El segundo Superfly colmó las expectativas, demostró que este tipo de carteleras llegó para quedarse y por sobre todas las cosas, encontró un gran y adecuado escenario para el auge de los pesos moscas. Esa es la buena noticia. La mala noticia, es que el gran evento no pudo evitar la pesadilla actual del boxeo profesional: las malas calificaciones en las tarjetas. La pelea estelar tuvo ese componente infeliz, que empaña el emocionante combate que brindaron Srisaket Sor Rungvisai y Juan Francisco Estrada.
La noche del sábado arrojó esa lamentable consecuencia y sus implicaciones no terminaron con el evento. Por el contrario, a la hora del recuento, la exaltación de la emoción boxística ha competido de igual a igual con un clima de enfrentamiento dividido entre quienes vieron perder a uno y ganar al otro. Nuevamente la forma en que se juzgan las peleas de boxeo profesionales, parece pedir un cambio urgente. El problema es humano (jueces que parecen no entender este deporte), pero también es técnico (falta de recursos tecnológicos para auxiliar las decisiones).
DESPUES DEL KO, ES SUERTE Y VERDAD
En boxeo hay un solo instrumento que evita las controversias y determina un resultado sin discusión: el KO. Cuando no se produce el final por la vía rápida, los pugilistas quedan a expensas de la decisión de los tres jueces y en ese escenario cualquier cosa puede ocurrir. Son hombres y mujeres que dependen de su apreciación instantánea, que no tienen tiempo para revisar videos ni tampoco hay tiempo para consultar la estadística, la suma de golpeo. Sí, esa tabla grafica muy bonita que suele proporcionar CompuBox para que los aficionados la vean en la pantalla. Los aficionados si, los jueces no. No tienen tiempo.
Los jueces tienen segundos para decidir, luego de los tres minutos de acción, el resultado del round. Es muy fácil llegar a conclusiones observando un video varias veces, teniendo a mano el control de la TV para retroceder a ver una acción dudosa o recurrir a las enormes pantallas de la arena, para tener una opinión contundente. Los jueces - por el contrario - a veces ni tienen siquiera una buena visión de la pelea. Eso los justifica en parte. No obstante, la pregunta mayor es: ¿los jueces entienden realmente el boxeo y sus técnicas? ¿Alguien les realizó un examen, un test, a su agilidad mental para interpretar las alternativas positivas o negativas en el accionar de un púgil en esos tres minutos? ¿Entienden los jueces el valor de una estrategia bien ejecutada? ¿Saben considerar el buen uso de las piernas, la rutina táctica que rompe con el plan enemigo o el golpeo sistemático e inteligente? Pero hay cosas, más profundas. ¿Un juez que sienta preferencia por el boxeo agresivo o por el boxeo elusivo, sabe que a la hora de juzgar debe despojarse de esa influencia? ¿Alguien les ha realizado un examen que permita descartar o confirmar esa influencia?
Los jueces de la pelea entre Rungvisai y Estrada, quedaron bajo sospecha de tener alguno de esos problemas. Hubo una tarjeta 111-117 y otra empatada por un juez que en su puntuación vio ganar al tailandés el primer asalto. Fue, quizás, la única persona en el mundo que lo vio de esa manera. Hubo asaltos, donde el tailandés hasta se vio torpe tratando de cortar distancias, hubo dos momentos en que estuvo a punto de irse a la lona y siendo el agresivo, el hombre de poder, el que solo tenía por recurso el golpe de poder, nada de eso pudo hacer.
Estos jueces no se permitieron ver virtudes del perdedor, con las cuales otros jueces han premiado a otros púgiles, claramente elusivos como Andre Ward o Floyd Mayweather. Ellos frustraban a sus rivales, corrían como gacelas por sus laterales, eran rápidos para colocar una buena secuencia y amarraban con cara de fastidio. Como si dijeran "lo amarro para protegerlo a este pobre tipo". Estrada fue un elusivo diferente, nunca lo vimos escapar por los laterales, "lo vimos boxear desde laterales", lo vimos proteger la distancia larga, pero que no fue una rutina, por momentos se fue a la media o la corta, especialmente en los asaltos que perdió. Estrada impuso un plan inteligente, le rompió la estrategia al rival, lo anuló, lo golpeo en las tres distancias, lo hizo con impactos limpios, impactos que fue fácil de apreciar sin necesidad de recursos digitales o esos números que nos vende Compubox. Los asaltos en que predominó ese desempeño fueron claros, los que no predominó ese accionar, cuando perdió el control de su plan (del cuarto al séptimo asalto), pese a todo fueron rounds parejos. Así y todo, perdió.
