y luego, presuntamente y en caso de solventar ese compromiso, podría ir contra el boricua Félix Verdejo.

Y si no alcanza con los nombres citados, hay que recordar la flamante llegada a los primeros planos de Gervonta Davis que noqueó a José Pedraza para adueñarse del cinturón junior ligero de la FIB. A sus 22 años y apadrinado por Floyd Mayweather, las ambiciones del invicto zurdo de Baltimore son muy grandes y a nadie debería asombrar que suba de peso y rete a Mikey García.

El nivel de oposición a nivel de la elite propietaria de los cinturones es poderoso, pero hay que establecer la presencia de otras figuras que, eventualmente, podrían transformarse en una alternativa entre los aspirantes a enfrentar a Mikey García. Por ese camino nos encontramos con un viejo enemigo del californiano que siempre sonó para una batalla, el cubano Yuriorkis Gamboa y recientemente apareció en el panorama el que parece ser el preferido: Vasyl Lomachenko.

Lo de Lomachenko pasa por decisiones importantes que debería tomar en lo inmediato, algo que no parece figurar en sus deseos conocidos. El tren de su carrera es indudable que en algún momento lo llevará a la próxima división, pero parece algo prematuro imaginar que ello ocurrirá ahora mismo.

No creo que sus manejadores les agrade ver subir a su pupilo para vérselas ante un rival tan complicado y que plantea otros desafíos. Presumo que la historia del ucraniano en las 130 libras, al menos por este año, no ha culminado. Habrá que esperar para conocer su próximo rival y luego aguardar los anuncios sobre su futuro por parte de Top Rank.

Lo de Gamboa, puede ser más difícil pero para nada imposible. El cubano arregló sorpresivamente un contrato con Golden Boy Promotions que le anunció varias peleas titulares para el futuro próximo, rompiendo con ello un largo período de casi nula actividad para Gamboa, el cual peleó una sola vez en los últimos 27 meses.

El "Ciclón de Guantánamo" (25-1 con 17 KOs) regresará el 11 de marzo en el Turning Stone Resort Casino de Verona, Nueva York, ante el nicaragüense René Alvarado que nunca ha peleado más allá de las 130 libras. La duda es si Gamboa conseguirá bajar y permanecer - por razones de peso - entre los súper plumas. Bajo esa incógnita, no son pocos los que esperan una opción para que haya un pleito entre Gamboa y García en las 135 libras. En el pasado un combate entre ambos siempre estuvo sobre la mesa y por más de una razón el mismo no pudo suceder. Tal vez, ahora - acuerdo de promotoras mediante - haya llegado esa vez.

Los nombres de primer nivel se acumulan en las 135 libras y en las 130 sobra la calidad. Mikey García tiene buenos desafíos por delante, si se queda en los ligeros o aún si decide subir a 140 libras algo para lo cual su físico le seguirá acompañando, por ello no debe descartarse esa otra posibilidad. Como sea, la llegada del californiano de origen mexicano ha traído brillo y mucha calidad a una división que ahora se suma al gran espectáculo que promete el boxeo de primer nivel para este 2017.