Alexis Argüello y Oscar de la Hoya escribieron páginas de gloria en la historia del boxeo mundial. Ellos comparten un mismo podio gracias a los títulos conquistados en épocas muy diferentes entre sí. Hay veinte años de diferencia entre el apogeo de uno y del otro. Pero, increíblemente, hubo un momento en que ambos hasta pudieron enfrentarse. Y si bien esa batalla nunca ocurrió, la especulación sobre lo que pudo suceder en un duelo entre ambos, desvela a la eterna fantasía de muchos fanáticos. Para alimentar esa fantasía, tenemos dos alternativas que se asemejan a un juego dialectico entre la realidad y la ficción histórica: el posible resultado de la pelea posible y el posible resultado de la pelea imposible. Encontrar el ganador de cada combate, es el cometido de esta columna como parte del tercer episodio de Alexis Arguello, las Luces y las Sombras del Legado.
LA PELEA POSIBLE
El 5 de marzo de 1994, en el Olympic Auditorium de Los Ángeles, California, Oscar de la Hoya noqueó al danés Jim Bredhal y se agenció el título súper pluma de la OMB. Fue su primera diadema universal. Días más tarde, según una nota periodística de la sección deportiva del Diario El Tiempo de Colombia, que rescatamos de su archivo digital,"el retirado ex tricampeón mundial de boxeo, Alexis Argüello, de 42 años, retó públicamente al novel titular de peso ligero jr., Oscar de la Hoya, a una pelea en la que éste exponga su flamante corona. Muy malo... hasta da vergüenza, dijo Argüello al comentar el estilo del estadounidense", decía el artículo.
Esa pelea nunca ocurrió, aunque Argüello regresó meses más tarde para realizar dos peleas antes de abandonar definitivamente los cuadriláteros. Tampoco Argüello y De la Hoya tuvieron en esa época un rival en común que permitiera evaluarlos mediante ese recurso. No obstante, existe una ecuación estadística que hasta podría servir de parámetro: Scott Walker -- último rival de Alexis -- venció y retiro a la peor versión de Argüello al comienzo de 1995. A ese Walker, un año más tarde, Julio Cesar Chávez lo noqueó sin despeinarse. El mismo Chávez que después perdió dos veces contra Oscar De la Hoya.
Es de suponer que, al sumar los resultados, De la Hoya, hubiera vencido al que "perdió con el que fue noqueado por Chávez". Pero hay otro detalle. En 1995, boxísticamente, Argüello no era siquiera una sombra de sí mismo y su regreso al boxeo tuvo más de presión política en la búsqueda de recuperar lo que le habían confiscado que, efectivamente, intentar reverdecer viejas glorias. Sobre ese regreso, su antiguo apoderado Eduardo Román, le hizo un comentario muy gráfico al periodista Carlos Fernando Chamorro sobre el estado de Alexis. "Era ridículo regresar luego de 10 años alejado del boxeo y así le fue" dijo.
Si tomamos en cuenta la pésima condición del otrora "Flaco Explosivo" y analizamos la increíble condición de un Oscar de la Hoya que caminaba rumbo al mejor momento de toda su carrera, no hay duda en sostener, con mucha firmeza, la convicción de que ese "Golden Boy" hubiera vencido y noqueado a su admirado contrincante.
LA PELEA IMPOSIBLE
La pelea posible no fue posible, pero nos queda una alternativa. La ficción histórica sí permite evaluar las dos carreras en un choque de merecimientos y capacidades. Ambos fueron similares en lo físico y su boxeo fue increíblemente similar y sin que para ello mediaran casualidades.
