La Comisión de Nevada aún no se expidió sobre la suspensión a Saúl "Canelo" Álvarez, sin embargo el mexicano se retiró de la pelea contra Gennady Glovkin y el kazajo pidió autorización para pelear con otro oponente en esa fecha (5 de mayo), lo que le fue concedido. Sin embargo, se le puso reparos al rival elegido para enfrentar como sustituto de Canelo, Jaime Munguia, y lo habría rechazado. Los promotores pidieron una reconsideración, sin embargo, la Comisión habría entendido que el invicto mexicano de 21 años no tendría el "nivel suficiente" para enfrentar a GGG.
Con ello y en pocas horas, ese laberinto de intrigas y contradicciones desatado con los dos positivos de Canelo por clembuterol, sumó nuevos elementos. Este cúmulo de decisiones absurdas o extrañas, anuncios que parecen salidos de una novela de espionaje, acusaciones sin sustento aparente y discursos fuera de contexto que insinúan más de lo que transmiten, han colocado al boxeo de Las Vegas en una verdadera Caja de Pandora, repleta de errores y misterios.
UN RECHAZO CONTROVERSIAL
Jaime Munguía es un jovencito de 21 años, con 28 victorias, 24 peleas ganadas por KO y forjado su boxeo en una escuela tan dura y exigente como la mexicana. Allí fajarse, soportar castigo y asumir el intercambio duro y riesgoso, es una tarea inevitable para cualquier púgil. No hay rivales fáciles ni la estadística negativa es señal de oponente cómodo. La escuela mexicana forma a sus futuros campeones en un territorio boxístico inhóspito, quien llega es porque es duro y bueno. Munguia viene de ese mundo.
Tiene pocos años, es verdad. Tiene cara juvenil, es verdad. No tiene en su palmarés el nombre de ninguno de esos viejos campeones terminados que a muchos prospectos se los colocan adelante para que los vapuleen y ganen prestigio a costa de ese nombre del pasado, es verdad también. Para colmo, viene de las 154 libras y se pretendía hacerlo pelear contra un veterano campeón como Golovkin en 160 libras. Esos argumentos habrían sido suficientes para negarlo como rival ¿Habrán sido solo esos argumentos, o habrá algo más que nadie sabe?
Munguía tiene dos años más de los que tenía Canelo Álvarez cuando esta misma comisión le permitió enfrentar a José Miguel Cotto en 2010 o tiene un año más de los que tenía Canelo cuando la Comisión de California le permitió enfrentar a veteranos como Carlos Baldomir, Matthew Hatton o Alfonso Gómez, entre otros. Esta misma comisión que autorizó a Amir Khan subir dos divisiones para enfrentar a Canelo y poner en riesgo su vida tal como quedó claro luego del terrible KO sufrido por el inglés del que se sabía de antemano no tenía ni boxeo, ni barbilla ni tamaño para enfrentar a Canelo o esta Comisión que miró hacia otro lado ante la brutalidad de la exigencia a los límites de peso de Chávez Jr. ante Canelo. O esta misma Comisión que no autorizó a Munguía con 28 peleas en su palmarés y sí autorizó a que el irlandés Conor Gregor con record 0-0 enfrentara a Floyd Mayweather 49-0.
Con sinceridad no me convence cualquier argumento de Nevada cuando se trata de este tipo de rechazos y esta medida me huele a misterio o razón escondida.
UNA COMISION EXTRAÑA E INCONGRUENTE
El tema Munquía se suma al manejo del caso Canelo que está rodeado de situaciones, a lo sumo, absurdas e incongruentes. Empezando por la "suspensión temporal" decretada una vez se supo de los dos positivos por clembuterol, hasta la audiencia del 10 de abril, luego prorrogada al día 18 para escuchar sus descargos. Si esa misma comisión autorizo una pelea de ese púgil para el 5 de mayo, ya la suspensión temporal y la audiencia para un día cambiada para el otro, a lo sumo, es un acto de torpeza.
Pero fue solo el comienzo. No habían pasado unas horas de esa decisión, cuando el director ejecutivo de la Comisión Atlética de Nevada, Bob Bennett, solicitó un "periodo de inelegibilidad para el peleador mexicano por fallar en dos exámenes antidopaje por niveles bajos de clembuterol y además que pague los costos por la investigación que acarrearon esas pruebas".
