Jorge Linares (44-3 con 27 KOs) defiende este sábado su cetro AMB de las 135 libras ante el mejor libra por libra del planeta, el ucraniano Vasyl Lomachenko (10-1 con 8 KOs), en la batalla estelar de una cartelera a realizarse en el Madison Square Garden de Nueva York y que será transmitida por ESPN, ESPN Deportes y ESPN APP (8 pm ET). Lomachenko sube de las 130 libras - donde ostenta el título OMB - para retar a un Linares que completa una racha de seis años y trece peleas sin conocer la derrota.
Lomachenko es el campeón de moda, es la figura que hoy aglutina todas las luces de la atención mediática y subirá al ring como el gran favorito. Ya sea por sus innegables cualidades boxísticas como por el peso de su nombre en la atención de los fanáticos. Para la consideración general, el ucraniano debería vencer en este combate. Sin embargo, cuando buscamos en los argumentos para ratificar la sensación general, las cosas cambian. Linares es un rival diferente a todo lo que ha enfrentado Lomachenko. El venezolano es un 135 natural, más grande que su rival y que a la hora del combate, tal vez, suba al ring con un peso corporal orillando las 150 libras. A ello se suma su experiencia, el poder en la pegada y explosividad de sus combinaciones.
Es verdad que tampoco Linares ha tenido en su carrera un desafío de este tamaño, pero su histórico boxístico exige respeto. Ha tenido que sobreponerse a "todas las maldiciones" de un deporte donde el primer protocolo es el sufrimiento y el castigo. Son quince años de trayectoria, cuarenta y siete peleas profesionales, casi trescientos asaltos, rivales duros y peleas competitivas. Linares ya lo vio todo y tiene una cualidad que es aún más importante que la experiencia: el temple. Con ello, seguramente, deberá busca equiparar las ventajas notorias en la esgrima de un rival rápido, inteligente y ante el cual aún no existe una "kryptonita" eficaz para anularlo. Lomachenko es superior, pero aquí les describiremos porqué esa superioridad hay que aceptarla con reservas,
LOMACHENKO EN TERRITORIO DESCONOCIDO
Vasyl Lomachenko tiene apenas once peleas como profesional y sus últimas dos salidas al cuadrilátero, fue contra rivales de tamaño inferior, que subieron de divisiones menores a desafiarlo. Es el caso del colombiano Miguel Marriaga (126) y el cubano Guillermo Rigondeaux (122). A la mayoría de sus rivales anteriores, Lomachenko los abrumó con su velocidad y técnica superior. Esta vez, el ucraniano mantendrá el ritmo y apelará a las mismas herramientas, pero modificará los códigos para su uso. O sea, habrá armas ofensivas que utilizará y otras que regulará, al menos en los primeros asaltos, hasta que pueda leer correctamente lo que trae su oponente.
Vamos a entender esa percepción. Lomachenko es rápido y altamente efectivo en su golpeo. Ello lo logra siendo un "oportunista que provoca cada oportunidad". Es una de sus grandes cualidades: el arco ofensivo. Lomachenko se mueve incesantemente en cuatro frentes para encontrar esa puerta que le permita colocar sus secuencias rápidas de dos, tres y hasta cuatro golpes. Las diagonales son dos de esos puntos de apoyo, él va hacia uno u otro lateral a enviar metralla cruzada con efectividad quirúrgica. La otra vía ofensiva es su presión infernal por la calle del medio. Es una de sus combinaciones estrella: se abre camino con el doble jab y remata con otro doble golpe, pero de su mano atrasada, una maniobra difícil de evitar para sus oponentes debido a la rapidez con que la ejecuta. El último punto de apoyo es el retroceso estratégico, el que rompe la distancia habitual, confunde al oponente y le obliga a dar el paso adelante o provoca el desbloqueo momentáneo del rival. Esa maniobra de Lomachenko le permite golpear de contragolpe o entrar en velocidad en medio de la citada confusión de sus adversarios.
Esa es la descripción de la esgrima habitual de Lomachenko y que entendemos sufrirá un cambio sustancial esta vez: será difícil verlo entrando con el doble jab. Al menos al comienzo. El arma esencial de Linares, es el uno dos (que a veces lo convierte en uno-dos-uno) por el centro de la guardia. La otra herramienta previsible del venezolano, será el paso atrás, cuerpeo y contragolpe. Si tenemos en cuenta que será el de la pegada más poderosa, bajo ningún concepto Lomachenko arriesgará caer en esa trampa, por ello evitará pasar demasiado tiempo al frente del venezolano.