Y el problema, el más grave, es que la pelea estelar del Superfly 2 solo ratificó algo que se viene reiterando. Muchas veces. Tantas que hasta ocurrió en la batalla semiestelar de la misma cartelera.
UNA INSOLITA TARJETA EMPATADA EN ARROYO VS. CUADRAS
La pelea semiestelar del Superfly 2, puso frente a frente a Carlos Cuadras y McWilliams Arroyo en un combate a diez asaltos con el cinturón Plata CMB de los súper plumas en juego. No hubo ningún misterio para considerar los merecimientos de uno y de otro. El dominio de Arroyo fue abrumador.
El boricua puso presión, le invadió la distancia a Cuadras, lo golpeó con duros ganchos al cuerpo y lo sorprendió arriba colocando golpes duros por afuera de la guardia o retrocedió para obligarlo a salir y contragolpearlo.
Perfectamente en esa pelea se pudo emplear esa frase popular de este deporte, "lo llevo a la escuela" al mexicano. Carlos Cuadras se mostró lento, sin recursos, demasiado estático, recluido en el jab a veces o tratándose de fajar por momentos, pero nunca utilizando sus dos mejores recursos: moverse de manera permanente y entrar en velocidad a colocar combinaciones de dos o tres golpes.
¿Qué le ocurrió a Cuadras? No lo sabemos, pero hay pistas. Ha perdido tres de sus últimas cuatro peleas, ha tenido problemas de concentración, ha tenido problemas de peso y ha cambiado de esquina. Es posible que definitivamente los problemas para dar el peso le estén obligando a tomar la decisión de subir a las 118 libras. También pudo incidir el cambio de esquina. Sánchez le cambió el estilo y "metió las patas". Ese Cuadras no es Cuadras, que conste.
El tema fue que la victoria de McWilliams Arroyo fue inobjetable, fuera de cualquier duda, sin embargo, a la hora de escuchar el resultado de las tarjetas, a todos nos recorrió un escalofrío. La primera tarjeta en ser leída fue la de Fernando Villarreal que la vio ¡empate 95-95! Por suerte los otros jueces, tuvieron una visión más real y le dieron la victoria a Arroyo: Tony Crebs 93-97 y Pat Russell 92-98.
Una sola tarjeta claramente equivocada, alcanza para sumar el antecedente al grave problema que alguien deberá asumir y empezar a resolver.
EL SUPERFLY 3 Y EL PELIGRO DE UNA REVANCHA INMEDIATA PARA ESTRADA
El Superfly 3 ya es una realidad, solo falta saber la fecha del mismo. Seguramente en el último trimestre del año y bajo el mismo concepto, dos peleas en 112 y dos en 115. Pero cuidado, es posible que les falte para entonces la "sal y la salsa" de los anteriores Superfly.
El ucraniano Artem Dalakian, venció a Brian Viloria por decisión unánime y se adueñó del cinturón AMB de los moscas. No hay dudas en vaticinar su presencia en el tercer evento. El campeón mosca de la FIB, el filipino Donnie Nietes, noqueó en el séptimo al argentino Juan Carlos Reveco y ya sabemos que en breve subirá a las 115 libras. El habló de enfrentar a Rungvisai, pero solo fue una expresión de deseo, su futuro parece estar en la OMB y en la búsqueda del cetro súper mosca que deja vacante Naoya Inoue.
Ya no estará Carlos Cuadras y es seguro que repetirá Arroyo. La pregunta es, ¿contra quién? Él también quiere a Rungvisai, todos lo quieren, el asunto es si estará listo. Como sea, el campeón súper mosca CMB viene de tres peleas muy duras, quizás es tiempo de tomarse un descanso.
Tom Loeffler, por su parte, habla de promover una revancha inmediata entre Estrada y Rungvisai. Por un lado está esa sobrecarga de peleas duras del tailandés y por el otro la mayor de las incógnitas: ¿le conviene a Juan Francisco Estrada tomar esa revancha inmediata? Es verdad que todos la reclamamos, como lo hicimos luego de la injusta derrota en la primera pelea de Román González contra el mismo rival. Ya vean como le fue. ¿"El Gallo" peleará de la misma manera? Lo dudo.
Las revanchas no siempre convienen, especialmente cuando son obligadas por malas decisiones de los jueces. A la revancha, el perjudicado va siempre condicionado, se obliga a cambiar el libreto y tratar de noquear para demostrar su supremacía. En esos casos el tiro les sale siempre por la culata. Estrada puede tener esa mala noche del que arriesga demasiado ante un rival demasiado peligroso y por buscar la reivindicación, solo encuentra un KO y el fracaso.
Sin duda, todos queremos este tipo de carteleras, pero aún tengo dudas de que efectivamente el Superfly 3 ocurra este mismo año.