Uno fue espejo del otro. La historia no deja mentir al respecto. Después que un Oscar de la Hoya casi adolescente ganara su medalla de Oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992, alguien le preguntó por su mayor deseo y el respondió con mucha firmeza que, "quisiera llegar a pelear como Alexis Argüello. Lo he soñado y voy a esforzarme por alcanzar ese propósito, quiero ser tan grande como Alexis". Y lo logró. Fue un campeón como pocos y en el ring encontró un estilo semejante al del nicaragüense, algo que muy bien describió el escritor y periodista Edgard Tijerino en una nota para el diario La Prensa en el año 2000 cuando reveló la admiración que sentía De la Hoya por Argüello.
"Ciertamente, hay algunos destellos de Argüello en el estilo de Oscar De la Hoya. Se para tan erguido como el Flaco; su mirada se ve fría, fiera, filosa y escudriñadora como la de Alexis; su jab es veloz, cortante y se extiende con la maestría de un espadachín, capaz de frenar cualquier tipo de arremetida... Se desplaza tratando de deslizarse y combina sus manos con un alto grado de precisión...Pese al riesgo, se siente atraído por los cambios de golpes. Eso sí, todavía no es tan eficaz como Alexis pegando en retroceso y necesita más firmeza cuando lleva al rival a las sogas para evitar fugas, pero tiene la insistencia del nica, y ese olfato que identifica a los "cazadores"- decía el comentario de Tijerino.
Ahora bien, si había tanta paridad entre ambos (físico y estilo), ¿dónde radicarían las ventajas de un duelo en un ring de la ficción histórica?
En primer lugar, situemos el escenario apropiado para ambos. Las derrotas con Pryor en 140 libras le demostraron a Argüello que no pertenecía a esa división. Su momento cumbre en el boxeo, fueron los ligeros, las 135 libras. No por un acaso es considerado por unos el mejor ligero de todos los tiempos y para otros es miembro del quinteto de oro en esa categoría. Ese Argüello era una máquina que sincronizaba a la perfección el boxeo agresivo con el boxeo técnico, sin perder su increíble capacidad de golpeo, el poder en la pegada y la más inteligente de las lecturas de cada pelea. En las 126, 130 y 135 libras, el nicaragüense fue insuperable para los mejores rivales de su tiempo.
El equilibrio histórico para que en nuestra especulación exista esa pelea imposible, debe necesariamente tomar como punto de referencia las 135 libras. A esa categoría, Oscar de la Hoya llegó el 24 de julio de 1994 cuando venció a Jorge "Maromero" Páez y se agenció el vacante título de la OMB. Y si bien De la Hoya ganó sin dejar sombra de duda sobre su superioridad, sus rivales no estaban a la altura de los que venció Argüello ni tampoco aquél Golden Boy se entretuvo en sus primeras divisiones (130 y 135 libras). Su gran momento llegaría en las 140 libras.
Y las diferencias entre uno y otro no fueron marcadas esencialmente por la clase de oposición. Más bien, fue la contundencia de la estadística que decide el ganador de la ficticia confrontación histórica entre Argüello y De la Hoya.
El nicaragüense llegó a su tercera diadema, el título mundial de la categoría ligero de la AMB, cuando venció en Londres al británico Jim Watt. Al arribar al instante cumbre de su carrera (tres cinturones en tres diferentes divisiones) Argüello acumulaba un record que superaba las 75 peleas y todas batallas de quince asaltos. Por el contrario, cuando De la Hoya ganó su título ligero, en su meteórica carrera apenas acumulaba 14 peleas como profesional.
No hay sombra de dudas quien estaba más fogueado, mejor preparado y con otro rodaje en el momento de arribar a la división ligero. La pelea imposible que entre ambos puediera decidir la ficción histórica, tiene un claro y contundente ganador: Alexis Argüello.
'No hay nostalgia peor, que añorar lo que nunca jamás sucedió" dice la letra de una canción de Joaquín Sabina. Y tiene razón, pero en la nostalgia imposible de alimentar en la fantasía de cualquier fanático, siempre habrá un consenso que debería satisfacer a todos: Oscar de la Hoya y Alexis Argüello, se repartieron las victorias en las dos peleas que jamás sucedieron.