En el primer episodio de LA CARA OCULTA DEL BOXEO, conocimos una grave denuncia realizada en la Convención Anual de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) por parte de la Agencia Mundial Antidopaje (VADA) sobre el dopaje genético y la imposibilidad de detectarlo. En este segundo capítulo conoceremos otro extremo, el conflicto ético y jurídico existente alrededor de un método al que recurren muchos atletas de alto rendimiento y que un sector de la comunidad científica cree que no debe penalizarse.
El profesor Francisco José Berral de la Rosa, especialista en medicina del deporte, Catedrático de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, España, y que recientemente dictara una conferencia magistral sobre Drogas, Genética y Deporte, en la Escuela Superior de Medicina (IPN) de México, habló con ESPN Digital para formular importantes revelaciones sobre la repercusión del vacío legal existente alrededor del dopaje genético en el deporte.
Berral, precisamente, abordó la razón para que en el campo científico exista tanta incertidumbre sobre lo que es justo o es injusto a la hora de asumir la prohibición de las terapias génicas por parte de los deportistas de alto rendimiento.
"Si cualquier persona padece alguna patología, puede ser tratada con terapia génica. Si un deportista se lesiona, ¿podría también ser tratado desde el punto de vista de la terapia génica? ¿Por qué un deportista de alto rendimiento no podría beneficiar su recuperación con las técnicas que hoy se están investigando en los laboratorios? - se preguntó y enseguida agregó más fundamentos a la interrogante. "Un deportista cada vez que realiza actividad física de alta intensidad, daña sus músculos. ¿Yo podría tratar esos músculos para mejorar su recuperación mediante una terapia génica? Por qué no. Muchos científicos son de la opinión que esto no se puede penalizar", reveló.
Pero al conflicto ético y legal que alude el docente, se suma otro asociado: el ciberdeporte.
"Es el caso del ciberdeportista que utiliza una prótesis, ejemplo Oscar Pistorius que compitió olímpicamente como atleta sano, si bien tiene amputados sus dos miembros inferiores"- apuntó Berral de la Rosa. "Pistorius utilizó una prótesis que realmente le estaba beneficiando el rendimiento deportivo y esto plantea también un problema desde el punto de vista legal", dijo, entendiéndose con su explicación que el uso o no uso de prótesis, por parte de atletas sanos, es parte del limbo jurídico mencionado.
LAS VENTAJAS DEL BOXEADOR QUE PUEDA PAGARSE UNA TERAPIA
Ante las dudas sobre lo que se puede o no se puede, al profesor Berral le pregunté sobre las injustas diferencias que se producirían - en caso de ser autorizados estos tratamientos - entre los boxeadores de alto poder económico y los que carezcan del mismo.
"Sí solo tomáramos en cuenta ese criterio, es correcto juzgar desde la ventaja de uno sobre otro. El problema es que no todo pasa por ese aspecto, el criterio que se atiende es un criterio de salud" - aclaró. "Si yo tengo un deterioro de mi masa muscular, me puedo recuperar más rápido a través de una terapia génica que dura tres meses y luego desaparecen todos los efectos".
"Por lo tanto, si yo tengo una lesión grave, por una rotura muscular y puedo mejorar mi recuperación a través de una terapia génica, ¿por qué no la voy a poder realizar? - insistió. "Independiente de que tenga o no tenga dinero, o sea, independiente del criterio económico. Esa es la pregunta que muchos se realizan", concluyó.
BIOPSIA MUSCULAR, UN PROBLEMA SIN SOLUCION
Mientras el debate ético y jurídico cobra fuerza por un lado, las investigaciones en los laboratorios libran su propia batalla contra el dopaje genético. En los últimos años, especialistas de Europa y Estados Unidos, han logrado importantes avances en la investigación del ADN transgénico o los estudios realizados en los principales vectores utilizados para efectuar el traspaso de genes, es decir los virus. Algunas investigaciones - incluso - han conseguido demostrar que el uso de terapias génicas para mejorar el rendimiento deportivo puede ser detectado.
Sin embargo esos avances embisten de frente con un problema mayor: el procedimiento a realizar en el cuerpo del atleta para lograr detectarlo. Ocurre que, al día de hoy, la única prueba que trasmite alto grado de efectividad es la biopsia muscular. Y la misma, como método para detectar el dopaje genético, de acuerdo con Berral de la Rosa, es impracticable.
"Ningún deportista puede negarse a una toma de orina. Tampoco se pueden negar a la extracción de sangre, una pauta que puede darse dentro del proceso. Sin embargo, - aclaró - le puedo garantizar que esos deportistas se negarán rotundamente a la biopsia muscular".