Su plan inicial, apuntará al volumen de golpeo, metralla rápida desde laterales, retrocesos estratégicos para quitarle balance a Linares y muchos desplazamientos por todo el cuadrilátero. Podría esconder ese modelo de ofensiva alguna variante o "conejo en la galera", pero no hay mucho misterio en lo que necesita hacer el ucraniano.
LINARES CON MUCHOS MISTERIOS EN SU PLAN
El planteo con el cual Jorge Linares trate de controlar primero a Lomachenko, para vencerlo después, está lleno de preguntas sin respuesta. ¿Optará por subir más pesado para hacer la diferencia en la pegada? ¿Subirá más liviano para verse más rápido y soportar el trajín que lo someterá el ritmo de Lomachenko? ¿Su plan de pelea apuntará exclusivamente al contragolpe o por el contrario, tratará de sorprender imponiendo su actitud a partir de una presión constante? ¿Establecerá su distancia exclusivamente desde el centro del ring o variará yendo por momentos a las esquinas, donde Lomachenko verá reducida la alternativa de los desplazamientos y el golpeo lateral? ¿A qué estratagema recurrirá para poder aplicar sus golpes de poder o sus combinaciones frontales buscando lastimar al ucraniano? Son muchas las dudas previas.
El venezolano, necesariamente deberá inventar opciones diferentes tanto en ataque como en defensa y sin duda, tendrá que tener a disposición más de un plan de pelea. También en ese rubro es difícil especular, no estará Ismael Salas en su esquina y seguramente los protocolos son diferentes a la hora de preparar la estrategia del combate.
Poco se puede imaginar lo que hará Linares para romper con los pronósticos, sin embargo tenemos muy claro "que no debe hacer" en esta pelea. Si el pasado reciente cuenta a la hora de conocer al ucraniano, la primera regla será no caer en su juego de hábil prestidigitador del ring. El factor mental será fundamental, Linares deberá estar muy atento a salir de las zonas de peligros, tendrá que evitar ser abrumado por las secuencias inverosímiles de Lomachenko (algo que a muchos hizo abandonar) y por sobre todas las cosas, crear herramientas para contrarrestar o protegerse del golpeo desde laterales.
No es poca cosa, pero el venezolano tiene años en el ring y es en ese punto, donde su experiencia vale para equilibrar las acciones. De esas dudas y también de esas certezas, nacen los contrastes de esta batalla.
¿QUÉ PELEA VEREMOS?
Esta es una pelea que exigirá cautela y mucho estudio entre los dos rivales. Ambos se respetan el uno al otro y por sobre todas las cosas, los dos respetarán sus propios límites. O sea, todo riesgo deberá ser calculado. Lomachenko es más rápido, pero Linares pega más duro. Si el ucraniano se juega a abrumar achicando distancia, corre el riesgo de que en ese breve espacio Linares logre conectarlo y le haga daño.
Por ello, imagino que los dos se alternarán en la actitud ofensiva, por más que Lomachenko predominará en ataque, habrá momentos que le cederá la iniciativa a Linares para sacarlo de su zona de confort. El ucraniano, de todas maneras, le apostará al volumen y a los desplazamientos, apurando golpeo al final de cada asalto. Para el venezolano, quedará la sorpresa en el contragolpe, la búsqueda del golpe de poder que lastime y los momentos de presión contra las cuerdas. Si Lomachenko se lo permite, claro. En ese punto, es posible que Linares le busque las zonas medias para quitarle ritmo, algo que está en la tapa del manual.
Parece difícil un KO en esta pelea y mi primera presunción es que los dos llegarán a la distancia. En ese escenario, es difícil que Lomachenko pierda la pelea, excepto que haya sufrido alguna caída en el transcurso de la misma. Ante los jueces, evidentemente, su boxeo lucirá mejor que el de Linares y vencerá en los puntos. De todas formas, nadie debe confiarse, esto es boxeo y todo lo previsible puede quedar en nada. Basta un solo golpe para romper cualquier previsión y en una pelea entre dos esgrimistas de tanta calidad, por suerte, puede ocurrir cualquier cosa.