Si fueron niveles bajos se justificaba la audiencia, pero el cambio de fecha para la misma, la virulencia del castigo que exigió Bennett de una hora para la otra y la exigencia de pago de las pruebas, son incongruentes con "los niveles bajos de clembuterol". ¿Acaso Bennet sabía algo que nadie sabía? ¿Acaso nos están mintiendo y los niveles de clembuterol o cualquier otra cosa que haya arrojado esa investigación fue más grave? ¿Algo tan grave que cambiaría radicalmente el panorama, que obliga a tener más tiempo de discusión antes de recibir a Canelo para procesar la nueva información y justifica que Bennet se haya adelantado en anunciar el castigo?
Es difícil saber lo que no se sabe, pero los hechos nos permiten especular en esa dirección. En primer lugar, la renuncia de Canelo Álvarez a su pelea del 5 de mayo, antes de la audiencia, hace sentido con esa posibilidad. Ya no sería una audiencia de descargos, más bien una audiencia para negociar, asumir culpas e intentar salvar lo que se pueda. Es solo una posibilidad, nunca una certeza. ¿No hubiera resultado menos dramático que hubieran cancelado directamente la pelea por un lado e iniciado una investigación por el otro? ¿Cuál es la razón de toda esta dilatoria? La imagen que trasmite esa espera por tomar una decisión y esperar que la tomara Canelo, es que existía una razón oculta para hacerlo.
¿Impedir acaso que GGG tomara por asalto el protagonismo de un 5 de mayo y quedara listo para repetirlo al 15 de septiembre? ¿Venganza acaso contra las acusaciones del entrenador Abel Sánchez contra la Comisión, a la que acusó directamente de favorecer en peleas anteriores al mexicano? ¿Una lucha empresarial entre promotoras o un tire y afloje relacionado con la letra chica de los contratos?
Preguntas sin respuesta, pero que las incongruencias obligan y seguirán obligando a que se formulen.
EL MISTERIO DE CANELO ALVAREZ
A Saúl "Canelo" Álvarez le fue detectada una cantidad mínima de clembuterol en la sangre en dos pruebas diferentes. Una el 17 y la otra el 20 de febrero. La excusa fue la habitual en México, la carne contaminada. El mexicano se declara inocente, dice que fue un descuido, insiste en que es un deportista limpio y que se someterá a todas las pruebas que sea necesario para demostrarlo. Golovkin y su equipo, por su lado han insinuado lo contrario, que el consumo de sustancias prohibidas en él (Canelo) no es algo nuevo y han puesto en entredicho la honestidad deportiva de su rival. Canelo respondió primero con insultos y luego con una conferencia de prensa donde anunció que se retiraba de la pelea.
La decisión puede tener muchas lecturas, sin embargo lo más sorprendente aquí es esa coincidencia en el cambio de tono y el interés por priorizar la defensa ante la Comisión de Nevada, casi como una respuesta a la exigencia publica del director de esa comisión para que a Canelo le sea aplicado un castigo ejemplar.
La audiencia era el 10 de abril, pero ahora no será ese día. Solamente se reunió este día 5 la comisión para aceptar la pelea de GGG contra el que ellos (la comisión) acepten y se difiere para el 18 de abril la audiencia a Canelo. Este a su vez, alega que por el poco tiempo que restarápara saber si hay o no hay pelea, se hace inviable preparar el combate.
Si esos datos, los escribimos en hojas de libreta de apuntes y los pinchamos en un pizarrón como hacen los investigadores policiales, seguramente tendremos el verdadero mapa de una historia un poco menos incongruente. GGG sabía que no enfrentaría el 5 de mayo a Canelo desde hace muchos días, Canelo sabía desde un primer momento que sus positivos de clembuterol tendrían consecuencias graves y el director de la Comisión de Nevada, Bob Bennett, sabe algo que nosotros no sabemos, pero que lo motivó a pedir una sanción ejemplar contra Canelo.
Y ese es el único misterio para anotar en el pizarrón: ¿Qué sabe Bob Bennett que nosotros aún no sabemos sobre los positivos de Canelo Álvarez? Eso explicaría todo, no tengo duda alguna.