"La biopsia es una prueba invasiva, cruenta y dolorosa, máxime sabiendo de que deberá extraerse tejido de una zona muy amplia para detectar", dijo. "Además, esa prueba produce una lesión que puede disminuir el rendimiento físico del atleta y pese a ser una técnica aparentemente sencilla, en un deportista tendría que realizarla un especialista", agregó, considerando que eso encarecería mucho su realización.
EL BOXEO Y LAS TRES FORMAS DE DOPAJE
El docente, que por muchos años ha estado al frente de controles antidoping en la mayoría de las disciplinas deportivas en Europa, explicó que en la actualidad existen tres tipos de genes con potencialidad de ser utilizados en el deporte y en donde más se ha avanzado en el estudio.
El primero es el análisis del gen de la eritropoyetina, que podría ser utilizado por ciclistas, maratonistas y atletas de resistencia. Luego, citó el gen que podría tratar enfermedades de tipo muscular degenerativo en personas ya enfermas y por último, aquellos genes que ayuden a la formación de vasos sanguíneos. Básicamente, con el objeto de aumentar el transporte de oxígeno y mejorar el nutriente que llega hasta las distintas vísceras y músculos.
En el caso del boxeo, explicó que el pugilista que recurra a la terapia génica se vería favorecido por el segundo de los casos mencionados. Es decir, las técnicas de modificación genética en genes que tratan a enfermedades musculares degenerativas, como la distrofia muscular.
"Hoy día, la terapia está instaurada en las personas con ese tipo de patología"- informó. "Por lo tanto también podrían ser utilizadas en personas sanas, para mejorar - en el caso de los boxeadores - los bíceps, en la musculatura del miembro superior de un boxeador".
HAY UNA LUZ EN LAS INVESTIGACIONES
El profesor Francisco José Berral de la Rosa, destacó - por otra parte - que existe una clínica universitaria en Alemania, que está desarrollando un sistema de prueba sanguínea que podría permitir descubrir las transformaciones en el ADN relacionadas con el rendimiento deportivo y físico.
"Básicamente, lo que ellos están logrando con su estudio, es detectar dos componentes en el ADN humano, los exones y los intrones. El exón es la región de un gen que se mantiene en el ADN mensajero, ya maduro. Lo que hacen los exones es codificar proteínas, ya que estos contienen la información para poderlas producir"- dijo. "Sin embargo, los intrones no codifican proteínas y parece ser que cuando se trasmite un ADN extraño al individuo, los intrones desaparecen, mientras que los exones, que son los que codifican proteínas, se mantienen"- informó nuestro entrevistado, entendiendo que ese descubrimiento podría ser el que resuelva el problema.
TERRIBLES CONSECUENCIAS DEL DOPAJE GENETICO
Más allá de los avances en los estudios y el conflicto existente entre lo ético y lo jurídico, el profesor Berral de la Rosa marcó el aspecto más preocupante en estos métodos de dopaje genético: sus posibles consecuencias a futuro.
"El problema es que no sabemos cuál es el resultado futuro de este tipo de terapia en un sujeto sano, aunque podemos prever algunas cuestiones"- alertó. "Por ejemplo, si uno modifica el gen de la eritropoyetina, no hay ninguna duda de que ese individuo podría padecer en el futuro trombosis, embolia y correrá mayor riesgo de sufrir infarto de miocardio que otras personas".
Pero, mientras la investigación juega una carrera contra el tiempo para entender las consecuencias futuras del dopaje genético, el profesor Berral le apunta al presente, donde sus palabras denuncian la inconciencia de los atletas involucrados con esas terapias.
"Al deportista eso no le importan los riesgos, cuando es joven no piensa en ese futuro, simplemente aspira a ser el número uno, por lo tanto va a ser muy complicado detenerlo", se lamentó.
¿QUE DEPARA EL FUTURO PARA LA INVESTIGACION?
Nuestra última pregunta buscó la mirada personal del catedrático experto, sobre lo que nos depara el futuro de la ingeniería genética en el deporte.
"El dopaje genético ya está instaurado, sería absurdo cerrar los ojos y no ver la realidad" - confesó." Hoy le puedo decir que no existe ni una sola prueba que pueda incriminar a ningún deportista en el ámbito de la terapia génica".
Consideró no obstante, "que van a existir métodos, más pronto o más tarde, que serán capaces de poder determinar si existe una ayuda del tipo de terapia génica. Sin embargo - alertó -, siempre existirá la duda y ante la duda, el derecho es muy tajante: ante la duda, todos son inocentes".
"Tiene que haber un grado de certeza muy grande para que a un deportista lo condenen por un doping genético cuando la prueba no es definitiva", entendió. "Por lo tanto, yo creo que esto es un problema que tenemos en nuestra sociedad, que va a ser muy difícil de resolver y que en el deporte marcará sus diferencias entre deportistas que puedan pagarse este métodos y aquellos que no puedan hacerlo", concluyó.